Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

El largo viaje a Oriente

En aquella mañana de luz azul,
en barcas jubilosas, las velas desplegadas, partimos al Oriente.
Y entramos en el bronce del pecho de aquel sol.
El mar quedó desierto tras nosotros, bajo una lluvia de oro.
Así tuvo lugar el único viaje.

A la tarde volvimos, caídas ya las velas,
derramada en las aguas la púrpura extendida
de aquel día cansado.

(Ya solo miro el mar por la abierta ventana,
y otras velas que parten, matutinas,
regresan a la tarde, sin color,
fatigadas.)

Me han borrado los años con piedad,
y el cuerpo es solo un bulto. Aún con vida en los ojos
vigilo los navíos de luz, distantes y amarrados,
en el puerto celeste.
Igual que en la niñez los miro ahora.
                                                                Son eternos,
y tiemblan sus fanales en lo oscuro. Son el feliz engaño
del mundo que no ha sido.
Y allí, me lo dijeron y nunca les creí,
habita Dios.

Fotogramas de Nostos: El retorno de Franco Plavoli

Tłum. Ada Trzeciakowska

Długa podróż na Wschód

W tamten poranek z niebieskiego światła
w beztroskich łodziach, rozpostarłszy żagle, wyruszyliśmy na Wschód.
I wniknęliśmy w brązową pierś tamtego słońca.
Morze opustoszało za nami, pod złotym deszczem.
Tak oto odbyła się ta wyjątkowa podróż.

Wieczorem wróciliśmy, opuściwszy już żagle,
rozlana na wodach rozciągała się purpura
znużonego dnia.

(Teraz spoglądam na morze tylko przez otwarte okno,
i inne żagle odpływają, poranne,
by powrócić wieczorem, wyblakłe,
umęczone).

Lata wymazały mnie litościwie,
a ciało jest już tylko niewyraźnym garbem. Żywe pozostały moje oczy:
czuwam nad statkami ze światła, w oddali, przycumowanymi
w błękitnym porcie.
Tak jak w dzieciństwie patrzę na nie teraz.
                                                                     Są wieczne,
a ich lampy drżą w ciemnościach. Są szczęśliwą złudą
świata, którego nie było.
I właśnie tam, mówiono mi, choć nie wierzyłem,
mieszka Bóg.

Pablo Anadón

1963, Argentina

RELEYENDO A SEFERIS EN LA NOCHE

Releyendo a Seferis en la noche
Después de tantos años, mientras duerme
Una joven mujer junto a tu almohada
Y entre los labios pende, ya apagada, la pipa.

Recostada a sus pies, la gata negra
Sueña también, también suspira a veces
Como si se quejara. En la ventana
Se arremolinan ciegas las estrellas.

Cuánta vida perdida en estos años,
Cuánto daño que hiciste y que te han hecho,
Cuánta obra no escrita, cuánta inútil

Dispersión en el viento de la época…
Pero vuelve, más hondo ahora, su verso:
“En el fondo soy cosa de la luz”.

Campos en Povedilla (sierra de Alcaraz)

NOCĄ CZYTAJĄC NA NOWO SEFERISA

Nocą czytając na nowo Seferisa
Po tych wszystkich latach, gdy śpi
U twego boku młoda dziewczyna
A z ust zwisa, już wygasła, fajka.

Rozciągnięta u twych stóp, czarna kotka
Również śni, czasem również wzdycha
Jakby się skarżyła. A za oknem
Kłębią się tłumy ślepych gwiazd.

Ileż straconego przez te lata życia,
Ileż krzywd wyrządziłeś i tobie wyrządzono,
Ileż niepisanych utworów, ileż niepotrzebnych

Rozproszeń w wichrach naszych czasów…
Lecz powraca, sięgając głębiej, jeden wers:
«W głębi duszy bliżej mi do światła».

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

La piedad del tiempo

¿En qué oscuro rincón del tiempo que ya ha muerto
viven aún,
ardiendo, aquellos muslos?
       Le dan luz todavía
a estos ojos tan viejos y engañados,
que ahora vuelven a ser el milagro que fueron:
deseo de una carne, y la alegría
de lo que no se niega.

La vida es el naufragio de una obstinada imagen
que ya nunca sabremos si existió,
pues solo pertenece a un lugar extinguido.

Fotografías de Francesca Woodman (1951- 1981, Estados Unidos)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Miłosierdzie czasu

W jakim mrocznym zakątku czasu, który już się dokonał
żyją wciąż,
płonąc, te uda?
                               Ciągle napełniają światłem
te oczy takie stare i tyle razy oszukane,
które znów stały się cudem, jakim były kiedyś:
pragnienie innego ciała, i radość
z tego, czego się nie odmawia.

Życie to wrak pewnego natarczywego obrazu,
nigdy się już nie dowiemy, czy istniał naprawdę:
przynależy wyłącznie do miejsca, które wygasło.

Antoine de Saint-Exupery

1900 – 1944, Francia

Vuelo nocturno*

Trad. J. Benavent

«Y, no obstante —le había respondido más tarde Rivière—, si la vida humana no tiene precio, nosotros obramos siem­pre como si alguna cosa sobrepasase, en valor, la vida humana… Pero ¿qué?»
Y a Rivière, pensando en la tripulación, se le encogió el corazón. La acción, incluso la de cons­truir un puente, destruye felicidades; Rivière no podía dejar de preguntarse: «¿En nombre de qué?»
«Esos hombres —pensaba— que van tal vez a desaparecer, habrían podido vivir dichosos.» Veía rostros inclinados en el santuario de oro de esas lámparas nocturnas. «¿En nombre de qué los ha sacado de ahí? ¿En nombre de qué los ha arran­cado de la felicidad individual? La primera ley, ¿no es precisamente la de defender esas dichas? Pero él las destroza. Y no obstante, un día, fatal­mente, los santuarios de oro se desvanecen como espejismos. La vejez y la muerte, más implaca­bles que él mismo, los destruyen. ¿Tal vez existe alguna otra cosa, más duradera, para salvar? ¿Tal vez hay que salvar esa parte del hombre que Rivière trabaja? Si no es así, la acción no se justifica.»
«Amar, amar únicamente, ¡qué callejón sin sa­lida!» Rivière tuvo la oscura conciencia de un de­ber más grande que el de amar. O se trataba tam­bién de una ternura, ¡pero tan diferente de las otras! Evocó una frase: «Se trata de hacerlos eter­nos…» ¿Dónde lo había leído? «Lo que vos per­seguís en vos mismo muere.» Imaginó un templo al dios Sol de los antiguos incas del Perú. Aque­llas piedras erguidas sobre la montaña. ¿Qué que­daría, sin ellas, de una civilización poderosa que gravitaba con el peso de sus piedras, sobre el hom­bre actual, como un remordimiento? «¿En nom­bre de qué rigor o de qué extraño amor, el con­ductor de pueblos de antaño, constriñendo a sus muchedumbres a construir ese templo sobre la montaña, les impuso la obligación de erguir su eternidad?» Rivière se imaginó aún a los habi­tantes de las pequeñas ciudades que, en el cre­púsculo, dan vueltas alrededor de sus quioscos de música: «Esa especie de felicidad, ese arnés…», pensó. El conductor de pueblos de antaño, tal vez no tuvo piedad por el dolor del hombre; pero tuvo una inmensa piedad por su muerte. No por su muerte individual, sino piedad por la especie que el mar de arena borraría. Y él conducía a su pue­blo a levantar, por lo menos, algunas piedras que el desierto no había de sepultar.
(…)
Habría podido luchar aún, probar suerte: no hay fatalidad externa. Pero sí hay una fatalidad interior: llega un momento en el que nos descu­brimos vulnerables; entonces las faltas nos atraen como un vértigo.
Y fue en este instante cuando lucieron en su cabeza, en un desgarrón de la tormenta, como cebo mortal en el fondo de una masa, algunas estrellas…
Juzgó que era una trampa: se ven tres estrellas por un agujero, se sube hacia ellas, y ya no se puede descender, se permanece allí, mordiendo las estrellas…
Sin embargo, era tal su hambre de luz, que re­montó.
(…)
Fabien creyó haber arribado a limbos extraños, pues todo hacíase luminoso: sus manos, sus ves­tidos, sus alas. La luz no bajaba de los astros, sino que se desprendía, debajo de él, alrededor de él, de esas masas blancas.
Las nubes, bajo él, devolvían toda la nieve que recibían de la Luna. Las de derecha e izquierda, altas como torres, hacían lo mismo. La luz era cual leche en la que se bañaba la tripulación. Fa­bien, volviéndose, vio que el «radio» sonreía.
—¡Esto va mejor! —gritó.
Pero la voz se perdía en el ruido del vuelo: las sonrisas solas hablaban. «Estoy completamente loco —pensaba Fabien— por sonreír; estamos perdidos.»
Sin embargo, mil oscuros brazos le habían de­satado de sus cadenas, como se desata a un pri­sionero al que se permite andar solo, por un tiem­po, entre flores.
«Demasiado hermoso», pensaba Fabien. Erra­ba entre las estrellas acumuladas con la densidad de un tesoro, en un mundo donde nada vivía fue­ra de él, absolutamente nada excepto él, Fabien y su camarada. Semejante a esos ladrones de ciu­dades fabulosas, emparedados en la cámara de los tesoros, de donde no sabría salir. Entre pedrerías heladas, erraban infinitamente ricos, pero con­denados.

