Annie Ernaux

1940 – , Francia

Trad. Lydia Vázquez Jiménez

Los años

Más que nunca las mujeres constituían un grupo vigilado, cuyos comportamientos, gustos y deseos eran objeto de un discurso asiduo, de una atención inquieta y triunfante. Tenían fama de haber «obtenido todo», de «estar en todas partes» y de «alcanzar en la escuela mejores resultados que los chicos». Como de costumbre, los indicios de su emancipación se buscaban en sus cuerpos, en su audacia vestimentaria y sexual. Que digan «ligarme a un tío», que desvelen sus fantasmas y se pregunten en Elle si «tenían buen rollo en la cama» era la prueba de su libertad y de su igualdad con los hombres. La ofrenda perpetua de sus pechos y sus muslos en la publicidad tenía que ser apreciada como un homenaje a su belleza. El feminismo era una vieja ideología vengadora y carente de humor, que las jóvenes no necesitaban ya, que ellas mismas contemplaban con condescendencia, pues ya no dudaban ni de su fuerza ni de su igualdad. (Pero seguían leyendo más novelas que los hombres como si tuvieran que dar una forma imaginaria a sus vidas.) «Gracias a los hombres por amar a las mujeres», titulaba un periódico femenino. El olvido de sus luchas era total, única memoria que no fue recuperada oficialmente.
Con la píldora, se habían convertido en las dueñas de la vida, pero eso no se aireaba.
Nosotras que habíamos abortado en las cocinas, que nos habíamos divorciado, que habíamos creído que nuestros esfuerzos servirían para liberar a las demás, nos sentíamos cansadas. Ya no sabíamos si se había producido la revolución de las mujeres. Cincuenta años después seguíamos pendientes de la sangre pero ya no tenía el mismo color ni el mismo olor, era como una sangre ilusoria. No obstante, esa segmentación regular del tiempo que podíamos mantener hasta la muerte nos daba confianza. Llevábamos vaqueros y mallas, camisetas como las chicas de quince años, decíamos como ellas «mi chico» para hablar de nuestro amante de tumo. A medida que envejecíamos dejábamos de tener una edad. Escuchábamos Only you o Capri c’est finí en Radio Nostalgie, una juvenil dulzura nos invadía, el presente se estiraba hasta nuestros twenties. En comparación con nuestras madres, encerradas en sí mismas y sudorosas en su menopausia, teníamos la impresión de ganarte la batalla al tiempo.
 (Las mujeres jóvenes soñaban con encontrar al hombre de su vida, las de más de cincuenta que ya habían tenido uno no querían más.)
 A los hijos, los varones sobre todo, les costaba mucho abandonar el domicilio familiar, el frigorífico lleno, la ropa lavada, el ruido de fondo de las cosas de la infancia. Hacían el amor con toda inocencia en el dormitorio contiguo al nuestro. Se instalaban en una prolongada juventud, el mundo no los esperaba. Y nosotros, al alimentarlos, al seguir ocupándonos de ellos, teníamos la impresión de seguir en la misma época, sin ruptura.
Es la foto de una mujer tomada de frente hasta las caderas en un jardín lleno de maleza. La melena larga rubia-pelirroja cae suelta sobre el cuello de un abrigo negro, amplio, ostentoso. Una parte de la bufanda rosa pastel extrañamente estrecha para ese abrigo, cae por encima de su hombro izquierdo. Tiene en brazos un gato blanco y negro de la especie más común y sonríe al objetivo, con la cabeza ligeramente inclinada, en una actitud de ternura seductora. Los labios están muy sonrosados, sin duda realzados por un brillo a juego con la bufanda. La raya más clara que separa los cabellos indica un crecimiento de la raíz. El rostro oval y lleno, los pómulos elevados contrastan por su juventud con las ojeras y el fino entramado de arrugas en la frente. La amplitud del abrigo no permite determinar la complexión pero las manos y las muñecas que asoman por las mangas para sostener el gato son finas, con las articulaciones marcadas. Es una foto de invierno, con la luz de un sol pálido sobre la piel de la cara y las manos, los matorrales de hierbas secas, las ramas deshojadas delante de un fondo borroso de vegetación y una línea lejana de edificios. En el dorso, Cerg y. 3 de febrero 1992.
Se desprende de ella una impresión de dejadez controlada, de «plenitud» como dice la prensa femenina para las mujeres entre cuarenta y cincuenta y cinco años. La foto ha sido tomada en el jardín de la casa donde vive sola con el gato, en realidad una gata de un año y medio. Hace diez años vivían aquí su marido, dos adolescentes, su madre de vez en cuando. Era el centro de un círculo que no habría podido funcionar sin ella, desde la decisión de cuándo lavar las sábanas a las reservas de hoteles para las vacaciones. Su marido está lejos, se ha vuelto a casar y ha tenido un hijo, su madre se ha muerto, sus hijos se han independizado. Constata esa desposesión serenamente, como una trayectoria ineluctable. Cuando hace las compras en Alcampo, no necesita coger un carro, le basta con una cesta. Solo recupera su función de madre nutricia los fines de semana cuando sus hijos vuelven a casa. Aparte de sus obligaciones laborales, clases y corrección de exámenes, dedica su tiempo a la gestión de sus gustos personales y de sus deseos, lectura, cine, teléfono, correspondencia y aventuras amorosas. La constante inquietud material y moral por los demás que caracterizaba su vida conyugal y familiar se ha alejado de ella. Un interés por las causas humanitarias la ha sustituido, más liviano. Sumida en esa disolución de las obligaciones y esa apertura de posibles, se siente coincidente con el movimiento de la época tal como lo presentan Elle o Mane Claire para las mujeres treintañeras de clase media alta.
A veces se observa desnuda, en el espejo del cuarto de baño, el torso y el pecho menudos, la cintura muy marcada, el vientre ligeramente abombado, los muslos pesados con una hinchazón justo encima de las rodillas, el sexo bien visible ahora que el vello le clarea, una raja pequeña en comparación con las exhibidas en las películas X. Pequeños surcos azules cerca de la ingle, huella de las estrías de sus embarazos. Se asombra: es el mismo cuerpo desde que dejó de crecer, alrededor de los dieciséis años.
En ese momento en el que está mirando con ternura el objetivo (sin duda es un hombre el que hace la foto), se piensa como una mujer que ha vivido hace tres años una pasión violenta por un ruso. Su estado de deseo y de dolor ha desaparecido, sigue sintiendo la forma, pero la figura de ese hombre le resulta cada vez más lejana y penosa. Querría acordarse de cómo pensaba en él cuando se fue de Francia para siempre, qué ola de imágenes suyas la sumergía y encerraba su presencia dentro de ella como en un tabernáculo.

