Él está solo, es Navidad. Por la colina suben tres árboles, los tres reyes magos. También hay una estrella Sobre el pesebre oscuro. ¿Pero dónde está el Niño?
Compadécete del hombre. Ha recorrido un largo camino Como los árboles ha sido Paciente. Pero lo ha adelantado La razón. El pesebre está vacío.
Casgob, decía, 2 millas. Pero nunca fui allí; lo dejé como un adorno en el estante de la mente, cubierto
con el polvo de sus veranos; un lugar a dieta de los ecos de las campanas calladas y las voces
de los niños; blanca es la arquitectura de sus nubes, inmóvil la luz del sol. Así fue mejor, necesito un museo
para almacenar las partículas más frágiles del sueño. El tiempo es un camino principal, la eternidad el desvío que no tomamos.
Fotos propias. El Museo Shōmei Yō en el pueblo de Minamiaso, prefectura de Kumamoto, exhibe los dibujos originales del ilustrador, Shōmei Yō (1946) y los recrea en el paisaje. Al abrir la puerta blanca desde el museo, se sale a una pradera de 66.000 m2. Subiendo la colina hacia el árbol solitario, sentado en un banco y contemplando la grandeza de la naturaleza, uno se siente como si estuviera suspendido dentro de una obra de arte.
Zdjęcia własne. Muzeum Shōmei Yō w mieście Minamiaso, w prefekturze Kumamoto, prezentuje oryginalne rysunki ilustratora Shōmei Yō (1946) i odtwarza je w przyległym terenie. Otwierając białe drzwi od strony muzeum, wychodzimy na łąkę o powierzchni 66 tys. m2. Wspinając się na wzgórze w kierunku samotnego drzewa, siadając na ławce i kontemplując wspaniałość natury, ma się wrażenie, że jest się zawieszonym wewnątrz dzieła sztuki.
Tłum. Andrzej Szuba
Drogowskaz
Casgob – czytam – 2 mile. Ale nigdy tam nie byłem; tkwi jak bibelot na półce pamięci,
pokryty kurzem lat; miejsce na diecie echa zamilkłych dzwonów i dziecięcych
głosów; biała jest architektura jego chmur, nieruchome promienie słońca. Tak było najlepiej. Potrzebne mi muzeum
do gromadzenia co wątlejszych drobin snu. Czas to droga główna, wieczność – zakręt, którego nie bierzemy.
THE SIGNPOST
Casgob, it said, 2 miles. But I never went there; left it like an ornament on the mind’s shelf, covered
with the dust of its summers; a place on a diet of the echoes of stopped bells and children’s
voices; white the architecture of its clouds, stationary its sunlight. It was best so, I need a museum
for storing the dream’s brittler particles in. Time is a main road, eternity the turning that we don’t take.
Dime, ¿tú crees en Dios? Snaut me echó una mirada inquieta. —¿Qué?… ¿Quién cree todavía?… Yo adopté un tono desenvuelto. —No es tan sencillo. No se trata del Dios tradicional de las religiones de la Tierra. No soy especialista en historia de las religiones y tal vez no haya inventado nada. ¿Sabes, por casualidad, si existió alguna vez una fe en un dios… imperfecto? Snaut frunció las cejas. —¿Imperfecto? ¿Qué quieres decir? En cierto sentido, todos los dioses eran imperfectos, una suma de atributos humanos magnificados. El Dios del Antiguo Testamento, por ejemplo, exigía sumisión y sacrificios, y tenía celos de los otros dioses… Los dioses griegos, de humor belicoso, enredados en disputas de familia, eran tan imperfectos como los hombres. Lo interrumpí. —No, no pienso en dioses nacidos del candor de los seres humanos, sino en dioses de una imperfección fundamental, inmanente. Un dios limitado, falible, incapaz de prever las consecuencias de un acto, creador de fenómenos que provocan horror. Es un dios… enfermo, de una ambición superior a sus propias fuerzas, y él no lo sabe. Un dios que ha creado relojes, pero no el tiempo que ellos miden. Ha creado sistemas o mecanismos, con fines específicos, que han sido traicionados. Ha creado la eternidad, que sería la medida de un poder infinito, y que mide sólo una infinita derrota. Snaut titubeó, pero ya no me mostraba esa desconfiada reserva de los últimos tiempos. —El maniqueísmo, antaño… Lo interrumpí. —Ninguna relación con el principio del Bien y del Mal. Este dios no existe fuera de la materia, quisiera librarse de la materia, pero no puede… Snaut reflexionó un instante. —No conozco ninguna religión de ese tipo. Esta especie de religión nunca fue… necesaria. Si te comprendo, y temo haberte comprendido, piensas en un dios evolutivo, que se desarrolla en el tiempo, crece, y es cada vez más poderoso, aunque sabe también que no tiene bastante poder. Para tu dios, la condición divina no tiene salida; y habiendo comprendido esa situación, se desespera. Sí, pero el dios desesperado ¿no es el hombre, mi querido Kelvin? Es del hombre de quien me hablas.. Tu dios no es sólo una falacia filosófica, sino también una falacia mística. —No, no se trata del hombre —insistí—. Es posible que en ciertos aspectos el hombre se acomode a esta definición provisional, y también deficiente. El hombre, a pesar de las apariencias, no inventa metas. El tiempo, la época, se las imponen. El hombre puede someterse a una época o sublevarse; pero el objeto aceptado o rechazado le viene siempre del exterior. Si sólo hubiese un hombre, quizá pudiera tratar de inventarse una meta; sin embargo, el hombre que no ha sido educado