Ewa Świąc

1976 – , Polonia

Trad. Ada Trzeciakowska

Roja

El cielo rojo traerá la guerra,
cubrirán el suelo montones de piedras, patatas podridas, perros muertos.
Caminaremos hundidos en su pelaje,
y cuando llegue la noche remojaremos los pies en agua caliente. 
Pocas veces se da tal cielo. Hoy ha traído vientos, ha cortado las caras.
Y luego la calma. El retorno de los objetos a sus debidos compartimentos.
El dolor es dolor, la nieve es nieve.

Collage propio

CzerwonA

Czerwone niebo przyniesie wojnę,
ziemię przysypią stosy kamieni, zgniłe kartofle, martwe psy.
Będziemy brodzić w ich sierści,
a wieczorem długo moczyć stopy w gorącej wodzie.
Takie niebo zdarza się rzadko. Dziś przyniosło wiatr, pocięło twarze.
A potem spokój. Powroty przedmiotów do właściwych przegródek.
Ból to ból, śnieg to śnieg.

Bartosz Waglewski (Fisz)

1978 – , Polonia

Letra de canción. El vídeo fue rodado en los alrededores de la ciudad Accra en Ghana. Allí es donde se encuentra unos de los cementerios de residuos electrónicos más grandes del mundo, 41 millones de toneladas de desechos. Según las previsiones del Banco mundial en el 2030 el noventa por ciento de los pobres habitará en África.

Trad. Ada Trzeciakowska

Noticias no tan agradables

Caminas por la ciudad como un rey
No se ve mucho desde tu altura
Y yo tengo para ti, mi lujoso señor,
Yo y el mundo entero
Tenemos para ti
Unas noticias no tan agradables.

Tu mundo está empezando a arder
Porque mi mundo hace tiempo que arde
Esta vez no son los fuegos artificiales
Tampoco las luces de Bengala

Ves ese cuchillo de cocina
El cuchillo con el que cortas la carne
Antes de ensartarla
Tengo para ti unas noticias no tan agradables

Señor mío, tan satisfecho de sí mismo
Yo soy este cuchillo

Tu mundo está empezando a arder
Porque mi mundo hace tiempo que arde
Esta vez no son los fuegos artificiales
Tampoco las luces de Bengala

No lo conoces porque nunca has intentado conocer
Tocar mi mundo

Tu casa tiene grandes ventanales de madera
Pero estas ventanas están
Todas cubiertas con rejas.

Te afeitas la cara con una cuchilla de afeitar
Y aún oigo carcajadas de tus admiradores
Antes de ponerte el traje y
Antes de anudar la corbata
Haces una jugada ideal del tenista
Una jugada ideal con mano libre

Tengo para ti noticias no tan agradables
Muy lujoso señor mío
Yo soy esta hoja de afeitar

No son fake news
Porque ya está probado
Tu mundo está empezando a arder
Igual porque mi mundo desde hace tiempo arde

Nie za miłe wiadomości

Idziesz przez miasto jak król
Nie widać za wiele z twojej wysokości
A ja mam dla Ciebie luksusowy panie
Ja i cały świat
Mamy dla ciebie
Nie za miłe wiadomości.

Twój świat zaczyna płonąć
Bo mój świat od dawna płonie
Tym razem to nie fajerwerki
To nie zimne ognie

Patrzysz na kuchenny nóż
Nóż, którym kroisz mięso
Zanim nadziejesz je na rożen
Mam dla ciebie nie za miłe wiadomości

Zadowolony z siebie panie
To ja jestem tym nożem

Twój świat zaczyna płonąć
Bo mój świat od dawna płonie
Tym razem to nie fajerwerki
To nie zimne ognie

Nie znasz, bo nigdy nie próbowałeś poznać
Dotknąć mego świata

Masz w domu duże drewniane okna
ale te okna są
całe w stalowych kratach.

golisz twarz maszynką na żyletki
a ja ciągle słyszę rechot twoich wiernych wielbicieli
Zanim włożysz garnitur i
Zanim zawiążesz krawat
Wykonasz idealny ruch jak tenista
Idealny ruch swobodną ręką

Mam dla ciebie nie za miłe wiadomości
Mój ty Luksusowy panie
To ja jestem tą żyletką

To nie fake news
Bo To już dowiedzione
Twój świat zaczyna płonąć
Tak jak mój świat od dawna płonie

Tomasz Różycki

1970 – , Polonia

Trad. Xavier Ferré

Ostras y dátiles

Dime ¿qué te gustaría? Tenemos aquí frutas,
queso, vino, semillas, unas cuantas especias,
una calle femenina y también un julio masculino,
y Cracovia, un poco de luz, hemos dejado atrás una época
 
genial y terrible, ante nosotros tenemos unas vistas
a otra todavía más genial y más terrible.
Y para elegir tenemos tres tipos de vida:
podemos ser ricos y felices, después
 
felices pero pobres, o tan solo felices
y al diablo con las finanzas. Lo pregunto
mientras caen las multinacionales, se derrumban
las exposiciones y los imperios, las leyendas del fútbol
 
empiezan a hacer faltas. Ya ha llegado la hora
de abandonar todo esto y de hacer locuras.

