Pájaros de sangre se posaron en mis manos los llevaba delante de mí bulliciosos y trémulos instalados en los nidos de mis manos los llenaban hasta el borde Pastaban deprisa ávidos adivinando el amor Cuando llegaste te los enseñé pájaros blancos pendiendo inertes del rojo que cubrió sus cuerpos Lo comprendiste Liberaste el blanco y sacudiendo el rojo dijiste Largoooooooooooooooo
Ptaki krwi usiadły mi na rękach niosłem je przed sobą zgiełkliwe rozedrgane siedziały w gniazdach dłoni wypełniały je po brzegi Pasły się szybko Zachłanne odgadywały miłość Kiedy przyszłaś pokazałem ci je białe ptaki zwisające i bezwładne od czerwieni która je obsiadła Zrozumiałaś Uwolniłaś białe i strząsając czerwień powiedziałaś: Siooooooooooooooooo
(….) Desde las páginas del diario que fundó, Gazeta Wyborcza, en la actualidad uno de los periódicos de mayor difusión de Europa central, Michnik siempre ha defendido el diálogo por encima de toda clase de divisiones entre las más diversas culturas, razas, ideologías, sociedades y etnias. También es un firme defensor del ingreso de su país en la Unión Europea. El reportero pasó seis años en las prisiones del régimen comunista polaco y fue uno de los impulsores de la reconciliación nacional, tomando como ejemplo el modelo español de los Pactos de la Moncloa a los que se ha referido expresamente como “camino hacia la democracia a través del diálogo y el consenso”. (fuente y el discurso completo)
Trad. Ada Trzeciakowska
Los fascistas cambian de camisa
Los fascistas vuelven a cambiar de camisa. Cambian sus camisas negras por las horas blancas por manchas blancas en los periódicos póstumos de una ciudad vaciada, de cuyas páginas se han quitado las últimas huellas de sangre sin que se convirtiera en bandera.
El cerebro reventado de un animal aplastado por las orugas de un tanque, el cerebro reventado de la costa, el cerebro reventado del océano, el cerebro reventado del mundo provisional, los fascistas vuelven a cambiar de camisa de la suya y de la de sus víctimas.
En las camisas blancas se aprecian menos las huellas del cerebro, En las camisas negras se aprecian menos las huellas de sangre.
Los fascistas vuelven a cambiar de camisa póstuma del mundo provisional y recogen de la consigna sus banderas protectoras, en blanco y negro, que incluso como obituarios suelen resultar falsas.
Faszyści znowu zmieniają koszule. Czarne koszule zmieniają na białe godziny na białe plamy w pośmiertnych gazetach opustoszałego miasta, z którego stronic wywabiono ostatnie ślady krwi nie przemienionej na sztandar.
Rozpryśnięty mózg zmiażdżonego gąsienicami czołgu zwierzęcia, rozpryśnięty mózg wybrzeża, rozpryśnięty mózg oceanu, rozpryśnięty mózg tymczasowego świata, faszyści znowu zmieniają koszule swoje i swoich ofiar.
Na białych koszulach mniej widoczne są ślady mózgu, na czarnych koszulach mniej widoczne są ślady krwi.
Faszyści znowu zmieniają pośmiertne koszule tymczasowego świata i odbierają z przechowalni swoje ochronne, czarno-białe sztandary, które nawet jako nekrologi bywają fałszywe.