entre otros seres humanos no llega a convertirse en hombre. Y el ser que yo… que yo concibo… no puede existir en plural ¿comprendes? Snaut señaló la ventana. —Ah —dijo—, entonces… —No, él tampoco. En el proceso de desarrollo, habrá rozado sin duda el estado divino, pero se encerró en sí mismo demasiado pronto. Es más bien un anacoreta, un eremita del cosmos, no un dios… El océano se repite, Snaut, y mi dios hipotético no se repetiría jamás. Tal vez esté ya en alguna parte, en algún recoveco de la Galaxia, y muy pronto, en un arrebato juvenil, apagará algunas estrellas y encenderá otras… Nos daremos cuenta al cabo de un tiempo. —Ya nos hemos dado cuenta —dijo Snaut con acritud—. ¿Las novas y las supernovas serían entonces los cirios de un altar? —Si tomas lo que digo al pie de la letra… —Y Solaris es quizá la cuna de tu divino infante —continuó Snaut, con una sonrisa que le multiplicó las arrugas alrededor de los ojos—. Solaris es tal vez la primera fase de ese dios desesperado… Quizá esta inteligencia pueda desarrollarse inmensamente… Todas nuestras bibliotecas de solarística pueden no ser otra cosa que un repertorio de vagidos infantiles… —Y durante un tiempo —proseguí— habremos sido los juguetes de ese bebé. Es posible. ¿Tú sabes lo que acabas de hacer? Has ideado una hipótesis enteramente nueva sobre el tema de Solaris. Felicitaciones. De pronto, todo se explica, la imposibilidad de establecer un contacto, la ausencia de respuestas, el comportamiento extravagante; todo corresponde a la conducta de un niño pequeño… De pie frente a la ventana, Snaut refunfuñó: —Renuncio a la paternidad de la hipótesis… Contemplamos un rato las olas tenebrosas; una mancha pálida, oblonga, se dibujaba al este, en la bruma que velaba el horizonte. Sin apartar los ojos del desierto centelleante, Snaut preguntó de pronto: —¿De dónde sacaste esa idea de un dios imperfecto? —No sé. Me parece muy verosímil. Es el único dios en el que yo podría creer, un dios cuya pasión no es una redención, un dios que no salva nada, que no sirve para nada: un dios que simplemente es.
Powiedz mi, czy… wierzysz w Boga? Spojrzał na mnie bystro. – Co ty? Kto wierzy jeszcze dziś… W jego oczach tlał niepokój. – To nie jest takie proste – powiedziałem umyślnie lekkim tonem – bo nie chodzi mi o tradycyjnego Boga ziemskich wierzeń. Nie jestem religiologiem i może niczego nie wymyśliłem, ale nie wiesz przypadkiem, czy istniała kiedyś wiara w Boga… ułomnego? – Ułomnego? – powtórzył unosząc brwi. – Jak to rozumiesz? W pewnym sensie bóg każdej religii był ułomny, bo obarczony ludzkimi cechami, powiększonymi tylko. Bóg Starego Testamentu był na przykład żądnym czołobitności i ofiar gwałtownikiem, zazdrosnym o innych bogów… greccy bogowie przez swą kłótliwość, waśnie rodzinne byli nie mniej po ludzku ułomni… – Nie – przerwałem mu – mnie idzie o Boga, którego niedoskonałość wynika nie z prostoduszności jego ludzkich stwórców, ale stanowi jego najistotniejszą, immanentną cechę. Ma to być Bóg, ograniczony w swojej wszechwiedzy i wszechmocy, omylny w przewidywaniu przyszłości swoich dzieł, którego bieg ukształtowanych przezeń zjawisk może wprawić w przerażenie. Jest to Bóg… kaleki, który pragnie zawsze więcej, niż może, i nie od razu zdaje sobie z tego sprawę. Który skonstruował zegary, ale nie czas, jaki odmierzają. Ustroje czy mechanizmy, służące określonym celom, ale one przerosły te cele i zdradziły je. I stworzył nieskończoność, która z miary jego potęgi, jaką miała być, stała się miarą jego bezgranicznej klęski. – Niegdyś, manicheizm… – zaczął wahając się, Snaut. Podejrzliwa rezerwa, z jaką zwracał się do mnie w ostatnim czasie, znikła. – Ale to nie ma nic wspólnego z pierwiastkiem dobra i zła – przerwałem mu natychmiast. – Ten Bóg nie istnieje poza materią i nie może się od niej uwolnić, a tylko tego chce… – Podobnej religii nie znam – powiedział po chwili milczenia. – Taka nie była nigdy… potrzebna. Jeśli cię dobrze rozumiem, a obawiam się, że tak, to myślisz o jakimś bogu ewoluującym, który rozwija się w czasie i dorasta, wznosząc się na coraz to wyższe piętra potęgi, do świadomości jej bezsiły? Ten twój Bóg to istota, która weszła w boskość jak w sytuację bez wyjścia, a pojąwszy to, oddała się rozpaczy. Tak, ale Bóg rozpaczający to przecież człowiek, mój drogi? Chodzi ci o człowieka… To nie tylko kiepska filozofia, to nawet kiepska mistyka. – Nie – odpowiedziałem z uporem – nie chodzi mi o człowieka. Może być, że pewnymi rysami odpowiadałby tej prowizorycznej definicji, ale to tylko dlatego, że jest pełna luk. Człowiek wbrew pozorom nie stwarza sobie celów. Narzuca mu je czas, w którym się urodził, może im służyć albo buntować się przeciw nim, ale przedmiot służby czy buntu jest dany z zewnątrz. Aby doświadczyć całkowitej wolności poszukiwania celów, musiałby być sam, a to się nie może udać, gdyż człowiek nie wychowany wśród ludzi nie może się stać człowiekiem. Ten… mój to musi być istota pozbawiona liczby mnogiej, wiesz? – Ach – powiedział – że ja od razu… I wskazał ręką za okno. – Nie – sprzeciwiłem się – i on nie. Najwyżej jako to, co ominęło w swoim rozwoju szansę boskości, zbyt