La gran comilona de Marco Ferreri

Ostrygi i daktyle

Powiedz mi, jak byś chciała? Mamy tu owoce,
ser, wino, nasiona, mamy trochę przypraw
i kobiecą ulicę oraz męski lipiec,
i Kraków, trochę światła, za sobą epokę

genialną i straszliwą, przed sobą widoki
na jeszcze genialniejszą i jeszcze straszliwszą.
I mamy do wyboru trzy rodzaje życia:
możemy być bogaci i szczęśliwi, potem

szczęśliwi ale biedni, lub tylko szczęśliwi
i pal diabli finanse. Pytam o to w chwili,
kiedy się rozpadają korporacje, walą
wystawy i imperia, legendy futbolu

zaczynają faulować. Nadeszła już pora,
żeby to wszystko rzucić i trochę oszaleć.

Denise Levertov

1923-1997, Inglaterra/Estados Unidos

Trad. Ada Trzeciakowska

Conversación en la oscuridad

Vivimos en historia, dice uno.
Somos moscas sobre el pellejo de Leviatán, dice otro.

Sea como sea, dice uno,
miedos y pérdidas.

Y entre las pérdidas, dice otro,
los lugares especiales a los que iban a conducir nuestros caminos.

Nuestras muertes, dice uno.
Eso es, dice otro.
Ahora nos alcanzará la muerte colectiva.

Las fosas comunes, dice uno, nada nuevo.
No, dice otro, mas esta vez no habrá tumbas,
Todos los muertos yacerán donde hayan caído.

Excepto, dice uno, esos que se reducirán a cenizas.
Y los esparcirá el viento abrasador, dice otro.

¿Cómo podemos vivir en este miedo? Dice uno.
De un día para otro, dice otro.

Aun deseo ver, dice uno,
Hacia dónde lleva mi camino.

Quiero vivir, dice otro, ¿pero dónde voy a vivir
si el mundo se acaba?

Fotogramas de las series Chernóbil, La zona; película La carretera adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy.

Fragmento de la carta del filósofo Günther Anders a Claude Eatherly (piloto del avión de reconocimiento climático Straight Flush que apoyó el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima):

(…) El próximo 6 de agosto, como cada año, la población de Japón va a conmemorar el día en que «aquello» ocurrió. ¿Por qué no envía un mensaje a esta gente, que llegue a tiempo para la conmemoración? Si usted les dijera: «En ese momento yo no sabía lo que estaba haciendo, pero ahora lo sé y creo que nunca debe volver a ocurrir algo así y que no se debe permitir a ningún ser humano que ordene a otro ser humano hacer nada parecido.» Y si añadiera: «Vuestra lucha es mi lucha, vuestro “No más Hiroshimas” es mi “No más Hiroshimas”», o algo por el estilo, puede estar seguro que un mensaje así convertiría un día de lamentaciones en un día de alegría y que los supervivientes de Hiroshima lo recibirían como a un amigo, como a uno de ellos, pues en realidad lo es, Eatherly, usted también es víctima de Hiroshima.

Tłum. Janusz Solarz

Rozmowa w ciemności

Żyjemy w historii, mówi ktoś.
Jak muchy na skórze Lewiatana, mówi ktoś inny.

Tak czy siak, mówi ktoś,
strachy i straty.

A wśród strat, mówi ktoś inny,
te wyjątkowe miejsca gdzie miały dotrzeć nasze drogi.

Nasze zgony, mówi ktoś.
O to chodzi, mówi ktoś inny.
Dopadnie nas teraz zbiorowa śmierć.

Zbiorowe groby, mówi ktoś, to nic nowego.
Tak, mówi ktoś inny, ale tym razem nie będzie grobów,
wszyscy zmarli spoczną tam gdzie padli.

Z wyjatkiem tych, mówi ktoś, którzy spalą się na popiół.
I rozwieje ich ognisty wiatr, mówi ktoś inny.

Jak żyć w takim strachu? Mówi ktoś.
Dzień po dniu, mówi ktoś inny.

Ciągle pragnę zobaczyć, mówi ktoś,
dokąd wiedzie moja droga.

Pragnę żyć, mówi ktoś inny, ale gdzie mam się podziać
jeśli zabraknie świata?

Talk in the Dark

We live in history, says one.
We’re flies on the hide of Leviathan, says another.

Either way, says one,
fears and losses.

And among losses, says another,
the special places our own roads were to lead to.

Our deaths, says one.
That’s right, says another.
Now it’s to be a mass death.

Mass graves, says one, are nothing new.
No, says another, but this time there’ll be no graves,
all the dead will lie where they fall.

Except, says one, those that burn to ash.
And are blown in the fiery wind, says another.

