(….) hay realidades que, si se relataran de forma realista, causarían heridas tan profundas que tenemos que desacelerar su comunicación, para que la experiencia pueda alcanzarlas. Con esta noción describió lo que hace una metáfora, lo que genera la poesía. Frente a la experiencia insoportable, la poesía configura los vasos, los laberintos, los hilos, en los que el terror se desacelera lo suficiente como para que nuestra experiencia sensorial pueda enfrentarse a él sin resultar herida.
Los bosques ardían – mas ellos en sus cuellos enredaban los brazos como ramos de rosas
la gente corría a los refugios – él decía que su esposa tenía cabellos en los que uno podía esconderse
cubiertos con una sola manta musitaban impúdicas palabras la letanía de los amantes
Si la cosa se ponía muy fea saltaban en los ojos del otro y los cerraban con fuerza
con tanta fuerza que no sintieron el fuego que alcanzaba sus pestañas
hasta el final fueron audaces hasta el final fueron fieles hasta el final fueron parecidos como dos gotas detenidas al borde de la cara
Posters y fotogramas de El último día de verano y El Día de los Fieles Difuntos de Tadeusz Konwicki (escritor, guionista, director polaco)
(…) istnieją rzeczywistości, które, gdyby je realistycznie przedstawić, spowodowałyby tak głębokie rany, że musimy spowolnić ich przekazanie, aby umożliwić doświadczeniu ich dogonienie. Tym pojęciem opisał, jak działa metafora, jak powstaje poezja. W obliczu doświadczenia nie do zniesienia poezja kształtuje naczynia, labirynty, nici, w których groza zwalnia na tyle, że nasze doznania zmysłowe mogą sobie z nią poradzić bez doznania urazów.
Lasy płonęły – a oni na szyjach splatali ręce jak bukiety róż
ludzie zbiegali do schronów – on mówił że żona ma włosy w których się można ukryć
okryci jednym kocem szeptali słowa bezwstydne litanię zakochanych
Gdy było bardzo źle skakali w oczy naprzeciw i zamykali je mocno
tak mocno że nie poczuli ognia który dochodził do rzęs
do końca byli mężni do końca byli wierni do końca byli podobni jak dwie krople zatrzymane na skraju twarzy
(…) there are realities which, if they were reported realistically, would cause such deep injuries that we have to decelerate information about them, so that experience can catch up with them. With this notion he described what a metaphor does, what poetry produces. In the face of unbearable experience, poetry shapes the vessels, labyrinths, threads, in which terror decelerates enough so that our sense experience can deal with it without being injured
un perro resplandeciente dejó aquello con lo que jugaba y yo pude hacer lo que quería, así que no hice mucho tenía amor, lo tomaba como algo que había que tomar estábamos de camino y el murciélago nos golpeó, mi amor, desde dentro y ahora y siempre los murciélagos nos golpean
Fotogramas de La Jetée (1962) de Chris Marker
hegemoniczne łańcuchy ekwiwalencji
lśniący piesek zostawił to, czym się bawił a ja mogłam robić co chciałam, więc niewiele robiłam miałam miłość, brałam ją jak coś co trzeba wziąć byliśmy w drodze i nietoperz w nas uderzył, kochanie, od środka i teraz i zawsze nietoperze w nas biją
La verdad parece ser aquello que vivimos en conceptos de imaginación antes de que la razón los haya fijado.
Wallace Stevens en El valor de la imaginación
Trad. Alberto Girri
Dominio del negro
De noche, junto al fuego, los colores de los arbustos y de las hojas caídas, repitiéndose, giraban en el cuarto como las mismas hojas girando en el viento. Sí: pero el color de los pesados abetos entró a grandes pasos. Y recordé el grito de los pavos reales.
Las tonalidades de sus colas eran como las mismas hojas girando en el viento, en el viento del crepúsculo. Se arrastraban por el cuarto, así como descendían volando desde las ramas de los abetos hasta el suelo. Los oí gritar… los pavos reales. ¿Era un grito en contra del crepúsculo o en contra de las mismas hojas girando en el viento, girando como las llamas giraban en el fuego, girando como las colas de los pavos reales giraban en el sonoro fuego, sonoro como los abetos plenos del grito de los pavos reales? ¿O era un grito en contra de los abetos?