wcześnie zasklepiwszy się w sobie. On jest raczej anachoretą, pustelnikiem kosmosu, a nie jego bogiem… On się powtarza, Snaut, a ten, o którym myślę, nigdy by tego nie zrobił. Może powstaje właśnie gdzieś, w którymś zakątku Galaktyki, i niebawem zacznie w przystępie młodzieńczego upojenia gasić jedne gwiazdy i zapałać inne zauważymy to po jakimś czasie… – Jużeśmy zauważyli – rzekł kwaśno Snaut. – Novae i Supernovae… czy to są według ciebie świeczki jego ołtarza? – Jeżeli chcesz to, co mówię, traktować tak dosłownie… – A może właśnie Solaris jest kolebką twego boskiego niemowlęcia – dorzucił Snaut. Coraz wyraźniejszy uśmiech otoczył jego oczy cienkimi zmarszczkami. – Może on jest właśnie w twoim rozumieniu pierwociną, zalążkiem Boga rozpaczy, może jego witalne dziecięctwo przerasta jeszcze o góry jego rozumność, a to wszystko, co zawierają nasze biblioteki solarystyczne, jest tylko wielkim katalogiem jego niemowlęcych odruchów… – My zaś przez pewien czas byliśmy jego zabawkami – dokończyłem. – Tak, to możliwe. I wiesz, co ci się udało? Stworzyć zupełnie nową hipotezę na temat Solaris, a to naprawdę nie byle co! I od razu masz wytłumaczenie niemożliwości nawiązania kontaktu, braku odpowiedzi, pewnych – nazwijmy je tak – ekstrawagancji w postępowaniu z nami; psychika małego dziecka… – Rezygnuje z autorstwa – mruknął stając przy oknie. Przez dłuższą chwilę patrzyliśmy w czarne falowanie. U wschodniego horyzontu rysowała się we mgle blada, podługowata plamka. – Skąd ci się wzięła ta koncepcja ułomnego Boga? – spytał nagle, nie odrywając oczu od zalanej blaskiem pustyni. – Nie wiem. Wydała mi się bardzo, bardzo prawdziwa, wiesz? To jedyny Bóg, w którego byłbym skłonny uwierzyć, którego męka nie jest odkupieniem, niczego nie zbawia, nie służy niczemu, tylko jest.
Una ciudad en muerte con las calles hundidas y los semáforos apagados. Una ciudad vista en un espejo roto del que hay que raspar la oscuridad con las manos. Bajo las estrellas y bajo la tierra, una ciudad como la risa detrás de las puertas cerradas. La Venecia de la noche con los puentes reflejados en el polvo. El orgullo del mundo, una ciudad con la frente partida y el rostro cubierto de babas. Finos restos de raíces como dedos y pies, manos y omóplatos de esqueletos. Raíces y ramas de raíces, los muertos cuyos dedos aprietan la oscuridad como si fuera una piedra. Un árbol que surge de nuestra realidad rota, con la raíz plantada en nuestra vergüenza. Un árbol que extiende sus ramas por toda la tierra y llega casi hasta las estrellas, Arcturus, Capella. Un árbol desde el corazón de la tierra. Asombroso. Manteniéndose fiel.
*Las Catacumbas de San Calisto en Roma eran el cementerio oficial de la Iglesia de Roma en el siglo III. Cerca de medio millón de cristianos fueron enterrados en ellas, incluyendo docenas de mártires y dieciséis Papas.
Tłum. Czesław Miłosz
Katakumby San Callisto
Miasto śmierci, ulice zapadły się i światła uliczne znieruchomiały. Miasto widziane w rozbitym lustrze, z którego rękami musimy zgarniać ciemność. Pod gwiazdami i pod ziemią, miasto jak śmiech zza drzwi zamkniętych. Wenecja nocy, mosty odbite w pyle. Chluba świata, miasto z rozłupanym czołem i twarzą zarosłą śluzem. Cienkie resztki korzeni jak palce i stopy, ręce i łopatki szkieletów. Korzenie i odroślą korzeni, umarli, którzy zginają palce, chwytając mrok jak kamień. Drzewo rosnące z naszej rozbitej rzeczywistości, z korzenia zasadzonego na naszym wstydzie. Drzewo, które rozpościera gałęzie nad całą ziemią i sięga niemal do gwiazd, Arcturusa, Capelli. Drzewo z serca ziemi. Zadziwiające. Dochowujące wierności.
Transl. Roger Greenwald
The Catacombs in San Callisto
A city in death with the streets caved in and the traffic lights still. A city seen in a broken mirror we have to rub the darkness from with our hands. Beneath the stars and the beneath the earth, a city like a laugh behind a closed door. A Venice of night, bridges reflected in dust. The world’s pride, a city with its forehead split and its face overgrown with slime. Thin shreds of roots like fingers and feet, hands and shoulder blades of skeletons. Roots and branches of roots, daed that bend their fingers around the dark as around a stone. A tree up from our broken reality, with its root planted in humiliation. A tree that stretches out over the earth and reaches almost to the stars, Arcturus, Capella. A tree from the earth’s heart. Wondrous. Keeping faith.
Entró al barrio musulmán no en camino a la mezquita sino camino al dios de prohibido nombre y cuerpo velado por el muro antiguo.
Entró blandiendo una bandera, que cubría su cabeza y sus hombros su dios lo esperaba y él llega cantando y odiando, su clara manera de amar.
Ahora oye las palabras que brotan de la piedra: tengo una carta para ti, sácala de la grieta, léela la leyó, decía: mi piel está manchada de tus deseos de sangre ten piedad, no vuelvas
Barrio musulmán en Jerusalén: el Kotel HaKatan o pequeño Muro de las Lamentaciones situado a la izquierda de la «Puerta de Hierro», sitio frecuentado de forma regular por los judíos ultrarreligiosos y con una importante presencia policial.
Kotel HaKatan – Mała Ściana płaczu w dzielnicy muzułmańskiej Jerozolimy.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Pozory mylą
Wszedł do dzielnicy muzułmańskiej nie kierując się do meczetu lecz w drodze do boga, którego imienia zakazano a ciała strzegła starożytna ściana.
Wszedł wymachując flagą, która zakrywała mu głowę i ramiona jego bóg czeka na niego, kiedy nadchodzi ze śpiewem i nienawiścią na ustach, bo właśnie tak okazywał swoją miłość.
Teraz słyszy słowa wydobywające się z kamienia: mam dla ciebie list, wyjmij go ze ściany, przeczytaj Przeczytał, napisano: moja skóra została splamiona twoją żądzą krwi miej litość, nie przychodź więcej.
En alguna parte se ha dicho: Dios se come a los hombres y los hombres un día se comerán a Dios. Y también está escrito: no es más que un pez el hombre en su mar de tinieblas y de llanto. Y en alguna otra parte se pregunta: ¿Para qué está allá arriba sentado en el alto cantil de las nubes heladas ese Gran Pescador? ¿Para qué está allá arriba con su cebo, su anzuelo y su larga caña de pescar ese Gran Pescador? ¿No es más que un pez el hombre, un pez para las brasas del infierno y para que después, «puro y dorado», se lo coma allá arriba ese Gran Pescador? Y ahora… aquí… el pez… el hombre es el que arguye: un día me tragaré el mar… todo el agua del mar… todas las tinieblas del mar como una perla negra… un día me tragaré el mar, toda el agua del mar, toda la amargura del mar como un sola lágrima… y dejaré al descubierto el cebo el anzuelo y la larga caña de pescar de ese Gran Pescador, ¡toda su mentira y su verdad! Luego me sentaré a llorar sobre la última roca seca del mundo, a llorar, a llorar otra vez hasta llenar de nuevo la tierra con otro mar inmenso, mucho más negro y mucho más amargo que el de ahora… con otro mar que llegue hasta los cielos, anegue las estrellas y ahogue a es Gran Pescador con su cebo su anzuelo y su larga caña de pescar. Entonces yo seré el pescador y Dios. Seré el pescador y Dios, el Gran Pez, sorprendido y pescado. Aquel día el Hombre… todos los hombres se comerán a Dios. Será el día… el Gran Día de la verdadera, de la gloriosa y de la sagrada comunión.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Komunia
Gdzieś zostało powiedziane: Bóg zjada ludzi a ludzie pewnego dnia zjedzą Boga. I jest też napisane: człowiek nie jest niczym więcej niż rybą w jego morzu mroku i łez. A gdzie indziej pyta się: Po co on tam siedzi na górze na stromych urwiskach lodowych chmur ten Wielki Rybak? Po co jest tam, na górze? ze swoją przynętą, hakiem i długą wędką ten Wielki Rybak? Czyż nie jest niczym więcej niż rybą człowiek, rybą dla piekielnego żaru by potem, «nieskalany i złoty», zjadł go tam na górze ten Wielki Rybak? A teraz… tutaj… ta ryba… człowiek jest tym, kto argumentuje tak: pewnego dnia połknę morze… wszystką morską wodę… wszystkie morza mroki jak czarną perłę… pewnego dnia połknę morze, wszystkie morza wody, wszystką morza gorycz jak jedną łzę… i obnażę przynętę haczyk i długą wędkę Wielkiego Rybaka, wszystkie jego kłamstwa i prawdy! Potem usiądę i zapłaczę na ostatniej suchej skale świata, będę płakać i płakać aż znów napełnię ziemię innym morzem, ogromnym i dużo czarniejszym i o wiele bardziej gorzkim niż to teraz… innym morzem, które sięgnie nieba, porwie gwiazdy i zatopi Wielkiego Rybaka z jego przynętą hakiem i długą wędką. Wówczas ja będę rybakiem i Bogiem. Ja będę rybakiem a Bóg, Wielką Rybą, zdziwioną i wyłowioną. W owym dniu Człowiek… wszyscy ludzie zjedzą Boga. To będzie dzień… Wielki Dzień prawdziwej i błogosławionej świętej komunii.
La cabeza inclinada sobre las entrañas, sobre el manuscrito, sobre el bloque, sobre las hileras de nabos.
¿No levantan nunca la vista? ¿Qué les hace pensar que arrodillarse es rezar? Se trata de andar erguidos al sol. ¿Fue el peso de la mandíbula lo que encorvó sus espaldas y mantuvo su visión por debajo de la línea del horizonte?
Tardaron dos millones de años en enderezarlas, pero siguen encorvados sobre los mapas, los instrumentos, la mesa de dibujo, el ombligo matemático que es el guiño de Dios.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Przygarbieni
Głowy pochylona nad wnętrznościami, nad rękopisem, nad blokiem, nad rzędami brukwi.
Nigdy nie podnoszą wzroku? Dlaczego wydaje im się, że klęcząc modlą się? Chodzi o to by stanąć prosto w słońcu. Czy to ciężar szczęki tak przygiął ich plecy i przytrzymuje ich wzrok poniżej linii horyzontu?
Dwa miliony lat prostowali się, lecz nadal siedzą zgięci nad wykresami, instrumentami, stołem kreślarskim, matematycznym pępkiem, będącym mrugnięciem bożego oka.
Bent
Heads bowed over the entrails, over the manuscript, the block, over the rows of swedes.
Do they never look up? Why should one think that to be on one’s knees is to pray? The aim is to walk tall in the sun. Did the weight of the jaw bend their backs, keeping their vision below the horizon?
Two million years in straightening them out, and they are still bent over the charts, the instruments, the drawing-board, the mathematical navel that is the wink of God.
y dijo uno háblanos de amor y el predicador abrió la boca y se le cayó la palabra Dios así que lo intentaron de nuevo háblanos de Dios entonces pero el predicador en silencio solo extendía los brazos sin embargo los niños con panzas grandes y piernas arqueadas como navajas de mar no tenían fuerza para acercarse
En las fotos: Ronald Stuart Thomas y fotogramas de Las Hurdes. Tierra sin pan de Luis Buñuel.
Tłum. Andrzej Szuba
H’m
i rzekł jeden mów nam o miłości i otworzył kaznodzieja usta i wypadło z nich słowo Bóg więc ponowili prośbę to mów nam o Bogu lecz kaznodzieja w milczeniu tylko wyciągnął ramiona ale krzywonogie dzieci z opuchniętymi brzuszkami podobne małżom nie miały siły by doń podejść
H’m
and one said speak to us of love and the preacher opened his mouth and the word God fell out so they tried again speak to us of God then but the preacher was silent reaching his arms out but the little children the ones with big bellies and bow legs that were like a razor shell were too weak to come
Me apasionabas, Naturaleza, hasta que comprendí quién eras. Se entristeció mi corazón de jovenzuelo, de luto se vistió el sol. Me desprendí de mis atlas y herbarios, recuerdos de la ilusión. Hice mi filósofo a Schopenhauer, El caminante con la mirada fija en el río de las existencias de un solo día, Las que nacen y mueren sin conciencia. Solamente él, el hombre, concibe, se compadece, sometido y no sometido a la ley de piedra. Conciencia del hombre a pesar de ti, Naturaleza. Desde entonces iba a reflexionar en ello durante toda mi vida. ¿Y quién me reprochará el antropocentrismo en los países de religión antropocéntrica O igual de antropocéntrica falta de fe? William Blake tenía razón al fundir en uno lo humano y lo divino. Para nada sirven vuestras oraciones al gato, al árbol y a la constelación de las Pléyadas O a las selvas vírgenes, como en mi ecológico sueño.
Fotos propias
Do Natury
Kochałem się w Tobie, Naturo, aż zrozumiałem kim jesteś. Zasmuciło się moje serce podrostka, kirem oblekło się słońce. Wyrzuciłem moje atlasy i zielniki, pamiątki urojenia. Moim filozofem został wtedy Schopenhauer, Wędrowiec wpatrzony w rzekę istnień jednodniowych, Które rodzą się i umierają bez świadomości. Tylko on, człowiek, pojmuje, współczuje, Poddany i niepoddany kamiennemu prawu. Świadomość człowieka na przekór tobie, Naturo. Odtąd miałem rozmyślać o tym przez całe życie. I któż mi zarzuci antropocentryzm w krajach antropocentrycznej religii Albo równie antropocentrycznej niewiary? William Blake miał rację łącząc w jedno człowieczość i boskość. Na nic wasze modlitwy do kota, do drzewa i do gwiazdozbioru Plejady Albo do puszcz pierwotnych, jak w moim ekologicznym marzeniu.
“¡Celebra el día alegre, oh Nefarhotep, varón de manos límpidas! Yo sé todo lo que sucedió a tus antepasados: sus murallas se desmoronaron, ya no existen las ciudades y ellos mismos existen como si jamás hubiesen existido. Nadie regresa de allí; nadie ha podido decirnos cómo se encuentran. Y así será hasta que vosotros mismos os acerquéis al lugar donde ellos permanecen”. —¿Has visto tú alguna vez un mar apacible?… —preguntó Menes a Pentuer—. Verdad que es aburrido, como la imagen de un sueño donde no se sueña nada. Pero cuando el viento ara la plana superficie, cuando una ola cae en el abismo y la otra se eleva, cuando en su superficie juguetean las luces y desde la profundidad se dejan oír las voces terribles o quejumbrosas, entonces el mar se vuelve bello. Así mismo sucede con el río. Mientras fluye siempre en una sola dirección parece muerto; pero cuando gira a izquierda y a derecha adquiere encanto. Y lo mismo sucede con las montañas: la elevación uniforme es monótona, pero las cimas disparejas y los barrancos profundos son hermosos… Cantaba el sacerdote: “Echa mirra sobre tu cabeza, vístete con delicadas telas y ponte ungüentos divinos. Vístete tan bellamente como puedas y no permitas a tu corazón desanimarse. Vive para el placer mientras te encuentres en la tierra; no entristezcas tu alma antes de que llegue el día de los pesares”. —Otro tanto sucede con la vida humana —continuó Menes—. Los placeres son como las olas y las cimas de los montes; los sufrimientos, como las profundas quebradas y los abismos. Y todos ellos hacen que la vida sea bella, ya que la esculpen como a la desgarrada cadena de montañas del este, a las que miramos con admiración.
Magnífica estéticamente, minimalista y sobria adaptación de la novela Faraon de Jerzy Kawalerowicz (1966), nominada al Oscar y a la Palma de Oro. Se puede ver en Filmin.
Faraon
— „Święć wesoły dzień, o Nefarhotep, mężu z czystymi rękoma! Ja wiem wszystko, co się stało przodkom twoim: ich mury rozpadły się, miast już nie ma, a oni sami są, jakby ich nie było nigdy. Nikt nie przychodzi stamtąd, kto by nam powiedział, jak się miewają, i serca nasze ucieszył. I tak będzie, dopóki sami nie zbliżycie się do miejsca, gdzie oni poszli.” — Widziałeś ty kiedy spokojne morze?… — odezwał się Menes do Pentuera. — Prawda, jakie ono nudne, niby obraz snu, w którym się nic nie śni? Dopiero gdy wicher zaorze gładką powierzchnię, gdy jedna fala spada w otchłań, a druga podnosi się, gdy na powierzchni zagrają światła, a z głębi odezwą się groźne lub jękliwe głosy, wówczas morze robi się pięknym. Tak samo z rzeką. Dopóki płynie ciągle w jednym kierunku, wygląda martwo; lecz gdy skręca się na lewo i na prawo — nabiera wdzięku. I tak samo z górami: jednostajna wyniosłość jest nudna, ale nierówne szczyty i głębokie wąwozy są piękne… — „Połóż mirrę na głowę twoją, ustrój się w cienkie płótna i namaść się boskimi darami — śpiewał kapłan. — Ubierz się pięknie, jak możesz, i nie pozwalaj upadać sercu twemu. Żyj dla rozkoszy, dopóki jesteś na ziemi, i nie zasmucaj serca, zanim przyjdzie dla ciebie dzień żalów.” — Tak samo z życiem ludzkim — ciągnął Menes. — Rozkosze są niby fale i szczyty gór, cierpienia — niby głębie i wąwozy, i dopiero wszystkie one razem sprawiają, że życie jest piękne, gdyż rzeźbi się jak poszarpany łańcuch gór wschodnich, na które patrzymy z podziwem.
El año sexto seguía Aniara adelante a velocidad invariable hacia la imagen de Lira. El astrónomo jefe pronunció ante los migrantes un discurso sobre la profundidad del espacio. Sostenía en la mano un hermoso cuenco de cristal: Empezamos ya a intuir que este espacio en el que bogamos es de clase diferente de la que pensábamos cuando en la Tierra revestíamos la palabra espacio con nuestra imaginación. Empezamos a intuir que esta deriva es más profunda de lo que nos parecía, que el conocimiento es una candidez ingenua y que, a partir de una medida equis de una visión, ha dado en creer que el Misterio tiene estructura. Ya empezamos a intuir que lo que llamamos espacio y cristalinidad en torno al casco de Aniara es espíritu, eterno espíritu inaprehensible; que nos hemos perdido en el mar del espíritu. Nuestra nave espacial Aniara avanza en algo que no posee cráneo, ni tampoco necesita masa cerebral. Avanza sin cesar por algo que es, pero que no tiene por qué seguir las vías del pensamiento: un espíritu que es más que el mundo racional. Así es: Dios, Muerte y Misterio a través, va la nave Aniara sin guía y sin destino. ¡Ay, quién pudiera regresar a la base, ahora que hemos descubierto qué es esta nave: una mera burbuja en el cristal del espíritu de Dios! Os contaré lo que me han dicho del cristal y entonces lo comprenderéis. En todo cristal que permanece intacto el tiempo suficiente se va moviendo la burbuja poco a poco, infinitamente lenta hacia otro punto del cuerpo cristalino; a los mil años la burbuja habrá hecho un viaje en ese cuerpo. Lo mismo sucede en un espacio infinito cuyos abismos, de años luz de profundidad, un arco trazan en torno a la burbuja navegante que es Aniara. Pues aunque la velocidad que alcanza es grande y mucho mayor que la de un planeta veloz, a la luz de las medidas espaciales, es su celeridad exactamente igual a la que sabemos que adquiere la burbuja en este cuenco de cristal.
*
Aterrado al comprenderlo huyo yerto de la sala de la mima a la luz roja del salón de baile; allí encuentro a Daisi. Mendigo la acogida de su abrazo salvador, suplico el acceso a su seno velludo donde la cruda certeza de la muerte no es. Ahí queda aún la vida en las salas de Mima, en el seno de Daisi viven los valles de Doris cuando el uno en el otro, sin frialdad ni amenaza, olvidamos los espacios que rodean Aniara.
Recomiendo leer esta reseña a modo de introducción a la película.
Aniara
13.
Tłum. Janusz B. Roszkowski
Szóstego roku mknęła Aniara z nie zmniejszoną szybkością ku gwiazdozbiorowi Liry. Główny astronom wygłosił dla emigrantów odczyt o głębi przestrzeni kosmicznej, unosząc w ręku piękna czarę ze szkła:
Zaczynamy powoli przeczuwać, że ta przestrzeń, w którą wnikamy, jest innego rodzaju niż to, co przez to pojęcie rozumieliśmy na Ziemi, oblekając je naszą fantazją. Zaczynamy przeczuwać, że nasze zagubienie jest jeszcze głębsze, niż mogliśmy sądzić, że wiedza jest świętą naiwnością, która z odmierzonej miary myślowej wizji wykoncypowała, że Zagadka ma strukturę. Już teraz przeczuwamy, że to, co zwiemy przestrzenią, ta idealnie krystaliczna próżnia wokół kadłuba Aniary, jest duchem, wiecznie niepojętym duchem, że zatraciliśmy się w morzu ducha.
Nasz statek kosmiczny Aniara mknie w coś, czego żadna puszka czaszkowa nie ma i czego żadna substancja mózgowa nie potrzebuje. Mknie w coś, co istnieje, lecz co nie musi wędrować drogą myśli: duch, będący czymś więcej niż światem myśli. Tak, poprzez Boga i Śmierć i Zagadkę mknie bez celu i śladu nasz kosmiczny statek. O, gdyby się dało powrócić do naszej bazy, teraz kiedy odkryliśmy, czym nasz statek kosmiczny jest: w szkle Bożego ducha małym pęcherzykiem gazu!
Opowiem, co słyszałem o szkle i wówczas zrozumiecie. W każdym szkle, które wystarczająco długo stoi w bezruchu, przemieszcza się stopniowo gazowy pęcherzyk nieskończenie powoli ku innemu punktowi w ciele szkła i po tysiącu lat podróż pęcherzyka dobiega kresu.
Tak samo dzieje się w nieskończonej przestrzeni, gdzie otchłań lat świetlnych wysklepia się wokół przemieszczającego się pęcherzyka Aniary. Albowiem mimo iż prędkość statku jest wielka – dużo większa od szybkości jakiejkolwiek planety – mierzona miarą trzeciego stopnia odpowiada dokładnie prędkości, z jaką przemieszcza się pęcherzyk w tej czarze ze szkła.
*
Przerażony tą jasnością uciekam zmarznięty od hallu Mimy do czerwonych świateł tanecznego salonu, gdzie znajduję Daisi. Żebrzę u jej zbawiennych objęć o spotkanie, błagam o wejście w owłosione łono, gdzie zimna jasność śmierci nie istnieje. Tam życie trwa w dolinach Mimy, doliny Doris żyją w łonie Daisi, kiedy wnikając w siebie ciepło i bezpiecznie zapominamy, że Aniara pędzi w czarną bezdeń.
Transl. S. Klass & L. Sjoberg
Aniara
13.
In the sixth year Aniara fared with undiminished speed toward Lyra’s stars. The chief astronomer gave the emigrants a lecture on the depth of outer space. In his hand he held a splendid bowl of glass:
We’re slowly coming to suspect that the space we’re traveling through is of a different kind from what we thought whenever the word “space” was decked out by our fantasies on Earth. We’re coming to suspect now that our drift is even deeper than we first believed, that knowledge is a blue naiveté which with the insight needful to the purpose assumed the mystery to have a structure. We now suspect that what we say is space and glassy-clear around Aniara’s hull is spirit, everlasting and impalpable, that we are lost in spiritual seas.
Our space-ship Aniara travels on in something that does not possess a brain-pan and does not even need the stuff of brains. She’s traveling on in something that exists but does not need to take the path of thought. Through God and Death and Mystery we race on space-ship Aniara without goal or trace. O would that we could turn back to our base now that we realize what our space-ship is: a little bubble in the glass of Godhead.
I shall relate what I have heard of glass and then you’ll understand. In any glass that stands untouched for a sufficient time, gradually a bubble in the glass will move infinitely slowly to a different point in the glazen form, and in a thousand years the bubble’s made a vovage in its glass.
Similarly, in a boundless space a gulf the depth of light-years throws its arch round bubble Aniara on her march. For though the rate she travels at is great and much more rapid than the swiftest planet, her speed as measured by the scale of space exactly corresponds to that we know the bubble makes inside this bowl of glass.
*
Chilled at such certitude, I take flight out of the mima-hall to the ruddy light filling the dance-hall and, finding Daisy there, I seek admission to her womb of hair, in her savior-arms I beg a tryst where death’s cold certitude does not exist. There’s where life remains in Mima’s room; the Doric valleys live in Daisy’s womb as in ourselves, no cold or threat to hound us, we lose track of the spaces that surround us.
Cuando ascendí al cielo y abrí la puerta con incertidumbre, no me cegó ningún destello ni los Reyes Magos aparecieron solo un enorme Gran Pirineo, blanco y peludo tumbado en un cojín, en el sitio de honor. y en torno a él: todos los animales, hasta el más pequeño-
estaba allí el caniche de la protectora, chucho perdido en la carretera a Rehovot y otro abandonado en la estación de Javneh y no solo ellos:
generaciones de gatos cuyos espíritus reanimó el pienso Friskies que guardo en el coche, cachorros encontrados en la playa, una garza helada que calenté con el secador en invierno, ratones que saqué de casa y devolví al campo arañas que salvé de la escoba de la limpiadora, el puercoespín al que quité las pulgas con las pinzas, todos ellos, todos ellos estaban allí
la ternura del Gran Pirineo y la misericordia en sus ojos llenaron a los animales y el templo
ninguna palabra quedó en el mundo todas se fueron se fueron
solamente mi amor reflejaba su amor mi cabeza descansaba para siempre sobre su piel.
As I ascended to heaven
As I ascended to heaven and opened the gate uncertainly, no magi shone within just a huge white furry Great Pyrenees sprawling on a cushion in the place of honor, and around him, all the animals, down to the last detail:
the poodle from the Humane Society was there and the mongrel from the road to Rehovot and the one abandoned in the Yavneh station and not only these:
generations of cats whose spirits were refreshed by the Friskies kit I keep in my car, puppies from the coastal plain, one frozen heron I fan-dried in winter. mice I returned to the field from the house, spiders I saved from the cleaning lady’s broom, a porcupine whose fleas I removed with a tweezer all of them all of them were there
the Great Pyrenees’ tenderness and the mercy in his eyes filled the animals and the temple
not one word remained in the world all of them passed away passed away
and only my love quoted his love, my head resting forever on his fur.
Tłum. Beata Tarnowska
Wniebowstąpienie
Kiedy wstąpiłam do nieba i niepewnie otworzyłam bramę, nie oślepił mnie żaden blask, i zamiast skrzydlatych serafinów – na poduszce, w honorowym miejscu, leżał biały, kudłaty Owczarek, a wokół niego –
pudel z przytułku dla niechcianych zwierząt, kundel zabłąkany pod Rechowot i ten porzucony na przystanku w Jawne i jeszcze
pokolenia kotów, których dusze ożywiła karma Kiti, jaką trzymam w samochodzie, szczeniaki znalezione na plaży, zziębnięta zimą czapla, którą ogrzałam suszarką, myszy, które z domu wyniosłam na pole, pająki uratowane od miotły sprzątaczki, jeżozwierz, któremu usunęłam pchły pincetą, wszystkie zwierzęta, wszystkie tam były
dobroć i łaska z oczu Owczarka spłynęły na zwierzęta i niebiański pałac
żadne słowo nie zostało na świecie wszystkie odeszły odeszły
tylko moja miłość odbijała echem jego miłość moja głowa spoczywała spokojnie na jego futrze.
Dijo el médico: tiene el grupo sanguíneo más raro, el mismo que el salvador. Pues escribo
en el estatuto, perdón, estado de Facebook: se necesita sangre para Jesús para que llegue de nuevo Gustó a doce más dos mujeres, ninguna de ellas tiene nada
salvo un ojo en la foto de perfil, como si por culpa de la mirilla* todo el mundo se hubiese fragmentado, hubiese creado en vez de los muros párrafos sueltos, estatutos, perdón, estados. Ya he contado diecisiete
poemas funerarios seguidos que escribí sin haberme encontrado con la muerte real, con el cadáver. Me dice un amigo: pareces un nerd
deberías escribir poesía antisistema como excluido del ciclo reproductivo. Pues escribo. Tengo la boca llena de milagrosa multiplicación
*Judasz en polaco tiene puede referirse tanto a mirilla como a judas.
Foto propia / Robin Isely
Krew
Lekarz powiedział: pan ma najrzadszą grupę krwi, tę samą co zbawiciel. Więc piszę
w statucie, przepraszam, statusie na Facebooku: potrzebna krew dla Jezusa celem powtórnego przyjścia Polubiło go dwunastu plus dwie kobiety, żadna z nich nie ma nic
oprócz oka w zdjęciu profilowym, jakby przez judasza świat dzielił się, wieszał zamiast tablic pojedyncze paragrafy, statuty, przepraszam, statusy. Naliczyłem już siedemnaście
wierszy funeralnych pod rząd, które napisałem bez rzeczywistego zetknięcia ze śmiercią, zetknięcia z ciałem. Kolega mówi do mnie: wyglądasz jak nerd,
więc powinieneś tworzyć wiersze antysystemowe jako wykluczony z obiegu reprodukcyjnego. Więc piszę. Mam usta pełne cudownego rozmnożenia.
Los había llevado hasta la iglesia. Mujeres afligidas,
criaturas impúberes, paisanos con camisa y sin aperos
por unas horas. Se juntaron al grueso del rebaño.
Arranqué el coche y proseguí. Un despuntar en flor acariciaba
el destello de la carrocería. La luz caía en vetas transversales,
absorbía las cosas y las atesoraba como una laja de ámbar.
Inmadura la fronda, titilaban los sauces
como las campanillas de algún ceremonial.
Cada sombra filtraba un hilo de concordia, devolvía a las formas
el naciente propósito de ser imaginadas.
Se deslizaba el auto lo mismo que un patín rasgando el hielo,
como nuestra cuchilla al afeitarnos.
No estaba Dios, de acuerdo,
pero reconocía la belleza que pudo haber creado,
esa bondad visible de la que vino y pan son también atributo.
Ellos callaban dentro, en la penumbra
de la oración. Mis hijos sacudiendo la cabeza de sueño,
mi esposa preocupándose por el fatal destino de mi espíritu.
Y quizá recibieran la comunión ahora, y solemnes posaran
la santa oblea en su paladar, y acunaran desnudo
y húmedo a Jesús igual que al pez arco iris de su acuario.
No estaba Él, de acuerdo. Nadaba en la saliva
de los niños, en la garganta atribulada de ella.
Fuera brotaba todo bajo una irrebatible claridad.
En el coche elevaba mi inocente plegaria a las alturas,
intuía en su ascenso el esbelto humear de una fogata.
«Quisiera ser eterno
como los dones terrenales», esa
era mi rogativa.
Y el susurro plateado del aire en el ramaje
del fresno, el revolar violento de la tórtola,
el galope del agua perseguida
por un salvaje sol; aquello que encendía
esa rubia mañana del planeta,
podría haberse dado Dios por nombre
sólo una vez, un absoluto instante.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Raz tylko
Zawiozłem ich do kościoła. Przygnębione kobiety, małoletnie istoty, rolnicy w koszulach i bez narzędzi na kilka godzin. Zebrała się cała trzódka. Włączyłem silnik i ruszyłem dalej. Jaśniejący dzień gładził refleksy karoserii. Światło padało poprzecznymi pręgami, chłonęło przedmioty i zatapiało je w sobie jak w bryłkach bursztynu. Wciąż nierozwinięte listki, migotały wierzby jak dzwonki w trakcie ceremonii. Każdym cieniem sączyła się stróżka harmonii, cień zwracał formom rodzącą się intencję bycia wymyślonymi. Auto prześlizgiwało się niczym łyżwa zarysowująca lód, jak nasza żyletka przy goleniu. Boga nie było, zgoda, ale rozpoznawałem piękno, które mógł stworzyć, tę widoczną dobroć, której chleb i wino są również atrybutami. Wewnątrz oni zaś milczeli, w półmroku modlitwy. Moje dzieci potrząsające głowami by odpędzić sen, moja żona zamartwiająca się fatalnym końcem mojej duszy. Zapewne właśnie przystępowali do komunii, uroczyści, zatrzymywali opłatek święty na podniebieniu, kołysząc do snu Jezuska nagiego i wilgotnego niczym tęczową rybkę z ich akwarium. Nie było Go, zgoda. Pływał w ślinie dzieci, w jej strapionym gardle. Na zewnątrz wszystko rozkwitało zalane niebywałą jasnością. W samochodzie zanosiłem na wysokości moje niewinne błagania, i wyczuwałem w ich wznoszeniu smukłe tlicie się ogniska. „Chciałbym być wieczny jak ziemskie talenty”, taka była moja modlitwa. I rozsrebrzonemu szelestowi powietrza wśród gałęzi jesionu, gwałtownemu trzepotowi skrzydeł turkawki, galopowi prześladowanej przez słońce wody; temu co wzniecało ten płowy poranek planety, można byłoby dać Bóg na imię ale raz tylko, w absolutnej chwili.