*Fragmentos de los cap. XIV-XVI

Tłum. Maria Czapska, Stanisław Stempkowski

Nocny lot*

„Ale jeżeli nawet życie ludzkie jest bezcenne, postępujemy zawsze tak, jak gdyby istniało coś, co jest więcej warte niż życie ludzkie… Ale co?» I Rivière, myśląc o załodze samolotu pocztowego, uczuł ciężar w sercu. Wszelki czyn, nawet budowa mostu, niszczy szczęście ludzkie. I nie mógł już uchylić się teraz od pytania: w imię czego?
„Ci ludzie myślał którzy za chwilę może zginą, mogliby sobie żyć szczęśliwi.» Widział twarze pochylone w złotym sanktuarium wieczornej lampy. „W imię czego wyrwałem ich stamtąd?» W imię czego oderwał ich od szczęścia osobistego? Czyż nie jest pierwszym nakazem strzec i ochraniać to szczęście? A on je właśnie niszczy. Bo i tak nieodwołalnie nadejdzie dzień, gdy te złote sanktuaria rozwieją się jak fatamorgana. Zniszczą je starość i śmierć, bardziej nielitościwa niż on, Rivière. Ale jest może coś innego, bardziej trwałego, co należałoby ocalić; może jest do ocalenia ta właśnie cząstka człowieka, nad której urobieniem trudzi się właśnie on, Rivière? Jeżeli nie cała jego działalność nie ma usprawiedliwienia.
„Kochać, tylko kochać — i cóż dalej!» Rivière miał niejasne poczucie obowiązku większego od kochania Być może, że i tu wchodziła w grę pewna tkliwość. ale zupełnie inna. Przypomniało mu się zdanie: „Rzecz w tym. ażeby ich uczynić wiecznymi…» Gdzież to był wyczytał? „To, o co zabiegacie wewnątrz siebie umrze.» Przypomniał sobie oglądaną niegdyś w Peru starożytną świątynię Inków, poświęconą bogu słońca Strome ściany głazów na szczycie góry. Gdyby nie one, cóż pozostałoby z potężnej ongi cywilizacji, która ciąży ciężarem tych głazów na dzisiejszym człowieku jak wyrzut?” W imię jakiej surowej konieczności czy w imię jakiej szczególnej miłości wódz tego zaginionego ludu, zmuszając tłumy do wzniesienia tej świątyni na górze, nakazał im tym samym utrwalić ich byt na wieki?» Potem przypomniały się jeszcze Riviere’owi owe tłumy z miasteczka tłoczące się dokoła kiosków z muzyką. Też swego rodzaju szczęście ten deptak…» pomyślał. Wódz dawnych ludów, jeżeli nie znał litości dla cierpienia człowieka, litował się jednak jego śmierci. Nie jego śmierci jako jednostki, lecz znikomości rodzaju skazanego na zagładę. I kazał swemu ludowi wznosić z głazów budowle, które ostoją się piaskom pustyni.
(…)
Mógłby jeszcze walczyć, próbować szczęścia — bo żadne fatum nie istnieje z zewnątrz. Fatum jest tylko w nas — przychodzi chwila, kiedy się poznaje własną niemoc. Wtedy błędy pociągają nas ku sobie jak otchłani.
I w tej to chwili nad jego głową, w rozdarciu chmur, błysnęło kilka gwiazd — niby śmiertelna przynęta na dnie pułapki.

Zdał sobie sprawę z tego, że była to istotnie pułapka: leci się wzwyż ku gwiazdom, które migną w szczelinie chmur, a potem nie można już się zniżyć i pozostaje się tam na zawsze…
Ale głód światła był tak nieodparty, że zaczął się wznosić.
(…)
Wydało się Fabienowi, że znajduje się w zaczarowanym kręgu świetlnym, gdyż jego ręce, ubranie, skrzydła — wszystko stało się świecące. Jasność nie spływała od ciał niebieskich, lecz jak gdyby wypromieniowywała zewsząd, spod niego, dokoła niego, z tego nagromadzenia wyiskrzonej bieli.
Chmury pod nim jarzyły się śniegiem przejętym od księżyca. Tak samo jarzyły się na prawo i na lewo, wysokie niby olbrzymie wieże. Samolot płynął jak po świetlistej toni mlecznej. Obejrzawszy się za siebie, Fabien zobaczył uśmiechniętą twarz towarzysza.
— Już lepiej! — krzyknął mu.
Ale głos ginął w szumie lotu, porozumiewali się tylko uśmiechem…. Ależ to szaleństwo uśmiechać się pomyślał Fabien jesteśmy zgubieni.»
A jednak czuł się wyzwolonym z ucisku ciemnych ramion. Opadły zeń krępujące więzy, jak z więźnia, któremu pozwolono na krótką chwilę pochodzić samemu wśród kwiatów.
„Jest zbyt cudownie» — myślał Fabien. Błądził wśród nieprzebranego mnóstwa gwiazd, po świecie. w którym prócz niego i jego towarzysza nie było ani jednej żywej istoty. Byli obaj jak owi dwaj złodzieje z bajki, zamurowani w skarbcu, z którego już nie zdołają się wydostać. Wśród zimnego rozsypiska drogocennych kamieni błąkają się nieskończenie bogaci, ale skazani na zagładę.