Fotograms de El tercer hombre de Carol Reed

Tłum. Krzysztof Jarosz i Magdalena Budzińska

Lata

Kobiety bardziej niż kiedykolwiek podlegały nadzorowi, ich zachowania, upodobania i pragnienia stanowiły przedmiot zażartych dyskusji, niespokojnej i triumfującej uwagi. Twierdzono, że „dostały wszystko”, „są wszędzie”, a w szkole „osiągają lepsze wyniki niż chłopcy”. Jak zawsze oznak ich emancypacji dopatrywano się w ich ciele, w zuchwałych ubiorach i zachowaniu seksualnym. To, że mówią „podrywać chłopców”, opowiadają o swoich fantazjach i na łamach „Elle” zastanawiają się, czy są „dobre w łóżku”, było dowodem ich wolności i równouprawnienia. Bezustanne wykorzystywanie w reklamach ich piersi i ud miało być doceniane jako hołd składany ich pięknu. Feminizm był starą, mściwą i pozbawioną poczucia humoru ideologią, której młode kobiety już nie potrzebowały, patrzyły na nią pobłażliwie, nie wątpiąc o swojej sile i równości. (Ale ciągle czytały więcej powieści niż mężczyźni, jakby potrzebowały nadać swojemu życiu wyimaginowaną formę). Dzięki wam, mężczyźni, że kochacie kobiety – taki tytuł zamieści pewna kobieca gazeta. Ich walkę pokrywał cień zapomnienia, jedyna pamięć, której oficjalnie nie podsycano.
Wraz z pigułką stały się paniami życia, lecz tego się nie rozgłaszało.
Nas, które przeszłyśmy aborcje w kuchniach, rozwiodłyśmy się i łudziłyśmy, że nasze wysiłki zmierzające do wyzwolenia samych siebie posłużą też innym, ogarniało wielkie znużenie. Nie wiedziałyśmy już, czy rewolucja kobiet naprawdę się odbyła. Po pięćdziesiątce wciąż jeszcze krwawiłyśmy. Ta krew nie miała już tej samej barwy ani zapachu co przedtem, była jakby iluzoryczna, uspokajała nas jednak regularność odmierzania czasu, którą można było utrzymać aż do śmierci. Nosiłyśmy dżinsy, legginsy i T-shirty jak piętnastoletnie dziewczyny, jak one mówiłyśmy „mój chłopak” na naszego stałego kochanka. Gdy w Radiu Nostalgia słyszałyśmy Only You czy Capri, c’est fini, ogarniało nas młodociane rozmarzenie, teraźniejszość rozszerzała się wstecz aż na lata, gdy byłyśmy po dwudziestce. W porównaniu z naszymi matkami, zamkniętymi w sobie i pocącymi się w swojej menopauzie, my miałyśmy wrażenie, że wygrywamy z czasem.
(Młode kobiety marzyły o tym, żeby się związać z mężczyzną, czego nie chciały już te po pięćdziesiątce, które kiedyś były w stałym związku).
Dzieci, zwłaszcza chłopcy, niechętnie opuszczały gniazdo rodzinne, pełną lodówkę, czyste ubrania, znane od dzieciństwa domowe odgłosy. Niewinnie kochały się w pokoju sąsiadującym z naszym. Mościły w przedłużonej młodości, świat na nie nie czekał. A my karmiłyśmy je, w dalszym ciągu troszczyłyśmy się o nie, miałyśmy wrażenie, że żyjemy ciągle w tym samym nieprzerwanym czasie.
Oto kobieta sfotografowana od głowy po biodra w ogrodzie pełnym krzewów. Jej długie rudoblond włosy leżą na kołnierzu grubego, czarnego, obszernego płaszcza, który wygląda na drogi. Na lewe ramię zarzuciła koniec landrynkowo różowego szalika, dziwnie wąskiego w zestawieniu z płaszczem. Na rękach trzyma czarno-białego kota pospolitej rasy, uśmiecha się, spoglądając w obiektyw, i przechyla głowę w pozie pełnej uwodzicielskiej słodyczy. Wargi ma bardzo różowe, bez wątpienia uwydatnione błyszczkiem dobranym pod kolor szalika. Jaśniejszy pas włosów wzdłuż przedziałka sygnalizuje odrosty. Kształtny, młody owal jej twarzy i wysokie kości policzkowe kontrastują z workami pod oczami i delikatną siatką zmarszczek na czole. Obszerny płaszcz nie pozwala określić figury, lecz dłonie wystające z rękawów i trzymające kota są chude, z widocznymi ścięgnami. To zdjęcie zrobiono zimą: blade światło słoneczne na skórze twarzy i dłoni, kępy suchej trawy, bezlistne gałęzie na tle niewyraźnej roślinności, w oddali linia bloków. Na odwrocie: „Cergy, 3 lutego ’92”.
Emanuje z niej wrażenie powściąganego rozluźnienia, aura kobiety „spełnionej”, jak kolorowe magazyny określają panie między czterdziestym a pięćdziesiątym piątym rokiem życia. Zdjęcie zrobiono w ogrodzie koło domu, w którym mieszka sama z półtoraroczną kotką. Dziesięć lat temu mieszkali tu jej mąż, dwóch dorastających synów i od czasu do czasu także jej matka. Kobieta była osią koła, które bez niej nie mogło się obracać – od podjęcia decyzji o zrobieniu prania po rezerwację hotelu na wakacje. Jej mąż jest teraz daleko, ożenił się powtórnie i ma dziecko, matka zmarła, synowie mieszkają gdzie indziej. Spokojnie akceptuje swoją samotność jako nieunikniony etap życia. Gdy robi zakupy w Auchan, nie musi już brać wózka, wystarcza jej koszyk. Funkcję żywicielki odzyskuje tylko w weekendy, gdy synowie wracają do domu. Poza obowiązkami zawodowymi, prowadzeniem lekcji i poprawą prac pisemnych, swój czas poświęca na zaspokajanie osobistych upodobań i pragnień, lekturę, filmy, telefonowanie, korespondencję i przygody miłosne. Nie musi już przejawiać bezustannej materialnej i moralnej troski o innych, co charakteryzowało jej życie małżeńskie i rodzinne. Zastąpiło ją mniej absorbujące zainteresowanie działalnością humanitarną. Ten zanik poczucia obowiązku i otwarcie na nowe możliwości sprawiają, że czuje się w zgodzie z trendami epoki, wyrażanymi w „Elle” czy „Marie Claire”, magazynach czytanych przez ponadtrzydziestoletnie kobiety z klasy średniej i wyższej.
Zdarza się jej obserwować siebie nagą w łazienkowym lustrze, szczupły tors i drobne piersi, wcięta talia, brzuch lekko zaokrąglony, ciężkie uda z wypukłością nad kolanami, płeć dobrze widoczna teraz, gdy włosy łonowe są rzadsze, szpara mała w porównaniu z tymi, które pokazują w filmach pornograficznych. Dwa podłużne niebieskie rowki blisko pachwin, ślady rozstępów po ciążach. Dziwi się: to jest to samo ciało, odkąd mniej więcej w wieku szesnastu lat przestała rosnąć.
W tej chwili, gdy zalotnie spogląda w obiektyw – bez wątpienia zdjęcie robi mężczyzna – myśli o sobie jako o kobiecie, która trzy lata wcześniej przeżyła namiętny związek z pewnym Rosjaninem. Stan pożądania i bólu, w jakim się wtedy pogrążyła, zniknął. Kobieta czuje ciągle jego zarys, lecz twarz tego mężczyzny staje się coraz bardziej odległa i zniekształcona. Chciałaby sobie przypomnieć, jak o nim myślała, gdy opuścił Francję, przywołać ciąg obrazów, który wypełniał ją całkowicie i sprawiał, że jego obecność była w niej zamknięta niczym w tabernakulum.

Annie Ernaux, collage propio

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

La piedad del tiempo

¿En qué oscuro rincón del tiempo que ya ha muerto
viven aún,
ardiendo, aquellos muslos?
       Le dan luz todavía
a estos ojos tan viejos y engañados,
que ahora vuelven a ser el milagro que fueron:
deseo de una carne, y la alegría
de lo que no se niega.

La vida es el naufragio de una obstinada imagen
que ya nunca sabremos si existió,
pues solo pertenece a un lugar extinguido.

Fotografías de Francesca Woodman (1951- 1981, Estados Unidos)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Miłosierdzie czasu

W jakim mrocznym zakątku czasu, który już się dokonał
żyją wciąż,
płonąc, te uda?
                               Ciągle napełniają światłem
te oczy takie stare i tyle razy oszukane,
które znów stały się cudem, jakim były kiedyś:
pragnienie innego ciała, i radość
z tego, czego się nie odmawia.

Życie to wrak pewnego natarczywego obrazu,
nigdy się już nie dowiemy, czy istniał naprawdę:
przynależy wyłącznie do miejsca, które wygasło.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

La perversión

La hermosura de la vida no acaba, y así nos lo parece a los humanos. Y amamos
las cosas que aquí se continúan, los cuerpos que ocuparán, con más belleza, nuestro sitio,
y vamos ya llegando a la quietud difícil, y aceptarán nuestro silencio en comprensión, porque nosotros antes
habremos comprendido y aceptado la noche ya sin fin y sin estrellas.

Quizá hayas venido, ahora que nuestros cuerpos se han amado con furia y alegría,
para escuchar de mí esta verdad sencilla, y que aún desconoces:
ningún hombre es feliz.

Rtograma de Altered States de Ken Russell

Tłum. Ada Trzeciakowska

Perwersja

Piękno życia nie ma końca, tak nam, ludziom, się wydaje. Kochamy
rzeczy, które trwają tutaj, ciała, które zajmą, jeszcze piękniej, nasze miejsca,
i dochodzimy do trudnego stanu wyciszenia, oni zaś nasze milczenie przyjmą ze zrozumieniem, bo wcześniej i my zdążymy już zrozumieć i zaakceptować tę noc bez końca już i bez gwiazd.

A może przyszłaś, teraz, gdy nasze ciała kochały się z furią i radością,
by usłyszeć ode mnie tę prostą prawdę, która wciąż jest ci obca:
żaden człowiek nie jest szczęśliwy.

José Ángel Valente

1929-2000, España

Imágenes tardías

A las niñas les crecen largas piernas, delicadas orejas, incandes­centes vellos, moluscos sumergidos, muslos húmedos, cabelleras doradas por el viento de otoño, insondables ojeras, párpados y pétalos, cinturas inasibles, precipitados límites del cuerpo hacia la lenta noche del amor, su infinita mirada.

Fotogramas de Moonrise Kingdom

Tłum. Ada Trzeciakowska

Późne obrazy

Dziewczętom wyrastają smukłe nogi, delikatne uszy, rozżarzony puszek, sekretnie skryte perłopławy, wilgotne uda, warkocze złocone jesiennym wiatrem, niezgłębione kręgi pod oczami, powieki i płatki, nieuchwytne talie, krawędzie ciała osuwające się ku powolnej nocy miłości, jej nieskończonemu spojrzeniu.