How can we live in this fear? Says one.
From day to day, says another.

I still want to see, says one,
where my own road’s going.

I want to live, says another, but where can I live
if the world is gone?

Matthew Arnold

1822-1888, Gran Bretaña

*Guy Montag, protagonista de Fahrenheit 451, lee este poema a las amigas de su mujer :

[«Después empezó a leer con voz lenta y vacilante, que fue afirmándose a medida que progresaba de línea. Y su voz atravesó un desierto, la blancura, y rodeó a las tres mujeres sentadas en aquel gigantesco vacío».]

 Trad José María Martín Triana

La playa de Dover

El mar está en calma esta noche.
La marea alta, la luna duerme hermosa
Sobre el estrecho – en la costa francesa la luz
Resplandece y se ha ido; los acantilados de Inglaterra alzan,
Tenues y vastos, allá en la plácida bahía.
Ven a la ventana, el aire nocturno es dulce,
Soñoliento, desde la larga línea de espuma
Donde el mar besa la tierra empalidecida por la luna,

¡Escucha! Puedes oír el rugir de las piedras
Que las olas agitan, arrojándolas
a su regreso allá en el ramal de arriba,
Comienza y cesa, y luego comienza otra vez,
Con trémula cadencia disminuye, y trae
La eterna nota de la melancolía.

Sófocles, hace mucho tiempo
Lo escuchó en el Egeo, y trajo
A su mente el turbio flujo y reflujo
De la miseria humana, nosotros
También encontramos una idea en el sonido,
Cerca de este remoto mar del norte.

El Mar de la Fe
También era uno, en su plenitud,
Y rodaba en las orillas de la tierra,
Yacía como los pliegues de una gloriosa diadema.
Pero ahora sólo escucho
su rugir lleno de tristeza, largo y en retirada,
alejándose hacia el sereno de la noche
Hacia los extensos bordes monótonos.
Oh, mi amor, ¡seamos fieles el uno al otro!
Pues el mundo, que parece yacer ante nosotros
Como una tierra de sueños,
Tan variada, tan bella, tan nueva,
No posee en realidad ni gozo, ni amor, ni luz,
Ni certeza, ni paz, ni alivio para el dolor;
Estamos aquí como en una llanura sombría
Envueltos en alarmas confusas de fugas y batallas,
donde los ejércitos, ignorantes, se enfrentan por la noche.

[Mrs. Phelps estaba llorando.
Las otras, en medio del desierto, observaban su llanto que iba acentuándose al mismo tiempo que su rostro se contraía y deformaba. Permanecieron sentadas, sin tocarla, asombradas ante aquel espectáculo. Ella sollozaba inconteniblemente. El propio Montag estaba sorprendido Y emocionado. (…)
—¿Lo ve? Lo sabía, eso era lo que quería demostrar. Sabía que había de ocurrir. Siempre lo he dicho, poesía y lágrimas, poesía y suicidio y llanto y sentimientos terribles, poesía y enfermedad. ¡Cuánta basura! Ahora acabo de comprenderlo. ¡Es usted muy malo, Mr. Montag, es usted muy malo! (…)
Montag sintió que se volvía y, acercándose a la abertura que había en la pared, arrojó el libro a las llamas que aguardaban.
—Tontas palabras, tontas y horribles palabras, que acaban por herir —dijo Mrs. Bowles—. ¿Por qué querrá la gente herir al prójimo? Como si no hubiera suficiente maldad en el mundo, hay que preocupar a la gente con material de este estilo.]

Fotogramas de Aniara (2019) y Habitación con vistas (1985)


*Guy Montag, bohater 451 Fahrenheita czyta ten wiersz koleżankom żony:

[Potem zaczął czytać powolnym, utykającym głosem, który wzmacniał się, gdy postępował od linijki do linijki. Jego głos przechodził przez pustynię, w białą przestrzeń wokół trzech siedzących kobiet, w wielką gorącą pustkę.]

Tłum. Stanisław Barańczak

Wybrzeże w Dover

Dziś w nocy morze zastygło w spokoju.
Pora przypływu; księżyc srebrzy wodę
Cieśniny; z brzegu Francji co pewien czas błyska
Latarnia i znów gaśnie; angielskie urwiska
Świecą masywem bieli nad cichą zatoką.
Podejdź do okna, wdychaj tę nocną pogodę!
Tylko od długiej granicy przyboju,
Gdzie z wypranym poświatą z barwy stromym lądem
Styka się morze, słychać — wsłuchaj się głęboko —
Szum żwiru, miotanego o brzeg i od nowa
W toń wleczonego fal powrotnym prądem,
Który znowu, zaledwie z pracą się uporał,
Wraca ponowną falą; i wolna, miarowa
Muzyka morza śpiewa wieczny smutku chorał.

Sofokles wieki temu
Słyszał ten smutek w Morza Egejskiego szumie
I w rytmie mętnej fali znalazł wzór systemu
Rządzącego chaosem
Ludzkiej doli; nam też coś podpowiedzieć umie
Północne morze swoim tak odległym głosem.

Ocean Wiary
W dawnych wiekach, wezbrany, brzegi kontynentów
Otulał swym nadmiarem jak jedwabna szata;
Dzisiaj słyszę jedynie
Smętny szum cofających się morskich odmętów,
Fali, która to ślepo runie, to odpłynie
W świście nocnego wiatru przez nagie obszary
Jałowych piasków i skał tego świata.

Bądźmy choć my oboje
Wierni sobie nawzajem, miła! bo przed nami
Z pozoru świetny, nowy, nęcący tęczami
Świat, gościnnie rozwarte marzenia podwoje —
Ale naprawdę troski, bóle, niepokoje,
Mrok bez światła miłości, jad w każdym pokarmie;
Na tej ciemnej równinie stoimy we dwoje
W szturmów, odwrotów dzikim, zmieszanym alarmie,
Gdy ścierają się wokół ślepe, wrogie armie.

[Pani Phelps płakała. Pozostałe wśród pustyni patrzyły, jak płacze coraz głośniej, a jej twarz traci w skurczach wszelki kształt. Siedziały nie zbliżając się do niej, zdumione jej wybuchem. Łkała niepohamowanie. Sam Montag był ogłuszony i wstrząśnięty. (…)
Pani Bowles wstała i złowrogo popatrzyła na Montaga. — Wiedziałam, że tak będzie, oto co chciałam udowodnić! Wiedziałam, że tak się stanie! Zawsze mówiłam: poezja i łzy, poezja i samobójstwo, i płacz, i okropne samopoczucie, cała ta tkliwość! Teraz mam oczywisty dowód. Brzydki pan jest, panie Montag, brzydki! (…)
Montag poczuł, że się obraca, idzie do otworu w ścianie i wrzuca książkę przez mosiężne drzwiczki do pełzających płomieni.
— Głupie słowa, głupie słowa, głupie, straszliwie raniące słowa — powiedziała pani Bowles. — Dlaczego ludzie chcą ranić innych ludzi? Jak by nie było dość zła na świecie, jeszcze drażnić ludzi tego rodzaju rzeczami!]


* Guy Montag, The protagonist of Fahrenheit 451 reads this poem to his wife’s friends:

[Then he began to read in a low, stumbling voice that grew firmer as he progressed from line to line, and his voice went out across the desert, into the whiteness, and around the three sitting women there in the great hot emptiness:]

Dover Beach

The sea is calm tonight.
The tide is full, the moon lies fair
Upon the straits;-  on the French coast the light
Gleams and is gone; the cliffs of England stand;
Glimmering and vast, out in the tranquil bay.
Come to the window, sweet is the night-air!
Only, from the long line of spray
Where the sea meets the moon-blanched land,
Listen! you hear the grating roar
Of pebbles which the waves draw back, and fling,
At their return, up the high strand,
Begin, and cease, and then again begin,
With tremulous cadence slow, and bring
The eternal note of sadness in.

Sophocles long ago
Heard it on the Aegean, and it brought
Into his mind the turbid ebb and flow
Of human misery; we
Find also in the sound a thought,
Hearing it by this distant northern sea.

The Sea of Faith
Was once, too, at the full, and round earth’s shore
Lay like the folds of a bright girdle furled.
But now I only hear
Its melancholy, long, withdrawing roar,
Retreating, to the breath
Of the night-wind, down the vast edges drear
And naked shingles of the world.

Ah, love, let us be true
To one another! for the world, which seems
To lie before us like a land of dreams,
So various, so beautiful, so new,
Hath really neither joy, nor love, nor light,
Nor certitude, nor peace, nor help for pain;
And we are here as on a darkling plain
Swept with confused alarms of struggle and flight,
Where ignorant armies clash by night.

[Mrs. Phelps was crying. The others in the middle of the desert watched her crying grow very loud as her face squeezed itself out of shape. They sat, not touching her, bewildered by her display. She sobbed uncontrollably. Montag himself was stunned and shaken. (…)
Mrs. Bowles stood up and glared at Montag. «You see? I knew it, that’s what I wanted to prove! I knew it would happen! I’ve always said, poetry and tears, poetry and suicide and crying and awful feelings, poetry and sickness; all that mush! Now I’ve had it proved to me. You’re nasty, Mr. Montag, you’re nasty!
(…) Montag felt himself turn and walk to the wall-slot and drop the book in through the brass notch to the waiting flames. «Silly words, silly words, silly awful hurting words,» said Mrs. Bowles. «Why do people want to hurt people? Not enough hurt in the world, you’ve got to tease people with stuff like that ! «]

Harry Martinson

1904 – 1978, Suecia

* Aniara es un poema épico monumental del Premio Nobel sueco, un poema de ciencia ficción. Es un canto a la erosión. «Hay en sus episodios el eco de traumas como Hiroshima, ciudades enteras borradas del mapa y las imágenes, insoportables de un hongo nuclear que ocupan su lugar en el recuerdo. En este espejo del siglo XX, Martinson habla también de trabajo esclavo, de persecuciones y encarcelamientos propios de los estados totalitarios, del auge de cultos y otros tipos de muletas intelectuales antes de asumir que este es un viaje “que aboca a su pueblo a la destrucción y la nada”. Y hay también precisas reflexiones en torno al lenguaje y a la incapacidad de la ciencia y la religión para responder a las grandes cuestiones». El poema, traducido al español en prosa, cuenta con una ambiciosa adaptación cinematográfica orientada hacia la reflexión y dimensión filosófica.