**Fragmenty rozdz.. XIV-XVI

Antoine de Saint-Exupery

Vol de nuit

« Et pourtant, lui avait répondu plus tard Rivière, si la vie humaine n’a pas de prix, nous agissons toujours comme si quelque chose dépassait, en valeur, la vie humaine… Mais quoi ? »
Et Rivière, songeant à l’équipage, eut le coeur serré. L’action, même celle de construire un pont, brise des bonheurs ; Rivière ne pouvait plus ne pas se demander « Au nom de quoi ? »
« Ces hommes, pensait-il, qui vont peut-être disparaître, auraient pu vivre heureux. » Il voyait des visages penchés dans le sanctuaire d’or des lampes du soir. « Au nom de quoi les en ai-je tirés ? » Au nom de quoi les a-t-il arrachés au bonheur individuel ? La première loi n’est-elle pas de protéger ces bonheurs-là ? Mais lui-même les brise. Et pourtant un jour, fatalement, s’évanouissent, comme des mirages, les sanctuaires d’or. La vieillesse et la mort les détruisent, plus impitoyables que lui-même. Il existe peut-être quelque chose d’autre à sauver et de plus durable ; peut-être est-ce à sauver cette part-là de l’homme que Rivière travaille ? Sinon l’action ne se justifie pas.
« Aimer, aimer seulement, quelle impasse ! » Rivière eut l’obscur sentiment d’un devoir plus grand que celui d’aimer. Ou bien il s’agissait aussi d’une tendresse, mais si différente des autres. Une phrase lui revint : « Il s’agit de les rendre éternels… » Où avait-il lu cela ? « Ce que vous poursuivez en vous-même meurt. » II revit un temple au dieu du soleil des anciens Incas du Pérou. Ces pierres droites sur la montagne. Que resterait-il, sans elles, d’une civilisation puissante, qui pesait, du poids de ses pierres, sur l’homme d’aujourd’hui, comme un remords ? « Au nom de quelle dureté, ou de quel étrange amour, le conducteur de peuples d’autrefois, contraignant ses foules à tirer ce temple sur la montagne, leur imposa-t-il donc de dresser leur éternité ? » Rivière revit encore en songe les foules des petites villes, qui tournent le soir autour de leur kiosque à musique. « Cette sorte de bonheur, ce harnais… » pensa-t-il. Le conducteur de peuples d’autrefois, s’il n’eut peut-être pas pitié de la souffrance de l’homme, eut pitié, immensément, de sa mort. Non de sa mort individuelle, mais pitié de l’espèce qu’effacera la mer de sable. Et il menait son peuple dresser au moins des pierres, que n’ensevelirait pas le désert.
(…)
Il aurait pu lutter encore, tenter sa chance : il n’y a pas de fatalité extérieure. Mais il y a une fatalité intérieure : vient une minute où l’on se découvre vulnérable ; alors les fautes vous attirent comme un vertige.
Et c’est à cette minute que luirent sur sa tête, dans une déchirure de la tempête, comme un appât mortel au fond d’une nasse, quelques étoiles.
Il jugea bien que c’était un piège : on voit trois étoiles dans un trou, on monte vers elles, ensuite on ne peut plus descendre, on reste là à mordre les étoiles…
Mais sa faim de lumière était telle qu’il monta.
(…)
Fabien pensait avoir gagné des limbes étranges, car tout devenait lumineux, ses mains, ses vêtements, ses ailes. Car la lumière ne descendait pas des astres, mais elle se dégageait, au-dessous de lui, autour de lui, de ces provisions blanches.
Ces nuages, au-dessous de lui, renvoyaient toute la neige qu’ils recevaient de la lune. Ceux de droite et de gauche aussi, hauts comme des tours. Il circulait un lait de lumière, dans lequel baignait l’équipage. Fabien, se retournant, vit que le radio souriait.
— Ça va mieux ! criait-il.
Mais la voix se perdait dans le bruit du vol, seuls communiquaient les sourires. « Je suis tout à fait fou, pensait Fabien, de sourire : nous sommes perdus. »
Pourtant, mille bras obscurs l’avaient lâché. On avait dénoué ses liens, comme ceux d’un prisonnier qu’on laisse marcher seul, un temps, parmi les fleurs.

« Trop beau », pensait Fabien. Il errait parmi des étoiles accumulées avec la densité d’un trésor, dans un monde où rien d’autre, absolument rien d’autre que lui, Fabien, et son camarade, n’était vivant. Pareils à ces voleurs des villes fabuleuses, murés dans la chambre aux trésors dont ils ne sauront plus sortir. Parmi des pierreries glacées, ils errent, infiniment riches, mais condamnés.





Basilio Sánchez

1958 – , España

***

Paisaje de invierno

Donde el agua se espesa, una palabra
que se queda en los labios es un hilo de nieve.

Donde la voz se pierde está el secreto
de las manos del frío,
de todas las pequeñas hojas cristalizadas.

Una estrella oscilante se detiene
para la intimidad de la vigilia.
La calle está mojada, el paseante
va pisando la luna bajo la indiferencia de los árboles,
bajo la indiferencia de una noche
que ahora mismo se ordena
sobre las previsiones de sus lámparas.

Como un faro en lo alto,
la luz en la ventana de una mujer que duerme
ilumina los ojos
de otra mujer que, al borde de la cama,
permanece despierta mientras crece
la sombra de sus manos,
su invisible soledad de otro mundo.

La herida del invierno te ha llevado a creer.

Fotografías de Katia Chausheva

Tłum. Ada Trzeciakowska

Pejzaż zimowy

Tam, gdzie woda gęstnieje, słowo
osadzone na wargach staje się nitką śniegu.

Tam, gdzie głos przepada, kryje się tajemnica
rąk chłodu,
wszystkich maleńkich listków z kryształu.

Oscylująca gwiazda zastyga
w imię intymności czuwania.
Mokre ulice, przechodzień
depcze księżyc pod osłoną obojętności drzew,
pod osłoną obojętności nocy
która właśnie wyrusza
wedle przewidywań swoich lamp.

Jak latarnia morska na wysokości,
światło w oknie śpiącej kobiety
rozświetla oczy
innej kobiety, która, na skraju łóżka,
czuwa, podczas gdy rośnie
cień u jej rąk,
niewidoczna samotność z innego świata.

Zimowa szrama kazała ci uwierzyć.

Aby wejść w biel, potrzebujesz serca.

Anna Kamieńska

1920-1986, Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

Que Existes

No corriendo levemente como en un sueño
sino abriéndose paso entre una niebla densa
con la bola de oscuridad a sus pies
por los peñascos por los matorrales
solo cuelgan harapos luminosos
de las ramas suplicantes
con la fuerza de la debilidad
¿y si no llega?
rastreará reptará se arrastrará
y con los labios agrietados
sin plegarias sin palabras
encontrará el corazón del mundo
 
Cuando nos encuentre como en el campo de batalla
medio abrazados
sollozaremos dolorosamente de felicidad

Collages propios con fotografías de Sandra Bartocha y fotogramas de La notte de Michelangelo Antonioni (1961)

że jesteś

Nie biegnąc lekko jak we śnie
ale brnąc w ciężkiej mgle
z kulą ciemności u nóg
przez głazy przez chaszcze
tylko świecące łachmany wiszą
na błagalnych gałęziach
z mocą słabości
co jeśli nie doleci
to dopełznie doczołga się dociśnie
i wargami popękanymi
bez modłów bez słów
odszuka serce świata
 
Odnalezieni jak na pobojowisku
wpół objęci
zapłaczemy boleśnie ze szczęścia

Olvido García Valdés

1950 – , España

***[Nadaba por el agua transparente]

Nadaba por el agua transparente
en lo hondo, y pescaba gozoso
con un pequeño arpón peces brillantes,
amigos, moteados.
Aquella agua tan densa, nadar
como un gran pez; vosotros,
dijo, me esperabais en casa.
Pensé entonces en Klee,
en la dorada. Ahora leo:
estás roto y tus sueños
se cuelan en tu vida, esa sensación
de realidad es muy fuerte; estas pastillas
te ayudarán.
Dorado pez,
dorada de los abismos, destellos
en lo hondo. Un sueño subterráneo
nos recorre, nos reúne,
nacemos y morimos, mas se repite
el sueño y queda el pez,
su densidad, la transparencia.