José Watanabe

1946-2007, Perú

La mantis religiosa

Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.

Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.

Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
Y dispuesta.

Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.

Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
de agradecimiento.

1. Tarantelle de Stanley William Hayter, 2. Oskar Kokoschka La novia del viento 3. y 4. André Masson Gradiva y La mantis religiosa

Sobre André Masson: «En su atelier de la rue Blomet, contiguo al de Miró, Masson trabó amistad con Michel Leiris, Antonin Artaud y Georges Bataille, y con ellos descubrió fascinado a autores como Sade, Nietzsche, Lautréamont, autores que exaltaban la violencia, la crueldad cósmica o pánica por la que todos los seres se devoran mutuamente. En esa crueldad, con su aniquilación de los límites individuales, se abría el abismo de la pulsión de vivir».

Tłum. Ada Trzeciakowska

Modliszka

Mój zmęczony wzrok cofnął się z nad lasu pobłękitniałego od słońca
do modliszki, która trwała w bezruchu jakieś 50 cm od moich oczu.
Leżałem na gorących kamieniach brzegu Chanchamayo
a ona wciąż tam była, pochylona, z rękami wyrażającymi skruchę,
nadmiernie ufając kamuflażowi imitującemu gałązkę lub suchy patyk.

Chciałem ją złapać, udowodnić jej, że oko zawsze nas demaskuje,
ale rozsypała mi się między palcami jak delikatna i krucha skorupka.

Przypadkowa encyklopedia wyjaśnia mi teraz, że zniszczyłem
pustego
samca.
Encyklopedia bez zająknięcia podaje, że historia rozegrała się w ten oto sposób:
samiec, na swoim kamyku, rozśpiewany i rozkołysany, wzywa
samicę
a samica już znajduje się u jego boku,
może trochę za bardzo chętna
Za bardzo gotowa.

Długi jest akt płciowy modliszek.
Podczas pocałunku
ona wsuwa długi, rurkowaty język aż do jego brzucha.
a po języku spływa żrąca ślina, kwas,
który upłynnia organy
i tkanki najbardziej odległych wewnętrznych zakamarków, podczas gdy daje mu rozkosz,
i podczas gdy daje mu rozkosz jej język chłepcze go, aż do
ostatniej kropli substancji odnóża czy mózgu, a samiec
w ten sposób przechodzi od najwyższej schizofrenii kopulacji do
śmierci.
I widząc już jego powłokę, wzlatuje, a język jej znów jest języczkiem.

Encyklopedie nie snują domysłów. Ten też nie przypuszcza, jakie ostatnie słowo
zostaje utrwalone na zawsze w otwartych i martwych ustach samca.
Nie możemy zatem wykluczać, że mogą być to być słowa
podziękowania.

Carina Sedevich

1972-, Argentina

***SEGÚN TARANTINO

David Carradine

Según Tarantino la cámara fue hecha para mostrar a
la gente matándose y besándose. Hay mañanas en que estoy
para siempre entrando con un hombre en un hotel.
-La hierba del invierno cruje a nuestros pies y desde fogatas
invisibles sube el humo que perfuma el aire.-

de Cuando la muerte sorprendió a Fassbinder

Fotogramas de Kung Fu y Kill Bill de Quentin Tarantino (David Carradine murió de asfixia erótica, su cuerpo fue encontrado en un hotel en Bangkok en 2009).

Tłum. Ada Trzeciakowska

*** Według Tarantino

David Carradine

Według Tarantino kamery wymyślono, by pokazywały
ludzi kiedy się zabijają i całują. Bywają ranki gdy
na zawsze wchodzę z pewnym mężczyzną do hotelu.
-Zimowa trawa skrzypi pod stopami a z niewidocznych
ognisk napływa dym, którym pachnie wiatr-.

Robert Hass

1941 – , Estados Unidos

Trad. Andrés Catalán

Miseria y esplendor

Convocados conscientemente por el recuerdo, ella
estará sonriendo, los dos estarán en la cocina hablando,
antes o después de la cena. Pero están en esta otra habitación,
la ventana está hecha de vidrios diminutos, y están en un sofá
abrazándose. Él la sujeta tan fuerte
como puede, ella se entierra en su cuerpo.
Es por la mañana o quizá por la tarde, la luz
fluye a través de la habitación. Fuera,
al día lo sucede lentamente la noche,
y después el día. El proceso se tambalea
y se acelera: semanas, meses, años. La luz en la habitación
permanece inalterable, así que es obvio lo que está sucediendo.
Intentan convertirse en una sola criatura,
pero algo no consiente. Son tiernos
el uno con el otro, temerosos
de que sus breves, agudos gritos les lleven a aceptar el momento
en que volverán a separarse. Así que se restriegan contra el otro,
secas sus bocas, después húmedas, después secas.
Se sienten en el centro de una poderosa
y desconcertada voluntad. Sienten
que son un único animal casi completo,
arrojado por las olas a la orilla de un mundo—
o acurrucado contra la puerta de un jardín—
del que no pueden admitir que jamás lograrán ser admitidos.

Fotograma de Vientos de agosto de Gabriel Mascaro, fotografías de Max Dupain y Duane Michaels

Tłum. Ada Trzeciakowska

Nędza i chwała

Przywołana świadomym wspomnieniem, ona
uśmiechałaby się, mogliby rozmawiać w kuchni,
przed lub po obiedzie. Ale są w tym drugim pokoju,
z oknem z mnóstwa małych szybek, siedzą na kanapie
i obejmują się. On ściska ją najmocniej
jak może, a ona zapada się w jego ciało.
Poranne, może wieczorne, światło
płynie przez pokój. Na zewnątrz,
dzień powoli przechodzi w noc,
a potem w dzień. Proces wibrując szalenie
przyspiesza: mijają tygodnie, miesiące, lata. Światło w pokoju
nie uległo zmianie, więc jasne jest, co się dzieje.
Próbują stać się jednym stworzeniem,
ale coś im na to nie pozwala. Są dla siebie czuli, wystraszeni,
że ich urywane, przenikliwe krzyki przygotują ich na chwilę
gdy znów od siebie odpadną. Więc ocierają się o siebie,
usta są suche, potem mokre, a potem suche.
Czują się jak w oku jakiejś potężnej
i zbitej z tropu woli. Czują
się zwierzęciem prawie kompletnym,
wyrzuconym przez fale na brzeg świata –
lub skulonym pod bramą do ogrodu –
do którego, czego nie potrafią przyjąć,
nie zostaną nigdy przyjęci.

Misery and Splendor

Summoned by conscious recollection, she
would be smiling, they might be in a kitchen talking,
before or after dinner. But they are in this other room,
the window has many small panes, and they are on a couch
embracing. He holds her as tightly   
as he can, she buries herself in his body.
Morning, maybe it is evening, light
is flowing through the room. Outside,
the day is slowly succeeded by night,
succeeded by day. The process wobbles wildly
and accelerates: weeks, months, years. The light in the room
does not change, so it is plain what is happening.
They are trying to become one creature,
and something will not have it. They are tender
with each other, afraid
their brief, sharp cries will reconcile them to the moment
when they fall away again. So they rub against each other,
their mouths dry, then wet, then dry.
They feel themselves at the center of a powerful
and baffled will. They feel
they are an almost animal,
washed up on the shore of a world—
or huddled against the gate of a garden—
to which they can’t admit they can never be admitted.

Michael Strunge

1958-1986, Dinamarca

Trad. Omar Pérez Santiago

Cuando estamos durmiendo

Cuando estamos durmiendo
nuestros corazones son dos pájaros
sueltos por la noche y la ciudad.
Encuentran huecos entre las casas
y tienen todas las épocas, a todo el cielo.
Llegan de sobra a los segundos –
Extienden las alas y abarcan la ciudad
vagan como relámpagos silenciosos lejos de aquí
Con la extrema percepción de oxígeno de las plumas:
los bosques, el mar, los cerebros de la gente
tendidos con sueños extendidos.
Por tanto soñamos –
tu sonrisa en el mensaje, las venas de tus párpados,
tus sonidos de visión dormida, ssshh, ssshh,
tu corazón un pájaro ahí fuera en la oscuridad,
un sonido en la oscuridad aquí dentro.
Tu piel es tan blanca y de nuevo siento
esta feliz angustia por la muerte.