Ventanas afuera, vi cómo los planetas se agrupaban a semejanza de las hojas girando en el viento. Vi cómo llegaba la noche, a grandes pasos, como el color de los pesados abetos. Sentí miedo. Y recordé el grito de los pavos reales.
Harmonium, 1923
Bellísima escena de Armonías de Werckmeister de Béla Tarr: el movimiento giratorio, la noche de los tiempos, el terror. Y también el título que comparte con el poemario: son los motivos por los que decidí complementar el poema con esta sublime secuencia .
Tłum. Jacek Gutorow
Dominacja czerni
W nocy przy kominku Kolory krzaków I opadłych liści Powtarzały się I wirowały w pokoju Jak same liście Wirujące na wietrze. Tak. Ale kolor ciężkich świerków Wszedł, odmierzając kroki. I zapamiętałem krzyk pawi.
Kolory ich ogonów Były jak liście Wirujące na wietrze, Na wietrze o zmierzchu. Omiatały cały pokój, Opadały z gałęzi świerków Na ziemię. Słyszałem jak krzyczały – pawie. Czy krzyczały przeciw zmierzchowi Czy też przeciw liściom Wirującym na wietrze, Wirującym jak płomienie W ogniu, wirującym jak pawie ogony W głośnym ogniu, Głośnym jak świerki Pełne krzyku pawi? A może krzyczały przeciw świerkom?
Za oknem Widziałem, jak się zbierają planety, Przypominające liście Wirujące na wietrze. Widziałem, jak nadeszła noc, Odmierzała kroki jak kolor ciężkich świerków. Przestraszyłem się. I zapamiętałem krzyk pawi.
z tomu Harmonium, 1923
Domination of Black
At night, by the fire, The colors of the bushes And of the fallen leaves, Repeating themselves, Turned in the room, Like the leaves themselves Turning in the wind. Yes: but the color of the heavy hemlocks Came striding. And I remembered the cry of the peacocks.
The colors of their tails Were like the leaves themselves Turning in the wind, In the twilight wind. They swept over the room, Just as they flew from the boughs of the hemlocks Down to the ground. I heard them cry — the peacocks. Was it a cry against the twilight Or against the leaves themselves Turning in the wind, Turning as the flames Turned in the fire, Turning as the tails of the peacocks Turned in the loud fire, Loud as the hemlocks Full of the cry of the peacocks? Or was it a cry against the hemlocks?
Out of the window, I saw how the planets gathered Like the leaves themselves Turning in the wind. I saw how the night came, Came striding like the color of the heavy hemlocks I felt afraid. And I remembered the cry of the peacocks.
El perro aquel aulló varios veranos, siempre solo en la casa abandonada. Aún sigue su terror en mis oídos, dentro de mí aúllan (con el miedo de Cristo abandonado en el ciego olivar) las fauces de aquel perro, tan sediento de alguna compañía, en aquel cielo azul que se apagaba por entre las palmeras y naranjos donde mi juventud se miraba en el mundo. Yo soy ahora el perro, que aún no ha muerto, y soy también el miedo de Cristo abandonado en el viejo olivar, bajo los astros fríos. Mis tres fauces: del animal que soy del Dios (que me abandona) y estos restos de espíritu y de carne que se muerden.
Cuadros expresionistas de Edvard Munch y Chaïm Soutine
Tłum. Ada Trzeciakowska
Moje trzy gardła
Tamten pies wył co lato, zawsze sam w opuszczonym domu. Ciągle jego trwoga dzwoni mi w uszach, wyje wewnątrz mnie (ze grozą Chrystusa opuszczonego w ślepym oliwnym gaju) gardło tamtego psa, tak złaknionego czyjejś obecności, w tamtym granatowym niebie, co gaśnie pośród palm i drzew pomarańczy gdzie moja młodość przeglądała się w świecie. Teraz ja jestem psem, który ciągle nie skonał, jestem też grozą opuszczonego Chrystusa w starym oliwnym gaju, pod zimnymi gwiazdami. Moje trzy gardła: zwierzęcia, którym jestem Boga (który mnie opuszcza) i te resztki ducha i ciała gryzące się nawzajem.
* En uno de sus relatos más originales (con influencias atípicas de novela gótica, y fantasy dado que la historia transcurre en mundo pseudo-feudal) Lem reflexiona sobre el libre albedrío de un robot asesino.
Trad. Joanna Orzechowska
Máscara (frg.)