De Caza nocturna

Paul Klee El pez dorado (1925)

Tłum. Ada Trzeciakowska

***[Płynęłam przez przejrzystą wodę]

Płynęłam przez przejrzystą wodę
w głębinach, radośnie łowiłam
niewielkim harpunem lśniące ryby,
przyjaciół, cętkowanych.
Woda była taka gęsta, płynęłam
niczym wielka ryba; wy,
powiedział, czekaliście na mnie w domu.
Pomyślałam wtedy o Klee,
o złotogłowej doradzie. Czytam teraz:
już po tobie a sny
przenikają do twojego życia, wrażenie
rzeczywistości jest bardzo silne; te pastylki
pomogą ci.
Złota rybko,
złota główko z otchłani skrząca się
na dnie. Podziemny sen
przepływa przez nas i jednoczy,
rodzimy się i umieramy, lecz powtarza się
sen i pozostaje ryba,
jej gęstość i przejrzystość.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

La perversión

La hermosura de la vida no acaba, y así nos lo parece a los humanos. Y amamos
las cosas que aquí se continúan, los cuerpos que ocuparán, con más belleza, nuestro sitio,
y vamos ya llegando a la quietud difícil, y aceptarán nuestro silencio en comprensión, porque nosotros antes
habremos comprendido y aceptado la noche ya sin fin y sin estrellas.

Quizá hayas venido, ahora que nuestros cuerpos se han amado con furia y alegría,
para escuchar de mí esta verdad sencilla, y que aún desconoces:
ningún hombre es feliz.

Rtograma de Altered States de Ken Russell

Tłum. Ada Trzeciakowska

Perwersja

Piękno życia nie ma końca, tak nam, ludziom, się wydaje. Kochamy
rzeczy, które trwają tutaj, ciała, które zajmą, jeszcze piękniej, nasze miejsca,
i dochodzimy do trudnego stanu wyciszenia, oni zaś nasze milczenie przyjmą ze zrozumieniem, bo wcześniej i my zdążymy już zrozumieć i zaakceptować tę noc bez końca już i bez gwiazd.

A może przyszłaś, teraz, gdy nasze ciała kochały się z furią i radością,
by usłyszeć ode mnie tę prostą prawdę, która wciąż jest ci obca:
żaden człowiek nie jest szczęśliwy.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

Nocturno

El cuarto, oscuro; y la ventana abierta
en la noche desnuda del estío.
El canto seco de la tierra ciega
es de cristal, y lo dicen los grillos;
hay un enjambre azul de altas estrellas
que no vuelan, y hay unos leves hilos
que nuestros ojos unen con belleza.
Desde mi ardiente soledad yo miro
las sombras de este cuarto, tan espesas,
y el campo no visible al que yo aflijo
con ese pensamiento del que vela
sabiéndose de carne. ¿Algo es mío?
Muy lejos, se reúnen las casas, son inciertas
y agrupadas sus luces junto al mar: hay un ritmo
de olas negras y sordas. La alegría gobierna,
en esos territorios, el vivir. Yo respiro
la oscuridad tan mía, mi vida no está cerca
del agua ni del cielo,
ni tampoco de aquello que deseo.

Tłum. Ada Trzeciakowska

Nokturn

Pokój, ciemny; i okno otwarte
na nagą sierpniową noc.
Sucha śpiew ślepej ziemi
jest ze szkła, świerszcz tak szepcze,
jest i wysokich gwiazd rój niebieski
który nie potrafi latać, i nikłe nitki
które oczy nasze wiążą z pięknem.
Z żaru samotności zerkam
na cienie w tej izbie, tak gęste,
i na niewidoczne pole, które nękam
myślą bezsennego i śmiertelnego
śtworzenia. Czy coś jest moje?
Hen daleko, zbierają się domy, niepewne
ich światła stłoczone na brzegu: rytm wybijają
czarne i głuche fale. Na tym terenie
radość rządzi i życie. Oddycham
ciemnością tak bardzo moją,
me życie nie toczy się blisko
ani wody ani nieba,
ani też tego, czego bym pragnął.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

Recuerdo de la belleza humana

No la rosa, que existe en el olor,
ni el verso que ha entregado, en su milagro,
una invisible luz, y se hace el mundo,
ni el mar, que es un sólido espacio.

Dime si te destruye mi mirada,
tan suave como el aire,
posada como el tiempo.
¿Qué añade tu belleza a la belleza?
Si tú no hubieras sido, nada sería tú,
como el posible Dios es solo uno,
y mi mirada (el tiempo) te destruye.
Tu belleza es aún más:
puede darse a quien mira,
y hacerse humilde, y torpe, porque existo.
No se puede expresar desde esta vida,
pues no hay comparación, nada
que signifique lo que es.
Si acaso confesarte mi deseo
de ser yo tú,
y así ofrecerte al fin lo que mereces
cuando acercas tus manos a las mías:
saber que me mirabas con mis ojos.

Fotograma de Hiroshima Mon Amour de Alain Resnais

Tłum. Ada Trzeciakowska

wspomnienie ludzkiego piękna

Nie róża, która istnieje w zapachu,
ani wiersz, który przyniósł, jak cud,
niewidzialne światło, i staje się światem,
ani morze, które jest litą przestrzenią.

Powiedz mi, czy moje spojrzenie cię niszczy,
tak łagodne jak powietrze,
opadające jak czas.
Co dodaje twoje piękno do piękna?
Gdybyś nie istniała, nic nie byłoby tobą,
gdyż Bóg możliwy jest tylko jeden,
a moje spojrzenie (czas) cię niszczy.
Twoje piękno jest czymś więcej:
oddaje się temu, kto patrzy,
i staje się pokorne, i nieporadne, bo ja istnieję.
Nie można go wyrazić w tym życiu,
bo nie ma porównania, nic
co mogłoby oznaczać to, czym jest.
Jeśli już, to wyznałbym moje pragnienie:
chciałbym być tobą
i ofiarować ci wreszcie to, co tobie należne
gdy przysuwasz swoje ręce do moich:
świadomość, że patrzyłaś na mnie moimi oczami.

Olvido García Valdés

1950 – , España

***Levanta los ojos y pájaros

Levanta los ojos y pájaros, por azar,
cruzan el cielo y es del aire
su ausencia. La luz que nos alivia,
era de azar y noche
aquella claridad, un cantar que venía
sin música, porque era dentro
la música. Y breve. Se va viviendo
dentro de los ojos. Alarga
la polilla como un pavo
ceniza su abanico. Anima II. Lo que fue
del amor, ojo y patitas. Vio tesoros
de luz, donde están la nieve
y el granizo y el rocío y la lluvia
. Un vaso
de cristal, la penumbra en suspenso.
                                                                   Dime,
ven esta noche a mi sueño un instante,
ven que te oiga, con levísimas flores
madruga hasta mí por el silbido
del mirlo, ya que toda tu vida fue de estricta
(penosa, enferma) actividad, salvo estos años
(alma del corazón, cantares) últimos.