Obras de Gabriel Pacheco y Andrew Newell Wyeth

Tłum. Ada Trzeciakowska

Kiedy śpimy

Kiedy śpimy
nasze serca to dwa ptaki
wypuszczone w noc nad miastem.
Znajdują dziuple między domami
I posiadają wszystkie czasy i nieba bezmiar.
Bez problemu nadążają za sekundami –
Rozkładają skrzydła i obejmują całe miasto
błądząc jak bezgłośne błyskawice daleko stąd
Nadzwyczajnie wyczuwają tlen piórami:
nad lasami, morzami, umysłami ludzi
wyciągniętych pod rozciągającymi się snami.
Dlatego śnimy-
twój uśmiech w wiadomości, żyły twoich powiek,
twoje odgłosy uśpionej wizji, ssshh, ssshh,
twoje serce ptak tam gdzieś w ciemności,
odgłos w ciemności tutaj obok.
Twoja skóra tak biała i znów czuję
tę szczęśliwą udrękę z powodu śmierci.

Når vi sover

Når vi sover
er vore hjerter to fugle
ude i mørket og byen.
Mellem husene finder de vej
og har alle tider, hele himlen.
De når vidt på sekunder –
breder vingerne ud og omspænder byen
strejfer som lydløse lyn langt herfra
med fjerenes yderste sansning af ilt:
skovene, havet, menneskenes hjerner
spændte med afspændte drømme.
Derfor drømmer vi –
dit smil ved besked, dine øjenlågs årer,
dine lyde af søvnsyn, ssshh ssshh,
dit hjerte en fugl derude i mørket,
en lyd i mørket herinde.
Din hud er så hvid og igen kan jeg føle
denne lykkelige angst for at dø.

Jarosław Markiewicz

1942-2010, Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

***

Está con nosotros el arbolito que es una revelación.
Tumbé mi cabeza y la tuya,
mi cabeza llena de pensamientos ajenos,
introduje en tu cuerpo el ojo que quiso
ser el ombligo del mundo,
pero tenía los párpados pesados.
¿Y nada más?
Nada más.
Si es un niño,
píntalo de verde.
Si es una niña,
azul será mejor.
Si fuese un potro, suéltalo también.

***

Jest z nami drzewko, które jest odkryciem.
Położyłem twoją i moją głowę,
moją głowę pełną cudzych myśli,
wniosłem do twojego ciała oko, które chciało
być pępkiem świata,
ale miało ciężkie powieki.
I nic więcej?
Nic więcej.
Jeśli to będzie chłopiec,
to pomaluj go na zielono.
Jeśli to będzie dziewczynka,
to lepszy byłby błękit.
Gdyby to było źrebię, to wypuść je także.

Obra de Michal Lukasiewicz

Jaime Sabines

1926-1999, México

Adán y Eva

IV

Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas?
Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es tranquila y tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.
¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no me dueles?
Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.
Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.
Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.
¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.

Fotografías de Max Dupain (1911-1992, Australia)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Adam i Ewa

IV

Wczoraj obserwowałem zwierzęta i pomyślałem o tobie. Samice są gładsze, miększe i niebezpieczniejsze. Każdy akt oddania się poprzedzają dręczeniem samca, ucieczką lub obroną. Dlaczego? Przecież i ciebie również widziałem, gdy, niczym gołębie, rozpalasz się wtedy kiedy ja jestem spokojny. Czyżby twoja i moja krew płonęły o innych godzinach?
Teraz, gdy śpisz, powinnaś mi odpowiedzieć. Oddychasz spokojnie, masz odprężoną twarz i rozchylone usta. Mogłabyś wszystko powiedzieć bez żadnej udręki, bez śmiechu.
Czyżbyśmy byli tak różni? Czy to nie z mojego żebra powstałaś, czyż nie bolisz mnie?
Kiedy jestem w tobie, kiedy kurczę się a ty obejmujesz mnie i otaczasz sobą i zamykasz się jak kwiat nad owadem, wiem coś, wiemy coś. Samica zawsze jest potężniejsza, w pewien sposób.
My ocalamy się od śmierci. Dlaczego? Każdej nocy ocalamy się. Zostajemy razem, w swoich ramionach, a ja zaczynam rosnąć niczym dzień.
Czegoś zapewne muszę w tobie szukać, czegoś mojego czym jesteś ty i czego nigdy nie powinnaś mi dać.
Dlaczego nas rozdzielono? Jesteś mi potrzebna bym mógł chodzić, widzieć, niczym trzecie oko, niczym stopa, o istnieniu której wiem tylko ja.

Juan Gelman

1930-2014, Argentina

Brillos

En la terraza
la niña mira a la luna y
se hace el amor.
¿Quién brilla para quién?
Ella canta canciones oscuras
al universo que tiembla.

Trad. Ada Trzeciakowska

Lśnienia

Na werandzie
dziewczyna patrzy w księżyc i
kocha się.
Kto lśni dla kogo?
Ona nuci ciemne pieśni
wszechświatowi, co drży.

Foto propia/ Man Ray

Zygmunt Bauman

1925-2017, Polonia / Inglaterra

Trad. Mirta Rosenberg

Amor líquido

La orfandad y el desconsuelo fueron celebrados brevemente en cuanto liberación definitiva del sexo de la prisión en que la sociedad patriarcal, puritana, aguafiestas, pacata, hipócrita y rígidamente victoriana lo habían encerrado.
Por fin había una relación pura de toda pureza, un encuentro que no servía a otro propósito que el del placer y el goce. Un sueño de felicidad sin ataduras, una felicidad sin temor a efectos secundarios y alegremente despreocupada de sus consecuencias, una felicidad de tipo «si no está completamente satisfecho, devuelva el producto y su dinero le será reembolsado»: la encarnación misma de la libertad, tal como lo han definido la sabiduría popular y las prácticas de la sociedad de consumo.
Está bien, y quizás sea incluso excitante y maravilloso, que el sexo se haya liberado hasta tal punto. El problema es cómo sostenerlo en su lugar una vez que hemos arrojado el contrapeso por la borda, cómo hacer que no se desmadre cuando ya no existen marcos disponibles. Volar liviano produce alegría, volar a la deriva es angustiante. El cambio es embriagador, la volatilidad es preocupante. ¿La insoportable levedad del sexo?
Volkmar Sigusch practica la psicología: atiende a diario a víctimas del «sexo puro». Lleva un registro de sus quejas, y la lista de heridos que acuden en busca de la ayuda de expertos no deja de crecer. El resumen de sus hallazgos es sobrio y sombrío.
«Todas las formas de relaciones íntimas en boga llevan la misma máscara de falsa felicidad que en otro tiempo llevó el amor marital y luego el amor libre (…) A medida que nos acercamos para observar y retiramos la máscara, nos encontramos con anhelos insatisfechos, nervios destrozados, amores desengañados, heridas, miedos, soledad, hipocresía, egoísmo y repetición compulsiva (…) El rendimiento ha reemplazado al éxtasis, lo físico está de moda, lo metafísico no (…) Abstinencia, monogamia y promiscuidad están alejadas por igual de la libre vida de la sensualidad que ninguno de nosotros conoce.»
Las consideraciones técnicas no se llevan bien con las emociones. Preocuparse por el rendimiento no deja ni lugar ni tiempo para el éxtasis. El camino de lo físico no conduce hacia la metafísica. El poder seductor del sexo solía emanar de la emoción, el éxtasis y la metafísica, tal y como lo haría hoy, pero el misterio ha desaparecido y, por lo tanto, los anhelos sólo pueden quedar insatisfechos…
Cuando el sexo significa un evento fisiológico del cuerpo y la «sensualidad» no evoca más que una sensación corporal placentera, el sexo no se libera de sus cargas supernumerarias, superfluas, inútiles y agobiantes. Muy por el contrario, se sobrecarga. Se desborda sin ninguna expectativa que no sea la de simplemente cumplir.
Las íntimas conexiones del sexo con el amor, la seguridad, la permanencia, la inmortalidad gracias a la continuación del linaje, no eran al fin y al cabo tan inútiles y restrictivas como se creía, se sentía y se alegaba. Esas viejas y supuestamente anticuadas compañeras del sexo eran quizás sus apoyos necesarios (necesarios no en cuanto a la perfección técnica del rendimiento, sino por su potencial de gratificación). Quizás las contradicciones que la sexualidad entraña endémicamente no sean más fáciles de resolver (mitigar, diluir, neutralizar) en ausencia de sus «ataduras». Quizás esas ataduras no eran pruebas del malentendido o el fracaso cultural, sino logros del ingenio cultural.