Trad. Carmen Montes Cano

Aniara

13.

El año sexto seguía Aniara adelante a velocidad invariable hacia la imagen de Lira. El astrónomo jefe pronunció ante los migrantes un discurso sobre la profundidad del espacio.
Sostenía en la mano un hermoso cuenco de cristal:
Empezamos ya a intuir que este espacio en el que bogamos es de clase diferente de la que pensábamos cuando en la Tierra revestíamos la palabra espacio con nuestra imaginación.
Empezamos a intuir que esta deriva es más profunda de lo que nos parecía, que el conocimiento es una candidez ingenua y que, a partir de una medida equis de una visión, ha dado en creer que el Misterio tiene estructura.
Ya empezamos a intuir que lo que llamamos espacio y cristalinidad en torno al casco de Aniara es espíritu, eterno espíritu inaprehensible; que nos hemos perdido en el mar del espíritu.
Nuestra nave espacial Aniara avanza en algo que no posee cráneo, ni tampoco necesita masa cerebral. Avanza sin cesar por algo que es, pero que no tiene por qué seguir las vías del pensamiento: un espíritu que es más que el mundo racional. Así es: Dios, Muerte y Misterio a través, va la nave Aniara sin guía y sin destino.
¡Ay, quién pudiera regresar a la base, ahora que hemos descubierto qué es esta nave: una mera burbuja en el cristal del espíritu de Dios!
Os contaré lo que me han dicho del cristal y entonces lo comprenderéis. En todo cristal que permanece intacto el tiempo suficiente se va moviendo la burbuja poco a poco, infinitamente lenta hacia otro punto del cuerpo cristalino; a los mil años la burbuja habrá hecho un viaje en ese cuerpo.
Lo mismo sucede en un espacio infinito cuyos abismos, de años luz de profundidad, un arco trazan en torno a la burbuja navegante que es Aniara.
Pues aunque la velocidad que alcanza es grande y mucho mayor que la de un planeta veloz, a la luz de las medidas espaciales, es su celeridad exactamente igual a la que sabemos que adquiere la burbuja en este cuenco de cristal.

*

Aterrado al comprenderlo huyo yerto de la sala de la mima a la luz roja del salón de baile; allí encuentro a Daisi.
Mendigo la acogida de su abrazo salvador, suplico el acceso a su seno velludo donde la cruda certeza de la muerte no es.
Ahí queda aún la vida en las salas de Mima, en el seno de Daisi viven los valles de Doris cuando el uno en el otro, sin frialdad ni amenaza, olvidamos los espacios que rodean Aniara.

Recomiendo leer esta reseña a modo de introducción a la película.

Aniara

13.

Tłum. Janusz B. Roszkowski

Szóstego roku mknęła Aniara
z nie zmniejszoną szybkością ku gwiazdozbiorowi Liry.
Główny astronom wygłosił dla emigrantów
odczyt o głębi przestrzeni kosmicznej,
unosząc w ręku piękna czarę ze szkła:

Zaczynamy powoli przeczuwać, że ta przestrzeń,
w którą wnikamy, jest innego rodzaju
niż to, co przez to pojęcie rozumieliśmy
na Ziemi, oblekając je naszą fantazją.
Zaczynamy przeczuwać, że nasze zagubienie
jest jeszcze głębsze, niż mogliśmy sądzić,
że wiedza jest świętą naiwnością,
która z odmierzonej miary myślowej wizji
wykoncypowała, że Zagadka ma strukturę.
Już teraz przeczuwamy, że to, co zwiemy przestrzenią,
ta idealnie krystaliczna próżnia wokół kadłuba Aniary,
jest duchem, wiecznie niepojętym duchem,
że zatraciliśmy się w morzu ducha.

Nasz statek kosmiczny Aniara mknie
w coś, czego żadna puszka czaszkowa nie ma
i czego żadna substancja mózgowa nie potrzebuje.
Mknie w coś, co istnieje,
lecz co nie musi wędrować drogą myśli:
duch, będący czymś więcej niż światem myśli.
Tak, poprzez Boga i Śmierć i Zagadkę
mknie bez celu i śladu nasz kosmiczny statek.
O, gdyby się dało powrócić do naszej bazy,
teraz kiedy odkryliśmy, czym nasz statek kosmiczny jest:
w szkle Bożego ducha małym pęcherzykiem gazu!

Opowiem, co słyszałem o szkle
i wówczas zrozumiecie. W każdym szkle,
które wystarczająco długo stoi w bezruchu,
przemieszcza się stopniowo gazowy pęcherzyk
nieskończenie powoli ku innemu punktowi
w ciele szkła i po tysiącu lat
podróż pęcherzyka dobiega kresu.

Tak samo dzieje się w nieskończonej przestrzeni,
gdzie otchłań lat świetlnych wysklepia się
wokół przemieszczającego się pęcherzyka Aniary.
Albowiem mimo iż prędkość statku jest wielka –
dużo większa od szybkości jakiejkolwiek planety –
mierzona miarą trzeciego stopnia
odpowiada dokładnie prędkości,
z jaką przemieszcza się pęcherzyk w tej czarze ze szkła.

*

Przerażony tą jasnością uciekam zmarznięty
od hallu Mimy do czerwonych świateł
tanecznego salonu, gdzie znajduję Daisi.
Żebrzę u jej zbawiennych objęć o spotkanie,
błagam o wejście w owłosione łono,
gdzie zimna jasność śmierci nie istnieje.
Tam życie trwa w dolinach Mimy,
doliny Doris żyją w łonie Daisi,
kiedy wnikając w siebie ciepło i bezpiecznie
zapominamy, że Aniara pędzi w czarną bezdeń.

Transl. S. Klass & L. Sjoberg

Aniara

13.

In the sixth year Aniara fared
with undiminished speed toward Lyra’s stars.
The chief astronomer gave the emigrants
a lecture on the depth of outer space.
In his hand he held a splendid bowl of glass:

We’re slowly coming to suspect that the space
we’re traveling through is of a different kind
from what we thought whenever the word “space”
was decked out by our fantasies on Earth.
We’re coming to suspect now that our drift
is even deeper than we first believed,
that knowledge is a blue naiveté
which with the insight needful to the purpose
assumed the mystery to have a structure.
We now suspect that what we say is space
and glassy-clear around Aniara’s hull
is spirit, everlasting and impalpable,
that we are lost in spiritual seas.

Our space-ship Aniara travels on
in something that does not possess a brain-pan
and does not even need the stuff of brains.
She’s traveling on in something that exists
but does not need to take the path of thought.
Through God and Death and Mystery we race
on space-ship Aniara without goal or trace.
O would that we could turn back to our base
now that we realize what our space-ship is:
a little bubble in the glass of Godhead.

I shall relate what I have heard of glass
and then you’ll understand. In any glass
that stands untouched for a sufficient time,
gradually a bubble in the glass will move
infinitely slowly to a different point
in the glazen form, and in a thousand years
the bubble’s made a vovage in its glass.

Similarly, in a boundless space
a gulf the depth of light-years throws its arch
round bubble Aniara on her march.
For though the rate she travels at is great
and much more rapid than the swiftest planet,
her speed as measured by the scale of space
exactly corresponds to that we know
the bubble makes inside this bowl of glass.

*

Chilled at such certitude, I take flight
out of the mima-hall to the ruddy light
filling the dance-hall and, finding Daisy there,
I seek admission to her womb of hair,
in her savior-arms I beg a tryst
where death’s cold certitude does not exist.
There’s where life remains in Mima’s room;
the Doric valleys live in Daisy’s womb
as in ourselves, no cold or threat to hound us,
we lose track of the spaces that surround us.

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

2º Carta. Correspondencia audiovisual con «El cine que llevamos dentro» (transcripción)

No! ¡Deja eso! ¡Te he dicho que no lo toques!
Este no es un lugar para dar paseos de placer.
La Zona quiere ser respetada. Si no, te castigará.
Stalker
Andriej Tarkovski

Queridos Carlos:

hace pocas semanas, casi sin pensarlo, le dije sí a Vicente para presentar con él la película Stalker en la Filmoteca de Murcia. Naturalmente volví a ver Stalker, de nuevo dejé que me penetraran sus nieblas, sepias, corrientes, su turbia belleza.
Es eso, Carlos y Carlos. Aquel grito de dolor con el que arranca mi carta lo contiene todo. Y de alguna forma podría ser respuesta a la vuestra. El árbol de Sacrificio, la lluvia de Nostalghia (Tarkovski) llegan a ser todos los árboles y todas las lluvias del mundo, su esencia, más árbol y más lluvia de la lluvia cotidiana. Aislados, condensados, sublimados no tanto simbolizan como realmente son árbol y lluvia, cordón umbilical desplegado entre el cielo y la tierra, el espacio celeste y el terrestre, entre lo humano y lo eterno, lo limitado y lo infinito.
Alexánder Dovzhenko, el gran paisajista cinematográfico soviético, creía que los postes eléctricos eran ‘’árboles editados”, árboles transformados por el hombre. Para él estos nuevos árboles no se diferenciaban demasiado de la tradición que otorgaba a tal presencia vertical el valor intermediador con una realidad trascendente: en ese caso, el anhelo de la utopía comunista.
Sin embargo, qué brecha de nivel ontológico se abre entre la imagen de una arboleda y la de una carretera. Una fila de árboles parece guiarnos, sus susurrantes manos-copas señalan el camino hacia la serenidad, hacia esa felicidad amarga que trae recorrer aquel camino con los poros bien abiertos. Y, por otro lado, la carretera, el camino asfaltado, con los postes perplejos, rígidos, mudos que no señalan sino enseñan sus muñones y mediante kilómetros de cables fluye la angustia. El abrazo vegetal lo hemos sustituido por una herida, víctimas de nuestra propia violencia.
Stalker Tarkovski, stalker Tolstói, stalker Sebastião Salgado lo comprenden. Tolstói al regresar a Iasnaia Poliana, la finca familiar en la que había pasado su infancia, se involucró en la definición y transformación del paisaje a través de masivas plantaciones de árboles. Salgado, después de haber inmortalizado en sus fotografías los infiernos, enfermo de tristeza se curó con el paisaje al hacer brotar árboles, manantiales y animales en el secarral en Minas Gerais, convirtiendo la finca que heredó de sus padres en su cielo en la tierra. De allí que el espacio que abre el árbol haya llegado a ser la Zona, un terreno ambivalente de confrontación y recogimiento que agita un profundo deseo de fusión o de disolución en ella. Ofrece consuelo y redención, alivia la culpa.

¿Qué tienes ahí? ¡Aquí no quiero pistolas!
Te vas a matar, ¡y a nosotros también!
¿No recuerdas los tanques? Tírala, te lo suplico.
¿No lo comprendes? Si pasara algo, yo podría salvarte, pero no de esta manera…
¡Te lo suplico!

¿A quién vas a disparar?

Un abrazo, Carlos y Carlos

Proszę to zostawić! Nie wolno! Nie ruszać! Nie ruszać, powiedziałem!
To nie miejsce na przechadzki.
W Strefie trzeba z szacunkiem. Inaczej pokarze.
Stalker

Andriej Tarkovski

Drodzy Carlos i Carlos,

ledwie kilka tygodni temu, bez namysłu prawie, zgodziłam się na propozycję Vicenta odnośnie wspólnej prezentacji filmu Stalker A. Tarkowskiego w Filmotece w Murcji. Naturalnie wróciłam do Stalkera, raz jeszcze nasiąkłam jego mgłami, sepiami, strumieniami, tym mętnym pięknem.
I myślę, że właśnie tu odnajdziemy klucz. W okrzyku bólu, który rozpoczął się list zawiera się wszystko. I zapewne stanowi odpowiedź na wasz ostatni list. Drzewo z Ofiarowania, deszcz z Nostalgii, stają się wszystkimi drzewami i wszystkimi deszczami świata, ich esencją, bardziej drzewem i bardziej deszczem niż codzienny deszcz. Wyizolowane, skondensowane, wysublimowane nie tyle symbolizują, ile naprawdę są drzewem i deszczem, pępowiną rozciągającą się między niebem i ziemią, przestrzenią niebieską i ziemską, między tym co ludzkie i wiecznością, tym co ograniczone i nieskończonością.
Aleksander Dowżenko, wybitny kinowy pejzażysta radziecki, uważał, że słupy elektryczne są swego rodzaju „wyedytowanymi drzewami”, drzewami przeobrażonymi przez człowieka. Jego zdaniem te nowe drzewa nie odbiegały zbytnio od tradycji, która tejże pionowej obecności drzew przypisywała wymiar pośredniczący w kontakcie z rzeczywistością transcendentalną: w tym przypadku, dążeniu do komunistycznej utopii.
Mimo to, jak ogromna przepaść w statusie ontologicznym dzieli obraz alei porośniętej drzewami i szosy pofragmentowanej słupami. Rząd drzew wydaje się nas prowadzić, jego szumiące dłonie-korony wskazują drogę ku łagodności, ku gorzkawemu szczęściu, które przynosi przemierzanie tej drogi z rozchylonymi łuskami skóry. Z drugiej strony, szosa, asfaltowa jezdnia, poczłonkowana bezradnymi słupami, surowymi, niemymi, które zamiast wskazywać pokazują nam swoje kikuty podczas gdy kilometrami kabli sączy się niepokój. Roślinne objęcia zastąpiła rana, a my staliśmy się ofiarami naszej własnej gwałtowności.
Stalker Tarkowski, stalker Tołstoj, stalker Sebastião Salgado już dawno to zrozumieli. Tołstoj powróciwszy do Jasnej Polany, rodzinnej posiadłości, w której spędził dzieciństwo, zaangażował się nadanie kształtu i transformację pejzażu poprzez masowe sadzenie drzew. Salgado, po tym jak uwiecznił na kliszy wszystkie rodzaje ludzkiego piekła, chory ze smutku, znalazł lekarstwo pośród przyrody, zalesiając wyschnięte wzgórza Minas Gerais, napełniając je szumem drzew, strumieni i szeptem zwierząt, przekształcając suche tereny odziedziczone po rodzicach w niebo na ziemi. Stąd przestrzeń, którą otwiera drzewo może stać się Strefą, pełnym ambiwalencji terenem konfrontacji i schronienia, wzbudzającym głębokie pragnienie zjednoczenia czy też stopienia się z nim. Oferuje nam pociechę i możliwość odkupienia, przynosi ulgę.

Co pan tam ma? Tu nie wolno z bronią!
Zgubi pan siebie, i nas też! Pamięta pan czołgi?
Proszę, niech pan to wyrzuci.
Nie rozumie pan? Jeśli coś się stanie, mogę panu pomóc, ale nie tak… Błagam!

Do kogo pan będzie strzelał?

Ściskam Was mocno

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

Para Pepe Enguídanos (exposición)

Las dos puertas del mundo
están abiertas:
abiertas por ti
en la doble noche.
Las oímos golpear y golpear
y llevamos lo incierto,
llevamos el verdor a tu siempre.
Epitafio para François en “Con varia llave”
Paul Celan

Todo acto de lectura comporta un peligro al entregarnos unas llaves maleables a las noches, limbos, abismos y soles lejanos. En el hastiado refugio de lo real, en apariencia indestructible, de golpe, rompen a florecer las fisuras como patas de arañas, mientras que, asombrados, nos damos cuenta de que los relojes no se derriten, ni el creador, siquiera, pretende eternizar el instante. Al contrario, en las ruinas de lo que fue lo real nuestro, incluso la muerte deja de estar segura de ser inmortal, imperecedera. Leer el lienzo, separar los párpados es dar nuestro consentimiento a la imagen para que nos aguijonee, arrastre, fascine. El pintor-araña acecha detrás de los hilos relucientes, deja entreabierta la puerta por la que rezuman mares rojos y luces sobrenaturales; se filtra el silencio del holandés errante varado y el canto de la ballena voladora; sopla el viento gris y calla la nieve. La experiencia sensorial deviene una llave más, esta vez, nos abre para reconstruir un diálogo olvidado, devolver los pasos perdidos a las selvas y paisajes intuidos, añorados y temidos. Fascinados, de rodillas, solos y diminutos nos encogemos en aquel mundo tan antiguo como distópico, donde la pulsión oblicua que nos atraviesa sin anestesia alguna certifica su veracidad. La araña es un animal sabio y honesto, tiende puentes pastosos al verdor que llevamos dentro. Y este verdor, como aprendimos con la araña, para ser verdadero, jamás puede ser solamente de color verde.

Cuadros de Pepe Enguídanos

Dwoje drzwi świata
zostało otwartych:
otwartych przez ciebie
w mroku.
Słyszymy je jak uderzają i uderzają
i niesiemy to co niepewne,
niesiemy zieleń w twoje zawsze.
Epitafium dla François
w «Od progu do progu» (1955)
Paul Celan

Każdy akt odczytywania tekstu niesie ze sobą niebezpieczeństwo wręczając nam rozciągliwe klucze do nocy, czyśćców, przepaści i dalekich słońc. W dusznym schronie rzeczywistości, pozornie niezniszczalnym, zakwita nagle siatka pęknięć cienkich niczym pajęcze nóżki, podczas gdy my, zadziwieni, pojmujemy, że zegary nie ciekną, a twórca nawet nie zamierza utrwalać chwili. Przeciwnie, w ruinach tego czym była nasza rzeczywistość, nawet śmierć przestaje być pewna swojej nieśmiertelności i niezniszczalności. Odczytywanie płótna, rozdzielenie powiek to udzielenie pozwolenia obrazowi, na to by nas ukąsił, porwał, zafascynował. Malarz- pająk czyha za połyskującą nicią i zostawia niedomknięte drzwi przez które sączą się czerwone morza i nadnaturalne światła; przenika szparą cisza okrętu widma osadzonego na mieliźnie i śpiew latającego wieloryba; dmie szary wiatr i milczy śnieg. Bodźce zmysłowe stają się następnym kluczem, tym razem, otwierającym nas na odzyskanie utraconego dialogu, podróż do źródeł czasu w przeczuwane, wytęsknione i napawające grozą puszcze i pejzaże. Porażeni, na kolanach, samotni i malutcy, kurczymy się w tym świecie tak starym jak dystopijnym, gdzie ukośny impuls, który przeszywa nas bez żadnego znieczulenia poświadcza o jego prawdziwości. Pająk, stworzenie mądre i uczciwe, rozwiesza miękkie i soczyste mosty nad zielenią, którą w nas nosimy. A zieleń ta, tak jak nauczyliśmy się od pająka, by być prawdziwa nie może składać się jedynie z tonów zielonych.