Sobrevolaba un mundo muerto donde el entusiasmo crea milagros y todo lo envuelve en pinturas doradas de la esperanza Pasaba por las capas de aire y las capas de tierra imágenes y postimágenes se desplegaron en mí pasé por una capa de arena Cada vez más hondo, al interior de la tierra yo era un topo estaba mordiendo el último rayo de la luz jónica apagaba en mi mano la escoria de la última estrella huyendo de mí a las profundidades de la tierra, hormigas
¿Cómo superar este geotropismo? Pasé por una capa de putrefacción y aún no he llegado a la mitad del vuelo Oh planear sobre los abismos al otro lado del habla-hierba al otro lado de la trama de las cosas, allí donde se extiende el reino del hambre hambre amarilla y hambre verde se abrían las puertas de los siete sentidos Planeaba en el tiempo y a través del tiempo me engullía el espacio me inclinaba hacia la tierra, en un vuelo precipitado percibiendo ya las partículas de granos de arena, el polvo de la tierra me inclinaba hacia mí mismo yo que surgí del polvo en polvo me convertía
«A medio camino a media frase medio-hombre medio-mujer medio-animal medio-hombre medio-amigo medio-enemigo medio-pez medio-búho medio-aliento medio-palabra medio-rosa medio-cebolla medio-valle medio-montaña medio-niño medio-anciano medio-estrella medio-roca medio-porvenir medio-pasado no nacido ya pero aún muerto medio-Apolo medio-Dionisio medio-diablo medio-ángel medio-odio medio-amor mediovida mediomuerte».
-Te reconozco, dijo la Esfinge. – Ahora te voy a comer.
Leciałem nad martwym światem kędy zapał tworzy cudy i obleka w nadziei złote malowidła mijałem warstwy powietrza, warstwy ziemi rozwijały się we mnie widoki i powidoki minąłem warstwę piachu Coraz głębiej, w głąb ziemi byłem kretem podgryzałem ostatnią belkę jońskiego światła gasiłem w ręku żużel ostatniej gwiazdy uciekającej przede mną w głąb ziemi, mrówki
Jak pokonać ten geotropizm? Minąłem warstwę gnilną a nie dotarłem jeszcze do połowy lotu O szybowanie ponad przepaściami po drugiej stronie mowy-trawy po drugiej stronie zmowy rzeczy, tam gdzie rozciąga się królestwo głodów głód żółty i głód zielony otwierały bramy siedmiu zmysłów Szybowałem w czasie i poprzez czas pochłaniała mnie przestrzeń pochylałem się ku ziemi, w stromym locie dostrzegając już drobiny ziarenek piasku, kurz ziemi pochylałem się ku sobie z prochu powstały obracałem się w proch
„W pół drogi w pół zdania wpół mężczyzna wpół kobieta wpół zwierzę wpół człowiek wpół przyjaciel wpół wróg wpół ryba wpół sowa wpół oddechu wpół słowa wpół róża wpół cebula wpół dolina wpół góra wpół dziecko wpół starzec wpół gwiazda wpół skała wpół przyszły wpół wczorajszy nienarodzony już jeszcze umarły wpół Apollo wpół Dionizos wpół diabeł wpół anioł wpół nienawiść wpół miłość wpółżycia wpółśmierć”
– Poznaję ciebie – powiedział Sfinks. – Teraz ciebie zjem.
Antes me esforzaba por enriquecer mi mundo, hoy me esfuerzo por reducirlo. Reducirlo a elementos inalienables, pan, bolsa de viaje, imagen de mi familia a la mesa, debajo de los párpados, un libro, algunos objetos sencillos necesarios durante el viaje hacia uno mismo, recuerdo de la infancia, imágenes que me llevo, lavadas por el fluir del tiempo; es el único equipaje que llevo conmigo. La reducción abarca círculos cada vez más amplios de mi mundo. Elementos inalienables: aire, fuego, agua. Oscuridad y luz. Y también vino y pan. Los restos de la forma de alguien atrapados en la pupila, guardados en la caja de la memoria, un pájaro en una rama, rostro de alguien y benévola rama del cielo inclinadas sobre mí, este es el territorio hacia el cual navego con mi mirada. ¿Y el infierno? Son despertares repentinos del espacio, grietas que se asientan sobre las cosas, que flotan en el mar ardiente del aire, con el cielo claro del día. Los llevo bajo mi corazón, colgado de la cinta azul de la desesperación con la que he ceñido mi noche.
Ilustraciones de Gabriel Pacheco
redukcja
Kiedyś trudziłem się nad wzbogaceniem mojego świata, dziś trudzę się nad jego redukcją. Sprowadzeniem go do niezbywalnych elementów, chleb, torba podróżna, obraz rodziny przy stole, uniesiony w oczach, jakaś książka, kilka prostych przedmiotów koniecznych w podróży ku sobie, wspomnienie z dzieciństwa, obrazy zabrane ze sobą, wypłukane przez strumień czasu; to jedyny ekwipunek, który ze sobą zabieram. Redukcja obejmuje coraz to szersze kręgi mojego świata. Elementy niezbywalne: powietrze, ogień, woda. Ciemność i światło. I jeszcze wino i chleb. Szczątek czyjegoś kształtu uwięzły w źrenicy oka, przechowany w pudle pamięci, ptak na gałęzi, czyjaś twarz pochylona nade mną, przychylająca mi gałąź nieba, oto kraj, ku któremu żegluję spojrzeniem. A piekło? To nagłe przebudzenia przestrzeni, szczeliny osiadające na rzeczach, pływające w płonącym morzu powietrza, przy czystym niebie dnia. Noszę je pod sercem, na błękitnej tasiemce rozpaczy, którą przewiązana jest moja noc.
Lo dijo Henryk sentado en el último escalón de la escalera de la biblioteca. El sol operaba sobre sus destrozadas manos algunos rayos quedaron atrapados en su pelo y trataron de prenderle fuego con un hilo verde. Y luego citó ese famoso pasaje del séptimo libro de «La Ilíada»:
Ciudades combadas como conchas en las costas de tierra negra, en las que el eco filamentoso se derrama contra el flujo del aire- he aquí las farolas que yacen enrolladas en caracoles y las torres fluyen gota a gota hacia el cielo como una fría estalactita de ladrillo. La piel del globo se arruga, se hunde por los bosques y se resquebraja en las grietas los truenos subterráneos mutilan el cielo bajo, bostezan sangrientos atardeceres junto al hocico abierto de la tierra y el sol negro ha menguado hasta la forma de corazón humano.*
Y nosotros, que estábamos sentados al pie de la escalera experimentamos una extraña sensación; que el mundo se había separado de nosotros a través de estas estrofas, que se había abierto una grita, una brecha, imposible de enterrar. El viento seguía arremolinándose, pero las velas ya se marchitaban y la garza de sangre se enfriaba en el aire lleno de rejas, se volvía gris la fibra de esos años, y las cosas viejas se oxidaban de nuevos colores. Y, además, esta segunda frase, cuyo paganismo impactaba, como tocada en la lluvia, en una estación Noche de Walpurgis, que el sueño descamaba de nuestros dedos.
¿QUÉ HAGO AQUÍ? Y: ¿NO VOY A REPETIRME?
Algo se estaba desmoronando. En el aire fresco de la mañana las puertas de la biblioteca seguían cerradas, pero yo ya pude oír el ruido del mar cuando irrumpía en nuestro silencio, espumosas olas se precipitaban una tras otra, llevando a lomos motas de espuma, cual, vista de lejos, podía pasar por el alba, las olas se solapaban entre sí como los versos de una antigua oración de los bárbaros, oí el grito de las gaviotas y el rompeolas se estaba quebrando en el primer frescor de la luz.
Y entonces el giro del gatillo me abrió la tensa piel de la sangre, y vi el viejo eco de los años retornar con una nueva ola, el interior de la biblioteca palpitaba de oscuridad, aún podía oír sus pasos, silenciosos y prudentes, cuando se deslizaban encima de la acera y se alejaban sofocados por el canto, Homero de veintitrés años con la cabeza atravesada, y el crujido de una bala suspendida en el oscuro pasillo. Murciélagos pasaban volando bajo el techo cruzando las líneas de sus vuelos; como si el vuelo fuera una discusión que mantenían con el océano aéreo. Permanecimos intimidados, sin saber que tal cosa pudiera existir a plena luz del día, la caverna palpitaba de oscuridad y barullo multilingüe, sin saber si volver atrás o dar un paso -el chasquido de la cerradura desapareció hacía tiempo- nos encontrábamos en el borde de la luz, dijo Henryk – un pozo de oscuridad se abría ante nosotros.
Y entonces oí la voz del zorzal que parecía llegar desde detrás de la valla: es primavera y los rayos del sol palpitan en las colinas, y desde detrás de un arbusto la voz del zorzal llamaba de vuelta los viejos recuerdos; Pero aquí había oscuridad y la ilusión se esfumó pronto el zumbido de los coches y el estruendo de la ciudad nos arrebañó bajo sus alas. Tal que, aun si nos fuéramos de aquí, no podríamos llevar con nosotros esa zona de las tinieblas que existía dentro de nosotros -o más allá de nosotros- y que abrió en nosotros aquella grieta.
* Fragmento del poema Espectro de Tadeusz Gajcy, poeta que tradujo a Homero y falleció a los veintitrés años durante el Levantamiento de Varsovia en 1944.
Collage propio
Drozd
5.
„…ptak w listowiu. O, leci!”
Powiedział to Henryk siedząc na ostatnim stopniu bibliotecznych schodów. Słońce operowało na jego strzaskanych rękach kilka promieni uwięzło mu we włosach i próbowało podpalić je zieloną strugą. A potem zacytował ów sławny pasaż z siódmej księgi „Iliady”:
Miasta pogięte jak muszle na czarnoziemnych wybrzeżach, w których się echo strzępiaste wylewa pod strumień wiatru – oto latarnie uliczne w ślimaki skręcone leżą i wieże cieką ku niebu w ceglasty zimny stalaktyt. Marszczy się skóra globu, lasami zapada i pęka w szczelinach grzmoty podziemne niebo kaleczą niskie, ziewają krwiste zachody przy ziemi rozwartym pyskiem i czarne słońce zmalało do kształtu serca człowieka*.
I my, którzy siedzieliśmy u podnóża schodów doznaliśmy dziwnego uczucia; że świat oddzielił się od nas przez te strofy, że powstała szczelina, wyłom, którego już nie sposób zasypać. Wiatr kołował jeszcze, lecz już żagle wiotczały i czapla krwi stygła w powietrzu pełnym krat, szarzało włókno tych lat, i stare rzeczy rdzewiały od nowych barw. I jeszcze tę drugą frazę, której poganizm porażał, jak na deszczu grane, na podmiejskiej stacji Walpurgiennachte, które sen złuszczał z naszych palców.
CO JA TU ROBIĘ? I: CZY SIĘ NIE POWTÓRZĘ?
Coś rozpadało się. W świeżym powietrzu poranka drzwi biblioteki były jeszcze zamknięte, lecz ja słyszałem już szum morza jak wdziera się w naszą ciszę, spienione bałwany pędziły jeden za drugim, niosąc na swoich grzbietach drobiny piany, która z tej odległości mogła uchodzić za brzask, fale nakładały się na siebie jak wersy starej modlitwy barbarzyńców, słyszałem krzyk mew i falochron łamał się w pierwszej świeżości światła.
I wtedy obrót spustu otworzył mi krwi napiętą skórę, i ujrzałem stare echo lat powracające z nową falą, wnętrze biblioteki tętniło mrokiem, słyszałem jeszcze jego kroki, ciche i rozważne, jak szybują ponad chodnikiem i oddalają się stłumione przez pieśń, Homer dwudziestotrzyletni z głową po pocisku, i chrzęst kuli zawieszonej w ciemnym korytarzu. Nietoperze przebiegały pod sufitem krzyżując linie swoich lotów; jakby lot miał być dyskursem, który prowadziły z powietrznym oceanem. Staliśmy onieśmieleni, nie wiedząc że coś takiego mogło istnieć w pełnym blasku dnia, pieczara tętniła mrokiem i różnojęzycznym gwarem, nie wiedząc czy nie cofnąć się jeszcze, czy postąpić krok – szczęk zamka umilkł już dawno – staliśmy na granicy światła, powiedział Henryk – przed nami otwierała się studnia mroku.
I wtedy usłyszałem głos drozda, dochodził jakby zza ogrodzenia: jest wiosna i promienie słońca tętnią na wzgórzach, a zza krzaka głos drozda przywołuje powrót dawnych wspomnień; Lecz tu był mrok i złudzenie wkrótce prysło szum samochodów i gwar miasta zagarnął nas pod swoje skrzydła. Że, nawet gdybyśmy stąd odeszli, nie zdołalibyśmy nie unieść ze sobą tej sfery mroku, która istniała w nas – lub poza nami – i która wytworzyła w nas to rozdarcie.
* Fragment wiersza Widmo Tadeusza Gajcego, poeta tłumaczył Homera, zmarł w czasie Powstania Warszawskiego w wieku 23 lat.
Recomiendo la lectura este artículo: «La cantidad de personas expulsadas de sus hogares por la guerra, la miseria o el caos político asciende a 84 millones en todo el mundo, el doble que hace una década. Y de acuerdo con las Naciones Unidas, 274 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria en 2022, más de cuatro veces la cifra de hace una década».
Trad. Ada Trzeciakowska
Tan poco
Nuestros pobres muertos nos miran con sus ojos vacíos ven todo lo que aún nos va a pasar mas ni siquiera ellos nos pueden ayudar ni tampoco advertir si de la guerra, y de la paz
tan poco hemos aprendido
Niewiele
Nasi biedni zmarli patrzą na nas swoimi pustymi oczami widzą wszystko, co nas jeszcze spotka – lecz nawet oni nie mogą nam pomóc ani nas ostrzec skoro i wojna, i pokój
gris escarcha del susurro, fósil de la desesperación. Quién oirá el silente salmo de la tierra, voces mudas de los planetas llamándose, despedidas de las galaxias. Soles negros se van hundiendo en sí mismos en un silencio
inhumano.
Punto magnético (1996)
Fotograma de Melancolía de Lars von Trier
Szron
szary szron szeptu, skamielina rozpaczy. Kto dosłyszy cichnący psalm ziemi, nieme nawolywanie się planet, pożegnania galatyk. Czarne słońca zapadają się w siebie w nieludzkim
una palabra vacua, una palabra impronunciable: tiempo. He aquí que no recordaste a tiempo aquella lengua y te quedaste a la sombra del árbol de la puerta. En el bosque de la ceniza, en la selva cenicienta encontraste amigos de ojos de los árboles. En las puertas que abren los rasgos del rostro. La mujer de la noche te injertó en sí misma. En el bosque de los muertos, en el bosque de las lenguas muertas se perdió tu manuscrito, tu cuerpo, nombres y sueños. Y no los encontraste: esa página del mundo, la hoja recién arrancada, ya no se podía leer. Lo que ha quedado, una palabra vacua: tiempo, página ilegible
en el acta de acusación
Soberanos de la nada (1985)
Francesca Woodman (1958-1981, EE.UU.)
Drzwi
czcze słowo, słowo nie do wymówienia: czas. Oto nie przypomniałeś sobie w porę tego języka i zostałeś w cieniu drzewa drzwi. W lesie popiołu, w puszczy popielcowej spotkałeś przyjaciół o oczach drzew. W drzwiach otwierających rysy twarzy. Kobieta nocy wcieliła cię w siebie. W lesie umarłych, w lesie martwych języków zginął twój rękopis, twe ciało, imiona 1 sny. Nie odnalazłeś ich jednak: ta strona świata, karta świeżo wydarta, była już nie do odczytania. To co pozostało, czcze słowo: czas, nieczytelna strona
poeta hoy quién es cada uno que de las palabras saca los granos de la esperanza o del amor aquel quien sabe que el mundo termina en el dolor el corazón se parte y la llama consume el alma
ahora deberíamos agregar algunas imágenes de los niños-soldado en áfrica bombardeos en siria atentados terroristas como por ejemplo el de ayer en burgas donde murieron seis judíos y el conductor del autobús búlgaro
y solo es eso pregunta tan fácil es sí respondo es el destino humano toda historia del mundo en este dolor y fuego
Fotografías de Gerhard Richter y Sebastiao Salgado
dzisiaj
poeta dzisiaj kim jest każdym kto ze słów wyłuskuje ziarenka nadziei lub miłości tym kto wie że świat się kończy bólem serce pęka i płomień duszę trawi
teraz trzeba by dodać kilka obrazów dzieci-żołnierzy w afryce bombardowań w syrii zamachów terrorystycznych jak choćby wczoraj w burgas gdzie zginęło sześcioro żydów i bułgarski
kierowca autobusu i co to tylko tyle pyta to aż takie proste tak odpowiadam to jest los człowieczy cała historia świata w tym bólu i ogniu
La cosa es que no sé explicarme con claridad Y constantemente debo empezar desde el principio En especial en lo que respecta a las declaraciones de amor, Pero también al currículo y a las plegarias: Todos ellos siguen inacabados Quizás este sea el motivo de incesantes cambios:
Cambian las mujeres, el sentido de la vida, los dioses, Pero también los paisajes y el significado de las palabras. Por eso el gran libro que me he propuesto Tiene tantas variantes escritas en borrador Suspendidas en mitad de la frase, a veces ininteligibles, Como cada descripción de lo que precede la destrucción
Księga
Rzecz w tym, że nie umiem się wysłowić I wciąż zaczynać muszę od początku Dotyczy to szczególnie mych wyznań miłosnych Lecz także życiorysu i modlitw – Wszystko to ciągle jest niedokończone W tym też chyba przyczyna nieustannych zmian:
Zmieniają się kobiety, sens życia, bogowie A także krajobrazy i znaczenia słów Dlatego wielka księga, która zamierzyłem Ma aż tyle wariantów pisanych na brudno Zawieszonych w pół zdania, czasem nieczytelnych Jak każdy opis tego, co poprzedza zagładę
te adentras cada vez más en estas puertas abiertas puertas que se abren dentro de ti inmortales invidentes visiones árboles que se abren tan desgarradamente carne trémula con el tremor de espada amorosa no partida en dos como el agua cuando al moribundo en cada gesto y aliento tuyo te arropa con su virginal follaje aún consintiendo la partida y se vuelven a cerrar en sí mismas en la esencia suya en la inexistencia ¿de las puertas? ¿astas? ¿árboles? de rasgos ideales marchitos en ti desde hace siglos amados
Soberanos de la nada (1988)
*Max Hölzer (1915-1984, Austria) fue uno de los principales poetas alemanes surrealistas de mediados del siglo XX, aunque su obra no ha sido traducida ampliamente y sigue siendo poco conocida fuera de su tierra natal. Durante la década de 1950, Hölzer fue uno de los pocos poetas alemanes que cultivó el surrealismo de forma independiente. En Viena, entre 1950 y 1952, colaboró con Edgar Jené en la edición y publicación de Surrealistische Publikationen , la primera revisión literaria surrealista y dadaísta en lengua alemana. En esta publicación, Hölzer presentó las primeras traducciones al alemán de obras de poetas franceses Bretón, Péret y Lautréamont, entre otros. En ese momento, Alemania no tenía un fuerte movimiento surrealista, pero con sus colegas escritores KO Götz, Rudolf Wittkopf y Dieter Wyss, Hölzer ayudó a crear un marco de élite para el surrealismo. Aunque la mayoría de los surrealistas alemanes en la posguerra entablaron un intercambio amistoso de ideas, nunca se materializó ningún equivalente alemán a la comunidad surrealista parisina.
En 1959, Hölzer publicó Im Labryinth: Französische Lyrik nach dem Symbolismus , una antología de poemas simbolistas que había traducido del francés. Nueve años más tarde colaboró con Matthew y Ruth Mead en Amfortiade y Other Poems , una colección de poemas de Hölzer traducidos al inglés y publicados en una edición limitada de 250 copias. Más tarde en su vida, Hölzer incursionó en el estudio de la Kabala, cuyo trabajo tuvo un gran impacto en su producción poética. https://www.encyclopedia.com/arts/educational-magazines/holzer-max-1915-1984
Lunariae: Portfolio con 8 aguatintas iluminados a mano por Pablo Palazuelo y poemas de Max Hölzer
Z Maxa Holzera
wchodzisz coraz głębiej w te otwarte drzwi w drzwi otwierające się w tobie nieśmiertelne niewidome widma drzewa które otwierają się tak przejmująco ciało dreszczu dreszczu mieczem miłosnym nie przedzielone na dwoje jak woda kiedy umierającego z każdym oddechem i poruszeniem swoim dziewiczym otula cię listowiem jeszcze pozwalając na odejście i zamykają się znowu w sobie w istocie swojej w nieistnieniu drzwi? drzewca? drzewa? o idealnych rysach obumarłych w tobie przed wiekami ukochanych
Niepodlegli nicości (1988)
Meditation in Kastilien Libro con poemas de Max Hölzer y 7 litografías de Eduardo Chillida. Fue Max Holzer quien en 1968 presentó a Chillda a Martin Heidegger, en consecuencia este publicó el texto «El arte y el espacio» ilustrado con grabados de Chillida.
Rezo con humildes palabras para que desaparezcan: el hambre, la mutilación, enfermedades sin culpa y penas;
pero, ante todo, oh, Todopoderoso del Principio, Que nos cargaste de libertad, dejándonos por resolver todos los asuntos humanos e inhumanos,
Oh Todopoderoso, Cuyo Nombre tan raras veces oso invocar,
antes dame muerte que un día, en nombre de cualquier fe tenga que matar,
prívame del habla, si algún día, en nombre de cualquier verdad
quiera envanecerme.
Soberanos de la nada (1988)
Fotomontaje de Zdzisław Beksiński
Ale nade wszystko
Modlę się ubogimi słowami aby zniknęły: głód, kalectwo, niezawinione choroby i cierpienia;
ale nade wszystko, o, Wszechmogący Początku, Który obarczyłeś nas wolnością, nam samym pozostawiając do rozstrzygnięcia wszystkie nasze ludzkie i nieludzkie sprawy, o, Wszechmogący,
Którego Imienia tak rzadko ośmielam się wzywać, raczej uśmierć mnie,
niż gdybym kiedykolwiek, w imię jakiejkolwiek wiary musiał zabijać,
pozbaw mnie mowy, gdybym kiedykolwiek, w imię jakiejkolwiek prawdy
tú -ni siquiera hablas dormida- yo -aun dormido no dejo de callar- entre nosotros no la espada yace sino la sangre -concebida entre nosotros- yace el temor el arrullo de palomas único eco de nuestras charlas (¿levantará ese peso la blanca paloma del susurro?) como si mi mujer fueras y mi única hija sangre de mi sangre mortal enfermedad verso blanco conversar contigo me acerca el mundo conversar contigo al mundo aleja
tan cercano como el alba
Soberanos de la nada (1988)
Fotograma de Secretos de un matrimonio (1973) de Ingmar Bergman
Do…
tkliwość dotkliwa jak pożegnanie
ty – nawet nie mówisz przez sen ja – nawet we śnie nie przestaję milczeć między nami nie miecz leży ale krew – poczęta między nami leży lęk gruchanie gołębi jedyne echo naszych rozmów (czy uniesie ten ciężar biały gołąb szeptu?) jakbyś i żoną była i moim jedynym dzieckiem krwią z mojej krwi śmiertelną chorobą wierszem białym rozmowa z tobą przybliża mi świat rozmowa z tobą świat oddala