Esculturas de Auguste Rodin

Tłum. Tomasz Kunz

Razem osobno

Przez krótki czas świętowano „osierocenie” seksu, widząc w tym ostateczne jego wyzwolenie z więzienia, w którym dotąd trzymało go patriarchalne, purytańskie, wciąż-beznadziejnie-wiktoriańskie, pełne hipokryzji, nadęte i namaszczone społeczeństwo.
Oto, nareszcie, związek najczystszy z czystych, spotkanie, które prócz przyjemności i zmysłowego szczęścia nie służy żadnym innym celom. Wymarzona szczęśliwość bez zobowiązań, szczęśliwość wyzbyta lęku o efekty uboczne i beztrosko niebaczna na swoje konsekwencje, szczęśliwość typu „jakość gwarantowana albo pełny zwrot kosztów”: najpełniejsze wcielenie wolności, w znaczeniu, jakie nadaje jej dzisiaj potoczna mądrość i codzienna praktyka społeczeństwa konsumentów.
To miłe, może nawet rozkoszne i koniec końców wspaniałe, że seks jest tak „wyzwolony”. Sęk w tym, jak uchronić go przed dryfowaniem, kiedy cały balast wyrzucono za burtę, jak sprawić, by zachował formę, kiedy wzorcownie całkiem opustoszały Przyjemnie jest latać, ale lot bez sterów jest już tylko koszmarem. Zmiana jest rozkoszna, chaotyczność drażniąca. Nieznośna lekkość seksu?
Volkmar Sigusch jest praktykującym psychoterapeutą; codziennie styka się z ofiarami „czystego seksu”. Notuje ich skargi — a lista żalów wymagających interwencji eksperta bez przerwy się wydłuża. Wnioski, jakie wyciąga Sigusch ze swoich obserwacji, są równie posępne, co trzeźwe.
„Wszystkie modne obecnie formy intymnych relacji przywdziewają tę samą maskę fałszywej szczęśliwości, którą nosiła kiedyś miłość małżeńska, a później wolna miłość (…) Kiedy przyjrzymy się uważniej i zedrzemy maskę, znajdziemy pod nią nie spełnione pragnienia, stargane nerwy, zawiedzioną miłość, rany, lęki, samotność, hipokryzję, egotyzm i przymus powtarzania (…) Jakość wykonania zastępuje ekstazę, fizyczność pozostaje, metafizyczność znika (…) Wstrzemięźliwość, monogamia i rozpusta, wszystkie one są równie dalekie od swobodnej gry zmysłów, której nikt z nas nie zna”.
Szczegóły techniczne trudno godzić z emocjami. Skupianie całej uwagi na wykonawstwie nie zostawia czasu ani miejsca na ekstazę. Fizyka nie jest przedsionkiem metafizyki. A jednak to z emocji, ekstazy i metafizyki płynęła zawsze zniewalająca moc seksu, i tak też dzieje się dzisiaj, gdy tajemnica znikła, a pragnienia muszą pozostać nie spełnione…
Kiedy seks sprowadza się do aktu fizjologicznego, a „zmysłowość” staje się źródłem co najwyżej przyjemnych doznań cielesnych, nie znaczy to wcale, że seks wyzwolił się od przesadnych, zbędnych, niepotrzebnych, nieporęcznych i kłopotliwych obciążeń. Przeciwnie; oznacza to, iż jest on przeciążony. Przytłoczony ciężarem oczekiwań, którym nie jest w stanie sprostać.
Intymne związki seksu z miłością, bezpieczeństwem, trwałością i nieśmiertelnością-którą-zapewnia-trwanie-rodu, nie były ostatecznie aż tak bezużyteczne i krępujące, jak to niegdyś sądzono, odczuwano i deklarowano. Być może ci starzy i ponoć staroświeccy towarzysze seksu byli jego niezbędnym wsparciem (niezbędnym nie dla technicznej perfekcji wykonania, lecz dla czerpania z niego satysfakcji). Być może sprzeczności tkwiące w samej naturze seksualności nie dają się pogodzić (złagodzić, zażegnać, zneutralizować), niezależnie od braku czy obecności „zobowiązań” łączących się z seksem. Być może te zobowiązania były raczej dowodem przenikliwości kultury niż symbolem jej zafałszowań lub błędnych wyobrażeń.

Liquid Love: On the Frailty of Human Bonds

Orphaning and bereavement were for a brief time celebrated as the ultimate liberation of sex from the prison in which patriarchal, puritan, still-haplessly-Victorian, spoilsport, killjoy and hypocritical society held it.
Here, at long last, there was a purer than pure relationship, an encounter that served no other purpose but pleasure and joy. A dream happiness without strings attached, a happiness unafraid of side-effects and so cheerfully oblivious to its consequences, a happiness of the ‘if not fully satisfied, return product for full refund’ kind: a fullest incarnation of freedom, as the popular wisdom and practice of consumer society has defined it.
It is all right, perhaps even exhilarating and altogether wonderful, for sex to be so liberated. The snag is how to hold it in place once the ballast has been thrown overboard; how to hold it in shape if frames are no longer available. Flying lightly is mirth, rudderless flying is distress. Change is blissful, volatility annoying. The unbearable lightness of sex?
Volkmar Sigusch is a practising therapist; daily, he meets the casualties of ‘pure sex’. He records their complaints – and the list of grievances calling for the expert’s intervention lengthens unstoppably. His summaries of findings are as sombre as they are sober.
All forms of intimate relationships currently in vogue bear the same mask of false happiness once worn by marital and later by free love… [A]s we took a closer look and pulled away the mask, we found unfulfilled yearnings, ragged nerves, disappointed love, hurts, fears, loneliness, hypocrisy, egotism, and repetition compulsion… Performances have replaced ecstasy, physics are in, metaphysics out… Abstinence, monogamy, and promiscuity are all equally far removed from the free life of sensuality that none of us knows.
Technical concerns square ill with emotions. Concentration on performance leaves no time or room for ecstasy. Physics is not the road to metaphysics. It was emotion, ecstasy and metaphysics from which the seductive power of sex used to flow – as it would do now, but the mystery is gone and so the yearnings cannot but stay unfulfilled…
When sex stands for a physiological event in the body and ‘sensuality’ invokes little except a pleasurable bodily sensation, sex is not liberated from supernumerary, superfluous, useless, cumbersome and cramping loads. It is, on the contrary, overloaded. Overflowing with expectations beyond its capacity to deliver.
Intimate connections of sex with love, security, permanence, immortality-through-continuation-of-kin were not after all as useless and constraining as they were thought and felt and charged to be. The old and allegedly old-fashioned companions of sex were perhaps its necessary supports (necessary not for the technical perfection of the performance, but for its gratifying potential). Perhaps the contradictions with which sexuality is endemically fraught are no more likely to be resolved (mitigated, defused, neutralized) in the absence of ‘strings attached’, than they could be in their presence. Perhaps those strings were feats of cultural ingenuity rather than tokens of cultural misconception or failure.

Pascal Quignard

1948 – , Francia

El sexo y el espanto (frag. del cap. XV)

Trad. Silvio Mattoni

Hay que ceder al propio secreto hasta el punto en que la vista no esté impedida de hacerlo. El sueño es lo único que lo revela para el soñante, que está solo, en forma de imágenes. Nunca se comparte el sueño. No lo compartimos siquiera con el lenguaje. El pudor concierne al sexo como secreto. Ese secreto es inaccesible para el lenguaje, no sólo porque es anterior a él en muchos milenios, sino sobre todo porque en cada ocasión está en su origen. El lenguaje está para siempre desposeído de ello. Como el hombre que habla está para siempre desposeído porque ha salido para siempre de la vulva. Porque ya no es un infans sino un maturas, un adultus. Porque se ha vuelto lenguaje. Razón por la cual en principio ese secreto “que no habla” (infans) rara vez perturba su lenguaje. Razón por la cual en segundo lugar la “imagen” de ese secreto perturba tanto al hombre. Tanto que llega a soñar. Razón por la cual la visión de esa escena lo inmoviliza en el silencio y lo sepulta en la noche.

Agostino Arrivabene Orpheus

Tłum. Krzysztof Rutkowski

Seks i trwoga (frag. roz. XV)

Trzeba poddać się sile wewnętrznej tajemnicy, aż doprowadzi ona do miejsca, w którym nic nie zasłoni widoku […]. Wstyd, stykając się z seksem, zamienia go w sekret. Ten sekret nie jest dostępny językowi nie tylko dlatego, że jest od niego starszy o wiele tysięcy lat, lecz także i przede wszystkim dlatego, że za każdym razem decyduje on o pochodzeniu języka. Język jest z niego wywłaszczony na zawsze. Podobnie jak człowiek mówiący jest z niego wywłaszczony na zawsze, ponieważ na zawsze opuścił vulvam. Ponieważ nie jest już infans, lecz maturus, jest adultus.