De La poesía, ese cuerpo extraño. Antología

Fernando Zóbel (1924-1984)

Tłum. Ada Trzeciakowska

***Podnosi oczy i ptaki

Podnosi oczy i ptaki, przez przypadek,
przecinają niebo, i do powietrza należy
ich nieobecność. Światło, które nas koi,
z przypadku i nocy była
tamta jasność, pieśnią, który napłynęła
bez muzyki, bo od wewnątrz była
muzyką. I krótką. Odpływa wciąż żyjąc
wewnątrz oka. Wydłuża
ćmę jak indyk
popieli swój wachlarz. Anima II. To, co było
z miłości, oka i łapek. Widział klejnoty ze
światła, tam, gdzie padał śnieg
i grad, rosa, i deszcz.
Szklane
naczynie, półmrok w zawieszeniu.
                                                            Powiedz,
przyjdź tej nocy do mego snu na chwilę,
przyjdź, bym mogła cię usłyszeć, z najbledszymi kwiatami
przyjdź o świcie poprzez gwizdanie
kosa, skoro całe twoje życie było ścisłym
(żałosnym, chorym) działaniem, oprócz tych lat
(duszy serca, pieśni) ostatnich.

Anxo Pastor

1959- , España (Pontevedra)

ir hacia un fresno

conoces el secreto
y lo olvidas mientras
salta un mirlo a tus pies
y levanta la hierba con su pico
y levanta oscuridad
tú dentro del afuera
de las cortezas, de los surcos
de los mapas que deja el aire
en tu tronco
surcos inmensos, innombrables
de música, de arabescos
que ha dejado el aire el aire
que sostienes sobre
tu mesa inmensa de hojas

Collage propio

Tłum. Ada Trzeciakowska

idąc w stronę jesionu

znasz tajemnicę
i zapominasz ją, gdy
u twoich stóp podskakuje kos
i podnosi dziobem źdźbła trawy
i zgarnia ciemność
ty wewnątrz zewnętrznej warstwy
kory, bruzd
map, które powietrze pozostawia
na twoim pniu
ogromne, niewyrażalne bruzdy
muzyki, arabesek
pozostawionych przez powietrze
które podtrzymujesz nad
swym bezkresnym stołem z liści

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

EL PORQUÉ DE LAS PALABRAS

A Fernando Delgado

No tuve amor a las palabras;
si las usé con desnudez, si sufrí en esa busca,
fue por necesidad de no perder la vida,
y envejecer con algo de memoria
y alguna claridad.

Así uní las palabras para quemar la noche,
hacer un falso día hermoso,
y pude conocer que era la soledad el centro de este mundo.
Y solo atesoré miseria,
suspendido el placer para experimentar una desdicha nueva,
besé en todos los labios posada la ceniza,
y así pude aceptar la cobardía porque era fiel y era digna del hombre.

Hay en mi tosca taza un divino licor
que apuro y que renuevo;
desasosiega, y es
                            remordimiento;
tengo por concubina a la virtud.
No tuve amor a las palabras,
¿cómo tener amor a vagos signos
cuyo desvelamiento era tan solo
despertar la piedad del hombre para consigo mismo?
En el aprendizaje del oficio se logran resultados:
llegué a saber que era idéntico el peso del acto que resulta de lenta reflexión y el gratuito,
y es fácil desprenderse de la vida, o no estimarla,
pues es en la desdicha tan valiosa como en la misma dicha.

Debí amar las palabras;
por ellas comparé, con cualquier dimensión del mundo externo:
el mar, el firmamento,
un goce o un dolor que al instante morían;
y en ellas alcancé la raíz tenebrosa de la vida.
Cree el hombre que nada es superior al hombre mismo:
ni la mayor miseria, ni la mayor grandeza de los mundos,
pues todo lo contiene su deseo.

Las palabras separan de las cosas
la luz que cae en ellas y la cáscara extinta,
y recogen los velos de la sombra
en la noche y los huecos;
mas no supieron separar la lágrima y la risa,
pues eran una sola verdad,
y valieron igual sonrisa, indiferencia.
Todo son gestos, muertes, son residuos.

Mirad el sigiloso ladrón de las palabras,
repta en la noche fosca,
abre su boca seca, y está mudo.

Jerry Uelsmann (1934-2022, Estados Unidos)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Dlatego Słowa

Dla Fernando Delgado

Nie żywiłem miłości do słów;
jeśli używałem ich otwarcie, jeśli cierpiałem w tym poszukiwaniu,
to tylko po to, by nie stracić życia,
i zestarzeć się z okruchem pamięci
i odrobiną jasności.

Tak złączyłem słowa, by noc spłonęła
a dzień nastał piękny i fałszywy
i tak dowiedziałem się, że to samotność była ośrodkiem świata.
A ja zaś gromadziłem tylko nędzę,
zawiesiwszy przyjemność, by doświadczyć nowego nieszczęścia,
scałowaływałem ze wszystkich warg osiadły popiół,
i tak oto uznałem bojaźń, bo była wierna i godna człowieka.

Chropowaty kubek kryje boski trunek,
wychylam go i napełniam ponownie;
budzi niepokój i jest
                                       wyrzutem sumienia;
za konkubinę mam cnotę.
Nie żywiłem miłości do słów,
jak kochać mgliste znaki
których odsłanianie było jedynie
budzeniem litości nad samym sobą?
Terminując w zawodzie osiąga się rezultaty:
zrozumiałem, że taka sama jest waga czynu wynikającego z powolnej
refleksji i tego próżnego,
i łatwo żyć w oderwaniu od życia, albo go nie szanować,
bo w nieszczęściu jest ono równie cenne jak w czasie szczęśliwym.

Powinienem był kochać słowa;
przez nie porównywałem, z dowolnym wymiarem świata zewnętrznego:
morze, niebieski firmament,
rozkosz lub ból, które momentalnie obumierały;
i dzięki nim dosięgnąłem tenebrowego korzenia życia.
Człowiekowi wydaje się, że nic nie przewyższa samego człowieka:
ani największa nędza, ani największa świetność światów,
bowiem wszystko to zawiera się w jego pragnieniu.

Słowa oddzielają od rzeczy
światło, które na nie pada, i wygasłą skorupę,
i zbierają zasłony cienia
w nocy i rozpadlinach;
lecz nie zdołały oddzielić łez od śmiechu,
jedną prawdą będąc,
zasługując na ten sam uśmiech, zobojętnienie.
Wszystko to puste gesty, śmierci, marne resztki.

Spójrzcie, jak skrada się złodziej słów,
jak pełza w mroku nocy,
otwiera swe suche usta, jest niemy.

Serhiy Zhadan / Serhij Żadan

1974, Ucrania

Poeta, escritor, traductor del alemán. Reciente Premio de La Paz por labor artística y humanitaria. También: Premio de Literatura Centroeuropea Angelus 2015 por su novela Mesopotamia, el Premio Puentes de Berlín y el Premio Joseph Conrad. Vive en Járkov.

Trad. Ada Trzeciakowska

***

¿Y qué hace este hombre?
Escribe poemas.

Los reparte por la mesa.
Los afila.

Como si estuviera reparando zapatillas infantiles.

Se ha puesto a trabajar
justo a tiempo.
Cuando hace falta.

Porque el invierno se acerca.

Y los hombres se pondrán con los poemas.
Los registrarán cuidadosamente,
los revolverán
como el tabaco seco.

Pero las mujeres también
llorarán por ellos,
envolverán los poemas con cuidado,
como medallitas de devoción.

El valor de un poema aumenta en invierno.
Especialmente cuando el invierno es duro.
Especialmente cuando el lenguaje es tácito.
Especialmente cuando los tiempos
están locos.

Fotograma de Haytarma de Akhtem Seitablaiev

Tłum. Bohdan Zadura

***

A co robi ten mężczyzna?
Pisze wiersze.

Rozkłada je na stole.
Wyostrza.

Jakby naprawiał dziecięce buty.

W samą porę
siadł do pracy.
Kiedy trzeba.

Bo nadchodzi zima.

I mężczyźni wezmą się za wiersze.
Przebiorą je uważnie,
przetrząsną
jak suchy tytoń.

Ale i kobiety też
będą nad nimi płakać,
zawiną wiersze ostrożnie,
jak medaliki.

Wartość wiersza zimą wzrasta.
Zwłaszcza gdy zima jest ciężka.
Zwłaszcza gdy język jest cichy.
Zwłaszcza gdy czasy
są szalone.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

El ángel del poema

A César Simón

Dentro de la mortaja de esta casa,
en esta noche yerma con tanta soledad,
mirando sin nostalgia lo que en mi vida es ido,
lo que no pudo ser,
esta ruina extensa del pasado,
también sin esperanza
en lo que ha de venir aún a flagelarme,
solo es posible un bien: la aparición del ángel,
sus ojos vivos, no sé de qué color, pero de fuego,
la paralización ante el rostro hermosísimo.
Después oír, saliendo del silencio y en tanta soledad,
su voz sin traducción, que es solo un fiel entendimiento sin palabras.
Y el ángel hace, cerrándose en mis párpados y cobijado en ellos, su aparición postrera:
con su espada de fuego expulsa el mundo hostil, que gira afuera, a oscuras.
Y no hay Dios para él, ni para mí.

Zbigniew Beksiński

Tłum. Ada Trzeciakowska

Anioł wiersza

Do Cesara Simona

W fałdach domu tego całunu,
w tę noc jałową od samotności,
bez żalu patrzę na to, co życiu mym wygasłe,
na to, co być nie mogło,
na te rozległe ruiny przeszłości,
nie pokładając już nadziei
w tym, co dopiero spadnie na mnie i wychłosta
pociechą jest mi tylko jedno: objawienie się anioła,
jego oczy żywe, nie wiem jakiego koloru, ale z ognia,
paraliż przed najpiękniejszym obliczem.
To, że usłyszę, tryskający z ciszy i na samotność zdany,
głos jego bez tłumaczenia, wierne pojmowanie bez słów.
A wtedy anioł, powiekami mymi oddzielony i nimi okryty, ukazuje się:
ognistym mieczem wypędza świat wrogi, co wiruje poza mną, w ciemnościach.
I nie będzie Boga dla mnie, ani dla niego.

Francisco Brines

1932 – 2021, España (Oliva)

Antes de entrar en la luz

He de entrar en la luz que está ciega,
en donde la ignorancia borrará el conocer.
No habrá respuesta nunca.
Afuera ha de seguir la luz del sol
que da goce y tortura a los humanos,
viviendo en la pregunta que ahora mismo,
porque en la luz no ciega habito todavía,
dirijo al mundo amado.

He de entrar en la Luz, esa luz ciega,
y estoy aquí, llenos de amor los ojos,
mendigando qué soy,
por qué, como si fuese un dios, el sol es mío.

Foto propia

Tłum. Ada Trzeciakowska

Nim zanurzę się w świetle

Muszę zanurzyć się w świetle, co oślepło,
gdzie ignorancja unicestwia wiedzę.
Nie poznam nigdy żadnej odpowiedzi.
Na zewnątrz trwać musi słońce i jego światło,
źródło radości i tortur dla ludzi,
gdy zadaję pytania, które teraz,
bo w nieoślepłym świetle ciągle żyję,
kieruję do ukochanego świata.

Muszę zanurzyć się w świetle, tym oślepłem światło,
a nadal tutaj, przepełnione miłością oczy,
żebrzą o odpowiedź czym jestem,
dlaczego, jakbym był bogiem, słońce jest moje.

Chantal Maillard

1951 – , Bélgica/España

HAINUWELE (frg.)

Si estuvieras un día fuera de ti solamente sabrías
lo intensa que es la muerte.
Si estuviera sin ti la muerte solamente una noche
no se despertaría el oso blanco
de la aurora.
Poco sabes de ella pues se esconde en tu risa justo cuando se apaga.
Si en ese mismo instante mirases como miran las garzas
verías cómo de mi pecho se cuelga cada tarde
para mamar un resto de amapola.
Luego se duerme en mi vientre y espera
tu abrazo y mi delirio.
La beso entonces con ternura.
Es tan blanca que apenas puedo saber cuándo se ausenta.

La muerte de la que hablo es mi muerte.
Ella no existe en nada
de lo que veo: el rocío alimenta
los cuerpos que se pudren y nacen en la aurora
otros, iguales o distintos.
Sólo aquello que tiene nombre muere.
Mi nombre es la máscara que llevaré por ti
en la danza.
Cuando al fin me la arranquen
estaré tan desnuda
que ni siquiera tú podrás nombrarme.
Existiré entonces en todo lo que veo,
naceré del rocío,
ciega, igual y distinta en cada aurora.

Digo «el tiempo transcurre»
porque recuerdo la flor amarilla
en el tallo desnudo que el viento balancea.
La sombra de un ciruelo cubre ahora su sombra
y yo me invento el tiempo para poder dormir y no arder en tus
labios.
Cuando dance, Señor, seré contigo
la flor, la savia y la semilla,
todos los nacimientos y todas las imágenes
y todo lo que ahora distingo por su sombra,
y en aquel gesto que presiento largo
como nueve crepúsculos,
será contigo este presente eterno
en el que nada puede ser nombrado.
Será mi danza, Señor, el reflejo
de la luna apresada en los guijarros
del bosque.

de Hainuwele y otros poemas

Fotografías de Tamara Dean (1) y Arguiñe Escandón

Tłum. Ada Trzeciakowska

HAINUWELE (frg.)

Gdybyś przez jeden dzień pozostał poza sobą, dowiedziałbyś się
jak intensywna jest śmierć.
A gdyby śmierć została bez ciebie tylko jedną noc
nie przebudziłby się biały niedźwiedź
świtu.
Niewiele o niej wiesz, kryje się w twoim śmiechu, wtedy, gdy gaśnie.
Gdybyś w tej samej chwili spojrzał tak, jak patrzą czaple
zobaczyłbyś, jak u mej piersi co wieczór wisi
by ssać ostatnią stróżkę polnych maków.
Potem zasypia na moim łonie i czeka na
twój uścisk i moje majaczenie.
Całuję ją wtedy czule.
Jest tak biała, że z trudem mogę rozpoznać, kiedy jej nie ma.

Śmierć, o której mówię, jest moją śmiercią.
Ona nie istnieje w niczym
z tego, co widzę: rosa odżywia
ciała, które rozkładają się i rodzą o brzasku
inne, takie same lub różne.
Tylko to, co ma imię, umiera.
Moje imię to maska, którą założę dla ciebie
w tańcu.
Gdy w końcu mi ją zerwą
będę tak naga
że nawet ty nie będziesz umiał mnie nazwać.
Wówczas będę istniała we wszystkim, co widzę,
narodzę się z rosy,
ślepa, taka sama i różna w każdym brzasku.

Mówię «czas płynie».
bo pamiętam żółty kwiat
na nagiej łodyżce kołysanej przez wiatr.
Cień śliwy kryje teraz jej cień
i wymyślam czas, żeby zasnąć i nie spłonąć na twoich
wargach.
Kiedy zatańczę, Panie, będę z Tobą
kwiatem, sokiem i nasieniem,
wszelkimi narodzinami i obrazami
i wszystkim, co teraz rozróżniam po jego cieniu,
i w tym geście, który przeczuwam, że będzie długi
jak dziewięć zmierzchów,
będzie z tobą ta wieczna teraźniejszość
w której nic nie może być nazwane.
To będzie mój taniec, Panie, odbicie
księżyca uwięzionego w okrągłych kamykach
lasu.

Stąpałam po grzbiecie twojej dłoni, ufna,
jak ten, co idzie wzgórzami
pewny, że wiatr istnieje,
że ziemia jest niewzruszona,
a rzeczy wiecznie się powtarzają.
Lecz nagle wszechświat zadrżał:
wyciągnąłeś palce
i ziewnięciem otworzyłeś noc
jak ciepłą grotę.
Budziłeś się od dziesięciu tysięcy wieków
a ogień płonął niecierpliwy w twoich ustach.

z tomiku Hainuwele i inne wiersze

Tomasz Różycki

1970 – , Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

los mapas quemados

Viajaba por Ucrania, era junio cuando hundido
hasta las rodillas caminé en la hierba y el polen
flotaba en el aire. Busqué, mis antecesores
se escondieron bajo tierra, más hondo han seguido

que generaciones de hormigas. Pregunté mudo
por sus huellas, mas crecía la hierba, las hojas
y abejas se arremolinaban. Tumbado boca
abajo en el suelo pronuncié lento el conjuro:

podéis salir, todo ha terminado. Se agitaba
la tierra, y en ella topos y lombrices, temblaba
la tierra y las hormigas se enjambraban, abejas
volaban encima de todo, salid decía,

hablaba así a la tierra y sentí como crecía
la hierba salvaje y densa junto a mi cabeza.

Collage propio (a partir de ilustraciones de Gabriel Pacheco)

Spalone Mapy

Pojechałem na Ukrainę, to był czerwiec
i szedłem po kolana w trawach, zioła i pyłki
krążyły w powietrzu. Szukałem, lecz bliscy
schowali się pod ziemią, zamieszkali głębiej

niż pokolenia mrówek. Pytałem się wszędzie
o ślady po nich, ale rosły trawy, liście,
i pszczoły wirowały. Kładłem się więc blisko,
twarzą do ziemi i mówiłem to zaklęcie –

możecie wyjść, już jest po wszystkim. I ruszała
się ziemia, a w niej krety i dżdżownice, i drżała
ziemia i państwa mrówek roiły się, pszczoły
latały ponad wszystkim, mówiłem wychodźcie,

mówiłem tak do ziemi i czułem, jak rośnie
trawa ogromna, dzika wokół mojej głowy.

Tomasz Różycki

1970 – , Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

la caída

¡Mirad, dioses! Qué luz tan maravillosa:
se puede ver a través de la piel, cuánta oscuridad
han bebido nuestros cuerpos a lo largo del invierno.
Si de verdad has de cambiar tu vida,
ponte derecho al sol. Deja que beba
de ti como de una botella. Que trague la oscuridad,
arroje la vasija vacía en los matorrales
y tambaleándose caiga triunfante
detrás de una cementera, detrás del negro horizonte,
como un avión que arde en vuelo,
del cual, cada tanto, se despega algún
objeto informe: ala, pluma, hombre.

Collage propio (a partir de un fotograma de Estratos de la imagen de Lois Patiño)

Upadek

Spójrzcie, bogowie! Światło tak wspaniałe –
widać przez skórę, ile nasze ciała
napiły się ciemności przez tę zimę.
Jeśli już musisz życie swe odmieniać,
stań prosto w słońcu. Niech ono wypije
z ciebie jak z flaszki. Niech wyssie tę ciemność,
puste naczynie niech wyrzuci w krzaki
i zataczając się triumfalnie spadnie
za cementownię, za czarny horyzont,
jak gorejący w locie odrzutowiec,
z którego co raz jakiś się odrywa
bezkształtny przedmiot: skrzydło, pióro, człowiek.

Serhiy Zhadan / Serhij Żadan

1974, Ucrania

Poeta, escritor, traductor del alemán. Ha ganado numerosos premios, entre ellos el Premio de Literatura Centroeuropea Angelus 2015 por su novela Mesopotamia, el Premio Puentes de Berlín y el Premio Joseph Conrad. Vive en Járkov.

Trad. Ada Trzeciakowska

***

Demasiada política, en todo, demasiada política.
La vida no necesita esta cantidad de nuestras correcciones.
Los poetas introducen la política en la vida a la fuerza
como un puño en el guante de boxeo.
Mientras los lectores finos se quejan:
otra vez la política, de nuevo escriben sobre ella.
 
Hay demasiada política en todo -se quejan los lectores-
mejor hablemos del cielo sobre la ciudad.
Un cielo alto que es tan hermoso este año.
Hablemos de cómo
se refleja en el ojo de una mujer.
 
De acuerdo, hablemos del cielo en el ojo de una mujer.
El ojo muerto de una mujer, en el que por la mañana
quedan reflejados los pájaros que pasan volando,
y por la noche se reflejan las constelaciones del norte.
Rojo por el calor del ocaso,
arco iris por la lluvia matutina,
ojo que mira desde la perspectiva de la muerte
-hablemos de él-.
 
O hablemos del futuro.
En el futuro habrá cielos altos y hermosos.
Nuestros hijos serán más fuertes que nosotros.
¿Por qué los poetas no hablan de la enconada
despreocupación infantil?
 
Al fin y al cabo, así es: nuestros hijos conocen bien el precio de la ciudadanía,
niños que, eligiendo entre la confianza y la seguridad,
a partir de ahora siempre elegirán el sótano seco del refugio antiaéreo.
¿Por qué los poetas no hablan con ellos?
¿Por qué a los poetas se les da mejor hablar de los cadáveres?
¿Por qué se les da tan bien justificar
la impotencia de los adultos?
 
Al menos hablemos con los que han sobrevivido.
Si no hemos conseguido llevarnos bien con los muertos.
Si no hemos conseguido debatir con los ahorcados y estrangulados.

¿Cómo podemos hablar de política en un país
que se lastima las encías con su propia lengua?
El manifiesto más accesible es la carne despiezada que
se expone por la mañana en los mercados, como la prensa.
Las rimas más convincentes son las regulares y ensordecedoras
series automáticas con las que rematan
a los animales heridos.
 
Todo el mundo estaba prevenido.
Todos conocían las condiciones del acuerdo.
Todos sabían que habría que pagar un precio inconmensurable.
Decid ahora que hubo demasiada política.
Hablas ahora de los soleados horizontes.
 
La última nieve fluye derretida.
Se escriben los finales de los libros más terribles.
El país, como un río, vuelve a su cauce,
ahonda su lecho,
madura dolorosamente para su navegación.

Collage propio: fotogramas de Sátántangó de Béla Tarr

Tłum. Bohdan Zadura

***

Za dużo polityki, we wszystkim — za dużo polityki.
Życie nie potrzebuje takiej ilości naszych poprawek.
Poeci wpychają politykę w życie
jak pięść w rękawicę bokserską.
Podczas gdy delikatni czytelnicy narzekają:
znowu polityka, oni znowu o niej piszą.
 
We wszystkim za dużo jest polityki — narzekają czytelnicy –
lepiej porozmawiajmy o niebie nad miastem.
Takie piękne wysokie jest niebo tego roku.
Porozmawiajmy o tym, jak ono
odbija się w oku kobiety.
 
Dobrze — porozmawiajmy o niebie w oku kobiety.
Martwe kobiece oko,  w którym o poranku
odbijają się przelatujące ptaki,
a w nocy odbijają się północne gwiazdozbiory.
Czerwone od gorącego zachodu słońca,
tęczowe od porannych deszczów,
oko, które patrzy z perspektywy śmierci –
porozmawiajmy o nim.
 
Albo porozmawiajmy o przyszłości.
W przyszłości będzie wysokie piękne niebo.
Nasze dzieci będą silniejsze od nas.
Dlaczego poeci nie mówią o zapiekłej
dziecięcej beztrosce?
 
Tak przecież jest  – nasze dzieci dobrze znają cenę obywatelskości,
dzieci, które wybierając między zaufaniem a bezpieczeństwem,
od teraz zawsze będą wybierały suchą piwnicę przeciwlotniczego schronu.
Czemu z nimi nie rozmawiają poeci?
Czemu poetom lepiej wychodzi rozmowa o trupach?
Czemu im tak dobrze wychodzi usprawiedliwianie
bezradności dorosłych?
 
Porozmawiajmy przynajmniej z tymi, którzy przeżyli.
Jeżeli już się nam nie udało dogadać z umarłymi.
Jeśli nie udało się podyskutować z powieszonymi i uduszonymi.
 
Jak można mówić o polityce w kraju,
który rani dziąsła własnym językiem?
Najdostępniejszym manifestem jest rąbane mięso, które
wykłada się rano na targach, jak prasę.
Najbardziej przekonującymi rymami są równe i głuche
automatyczne serie, którymi dobijają
ranne zwierzęta.
 
Wszyscy byli uprzedzeni.
Wszyscy znali warunki umowy.
Wszyscy wiedzieli, że przyjdzie zapłacić niepomiernie wysoką cenę.
Mówcie teraz, że tam było za dużo polityki.
Mówcie teraz o słonecznych horyzontach.
 
Spływają ostatnie śniegi.
Dopisują się najstraszniejsze książki.
Kraj jak rzeka powraca w swoje brzegi,
pogłębia koryto,
boleśnie dorasta do swojej nawigacji.

Serhiy Zhadan / Serhij Żadan

1974, Ucrania

Poeta, escritor, traductor del alemán. Ha ganado numerosos premios, entre ellos el Premio de Literatura Centroeuropea Angelus 2015 por su novela Mesopotamia, el Premio Puentes de Berlín y el Premio Joseph Conrad. Vive en Járkov.

Trad. Ada Trzeciakowska

***

¿Estáis listos?
 
Las almas de las aves del bosque se encuentran en el aire.
Es hora de escuchar la noche, de tocar las alas invisibles.
¿Estáis listos para descender a la plataforma norte
y uniros a esta melodía antigua?
El grafito en las manos de los niños marca la línea de la respiración,
una línea que el fuego cruzar no puede.
Estar juntos, aferrarnos a la luz,
mantenernos juntos entre las alas,
que se apoyaban en algo en este aire,
sacaban algo de él, lo vaciaban,
atravesaban la luz en las cajas de cartón de la primavera.
 
¿Estáis listos
para leer en voz alta de forma tan apasionada,
como si besarais vuestro propio aliento,
como si os declararais al oxígeno de vuestro propio país?
¿Estáis listos para hablar como si de vuestras palabras
dependiera el futuro de la civilización?
¿Listos para hablar de la tarde tal y como
se habla de la muerte en el quirófano?
 
¿Para balancear al borde de la alegría por el carbón,
ir más allá del círculo marcado en el patio
del hospital. ¿Estáis listos?
Para agarrar un ala arrancada de las sábanas
de la mañana. ¿Estáis listos?
Para meter los dedos en las heridas de las reses congeladas,
¿sentir el latido de la ciudad en los cruces del atardecer?
 
El canto que llena los moldes de yeso de la voz.
El canto que llena los buzones de los pulmones
con la correspondencia del viento.
El canto que rompe el pan de la lengua,
alimentando la mañana con el sabor a centeno de un himno.
 
Todos los que demostraron ser lo suficientemente fuertes como para desafiar a la oscuridad,
todos los que estaban bajo el estandarte del canto a medianoche
-así es como exhalamos nuestra libertad-
con el humo del tabaco en la clara bóveda del alba,
así aparecen las caras de la inflamación
en las vidrieras de nuestros pulmones.
Así cantamos a los caídos en la arena dorada del ocaso.
Sonido -y nada más-.
Alegría y una tarde que dura, como una voz,
como el respirar,
matados por el canto y los besos.

Imágenes propias

Tłum. Bohdan Zadura

***

Jesteście gotowi?
 
Dusze leśnych ptaków spotykają się w powietrzu.
Czas wsłuchać się w noc, dotknąć niewidzialnych skrzydeł.
Gotowi jesteście  zejść na północną platformę
i podchwycić tę dawną melodię?
Grafit w dziecięcych rękach wyznacza linię oddechu,
linię, której nie przekroczy ogień.
Być razem, trzymać się światła,
trzymać się razem pośród skrzydeł,
które o coś w tym powietrzu się opierały,
coś wybierały z niego, opróżniały,
przecinały światło w kartonowych pudełkach wiosny.
 
Jesteście gotowi
czytać na głos tak namiętnie,
jakbyście całowali się z własnym oddechem,
jakbyście oświadczali się tlenowi własnego kraju?
Gotowi jesteście mówić tak, jakby właśnie od waszych słów
zależała przyszłość cywilizacji?
Gotowi mówić o wieczorze tak,
jak mówi się o śmierci w sali operacyjnej?
 
Balansować na granicy radości z węgla,
wykraczać poza wyznaczony krąg na szpitalnianym
podwórku. Jesteście gotowi?
Łapać za skrzydło, wyrwane z prześcieradeł
poranka. Jesteście gotowi?
Wkładać palce w rany mrożonych wołowych tusz,
czuć bicie serca miasta na wieczornych skrzyżowaniach?
 
Śpiew, którym zalewają gipsowe formy głosu.
Śpiew, który wypełnia skrzynki pocztowe płuc
korespondencją wiatru.
Śpiew, który łamie bochenek języka,
karmiąc ranek żytnim posmakiem hymnu.
 
Wszyscy, którzy okazali się dość silni, by sprzeciwić się ciemności,
wszyscy, którzy stali pod sztandarem śpiewu o północy –
tak wydychamy naszą wolność,
tytoniowym dymem w przejrzyste sklepienie poranka,
tak pojawiają się twarze zapaleń
na witrażach płuc.
Tak ośpiewujemy poległych w złotym piasku zachodu słońca.
Dźwięk — i nic więcej.
Radość i długi trwały wieczór, jak głos,
jak oddychanie
zabite przez śpiew i pocałunki.

Carina Sedevich

1972-, Argentina

HACER COMO LA LUZ EN LAS PELÍCULAS CHINAS

1
La belleza, incidente del espíritu
que sobrevive a la paz o sobrevive al caos
desliza, lento,
su vestido mínimo ante mí.

2
Hacer como la luz en las películas chinas:
en la pared desnuda,
sobre el piso vacío,
entre los muebles simples
y esos rostros
que no podemos descifrar,
habla en voz baja,
transcurre con ternura.
*
Sus minúsculos gestos repetidos
no dibujan jamás las mismas sombras.

3
El humo es incoloro.
Pocas cosas
son tan elocuentes
como el humo…

de Los budas y otros poemas

Fotogramas de varias películas de Wong Kar-wai y Bi Gan.

Tłum. Ada Trzeciakowska

Być jak ŚWIATŁo W CHIŃSKIm kinie

1
Piękno, zdarzenie ducha
który przeżył pokój lub przeżył chaos
przesuwa, powoli,
swoją skromną szatę przede mną.

2
Być jak światło w chińskim kinie:
na nagiej ścianie,
na pustej podłodze,
pośród prostych mebli
i tych twarzy
których nie potrafimy odczytać,
przemawia cichym głosem,
przemija tkliwie.
*
Jego drobne, powtarzalne gesty
nie kreślą nigdy tych samych cieni.

3
Dym jest bezbarwny.
Niewiele rzeczy
jest równie elokwentnych
jak dym…