En el principio era la oscuridad, oscuridad y unas llamas frías, gélidas, y también el prolongado estrépito de largas hileras de chispas, unos brazos engrasados, formados por varios elementos, que me transferían más allá y unas serpientes metálicas que, al reptar, me rozaban con sus planas cabezas, provocándome sus hocicos un rápido y agudo escalofrío, próximo al placer.
A través de unas lentes redondas, me traspasó una mirada sumamente profunda, inmóvil, que, no obstante, se alejaba de mí gradualmente, o quizás era yo quien se movía, adentrándome en el círculo de la siguiente mirada, que despertó en mí un leve entumecimiento, a la par que respeto y miedo. Durante un tiempo indeterminado, avancé boca arriba y, conforme progresaba de aquella forma, yo fui explorando mis propios límites. Aunque había comenzado a reconocerme, no acerté a precisar cuándo logré abarcar con exactitud mis contornos e identificar dónde mi propio yo terminaba. Allí comenzaba el mundo, resonante, fogoso, oscuro… Después, el ruido cesó y las finas extremidades de insecto —las que antes me habían ido pasando entre sí, elevándome y trasladándome con ligereza hasta unos puños con tenazas que me acercaban a unos labios planos rodeados de chispas— desaparecieron y seguí yaciendo —aún inerte, pero ya capaz de ejecutar mi propio movimiento, y plenamente consciente de que aquel no era el momento adecuado para ello— e inclinada en esa posición, sintiendo frío —pues me encontraba entonces en un plano inclinado—, una última corriente, un viático sin aliento, como un beso tembloroso, me comprimió: aquella era la señal para levantarme y adentrarme reptando en un agujero redondo, sin luz y, ya sin prisa, palpé las frías, lisas y cóncavas baldosas para dejarme caer y descansar sobre ellas. Sentí un profundo alivio. Pero quizás solo fue un sueño.
No recuerdo nada del despertar. Sin embargo, me vienen a la mente unos incomprensibles susurros en mitad de la gélida penumbra circundante: el mundo se abrió ante mí gracias a un ancho haz de luz que brillaba, roto en mil colores. Recuerdo, también, asombrarme cuando me moví para atravesar el umbral. Los fuertes destellos se deslizaban sobre una colorida confusión de troncos verticales, y veía sus esferas dirigirse hacia mí con botones que refulgían acuosos. El bullicio generalizado cesó y, en el silencio que reinó después, me atreví a dar otro pequeño paso. Entonces, mediante un sonido apenas audible, como si en mi interior se quebrase una cuerda finísima, noté cómo me llegaba el sexo tan bruscamente que acabé mareada y tuve que cerrar los párpados. Y mientras permanecía así, con los ojos cerrados, desde todas partes me llegaron las palabras, ya que junto con el sexo se introdujo en mí el lenguaje.
Fotogramas de Ex Machina de Alex Garland
Maska
Na początku była ciemność i zimne płomienie, i huk przeciągły, a w długich sznurach iskier czarno osmalone haki wieloczłonkowe, które podawały mnie dalej, i pełzające metalowe węże, co dotykały mię ryjkowato spłaszczonymi łbami, a każde takie dotknięcie budziło dreszcz błyskawiczny, ostry i rozkoszny prawie.
Zza szkieł okrągłych patrzał we mnie wzrok niezmiernie głęboki, nieruchomy i oddalał sią, ale to chybam ja się przesuwało dalej i wchodziło w krąg następnego spojrzenia, budzącego drętwotę, szacunek i lęk. Ta wędrówka moja na wznak trwała czas niewiadomy, a w miarę jej postępów powiększałom się i rozpoznawałom siebie, doświadczając własnych granic i nie potrafię wyjawić, kiedym mogło już dokładnie ogarnąć własny kształt, rozpoznać każde miejsce, gdziem ustawało. Tam się świat zaczynał, huczący, płomienny, ciemny, a potem ustał ruch i cienkie trzpienie stawonogie, co podawały mię sobie, unosiły lekko w górę, oddawały cęgowym garściom, podsuwały płaskim ustom w otoku iskier, znikły, i leżałom jeszcze bezwładne, choć zdolne już do własnego ruchu, lecz w pełni wiadomości, że jeszcze nie czas i w tym zmartwiałym przechyle — bom spoczywało wtedy na skośnej równi — ostatni prąd, wiatyk bez tchu, pocałunek rozedrgany sprężył mnie i to był znak, żeby zerwać się i wpełznąć w okrągły otwór bezświetlny i już bez wszelkiego przynaglania dotknęłom zimnych, gładkich, wklęsłych płyt, aby spocząć na nich z kamienną ulgą. Lecz może był to sen.
O przebudzeniu nic nie wiem. Szelesty niezrozumiałe pamiętam i półmrok chłodny i siebie w nim, świat otworzył mi się światłem szerokim, połyskliwością rozbitą w barwy, i to jeszcze, jak wiele zdumienia było w mym ruchu, gdym przekraczało próg. Silne blaski spływały z góry na barwny zamęt pionowych kadłubów, widziałom ich kule, obracające ku mnie lśniące wodą guziki, powszechny gwar zamarł i w powstałej ciszy uczyniłom jeszcze jeden mały krok. Wtedy z nieposłyszanym, odczutym tylko dźwiękiem cieniutkiej struny, co pękła we mnie, uczułam napływ płci tak gwałtowny, że chwycił mnie zawrót głowy i przymknęłam powieki. A gdy stałam tak, z zamkniętymi oczami, dobiegły mnie ze wszech stron słowa, bo razem z płcią wszedł we mnie język.
Adaptación del relato por los hermanos Quay
Transl. Michael Kandel
The mask
In the beginning there was darkness and cold flame and lingering thunder, and, in long strings of sparks, char-black hooks, segmented hooks, which passed me on, and creeping metal snakes that touched the thing that was me with their snoutlike flattened heads, and each such touch brought on a lightning tremor, sharp, almost pleasurable.
From behind round windows eyes watched me, immeasurably deep eyes, unmoving, and they receded, but perhaps it was I who was moving on, entering the next circle of observation, which inspired lethargy, respect and dread. This journey of mine on my back lasted an indeterminate time, and as it progressed the it that was I increased and came to know itself, discovering its own limits, and I cannot say just when I was able to grasp its own form fully, to take cognizance of every place where I left off. There the world began, thundering, flaming, dark, and then the motion ceased and the delicate flitting of articulated limbs, which handed the me to me, lifted lightly up, relinquished that me to pincer hands, offered it to flat mouths in a rim of sparks, disappeared, and the it that was myself lay still inert, though capable now of its own motion yet in full awareness that my time had not come, and in this numb incline—for I, it, rested then on a slanting plane—the final flow of current, breathless last rites, a quivering kiss tautened the me and that was the signal to spring up and crawl into the round opening without light, and needing no urging now I touched the cold, smooth, concave plates, to rest on them with stone relief. But perhaps all that was a dream.
Of waking I know nothing. I remember incomprehensible rustlings and a cool dimness and myself inside, the world opened up before it in a panorama of glitter, broken into colors, and I remember also how much wonder there was in my movement when it crossed the threshold. Strong light beat from above on the colored confusion of vertical trunks, I saw their globes, which turned in its direction tiny buttons bright with water, the general murmur died down and in the ensuing silence the thing that was myself took yet another step. And then, with a sound not heard but sensed, a tenuous string snapped within me and I, a she now, felt the rush of gender so violent, that her head spun and I shut my eyes. And as I stood thus, with eyes closed, words came to me from every side, for along with gender she had received language.
Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por los relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror. Señálale el mundo convulsionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tiritantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humedecen las únicas palabras Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos.
Fotografías de Francesca Woodman (1958-1981, EE.UU.)
Tłum. Ada Trzeciakowska
Czekając na ciemność
Moment ten, którego się nie zapomina Taki pusty przez cienie oddany Taki pusty przez zegary odrzucony Ten biedny moment usynowiony przez tkliwość moją Obnażony obnażony krwiście i skrzydlato Bez oczu które spamiętałyby niegdysiejsze trwogi Bez ust które zebrałyby sok z agresji Pogubionych w śpiewie zastygłych dzwonnic.
Osłoń go dziewczyno o ociemniałej duszy Nakryj włosami które ogień oszronił Obejmij go drobny pomniku horroru Wskaż mu świat wstrząsany konwulsjami u twych stóp U twych stóp gdzie dogorywają jaskółki rozdygotane porażone przyszłością Powiedz mu, że od westchnień morz Wilgotnieją jedyne słowa Dla których warto żyć.
I ten pocący się moment pustki Skulony w jaskini przeznaczenia Bez rąk który wypowiedziałyby nigdy Bez rąk który obdarowałyby motylami Zmarłe dzieci