Nuala Ní Dhomhnaill

1952 – , Irlanda

Trad. Ada Trzeciakowska

Mirando al hombre

Quítatelos,
Sucesivamente
Los pantalones y tu gastada
Camiseta,
Deja las gafas
En el estante
Al lado del peine
Y el pañuelo.
Luego atraviesa el cuarto
Pasa a mi derecha,
Acércate a la cama
Para que pueda viajar
Con mis ojos de arriba para abajo
A través de los valles oscuros de tu piel,
Que mi mirada acaricie
Esos maravillosos huesos.
Y sé paciente
Conmigo esta noche,
No sugieras cómo debemos hacerlo,
Relájate, entiende
Que frente la verdad desnuda
No soy capaz
De saciar la vista
Ni cerrar a cal y canto mis ojos.
Hombre de largas
Extremidades,
Anchos brazos
Y cintura estrecha.
Eres bello y masculino
Desde el cabello hasta los dedos de los pies,
Y con el sexo
en su sitio,
A ti se te debería venerar
En los lugares públicos
A ti se te deberían entregar
Los trofeos y los cheques.
Eres un modelo
Para la mano del artista.
Y ahora estás delante de mí
Solamente llevas tu piel y el reloj en la mano.

Tłum. Jerzy Jarniewicz

Patrząc na mężczyznę

Zdejmij je,
Po kolei,
Spodnie i znoszony
Szary podkoszulek,
Okulary połóż
Na półce
Obok grzebienia
I chusteczki.
Potem przejdź po podłodze
Po mojej prawej stronie,
Podejdź do łóżka,
Żebym mogła oczyma
Wędrować z góry na dół
Po ciemnych dolinach skóry,
Niech mój wzrok głaszcze
Te cudowne kości.
I bądź cierpliwy
Ze mną dziś wieczór,
Nie podpowiadaj, jak mamy to zrobić,
Rozluźnij się, zrozum,
Że wobec nagiej prawdy
Nie umiem
Zaspokoić wzroku
Ani zamknąć na spust oczu.
Mężczyzno, o długich
Kończynach,
Szerokich ramionach.
I wąskiej talii,
Jesteś piękny i męski
Od włosów po palce u stóp,
I z przyrodzeniem
Na właściwym miejscu,
Ciebie powinno się czcić
W miejscach publicznych,
Tobie powinno się wręczać
Trofea i czeki.
Jesteś modelem
Dla dłoni artysty.
Stoisz teraz przede mną
W samej skórze, z zegarkiem na ręce.

Fotogramas de El vientre del arquitecto de P. Greenaway y Te querré siempre de R. Rossellini

Mi montaje de correspondencias inspirado en la canción I love in your tragic beauty

Tomas Tranströmer

1931-2015, Suecia

Trad. Roberto Mascaró

Apuntes de fuego

Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.

Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.

Fotograma en negativo de Historia de un pecado de W. Borowczyk y foto propia (Povedilla)

Tłum. Leonard Neuger 

Ogniste gryzmoły

W te ponure miesiące moje życie roziskrzyło się tylko gdy się z tobą kochałem.
Jak świetlik: zapala się i gaśnie, zapala się i gaśnie – w przebłyskach można iść w jego ślady
w mroku nocnym wśród drzew oliwnych.

W te ponure miesiące dusza siedziała skulona i bez życia
lecz ciało poszło prostą drogą do ciebie.
Ryczało nocne niebo.
Doiliśmy kosmos ukradkiem i przeżyliśmy.

Fire Jottings

Throughout the dismal months my life sparkled alive only when I made
love with you.
As the firefly ignites and fades out, ignites and fades out — in glimpses we
can trace its flight
in the dark among the olive trees

Throughout the dismal months the soul lay shrunken, lifeless,
but the body went straight to you.
The night sky bellowed.
Stealthily we milked the cosmos and survived.

.

Andrzej Stasiuk

1960 – , Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

En mi desasosiego

En mi desasosiego, en tu sosiego*
el lobo y el zorro se detuvieron inmóviles:
El corzo a medio salto, la oca a un cuarto del grito
como parejas heráldicas que alaban la inevitable muerte.
Pero así no, amor mío, así no:
Hay en ello una suavidad igual a la crueldad,
el zorro es una zorra, la oca es un ganso.
La ternura alimentada con el miedo y el miedo
acariciado con una mano tierna.

*juego de palabras. Palabra polaca «pokój» tiene doble signficado. 1. sosiego/paz 2. cuarto/dormitorio

Fotomontaje de Robin Isely

W mym niepokoju

W mym niepokoju, w twoim pokoju
wilk i lis przystanęły nieruchomo:
Sarna w pół skoku, gęś w ćwierć krzyku
jak heraldyczne pary głoszące chwałę nieuchronnej śmierci.
Lecz to nie tak, moja miła, nie tak:
Jest w tym łagodność równa okrucieństwu,
lis jest lisicą a gęś gąsiorem.
Czułość sycona strachem i strach
głaskany czułą dłonią.

Paul Celan

1920-1970, Rumanía/Alemania

Corona

Trad. José Luis Reina Palazón

En mi mano come el otoño su hoja: somos amigos.
Descascaramos el tiempo de las nueces y le enseñamos a andar:
El tiempo retorna a la cáscara.

En el espejo es domingo,
en el soñar se duerme,
la boca dice verdad.

Mi ojo desciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos lo oscuro,
nos amamos uno al otro como amapola y memoria,
dormimos como vino en las conchas,
como la mar en el rayo de sangre de la luna.

Estamos abrazados en la ventana, nos miran desde la calle:
¡Ya es tiempo de que se sepa!
Ya es tiempo de que la piedra se avenga a florecer,
que a la inquietud le palpite un corazón.
Ya es tiempo de que sea tiempo.

Ya es tiempo.

Trad. José Ángel Valente

En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
la boca dice la verdad.

Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.

Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.

Es tiempo.

Monica Vitti en El desierto rojo de M. Antonioni (1964)

Tłum. Ryszard Krynicki

Corona

Jesień zjada mi z ręki swój liść: jesteśmy przyjaciółmi.
Wyłupujemy czas z orzechów i uczymy go chodzić:
czas wraca do skorupy.

W lustrze jest niedziela,
we śnie się śpi, usta mówią prawdziwie.

Moje oko zstępuje do płci ukochanej:
spoglądamy na siebie,
mówimy sobie to, co ciemne,
kochamy się jak mak i pamięć,
śpimy jak wino w muszlach,
jak morze w krwawiącym promieniu księżyca.

Stoimy objęci w oknie, przyglądają się nam z ulicy:
już czas, żeby się dowiedzieli!
Już czas, żeby kamień raczył zakwitnąć,
żeby w sercu zabił niepokój.
Już czas, żeby nadszedł czas.

Już czas

Corona

Aus der Hand frißt der Herbst mir sein Blatt: wir sind Freunde.
Wir schälen die Zeit aus den Nüssen und lehren sie gehn:
die Zeit kehrt zurück in die Schale.

Im Spiegel ist Sonntag,
im Traum wird geschlafen,
der Mund redet wahr.

Mein Aug steigt hinab zum Geschlecht der Geliebten:
wir sehen uns an,
wir sagen uns Dunkles,
wir lieben einander wie Mohn und Gedächtnis,
wir schlafen wie Wein in den Muscheln,
wie das Meer im Blutstrahl des Mondes.

Wir stehen umschlungen im Fenster, sie sehen uns zu von der 
                                                                Straße:
es ist Zeit, daß man weiß!
Es ist Zeit, daß der Stein sich zu blühen bequemt,
daß der Unrast ein Herz schlägt.
Es ist Zeit, daß es Zeit wird.

Es ist Zeit.

Aldous Huxley

1894-1963, Gran Bretaña

Trad. Floreal Mazía

La isla (frag.)

–¿El coronel Dipa? –¡Qué extraño regalo de Adriano a Antinoo! Volvió a mirar el grabado de la motocicleta, y luego contempló de nuevo el rostro encendido de Murugan. Se hizo la luz en su cerebro; se reveló el propósito del coronel. La serpiente me tentó y comí. El árbol del centro del jardín se llamaba Árbol de los Bienes de Consumo, y para los habitantes de todos los edenes subdesarrollados, el más leve regusto de su fruta, y aun la visión de sus mil trescientas cincuenta y ocho páginas, tenía el poder de hacerles reconocer avergonzados, que, hablando en términos industriales, se encontraban completamente desnudos. El futuro raja de Pala estaba siendo obligado a entender que era el gobernante descamisado de una tribu de salvajes.
–Debería –dijo en voz alta– importar un millón de estos catálogos y distribuirlos, a título gratuito, por supuesto, como los anticonceptivos, a todos sus súbditos.
–¿Para qué?
–Para aguzarles el apetito de poseer cosas. Entonces empezarán a pedir Progreso a gritos: pozos petrolíferos, armamentos, Joe Aldehyde, técnicos soviéticos.
Murugan frunció el entrecejo y meneó la cabeza.
–No serviría.
–¿Quiere decir que no se dejarían tentar? ¿Ni siquiera por Motonetas Aerodinámicas y Corpiños color Rosa Susurro? ¡Pero eso es increíble!
–Podrá ser increíble –replicó Murugan con amargura–, pero es un hecho. No les interesa nada de eso.
–¿Ni siquiera a los jóvenes?
–Yo diría que especialmente a los jóvenes.
Will Farnaby aguzó los oídos. Esa falta de interés le resultaba en alto grado interesante.
–¿Y puede adivinar por qué? –preguntó.
–No adivino –respondió el joven–. Lo sé. –Y como si de repente hubiese decidido representar una parodia de su madre, comenzó a hablar en tono de justiciera indignación, absurdamente ajeno a su edad y aspecto.– Por empezar, están muy ocupados en… –Vaciló, y la odiada palabra fue musitada con énfasis de repugnancia.– En cosas del sexo.
–Pero todos se dedican al sexo. Cosa que no les impide ansiar los coches veloces.
–Aquí el sexo es distinto –insistió Murugan.
–¿Debido al yoga del amor? –preguntó Will, recordando el rostro embelesado de la pequeña enfermera.
–Tienen algo que les hace creer que son perfectamente dichosos, y no quieren ninguna otra cosa –asintió el joven.
–¡Qué estado de bienaventuranza!
–¡No hay nada de bienaventurado en eso! –replicó Murugan con seque-dad–. Es estúpido y desagradable. Nada de progreso; sólo sexo, sexo, sexo. Y, por supuesto, esa asquerosa droga que les dan.

Fotogramas de Moonrise Kingdom de Wes Anderson (2012)

Tłum. Sławomir Jerzy Białostocki

Wyspa

– Od pułkownika Dipy? – Co za dziwny prezent od Hadriana dla Antinousa! Popatrzył jeszcze raz na zdjęcie motocykla i z powrotem na rozpromienioną twarz Murugana. Zaświtało mu – nagle dojrzał ukryty cel zabiegów pułkownika. „Wąż mnie zwiódł i zjadłam”. Drzewo w rajskim ogrodzie nazywa się Drzewo Towarów Konsumpcyjnych, a dla mieszkańców każdego z upośledzonych w rozwoju Rajów smak najmniejszego z jego owoców, a nawet sam widok jego tysiąca trzystu pięćdziesięciu ośmiu liści ma moc uświadomienia im wstydliwego faktu, że w sensie wyrobów przemysłowych są kompletnie goli. A przyszłemu Radży Pali dawano szansę uświadomienia sobie, że nie jest niczym więcej jak nienawykłym do noszenia spodni władcą szczepu dzikusów.
– Powinieneś – powiedział Will na głos – sprowadzić milion tych katalogów i rozdać – oczywiście gratis, tak jak środki antykoncepcyjne – wśród swoich poddanych.
– W jakim celu?
– By zaostrzyć im apetyt na posiadanie. Zaczną się wtedy domagać Postępu, a więc szybów naftowych, uzbrojenia, Joego Aldehyda, radzieckich techników.
Murugan zmarszczył brwi i potrząsnął głową.
– To nic nie da.
– Myślisz, że ich nie skusi? Nawet Speedstery o eleganckiej sylwetce i bladoróżowe biustonosze? Ależ to nie do wiary!
– Może i nie do wiary – powiedział gorzko Murugan – ale to fakt. Oni są po prostu niezainteresowani.
– Nawet ci młodzi?
– Powiedziałbym, że szczególnie ci młodzi.
Will Farnaby nadstawił uszu. Brak zainteresowania w tym przypadku był niezwykle interesujący.
– Czy potrafisz zgadnąć dlaczego? – zapytał.
– Nie muszę zgadywać – odparł chłopak. – Wiem. – Sztucznie jak aktor, jakby nagle postanowił parodiować swoją matkę, zaczął mówić, absurdalnie niepasującym do jego wieku i wyglądu, tonem świętego oburzenia. – Zacznijmy od tego, że są zdecydowanie zbyt zajęci… – Tu się zawahał, a następnie wyświstał to wstrętne słowo z akcentowaną odrazą: – Seksem.
– Ależ seksem zajmują się wszyscy. Co ich nie powstrzymuje przed uganianiem się za skuterami o eleganckiej linii.
– W tym kraju seks jest czymś innym – upierał się Murugan.
– Czy z powodu jogi miłości? – zapytał Will, pamiętając pełną zachwytu twarz małej pielęgniarki.
Chłopak pokiwał twierdząco głową.
– Mają coś, co każe im myśleć, że są zupełnie szczęśliwi i nie potrzebują nic więcej.
– Ależ to prawdziwe błogosławieństwo!
– Nie ma w tym nic błogosławionego – odciął się Murugan. – Tylko coś głupiego i odrażającego. Żadnego postępu, jedynie seks, seks i seks. No i oczywiście ten potworny narkotyk, który się im daje.

Island

Murugan shook his head. «Colonel Dipa gave it to me.» «Colonel
Dipa?» What an odd kind of present from Hadrian to Antinoiis! He looked again at the picture of the motorbike, then back at Murugan’s glowing face. Light dawned; the Colonel’s purpose revealed itself. The serpent tempted me, and I did eat. The tree in the midst of the garden was called the Tree of Consumer Goods, and to the inhabitants of every underdeveloped Eden the tiniest taste of its fruit, and even the sight of its thirteen hundred and fifty-eight leaves, had power to bring the shameful knowledge that, industrially speaking, they were stark-naked. The future Raja of Pala was being made to realize that he was no more than the untrousered ruler of a tribe of savages.
«You ought,» Will said aloud, «to import a million of these catalogues
and distribute them—gratis, of course, like contraceptives—to all your
subjects.»
«What for?»
«To whet their appetite for possessions. Then they’ll start clamoring for
Progress—oil wells, armaments, Joe Aldehyde, Soviet technicians.»
Murugan frowned and shook his head. «It wouldn’t work.»
«You mean, they wouldn’t be tempted? Not even by Sleek Speedsters
and Whisper-Pink Bras? But that’s incredible!»
«It may be incredible,» said Murugan bitterly, «but it’s a fact. They’re just not interested.»
«Not even the young ones?»
«I’d say especially the young ones.»
Will Farnaby pricked up his ears. This lack of interest was profoundly
interesting. «Can you guess why?» he asked.
«I don’t guess,» the boy answered. «I know.» And as though he had
suddenly decided to stage a parody of his mother, he began to speak in a tone of righteous indignation that was absurdly out of keeping with his age and appearance. «To begin with, they’re much too busy with …» He hesitated, then the abhorred word was hissed out with a disgustful
emphasis. «With sex.»
«But everybody’s busy with sex. Which doesn’t keep them from
whoring after sleek speedsters.»
«Sex is different here,» Murugan insisted.
«Because of the yoga of love?» Will asked, remembering the little
nurse’s rapturous face.
The boy nodded. «They’ve got something that makes them think
they’re perfectly happy, and they don’t want anything else.»
«What a blessed state!»
«There’s nothing blessed about it,» Murugan snapped. «It’s just stupid
and disgusting. No progress, only sex, sex, sex. And of course that beastly dope they’re all given.»

Abelardo Sánchez-León

1947 – , Perú

Del roce de nuestras piernas…

Del roce de nuestras piernas asomará un varón o una hembra.
Y tendrá el cabello largo como el heno que acariciamos entre
gritos esta noche.
Esparciremos un blanco semen y goteará en los tejados,
se recostará en los flancos,
girará en la brisa como eco quiñado en nuestras manos.
(Nacimos desnudos y salvajes,
estirándonos gruesos muñones cercenados en el frío de la distancia,
ya calmados del brío fogoso, de la hoguera ardiente,
de la noche cubierta de espasmos y estrellas.
Nacemos removiendo nuestros cuerpos deformes y depilados,
con el viento calmo esperando remover el astillado lecho,
donde los padres se revolcaban con el sudor de las sábanas
entre sus muslos agitados)
De esta noche nacerá un varón o una hembra con el roce
de nuestras piernas.
En tu vientre nutrirás carne tuya con tu propia carne.
Desde la ingle sentirás los dolores
y su cabeza irá creciendo hasta abarcar todo el cuerpo.
Donde vayas irá contigo.
Donde calles callará contigo.
Lo alimentarás con la sangre y la carne.
Y se irá de un tirón cuando estés echada sudando todo el peso
de su silencio.
Déjame acariciar tu piel como agua deslizándose entre mis manos.
Recostar el cuello en el vientre y revolcarnos hasta oscurecer la noche.
Desnudemos nuestros cuerpos con la brisa y que el olor del heno
nos cubra esperando la mañana en el hastío inmóvil.
Sólo nos pertenece esta noche.
Se lo llevarán como nos arrancaron a nosotros de los brazos,
se arrastrará en las calles escalando los elaborados peldaños.
Irá donde tú no vayas.
Dormirá donde tú no duermas.
Está amaneciendo y veo las barbas del tiempo sobre nuestras sombras.
Abrázame: que se aleje con el sudor de los dos cuerpos,
y su piel olerá como el heno de la noche.

Fotogramas de «El espejo» de Andrei Tarkovsky (1975)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Z potarcia naszych nóg…

Z potarcia naszych nóg wyjrzy chłopiec lub dziewczynka.
I będzie mieć włosy długie jak siano które gładziliśmy pośród
krzyków tej nocy.
Rozsiejemy białe nasienie i będzie kapać na dachy,
zalegać na skrzydłach budynków,
wirować na wietrze niczym rozszczepione echo w naszych dłoniach.
(Urodziliśmy się nadzy i dzicy,
wyciągając grube kikuty ścięte chłodem rozdzielenia,
wyciszone już zapał płomienny, żar ogniska,
pokryta spazmami i gwiazdami noc.
Rodzimy się w konwulsjach zdeformowane, bezwłose ciała,
czekające, na spokojnym wietrze, aż usunie się roztrzaskane posłanie,
gdzie rodzice tarzali się w pocie prześcieradeł,
wśród wzburzonych ud)
Z nocy tej narodzi się chłopiec lub dziewczynka przez potarcie naszych nóg.
W brzuchu twoim będziesz żywić ciało twoje własnym ciałem.
Od pachwiny poczujesz ból
a głowa twoja będzie rosła aż obejmie ciało całe.
Gdzie ty, ono pójdzie za tobą.
Gdzie ty, zamilknie wraz z tobą.
Będziesz go odżywiać mięsem i krwią.
I odejdzie nagle, kiedy leżąc będziesz wypacać cały ciężar jego ciszy.
Pozwól mi pogłaskać skórę twoją niczym wodę prześlizgującą się między palcami.
Położyć szyję na brzuchu twoim i tarzać się aż ściemnieje noc.
Obnażmy ciała na na wietrze, niech zapach siana
otuli nas czekających świtu w bezwładzie apatii.
Ta noc tylko do nas należy.
Zabiorą je jak i nas wyrwano z objęć,
będzie wlokło się ulicami wspinając się po misternych stopniach.
Dojdzie tam, gdzie ty nie możesz.
Zaśnie, gdzie ty nie zaśniesz.
Świta i dostrzegam zarost czasu na naszych cieniach.
Obejmij mnie: niech odejdzie wraz z potem naszych ciał,
a jego skóra będzie pachnieć jak siano nocy.

Anne Sexton

1928-1974, EE.UU.

Cuando un hombre entra en una mujer

Cuando un hombre entra 
en una mujer, 
como el oleaje que muerde la orilla, 
una y otra vez, 
y la mujer abre la boca de placer 
y sus dientes brillan 
como el alfabeto, 
Logos aparece ordeñando una estrella, 
y el hombre 
dentro de la mujer 
hace un nudo, 
para que nunca más estén separados 
y la mujer 
sube a una flor 
y traga su tallo
y Logos aparece 
y desata los ríos.

Este hombre, 
esta mujer 
con su doble hambre, 
han procurado penetrar 
la cortina de Dios, 
lo cual brevemente 
han logrado 
aunque Dios 
en su perversidad 
deshace el nudo.

When man enters woman

When man
enters woman,
like the surf biting the shore,
again and again,
and the woman opens her mouth in pleasure
and her teeth gleam
like the alphabet,
Logos appears milking a star,
and the man
inside of woman
ties a knot
so that they will
never again be separate
and the woman
climbs into a flower
and swallows its stem
and Logos appears
and unleashed their rivers.

This man,
this woman
with their double hunger,
have tried to reach through
the curtain of God
and briefly they have,
though God
in His perversity
unties the knot.

Tłum. Monika J. Sujczyńska

Kiedy mężczyzna wchodzi w kobietę

Kiedy mężczyzna
wchodzi w kobietę
jak fala która wgryza się w brzeg
raz za razem
i kobieta otwiera usta w rozkoszy,
a zęby jej lśnią
jak alfabet,
zjawia się Logos dojący gwiazdę,
i mężczyzna
wewnątrz kobiety
zawiązuje węzeł,
by nic ich nigdy
nie rozdzieliło,
a kobieta
wdrapuje się do środka kwiatu
i połyka łodygę,
i zjawia się Logos
i puszcza z uwięzi ich rzeki.

Ten mężczyzna,
ta kobieta,
zgłodniali w dwójnasób,
usiłowali przedrzeć się
przez zasłonę Boga
i na chwilę zdołali,
a jednak Bóg
z właściwą sobie perfidią
rozwiązuje węzeł.

Rafał Wojaczek

1945-1971, Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

La Cruz

Yo soy horizontal
Tú eres vertical
Tú eres el monte
Yo soy la colina
Yo soy la Tierra
Tú eres el Sol
Tú eres el escudo
Yo soy la espada
Yo soy la herida
Tú eres el dolor
Yo soy la noche
Tú eres el Dios
Tú eres el fuego
Yo soy el agua
Yo estoy desnuda
Tú estás dentro de mí
Yo soy horizontal
Pero no siempre
Tú eres vertical
Pero a veces
Yo soy un vertical
Monte de orgasmo
Tú estás vertical
Junto a mí

Krzyż

Ja jestem pozioma
Ty jesteś pionowy
Ty jesteś góra
Ja jestem dolina
Ja jestem Ziemia
Ty jesteś Słońce
Ja jestem tarcza
Ty jesteś miecz
Ja jestem rana
Ty jesteś ból
Ja jestem noc
Ty jesteś Bóg
Ty jesteś ogień
Ja jestem woda
Ja jestem naga
Ty jesteś we mnie
Ja jestem pozioma
Ale nie zawsze
Ty jesteś pionowy
Ale do czasu
Ja jestem pionowa
Góra orgazmu
Ty jesteś pionowy
Przy mnie

Gary Snyder

1930 – , Estados Unidos

* Recomiendo leer el poema de G. Snyder junto con este de M. Kielar

Trad. Ada Trzeciakowska

Quema. 2.

Uno se mueve continuamente con la conciencia
De aquello otro, ajeno por completo, no humano:
que zumba dentro como un tambor tenso,
evitando con cuidado cualquier pensamiento directo,
Atento al mundo real (de) carne y piedra.

Intrincadas capas de vacío
Sólo este mundo, formas tramposas
             una mano, un pecho, dos abrazados
Ternura humana se echa por tierra
En ciclos secos sin fin
Formas dentro de formas cayendo
                                                        aferrándose
Con holgura, ¿qué se ha marchado?
                                                          -amor-

En primavera el Aguacate pierde las hojas muertas
Suave tembleteo atraviesa el bosque de Cerezos
Pájaro en aquel instante
Todos aquellos libros
            ella lleva un jersey fino
            sin sujetador
            en escasa luz
Una ojeada, millas abajo
Carne y huesos se funden en la roca
            “sin arrepentirse-
pío pío
             (gorriones)
ni una palabra sobre el vacío
Al cual una mano al copular
Se aferra

Fotogramas de Woman of the lake de Yoshida Yoshishige (1966)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Spalanie. 2.

Człowiek porusza się świadom ciągle
Tego innego, obcego całkiem, nieludzkiego:
co brzęczy wewnątrz, jak napięty bęben,
Uważnie unika każdej myśli o nim;
Skupiony na realnym świecie ciała i kamienia.

Misterne warstwy pustki
Ten jedyny świat i formy podstępne
             ręka, pierś, dwoje w objęciu –
Ludzka czułość uchodzi prędko
zwiędłymi nieskończonymi cyklami,
Kształty do środka kształtów wpadają
                                                             przylegając,
Luźno, co przeminęło?
                                     – miłość

Wiosną drzewo Avocado zrzuca zeschłe liście
Miękki dreszcz przeszywa Wiśniowe sady

Ptak w tej chwili
Te wszystkie książki
            ona w cienkim swetrze
            bez stanika
            w słabym świetle
Jedno spojrzenie, mile poniżej
Ciało i kości stapiają się na skale
            «bez żalu-
ćwir ćwir
            (wróble)
i ani słowa o pustce
do której kopulując jedną ręką
kurczowo przywiera

Burning. 2.

One moves continually with the consciousness
Of that other, totally alien, non-human:
Humming inside like a taut drum,
Carefully avoiding any direct thought of it,
Attentive to the real-world flesh and stone.

Intricate layers of emptiness
This only world, juggling forms
            a hand, a breast, two clasped
Human tenderness scuttles
Down dry endless cycles
Forms within forms falling
                                              clinging
Loosely, what’s gone away?
                                              —love

In Spring the Avocado sheds dead leaves
Soft rattling through the Cherry greens
Bird at this moment
All these books
            wearing a thin sweater
            & no brassiere
            in failing light
One glance, miles below
Bones & flesh knit in the rock
            “have no regret-
chip chip
            (sparrows)
& not a word about the void
To which one hand diddling
Cling

A %d blogueros les gusta esto: