Padre, si escribir es una culpa ¿por qué Dios me ha dado la palabra para hablar con trémulos lenguajes de amor a quien me escucha?
Ya vieja de años y senescente ¿dónde hallar una brizna de hierba buena? ¿Qué sabes de mis conventos, de la gracia madura de las santas, de las grandes almas locas? ¿Qué puedo yo encontrar entre los vivas del hombre de cultura? en otra parte está el canto, en otra parte la palabra y Dios no la pronuncia.
Ojcze, jeśli pisanie jest winą dlaczego Bóg dał mi słowo by mówić drżącymi językami miłości do tego, kto mnie słucha?
Teraz wiekowa i postarzała gdzie mogę znaleźć źdźbło dobrej trawy? Co wiesz o mych konwentach, o dojrzałej łasce świętych, o wielkich obłąkanych duszach? Co mogę znaleźć wśród hosann człowieka kultury? Gdzie indziej jest śpiew, gdzie indziej słowo a Bóg go nie wymawia.
***
Padre, se scrivere è una colpa perché Dio mi ha dato la parola per parlare con trepidi linguaggi d’amore a chi mi ascolta?
Ormai vecchia di anni e senescente dove trovare un filo di erba buona? Che sai dei miei conventi, della grazia matura delle sante, delle grandi anime folli? Che posso io trovare tra gli osanna dell’uomo di cultura? Altrove è il canto, altrove è la parola e Dio non la pronuncia.
En aquella mañana de luz azul, en barcas jubilosas, las velas desplegadas, partimos al Oriente. Y entramos en el bronce del pecho de aquel sol. El mar quedó desierto tras nosotros, bajo una lluvia de oro. Así tuvo lugar el único viaje.
A la tarde volvimos, caídas ya las velas, derramada en las aguas la púrpura extendida de aquel día cansado.
(Ya solo miro el mar por la abierta ventana, y otras velas que parten, matutinas, regresan a la tarde, sin color, fatigadas.)
Me han borrado los años con piedad, y el cuerpo es solo un bulto. Aún con vida en los ojos vigilo los navíos de luz, distantes y amarrados, en el puerto celeste. Igual que en la niñez los miro ahora. Son eternos, y tiemblan sus fanales en lo oscuro. Son el feliz engaño del mundo que no ha sido. Y allí, me lo dijeron y nunca les creí, habita Dios.
Fotogramas de Nostos: El retorno de Franco Plavoli
Tłum. Ada Trzeciakowska
Długa podróż na Wschód
W tamten poranek z niebieskiego światła w beztroskich łodziach, rozpostarłszy żagle, wyruszyliśmy na Wschód. I wniknęliśmy w brązową pierś tamtego słońca. Morze opustoszało za nami, pod złotym deszczem. Tak oto odbyła się ta wyjątkowa podróż.
Wieczorem wróciliśmy, opuściwszy już żagle, rozlana na wodach rozciągała się purpura znużonego dnia.
(Teraz spoglądam na morze tylko przez otwarte okno, i inne żagle odpływają, poranne, by powrócić wieczorem, wyblakłe, umęczone).
Lata wymazały mnie litościwie, a ciało jest już tylko niewyraźnym garbem. Żywe pozostały moje oczy: czuwam nad statkami ze światła, w oddali, przycumowanymi w błękitnym porcie. Tak jak w dzieciństwie patrzę na nie teraz. Są wieczne, a ich lampy drżą w ciemnościach. Są szczęśliwą złudą świata, którego nie było. I właśnie tam, mówiono mi, choć nie wierzyłem, mieszka Bóg.
Corrientes de polvo detrás de la ciudad. Polvo y maizales, como si se hubiera estrellado aquí una sonda espacial y de ella cayeran moradas figuras, discos, sillones tirados en la hierba. aquí entendí lo que quería decir la provincia, este espasmo indiferente ante la inmensidad. el viento: sombra de un hombre que se inclina solitario sobre una caja de ajedrez magnético. se acabaron los días en que corríamos al cementerio, para alimentar a las abejas (creíamos que se nutrían con aplausos y canto – comida, que los muertos no lograron llevarse), o tal vez no fue así, eso es todo. tal vez inventé los nombres y las fechas, abrí un sueño que no era mío. en vano. tal vez las abejas son una especie de mal del aire, y los muertos —niños que comen canto—
strumienie pyłu za miasteczkiem. Pył i pola kukurydziane, jakby rozbiła się tutaj kosmiczna sonda i z niej wypadły fioletowe figury, tarcze, fotele leżące w trawie. tu zrozumiałem, co znaczy prowincja, ten obojętny spazm wobec bezkresu. wiatr — cień mężczyzny schylony samotnie nad skrzynką magnetycznych szachów. nie ma już dni, gdy biegaliśmy na cmentarz, żeby karmić pszczoły (myśleliśmy, że jedzą klaskanie i śpiew – pokarm, którego zmarli nie zdążyli zabrać), a może to było nie tak, to wszystko. może zmyśliłem imiona i daty, otworzyłem sen nie mój. na darmo. może pszczoły to rodzaj choroby powietrza, umarli — dzieci, które jedzą śpiew
El cielo, vasto y estrellado, hogar de cada uno de nuestros oscuros pensamientos, abría su puerta a una oscuridad aún mayor. Tú, como un vendedor que llega con retraso y sólo le queda su propio corazón palpitante en la extendida palma de la mano.
Todo está imbuido de Dios (dijo ella susurrando como si su fantasma pudiera oírnos): los umbrosos bosques que nos rodean, nuestros propios rostros, que no podemos ver, incluso el pan que comemos.
Divagabas sobre las particularidades de tu insignificancia cósmica sin dejar de dar pequeños tragos de vino tinto. En el silencio posterior podían oírse sus pequeños dientes afilados masticar la corteza. Luego, para acabar, se humedecía los labios.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Nocny piknik
Niebo, ogromne i bez gwiazd – dom wszystkich naszych ciemnych myśli – otwierało drzwi na jeszcze większą ciemność. A tobie, jak spóźnionemu domokrążcy, zostało tylko własne serce bijące na wyciągniętej dłoni.
Wszystko jest przesiąknięte boską istotą – powiedziała stłumionym głosem jakby jego duch mógł nas podsłuchać- ciemny las wokół nas, nasze twarze, których nie widzimy, nawet chleb, który właśnie jemy.
Rozmyślałeś nad specyfiką swej kosmicznej znikomości sącząc łyk po łyku czerwone wino. Gdy nastała chwila ciszy, usłyszałeś jej małe, ostre ząbki przeżuwają skórkę – a na koniec zwilżyła językiem usta.
Night Picnic
There was the sky, starless and vast— Home of every one of our dark thoughts— Its door open to more darkness. And you, like a late door-to-door salesman, With only your own beating heart In the palm of your outstretched hand.
All things are imbued with God’s being— She said in hushed tones As if his ghost might overhear us— The dark woods around us, Our faces which we cannot see, Even this bread we are eating.
You were mulling over the particulars Of your cosmic insignificance Between slow sips of red wine. In the ensuing quiet, you could hear Her small, sharp teeth chewing the crust— And then finally, she moistened her lips.
Allí donde Spinoza escondió a Dios a buen seguro encontró para sí mismo un sitio junto con las palomas sobre Zamość* aparta las nubes toca la luz debajo de la hoja de la bardana se ha sumado a la procesión de las hormigas con un topo desciende bajo tierra para explorar lo invisible para los ojos y junto con sus abejas siervas adora a una rosa acaba de adherirse a un panal de miel ahora
*Zamość es una ciudad del sureste de Polonia. El centro histórico se incluyó en la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Fue fundada en el año 1580 por el Canciller y Hetman -jefe del ejército de la República de las Dos Naciones (formada por Polonia y Lituania) Juan Zamoyski-, en la ruta comercial que unía Europa del Oeste y del Norte con el Mar Negro. Modelada a semejanza de las ciudades comerciales italianas y construida durante la época barroca por el arquitecto Bernardo Morando, nativo de Padua, Zamość sigue siendo un ejemplo de ciudad del Renacimiento de finales del siglo XVI que mantiene su disposición original y sus fortificaciones y un buen número de edificaciones que combinan la arquitectura italiana y la tradicional centroeuropea. En 1822, unos 2.500 judíos vivían en Zamość (55% de la población total); para 1890 el porcentaje era de un 62%. Se concentraban en el comercio y abastecimiento de las barracas militares de Zamość. En 1939, aproximadamente 12.000 judíos vivían en Zamość (60% la población del pueblo). En 1942, la ciudad de Zamość, debido a su fértil tierra negra, fue escogida para ser colonizada por alemanes por el Gobierno General Nazi como parte del Plan General del Este (plan nazi de colonización de los territorios ocupados de Europa Central durante la Segunda Guerra Mundial). Los invasores alemanes planearon la recolocación de al menos 60.000 personas de etnia alemana en el área antes del final de 1943 y renombraron la ciudad como Himmlerstadt (la ciudad de Himmler). En junio/julio de 1943 se realizó una operación denominada Wehrwolf I y II por la que cerca de 110.000 personas de 297 aldeas fueron enviadas a campos de concentración o esclavizadas en Alemania. Unos 30.000 niños fueron recolocados en familias alemanas para ser germanizados. Hasta 1943 los alemanes consiguieron asentar 8.000 colonos, número que aumentó tras las expulsiones en 1944. (Wikipedia)
Collage propio
SZUKANIE SPINOZY
Pewnie tam gdzie Spinoza ukrył Boga sam znalazł dla siebie dobre miejsce razem z gołębiami nad Zamościem rozgarnia chmury dotyka światła pod łopianem włączył się w procesję mrówek z kretem schodzi pod ziemię żeby badać niewidoczne dla oczu a ze służebnicami pszczołami adoruje różę teraz przykleił się do plastra miodu
Susurro de un hombre solitario sobre las noches pasadas
si un hombre solitario susurra sobre noches pasadas -da igual si fue ayer, o- dios las inventará este año, significa que sus ojos no podrán sanar. no es que sienta pena, las briznas de hierba entreabriéndose como aletas nasales de los zorros de vidrio maleable con una franja de sangre encima, por eso fluyen tan silenciosas y tiemblan. el pasado es el vodka o un hueso bajo el párpado, reduciéndolo todo, salvo a sí mismo. no es que quiera buscar herramientas y nombres, lámparas de señales junto a los aeropuertos -eso ha iniciado y concluirá allí, en aquel pueblo situado entre las colinas: donde discurría la vida y donde discurría la muerte -para este susurro de las noches pasadas, aunque sólo para burlarse- pudieron no haber coincidido.
Escultura de Christina Bothwell
szept samotnego o ubiegłych nocach
jeśli samotny o ubiegłych nocach szepcze – to wczoraj, albo – bóg je wymyśli dopiero w tym roku, to jego oczu nie da się uleczyć. nie żeby żal, trawy rozchylające się jak nozdrza lisów z giętkiego szkła z prążkiem krwi na wierzchu, dlatego płyną tak cicho i drżą. przeszłość to wódka lub kość pod powieką, pomniejszająca wszystko, oprócz siebie samej. nie żeby szukać narzędzi i nazw, lamp naprowadzających przy lotniskach – to rozpoczęło się i skończy tam, w miasteczku położonym wśród wzgórz: gdzie biegło życie i gdzie biegła śmierć – dla tego szeptu o ubiegłych nocach, choćby dla żartu – mogły się nie spotkać
Dime, ¿tú crees en Dios? Snaut me echó una mirada inquieta. —¿Qué?… ¿Quién cree todavía?… Yo adopté un tono desenvuelto. —No es tan sencillo. No se trata del Dios tradicional de las religiones de la Tierra. No soy especialista en historia de las religiones y tal vez no haya inventado nada. ¿Sabes, por casualidad, si existió alguna vez una fe en un dios… imperfecto? Snaut frunció las cejas. —¿Imperfecto? ¿Qué quieres decir? En cierto sentido, todos los dioses eran imperfectos, una suma de atributos humanos magnificados. El Dios del Antiguo Testamento, por ejemplo, exigía sumisión y sacrificios, y tenía celos de los otros dioses… Los dioses griegos, de humor belicoso, enredados en disputas de familia, eran tan imperfectos como los hombres. Lo interrumpí. —No, no pienso en dioses nacidos del candor de los seres humanos, sino en dioses de una imperfección fundamental, inmanente. Un dios limitado, falible, incapaz de prever las consecuencias de un acto, creador de fenómenos que provocan horror. Es un dios… enfermo, de una ambición superior a sus propias fuerzas, y él no lo sabe. Un dios que ha creado relojes, pero no el tiempo que ellos miden. Ha creado sistemas o mecanismos, con fines específicos, que han sido traicionados. Ha creado la eternidad, que sería la medida de un poder infinito, y que mide sólo una infinita derrota. Snaut titubeó, pero ya no me mostraba esa desconfiada reserva de los últimos tiempos. —El maniqueísmo, antaño… Lo interrumpí. —Ninguna relación con el principio del Bien y del Mal. Este dios no existe fuera de la materia, quisiera librarse de la materia, pero no puede… Snaut reflexionó un instante. —No conozco ninguna religión de ese tipo. Esta especie de religión nunca fue… necesaria. Si te comprendo, y temo haberte comprendido, piensas en un dios evolutivo, que se desarrolla en el tiempo, crece, y es cada vez más poderoso, aunque sabe también que no tiene bastante poder. Para tu dios, la condición divina no tiene salida; y habiendo comprendido esa situación, se desespera. Sí, pero el dios desesperado ¿no es el hombre, mi querido Kelvin? Es del hombre de quien me hablas.. Tu dios no es sólo una falacia filosófica, sino también una falacia mística. —No, no se trata del hombre —insistí—. Es posible que en ciertos aspectos el hombre se acomode a esta definición provisional, y también deficiente. El hombre, a pesar de las apariencias, no inventa metas. El tiempo, la época, se las imponen. El hombre puede someterse a una época o sublevarse; pero el objeto aceptado o rechazado le viene siempre del exterior. Si sólo hubiese un hombre, quizá pudiera tratar de inventarse una meta; sin embargo, el hombre que no ha sido educado entre otros seres humanos no llega a convertirse en hombre. Y el ser que yo… que yo concibo… no puede existir en plural ¿comprendes? Snaut señaló la ventana. —Ah —dijo—, entonces… —No, él tampoco. En el proceso de desarrollo, habrá rozado sin duda el estado divino, pero se encerró en sí mismo demasiado pronto. Es más bien un anacoreta, un eremita del cosmos, no un dios… El océano se repite, Snaut, y mi dios hipotético no se repetiría jamás. Tal vez esté ya en alguna parte, en algún recoveco de la Galaxia, y muy pronto, en un arrebato juvenil, apagará algunas estrellas y encenderá otras… Nos daremos cuenta al cabo de un tiempo. —Ya nos hemos dado cuenta —dijo Snaut con acritud—. ¿Las novas y las supernovas serían entonces los cirios de un altar? —Si tomas lo que digo al pie de la letra… —Y Solaris es quizá la cuna de tu divino infante —continuó Snaut, con una sonrisa que le multiplicó las arrugas alrededor de los ojos—. Solaris es tal vez la primera fase de ese dios desesperado… Quizá esta inteligencia pueda desarrollarse inmensamente… Todas nuestras bibliotecas de solarística pueden no ser otra cosa que un repertorio de vagidos infantiles… —Y durante un tiempo —proseguí— habremos sido los juguetes de ese bebé. Es posible. ¿Tú sabes lo que acabas de hacer? Has ideado una hipótesis enteramente nueva sobre el tema de Solaris. Felicitaciones. De pronto, todo se explica, la imposibilidad de establecer un contacto, la ausencia de respuestas, el comportamiento extravagante; todo corresponde a la conducta de un niño pequeño… De pie frente a la ventana, Snaut refunfuñó: —Renuncio a la paternidad de la hipótesis… Contemplamos un rato las olas tenebrosas; una mancha pálida, oblonga, se dibujaba al este, en la bruma que velaba el horizonte. Sin apartar los ojos del desierto centelleante, Snaut preguntó de pronto: —¿De dónde sacaste esa idea de un dios imperfecto? —No sé. Me parece muy verosímil. Es el único dios en el que yo podría creer, un dios cuya pasión no es una redención, un dios que no salva nada, que no sirve para nada: un dios que simplemente es.
Powiedz mi, czy… wierzysz w Boga? Spojrzał na mnie bystro. – Co ty? Kto wierzy jeszcze dziś… W jego oczach tlał niepokój. – To nie jest takie proste – powiedziałem umyślnie lekkim tonem – bo nie chodzi mi o tradycyjnego Boga ziemskich wierzeń. Nie jestem religiologiem i może niczego nie wymyśliłem, ale nie wiesz przypadkiem, czy istniała kiedyś wiara w Boga… ułomnego? – Ułomnego? – powtórzył unosząc brwi. – Jak to rozumiesz? W pewnym sensie bóg każdej religii był ułomny, bo obarczony ludzkimi cechami, powiększonymi tylko. Bóg Starego Testamentu był na przykład żądnym czołobitności i ofiar gwałtownikiem, zazdrosnym o innych bogów… greccy bogowie przez swą kłótliwość, waśnie rodzinne byli nie mniej po ludzku ułomni… – Nie – przerwałem mu – mnie idzie o Boga, którego niedoskonałość wynika nie z prostoduszności jego ludzkich stwórców, ale stanowi jego najistotniejszą, immanentną cechę. Ma to być Bóg, ograniczony w swojej wszechwiedzy i wszechmocy, omylny w przewidywaniu przyszłości swoich dzieł, którego bieg ukształtowanych przezeń zjawisk może wprawić w przerażenie. Jest to Bóg… kaleki, który pragnie zawsze więcej, niż może, i nie od razu zdaje sobie z tego sprawę. Który skonstruował zegary, ale nie czas, jaki odmierzają. Ustroje czy mechanizmy, służące określonym celom, ale one przerosły te cele i zdradziły je. I stworzył nieskończoność, która z miary jego potęgi, jaką miała być, stała się miarą jego bezgranicznej klęski. – Niegdyś, manicheizm… – zaczął wahając się, Snaut. Podejrzliwa rezerwa, z jaką zwracał się do mnie w ostatnim czasie, znikła. – Ale to nie ma nic wspólnego z pierwiastkiem dobra i zła – przerwałem mu natychmiast. – Ten Bóg nie istnieje poza materią i nie może się od niej uwolnić, a tylko tego chce… – Podobnej religii nie znam – powiedział po chwili milczenia. – Taka nie była nigdy… potrzebna. Jeśli cię dobrze rozumiem, a obawiam się, że tak, to myślisz o jakimś bogu ewoluującym, który rozwija się w czasie i dorasta, wznosząc się na coraz to wyższe piętra potęgi, do świadomości jej bezsiły? Ten twój Bóg to istota, która weszła w boskość jak w sytuację bez wyjścia, a pojąwszy to, oddała się rozpaczy. Tak, ale Bóg rozpaczający to przecież człowiek, mój drogi? Chodzi ci o człowieka… To nie tylko kiepska filozofia, to nawet kiepska mistyka. – Nie – odpowiedziałem z uporem – nie chodzi mi o człowieka. Może być, że pewnymi rysami odpowiadałby tej prowizorycznej definicji, ale to tylko dlatego, że jest pełna luk. Człowiek wbrew pozorom nie stwarza sobie celów. Narzuca mu je czas, w którym się urodził, może im służyć albo buntować się przeciw nim, ale przedmiot służby czy buntu jest dany z zewnątrz. Aby doświadczyć całkowitej wolności poszukiwania celów, musiałby być sam, a to się nie może udać, gdyż człowiek nie wychowany wśród ludzi nie może się stać człowiekiem. Ten… mój to musi być istota pozbawiona liczby mnogiej, wiesz? – Ach – powiedział – że ja od razu… I wskazał ręką za okno. – Nie – sprzeciwiłem się – i on nie. Najwyżej jako to, co ominęło w swoim rozwoju szansę boskości, zbyt wcześnie zasklepiwszy się w sobie. On jest raczej anachoretą, pustelnikiem kosmosu, a nie jego bogiem… On się powtarza, Snaut, a ten, o którym myślę, nigdy by tego nie zrobił. Może powstaje właśnie gdzieś, w którymś zakątku Galaktyki, i niebawem zacznie w przystępie młodzieńczego upojenia gasić jedne gwiazdy i zapałać inne zauważymy to po jakimś czasie… – Jużeśmy zauważyli – rzekł kwaśno Snaut. – Novae i Supernovae… czy to są według ciebie świeczki jego ołtarza? – Jeżeli chcesz to, co mówię, traktować tak dosłownie… – A może właśnie Solaris jest kolebką twego boskiego niemowlęcia – dorzucił Snaut. Coraz wyraźniejszy uśmiech otoczył jego oczy cienkimi zmarszczkami. – Może on jest właśnie w twoim rozumieniu pierwociną, zalążkiem Boga rozpaczy, może jego witalne dziecięctwo przerasta jeszcze o góry jego rozumność, a to wszystko, co zawierają nasze biblioteki solarystyczne, jest tylko wielkim katalogiem jego niemowlęcych odruchów… – My zaś przez pewien czas byliśmy jego zabawkami – dokończyłem. – Tak, to możliwe. I wiesz, co ci się udało? Stworzyć zupełnie nową hipotezę na temat Solaris, a to naprawdę nie byle co! I od razu masz wytłumaczenie niemożliwości nawiązania kontaktu, braku odpowiedzi, pewnych – nazwijmy je tak – ekstrawagancji w postępowaniu z nami; psychika małego dziecka… – Rezygnuje z autorstwa – mruknął stając przy oknie. Przez dłuższą chwilę patrzyliśmy w czarne falowanie. U wschodniego horyzontu rysowała się we mgle blada, podługowata plamka. – Skąd ci się wzięła ta koncepcja ułomnego Boga? – spytał nagle, nie odrywając oczu od zalanej blaskiem pustyni. – Nie wiem. Wydała mi się bardzo, bardzo prawdziwa, wiesz? To jedyny Bóg, w którego byłbym skłonny uwierzyć, którego męka nie jest odkupieniem, niczego nie zbawia, nie służy niczemu, tylko jest.
No queda nada de esta ciudad La ventisca ha cesado, el veneno ha salido. [Tú no estás]. Y cuando rompes los brazos del sistema. Cuando le escupes desde arriba. Cuando incluso al cielo se llega a pie, El mundo explota, Dios juega con las bolas de nieve y fuma droga. Y en algún lugar por ahí, Donde mi sol se levanta, Te duermes y gimes bajito: ¿Qué pasa hermano? Y mi hermano se pone las botas alemanas Y desgarra su corazón caliente: Cuenta sus pérdidas. Y miro el Corán y la Torá, y una vez releído todo el Testamento, encuentro la respuesta donde solo hay preguntas. El cuerpo de Dios lo llevan al alba.
No he inventado nada, lo recuerdo todo. Todas esas guerras y todas esas insinuaciones. Y a decir verdad, al recordarlo todo con detalle Esperé fiel, cuando no había nada que esperar.
Trad. Aneta Kamińska
***
Nic nie zostało po tym mieście Zamieć ustała, trucizna wyszła. [Ciebie nie ma]. I kiedy łamiesz ręce systemu. Kiedy z góry plujesz na niego. Kiedy masz nawet do nieba na piechotę, Świat wybucha, Bóg bawi się w śnieżki i pali drag. I tylko gdzieś tam, Gdzie moje słońce wschodzi, Zasypiasz i cicho jęczysz: A co tam brat? A brat wkłada niemieckie kamasze I rozdziera gorące serce – Liczy straty. A ja patrzę na Koran i Torę, I cały Testament przeczytawszy znowu, Znajduję odpowiedź, gdzie same pytania. I ciało Boga niosą o świcie.
Niczego nie wymyśliłam, wszystko pamiętam. Wszystkie te wojny i wszystkie te zaczepki. Jeśli tak dobrze wszystko sobie przypomnieć, Bardzo wiernie czekałam, kiedy nie było na co czekać.
él pide – no me ayudéis ayudad a los soldados ya no me hace falta nada ni medicinas, ni calor, ni luz ni un sorbo de agua antes de morir
no dejaré esta estancia a no ser que abandone la estancia del cuerpo pero me han dicho que no hay Dios y aquel que existe, se parece demasiado al hombre y el hombre – creo que existe, ¿deberá de existir?-
supuestamente he vivido mi vida pero sigo sin saber nada
y esa noche me dolió tanto que me olvidé de todo y de mí mismo también no vi ni el cielo, ni el cosmos, ni la negrura divina; sólo vi a unos soldados sentí en mis huesos cómo querían beber
no me ayudéis más ayudad a los que todavía pueden
dar a luz a los niños
Trad. Aneta Kamińska
***
on prosi – nie pomagajcie mnie pomagajcie żołnierzom mnie już niczego nie trzeba ani leków ani ciepła ani światła ani łyka wody przed śmiercią
nie wyjdę z tego pokoju chyba że wyjdę z pokoju ciała ale powiedziano mi że Boga nie ma a ten który jest – zbyt podobny do człowieka a człowiek – chyba jest, chyba musi być?
podobno przeżyłem życie ale i tak niczego nie wiem
a tej nocy tak mnie bolało że zapomniałem o wszystkim i zresztą o sobie samym nie widziałem ani nieba ani kosmosu ani Bożej czerni; widziałem tylko żołnierzy czułem w kościach jak oni chcą pić
nie pomagajcie mi więcej pomagajcie tym którzy jeszcze mogą
Tal vez la mano, en sueño, del sembrador de estrellas, hizo sonar la música olvidada como una nota de la lira inmensa, y la ola humilde a nuestros labios vino de unas pocas palabras verdaderas.
Być może ręka, we śnie, niebieskiego siewcy gwiazd, wskrzesiła dźwięki przebrzmiałej muzyki nuta ogromnej liry rozległa się, kiedy do naszych ust przybiła skąpa fala przynosząc kilka prawdziwych słów.
Dondequiera que esté, en cualquier lugar de la Tierra, oculto a la gente la convicción de que no soy de aquí. Como si fuera mandado a absorber el mayor número de colores, sabores, sonidos, aromas, para experimentar todo de lo que forma parte el ser humano, para transformar mis vivencias en un registro mágico y llevarlo allí, al lugar de donde he venido.
Foto propia. Desarraigo/Paseante
Gdziekolwiek
Gdziekolwiek jestem, na jakimkolwiek miejscu na ziemi, ukrywam przed ludźmi przekonanie, że nie jestem stąd. Jakbym był posłany, żeby wchłonąć jak najwięcej barw, smaków, dźwięków, zapachów, doświadczyć wszystkiego, co jest udziałem człowieka, przemienić co doznane w czarodziejski rejestr i zanieść tam, skąd przyszedłem.
el muerto es un cuerpo en el que entra Dios para echar un sueño. Lo rodea una gélida noche de diciembre, lo envuelve el tren parado en el campo, mujeres con linternas en la frente -pequeños cuadrados de latón y cristal temblando, como si encerraran una libélula o semillas-. de golpe rezos y aullidos atraviesan las tinieblas, diáconos del seminario traen respirador y biblia. y plato, y cuchara, y esponja. Nunca lo sabrán: el muerto es un cuerpo, que ya está limpio. después de Dios limpia la tierra, para eso la tiene.
Fotografías de René Greobli (1927, Suiza)
zimowe porządki
zmarły to ciało, w które wchodzi bóg, żeby się przespać. otacza go mroźna, grudniowa noc, owija pociąg zatrzymany w polu, kobiety z latarkami na czołach – małe kwadraty z mosiądzu i szkła, trzęsące się, jak gdyby miały w środku ważkę lub nasienie. przez mrok przechodzą naraz – modlitwy i wycie, diakoni z seminarium niosą respirator i biblię. i talerz, i łyżkę, i gąbkę. nigdy się nie dowiedzą – zmarły to ciało, które jest już czyste. po bogu sprząta ziemia, od tego ją ma
S. Wyspiański, cartón para la vidriera «Dios Padre»
De cerca, se puede ver que dios es sólo una capa de polvo coloreado en desgastado papel o lienzo, amarillento, deshilachado.
Las líneas con las que el dios fue dibujado, se tambalean, corregidas varias veces por una mano insegura.
Con el paso de los años, el dios es tan frágil, que sólo puede estar tumbado.
Hay que separarlo del mundo con un cristal, porque con un simple movimiento de la yema del dedo, el engancharse el faldón del abrigo o incluso
un soplo y volvería a ser lo único que siempre ha sido: materia
omnipresente, vertiginosa, atemporal, infinita en su riqueza, desde las minas de de cinabrio y lapislázuli, a través de la alegría del óxido, hasta los prados cubiertos de añil, blanqueados con tiza, en la que murmuran prístinos mares,
sería todo, todo, todo.
St. Wyspiański, karton do witraża „Bóg Ojciec”
Z bliska widać, że bóg jest tylko warstwą barwnego proszku na zetlałym papierze czy płótnie, pożółkłym, postrzępionym.
Linie, którymi nakreślono boga, są chwiejne, kilka razy poprawiane niepewną dłonią.
Po latach bóg jest tak kruchy, że może tylko leżeć.
Od świata trzeba go odgrodzić szybą, bo wystarczy jeden nieuważny ruch opuszka, zawadzenie połą płaszcza albo choćby
dmuchnięcie i stałby się na powrót tym jedynie, czym był zawsze: materią
wszechobecną, zawrotną, ponadczasową, nieskończoną w swoim bogactwie, od kopalń cynobru i lapis lazuli, przez radość rdzy, po łąki porośnięte urzetem, rozbielone kredą, w której szumią przedwieczne morza,
Entró al barrio musulmán no en camino a la mezquita sino camino al dios de prohibido nombre y cuerpo velado por el muro antiguo.
Entró blandiendo una bandera, que cubría su cabeza y sus hombros su dios lo esperaba y él llega cantando y odiando, su clara manera de amar.
Ahora oye las palabras que brotan de la piedra: tengo una carta para ti, sácala de la grieta, léela la leyó, decía: mi piel está manchada de tus deseos de sangre ten piedad, no vuelvas
Barrio musulmán en Jerusalén: el Kotel HaKatan o pequeño Muro de las Lamentaciones situado a la izquierda de la «Puerta de Hierro», sitio frecuentado de forma regular por los judíos ultrarreligiosos y con una importante presencia policial.
Kotel HaKatan – Mała Ściana płaczu w dzielnicy muzułmańskiej Jerozolimy.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Pozory mylą
Wszedł do dzielnicy muzułmańskiej nie kierując się do meczetu lecz w drodze do boga, którego imienia zakazano a ciała strzegła starożytna ściana.
Wszedł wymachując flagą, która zakrywała mu głowę i ramiona jego bóg czeka na niego, kiedy nadchodzi ze śpiewem i nienawiścią na ustach, bo właśnie tak okazywał swoją miłość.
Teraz słyszy słowa wydobywające się z kamienia: mam dla ciebie list, wyjmij go ze ściany, przeczytaj Przeczytał, napisano: moja skóra została splamiona twoją żądzą krwi miej litość, nie przychodź więcej.
Se gastaron mis manos y mis ojos en numerosos cuerpos, y solo sé que el mirar complacido y las lentas caricias anulaban el mundo que no era el territorio precioso de la carne. Ni el humo de los leños que ardieron puede ya retornar. Adoré lo que el tacto adoró. Lo sé como me sé. Y me es ajeno y débil como si fuese imaginado. Sigo siervo del dios que me otorgó una vida por la que la desdicha pudo ser aceptada. Hoy ven los ojos, en la presencia de la carne, igual lo diferente, y el tacto del que oficia no halla nada que le otorgue el temblor: mi cuerpo ya es la llaga de una sombra. El dios que tanto dio para quitármelo, y al que nunca recé, ni fui blasfemo, también se desvanece como si fuese un cuerpo. Misericordia extraña esta de recordar cuanto he perdido, y amar aún su inexistencia.
Fotografía de Rudolf Schneider-Rohan y de Jerry Uelsmann
Tłum. Ada Trzeciakowska
Pożegnanie z cielesną rozkoszą
Ręce i oczy zużyły mi się na wielu ciałach, wiem tylko, że ufne spojrzenie i powolne pieszczoty anulowały świat nienależący do prześlicznego terytorium cielesnej rozkoszy. Ani, że dym z polan rzuconych w ogień nie powróci już. Wielbiłem to co wielbił dotyk. Wiem to, tak jak znam siebie. I obcy mi jest i przytępiony, jakbym go zmyślił. Nadal jestem sługą boga, który przyznał mi życie w zamian za nie przyjąłem też nieszczęście. Oczy postrzegają dzisiaj, w bliskości ciała, jednakowo to co różne, a dotyk, tego który nim wiedzie nie znajduje nic, co wprawiłoby go w drżenie: moje ciało jest już raną cienia. Bóg, który dał mi tyle, by potem odebrać, do którego nigdy się nie modliłem, ani któremu nie bluźniłem, rozpływa się również, jakby był ciałem. Dziwne to miłosierdzie, ta pamięć o wszystkim co utraciłem, i miłość aż po jego nieistnienie.
Otro golpe duro. Se nos ha ido uno de los poetas españoles que más quería.
Imágenes en un espejo roto
Ahora que puedo ya saber que está mi vida hecha, en la penumbra de esta dormida habitación que da al jardín de mi lejana adolescencia (aún rozan los cristales los jazmines, las alas de los pájaros), la miro reflejada en los fragmentos rotos de este espejo que no ha sobrevivido a su pasar pausado y velocísimo; se muestran las imágenes sin voz y el estaño perdido las extraña.
¿Y es lo que veo ahora todo cuanto viví? Debo robar palabras, o inventarlas, y concederle al mundo aquel fulgor que tuvo, pues todo se me acaba, en esta habitación, al ver mi rostro roto en todos los pedazos de este espejo ahora roto. ¿Y en dónde se han perdido el amor y el dolor, esta verdad pequeña de haber sido?
¿Cómo salvarla, en su inutilidad, antes de que me arrojen adonde todo está anulado, y ni siquiera el sueño será capaz de hilar la imagen fantasmal, que el día desvanece? ¿La salvaréis vosotros, que veis lo que ahora miro, en este texto roto, en el instante vano del feliz parpadeo que es toda la sustancia del ser que os fundamenta?
Dios pasea la gran negra humareda de su cuerpo por el jardín estéril del Espacio curvado (y caen de sus manos los soles, y estas centellas tristes que lucen, y que somos, y se apagan), con la Verdad que solo a Él le pertenece. Ese Dios fantasmal que crea y desconoce, y que camina con su bastón de ciego.
Fotogramas de La estrella de mar de Man Ray
Tłum. Ada Trzeciakowska
Obrazy w zbitym lustrze
Teraz, kiedy mogę już powiedzieć, że moje życie się dokonało, w mroku tego uśpionego pokoju wychodzącego na ogród odległej młodości (wciąż muskają szyby jaśmin i ptasie skrzydła), patrzę na nie, odbite w odłamkach tego lustra, które nie przetrwało jego przemijania powolnego i pośpiesznego; pojawiają się obrazy bez głosu a odpryśnięta cyna tęskni za nimi.
I czy to, co widzę jest wszystkim co przeżyłem? Muszę ukraść słowa lub wymyślić je i nadać światu ten połysk, jaki miał, bo wszystko mi dobiega końca, w tym pokoju gdy widzę moją zniszczoną twarz we wszystkich kawałkach tego teraz rozbitego lustra. I gdzie podziały się miłość i ból, ta mała prawda o tym, że byłem?
Jak ocalić ją, w jej bezużyteczności, nim zostanę wrzucony tam, gdzie wszystko ulega anulacji, gdzie nawet sen nie będzie mógł snuć urojonego obrazu, który dzień rozprosza? Uratujecie ją wy, co widzicie to, na co patrzę teraz, w tym rozbitym tekście, w bezcelowej chwili szczęśliwego migotania, będącym esencją bytu, który jest wam fundamentem?
Bóg prowadzi czarny słup dymu swego ciała przez jałowy ogród zakrzywionej Przestrzeni (i słońca wypadają z jego rąk, i te smutne iskry które świecą i którymi jesteśmy, i które gasną) z Prawdą, która tylko do Niego przynależy. Ten urojony Bóg, który stwarza i nie pamięta, i który chodzi z białą laską przed sobą.
En alguna parte se ha dicho: Dios se come a los hombres y los hombres un día se comerán a Dios. Y también está escrito: no es más que un pez el hombre en su mar de tinieblas y de llanto. Y en alguna otra parte se pregunta: ¿Para qué está allá arriba sentado en el alto cantil de las nubes heladas ese Gran Pescador? ¿Para qué está allá arriba con su cebo, su anzuelo y su larga caña de pescar ese Gran Pescador? ¿No es más que un pez el hombre, un pez para las brasas del infierno y para que después, «puro y dorado», se lo coma allá arriba ese Gran Pescador? Y ahora… aquí… el pez… el hombre es el que arguye: un día me tragaré el mar… todo el agua del mar… todas las tinieblas del mar como una perla negra… un día me tragaré el mar, toda el agua del mar, toda la amargura del mar como un sola lágrima… y dejaré al descubierto el cebo el anzuelo y la larga caña de pescar de ese Gran Pescador, ¡toda su mentira y su verdad! Luego me sentaré a llorar sobre la última roca seca del mundo, a llorar, a llorar otra vez hasta llenar de nuevo la tierra con otro mar inmenso, mucho más negro y mucho más amargo que el de ahora… con otro mar que llegue hasta los cielos, anegue las estrellas y ahogue a es Gran Pescador con su cebo su anzuelo y su larga caña de pescar. Entonces yo seré el pescador y Dios. Seré el pescador y Dios, el Gran Pez, sorprendido y pescado. Aquel día el Hombre… todos los hombres se comerán a Dios. Será el día… el Gran Día de la verdadera, de la gloriosa y de la sagrada comunión.
Tłum. Ada Trzeciakowska
Komunia
Gdzieś zostało powiedziane: Bóg zjada ludzi a ludzie pewnego dnia zjedzą Boga. I jest też napisane: człowiek nie jest niczym więcej niż rybą w jego morzu mroku i łez. A gdzie indziej pyta się: Po co on tam siedzi na górze na stromych urwiskach lodowych chmur ten Wielki Rybak? Po co jest tam, na górze? ze swoją przynętą, hakiem i długą wędką ten Wielki Rybak? Czyż nie jest niczym więcej niż rybą człowiek, rybą dla piekielnego żaru by potem, «nieskalany i złoty», zjadł go tam na górze ten Wielki Rybak? A teraz… tutaj… ta ryba… człowiek jest tym, kto argumentuje tak: pewnego dnia połknę morze… wszystką morską wodę… wszystkie morza mroki jak czarną perłę… pewnego dnia połknę morze, wszystkie morza wody, wszystką morza gorycz jak jedną łzę… i obnażę przynętę haczyk i długą wędkę Wielkiego Rybaka, wszystkie jego kłamstwa i prawdy! Potem usiądę i zapłaczę na ostatniej suchej skale świata, będę płakać i płakać aż znów napełnię ziemię innym morzem, ogromnym i dużo czarniejszym i o wiele bardziej gorzkim niż to teraz… innym morzem, które sięgnie nieba, porwie gwiazdy i zatopi Wielkiego Rybaka z jego przynętą hakiem i długą wędką. Wówczas ja będę rybakiem i Bogiem. Ja będę rybakiem a Bóg, Wielką Rybą, zdziwioną i wyłowioną. W owym dniu Człowiek… wszyscy ludzie zjedzą Boga. To będzie dzień… Wielki Dzień prawdziwej i błogosławionej świętej komunii.
Lo extraño se apodera de mí; entonces abro el paraguas negro y me alborozo en una fiesta de baile en la que brillan estrellas. El nervio rabioso dentro de mí que me retuerce. Hasta que la alta noche viene a encontrarme exangüe. La alta noche es grande y me come. El vendaval me llama. Lo sigo y me despedazo. Si no entro en el juego que se desdobla en vida perderé la propia vida en un suicidio de mi especie. Protejo con el fuego mi juego de vida. Cuando mi existencia y la del mundo ya no son sostenibles por la razón, entonces me suelto y sigo a una verdad latente. ¿Acaso reconocería la verdad si ésta se comprobase? Me estoy haciendo. Me hago hasta llegar al hueso.
(…) Los cristales tintinean y brillan. El trigo está maduro; el pan está repartido. ¿Pero repartido con dulzura? Es importante saberlo. No pienso, como el diamante no piensa. Brillo nítida. No tengo hambre ni sed; soy. Tengo dos ojos que están abiertos. Hacia la nada. Hacia el techo. Voy a hacer un adagio. Lee lentamente y en paz. Es un amplio fresco. Nacer es así: Los girasoles viran lentamente sus corolas hacia el sol. El pan se come con dulzura. Mi impulso me liga al de las raíces de los árboles.
***
(…) Estoy cansada. Mi cansancio viene de que soy una persona extremadamente ocupada, me ocupo del mundo. Todos los días observo desde la terraza el trozo de playa con mar y veo la espesa espuma más blanca y que durante la noche las aguas han avanzado inquietas. Veo esto por la marca que las olas dejan en la arena. Observo los almendros de la calle donde vivo. Antes de dormir me ocupo del mundo y observo si el cielo de la noche está estrellado y azul marino porque algunas noches en vez de negro el cielo parece azul marino, un color que he pintado en un vitral. Me gustan las intensidades. Me ocupo del niño que tiene nueve años y que está cubierto de harapos y delgadísimo. Tendrá tuberculosis, si es que no la tiene ya. Y en el Jardín Botánico me quedo agotada. Tengo que ocuparme de la mirada de millares de plantas y árboles y sobre todo de la victoria regia. Ella está allí y yo la miro. Fíjate que no menciono mis impresiones emotivas; lúcidamente hablo de algunas de las miles de cosas y personas de las que me ocupo. Tampoco se trata de un empleo porque no gano dinero por eso. Sólo aprendo cómo es el mundo. ¿Qué si me da mucho trabajo ocuparme del mundo? Sí. Por ejemplo, me obliga a recordar el rostro inexpresivo y por eso atemorizador de la mujer que vi en la calle. Con los ojos me ocupo de la miseria de los que viven ladera arriba. Me preguntarás por qué me ocupo del mundo. Es que nací con ese encargo. De niña me ocupé de una hilera de hormigas; van en fila india cargando un mínimo de hoja. Lo que no impide que cada una se comunique con la que viene en dirección opuesta. Las hormigas y las abejas ya no son it. Son ellas. He leído el libro sobre las abejas y desde entonces me ocupo sobre todo de la reina madre.
(…) Pero cuando viene el invierno yo doy y doy y doy. Regalo mucho. Acojo camadas de personas en mi pecho tibio. Y se oye el ruido de quien toma sopa caliente. Vivo ahora días de lluvia; ya se acerca mi tiempo de dar. ¿No ves que esto es como el nacimiento de un hijo? Duele. El dolor es la vida exacerbada. El proceso duele. Llegar a ser es un lento y lento dolor bueno. Es el amplio bostezo que nos hace estirarnos al límite. Y la sangre lo agradece. Respiro, respiro. El aire es it. El aire con viento ya es un él o un ella. Si tuviese que esforzarme para escribirte me sentiría muy triste. A veces no aguanto la fuerza de la inspiración. Entonces pinto contenida. Es tan bueno que las cosas no dependan de mí. He hablado mucho de la muerte. Pero voy a hablarte ahora del soplo de vida. Cuando uno ya no respira se le hace la respiración boca a boca; se pega la boca a la boca del otro y se respira. Y el otro empieza a respirar otra vez. Este intercambio de respiración es una de las cosas más bellas que he oído contar de la vida. En realidad la belleza de este boca a boca me está deslumbrando.
1 Alejandra Pizarnik; 2 Clarice Lispector; 3 Maya Deren en The Ritualin Transfigured Time
Tłum. Ada Trzeciakowska
strumień wody
Ogarnia mnie coś dziwnego; otwieram zatem czarny parasol i cieszę się balem, na którym świecą gwiazdy. Wściekły nerw we mnie kręci mną. Aż głęboka noc odnajdzie mnie bez sił. Wielka jest głęboka noc i pożera mnie. Wichura mnie wzywa. Podążam za nią i rozpadam się na kawałki. Jeśli nie wejdę do gry, która toczy się w życiu, stracę własne życie przez samobójstwo mojego gatunku. Ogniem chronię grę mojego życia. Kiedy rozum nie może dłużej już znieść mojej egzystencji i istnienia świata, wyrywam się i podążam za ukrytą prawdą. Czy rozpoznałbym prawdę, gdyby została udowodniona? Robię siebie. Robię siebie aż dochodzę do kości.
(…) Kryształy brzęczą i błyszczą. Pszenica już dojrzała; chleb został podzielony. Ale podzielony z czułością? To trzeba wiedzieć. Nie myślę, tak jak diament nie myśli. Błyszczę jasna. Nie czuję głodu ani pragnienia; jestem. Mam dwoje otwartych oczu. Na nicość. Na sufit. Stworzę adagio. Czytaj powoli i spokojnie. To rozległy fresk. Narodziny wyglądają tak: Słoneczniki powoli kierują swoje korony w kierunku słońca. Chleb jest spożywany z czułością. Mój impuls wiąże mnie z korzeniami drzew.
***
(…) Jestem zmęczona. Moje zmęczenie bierze się z tego, że jestem niezwykle zajętą osobą, dbam o świat. Codziennie obserwuję z tarasu kawałek plaży z morzem i widzę najbielszą, gęstą pianę i, że w nocy wody niespokojnie się podniosły. Rozpoznaję to po śladzie, zostawionym przez fale na piasku. Obserwuję migdałowce na ulicy, na której mieszkam. Przed snem opiekuję się światem i patrzę, czy nocne niebo jest rozgwieżdżone i granatowe, bo w niektóre noce niebo, zamiast czarne, wydaje się granatowe, jak kolor, który namalowałam na witrażu. Lubię intensywność. Opiekuję się bardzo chudym dziewięcioletnim chłopcem w łachmanach. Dostanie zapewne gruźlicy, jeśli jeszcze jej nie ma. A w Ogrodzie Botanicznym czuję się wyczerpana. Muszę zadbać o spojrzenie tysięcy roślin i drzew, a przede wszystkim o wiktorię królewską. Jest tam i patrzę na nią. Zauważ, że nie wspominam o moich wrażeniach emocjonalnych; mówię jasno o niektórych z tysięcy rzeczy i ludzi, z którymi mam do czynienia. Nie chodzi mi też o pracę, bo nie zarabiam w ten sposób pieniędzy. Po prostu uczę się, jaki jest świat. Czy przysparza mi dużo pracy zajmowanie się światem? Tak, na przykład zmusza mnie do przypomnienia sobie pozbawionej wyrazu, a przez to przerażającej twarzy kobiety, którą widziałem na ulicy. Oczami zajmuję się nędzą tych, którzy mieszkają na zboczu powyżej. Zapytasz mnie, dlaczego dbam o świat. Po prostu urodziłam się z tym obowiązkiem. Jako dziecko zajmowałem się łańcuchem mrówek; idą w szeregu niosąc co najmniej po liściu. Co nie przeszkadza każdej z nich komunikować się z tą, która idzie w kierunku przeciwnym. Mrówki i pszczoły już nie są it. To są «one». Przeczytałam książkę o pszczołach i od tego czasu zajmuję się głównie królową matką.
(…) Ale kiedy nadchodzi zima, daję i daję i daję. Rozdaję wiele. Przyjmuję całe mioty ludzi do mojej ciepłej piersi. I słychać mlaskanie jedzącego gorącą zupę. Przeżywam teraz deszczowe dni; czas dawania jest bliski. Nie widzisz, że to jest jak narodziny dziecka? Boli. Ból to wyostrzone życie. Proces boli. Stawanie się jest powolne i jest powolnym dobrym bólem. Jest szerokim ziewnięciem sprawiającym, że rozciągamy się do granic możliwości. A krew to docenia. Oddycham, oddycham. Powietrze to jest it. Powietrze w czasie wiatru już jest «nim» lub «nią». Gdybym musiała wysilać się, by napisać do Ciebie, czułabym się bardzo smutna. Czasami nie mogę znieść siły inspiracji. Więc maluję powściągliwie. To tak dobrze, że sprawy nie zależą ode mnie. Dużo mówiłam o śmierci. Ale teraz opowiem ci o tchnieniu życia. Kiedy człowiek już nie oddycha, przystępuje się do resuscytacji usta-usta; przykłada się usta do ust drugiej osoby i oddycha. A ta osoba zaczyna znów oddychać. Ta wymiana oddechów jest jedną z najpiękniejszych rzeczy, jakie kiedykolwiek słyszałam o życiu. W rzeczywistości piękno tego usta-usta jest olśniewające.
Água Viva
O estranho me toma: então abro o negro guarda-chuva e alvoroço-me em uma festa de baile onde brilham estrelas. O nervo raivoso dentro de mim e que me contorce. Até que a noite alta vem me encontrar exangue. Noite alta é grande e me come. A ventania me chama. Sigo-a e me estraçalho. Se eu não entrar no jogo que se desdobra em vida perderei a própria vida em um suicídio da minha espécie. Protejo com o fogo meu jogo de vida. Quando a existência de mim e do mundo ficam insustentáveis pela razão – então me solto e sigo uma verdade latente. Será que eu reconheceria a verdade se esta se comprovasse? Estou me fazendo. Eu me faço até chegar ao caroço.
(…) Os cristais tilintam e faíscam. O trigo está maduro: o pão é repartido. Mas repartido com doçura? É importante saber. Não. penso assim como o diamante não pensa. Brilho toda límpida. Não tenho fome nem sede: sou. Tenho dois olhos que estão abertos. Para o nada. Para o teto. Vou fazer um adaggio. Leia devagar e com paz. É um largo afresco. Nascer é assim: Os girassóis lentamente viram suas corolas para o sol. O trigo está maduro. O pão é com doçura que se come. Meu impulso se liga ao das raízes das árvores.
***
(…) Estou cansada. Meu cansaço vem muito porque sou uma pessoa extremamente ocupada: tomo conta do mundo. Todos os dias olho pelo terraço para o pedaço de praia com mar e vejo as espessas espumas mais brancas e que durante a noite as águas avançaram inquietas. Vejo isto pela marca que as ondas deixam na areia. Olho as amendoeiras da rua onde moro. Antes de dormir tomo conta do mundo e vejo se o céu da noite está estrelado e azul-marinho porque em certas noites em vez de negro o céu parece azul-marinho intenso, cor que já pintei em vitral. Gosto de intensidades. Tomo conta do menino que tem nove anos de idade e que está vestido de trapos e magérrimo. Terá tuberculose, se é que já não a tem. No Jardim Botânico, então, fico exaurida. Tenho que tomar conta com o olhar de milhares de plantas e árvores e sobretudo da vitória-régia. Ela está lá. E eu a olho. Repare que não menciono minhas impressões emotivas: lucidamente falo de algumas das milhares de coisas e pessoas dais quais tomo conta. Também não se trata de emprego pois dinheiro não ganho por isto. Fico apenas sabendo como é o mundo. Se tomar conta do mundo dá muito trabalho? Sim. Po exemplo: obriga-me a me lembrar do rosto inexpressivo e por isso assustador da mulher que vi na rua. Com os olhos tomo conta da miséria dos que vivem encosta acima. Você há de me perguntar por que tomo conta do mundo. É que nasci incumbida. Tomei em criança conta de uma fileira de formigas: elas andam em fila indiana carregando um mínimo de folha. O que não impede que cada uma comunique alguma coisa à que vier em direção oposta. Formiga e abelha já não são it. São elas. Li o livro sobre as abelhas e desde então tomo conta sobretudo da rainha-mãe.
(…) Mas quando vem o inverno eu dou e dou e dou. Agasalho muito. Aconchego ninhadas de pessoas no meu peito morno. E ouve-se barulho de quem toma sopa quente. Estou vivendo agora dias de chuva: já se aproxima eu dar. Não vê que isto aqui é como filho nascendo? Dói. Dor é vida exacerbada. O processo dói. Vir-a-ser é uma lenta e lenta dor boa. É o espreguiçamento amplo até onde a pessoa pode se esticar. E o sangue agradece. Respiro, respiro. O ar é it. Ar com vento já é um ele ou ela. Se eu tivesse que me esforçar para te escrever ia ficar tão triste. Às vezes não agüento a força da inspiração. Então pinto abafado. É tão bom que as coisas não dependam de mim. Tenho falado muito em morte. Mas vou te falar no sopro de vida. Quando a pessoa já está sem respiração faz-se a respiração bucal: cola-se a boca na boca do outro e se respira. E a outra recomeça a respirar. Essa troca de aspirações é uma das coisas mais belas que já ouvi dizerem da vida. Na verdade a beleza deste boca a boca está me ofuscando.
Transl. Stefan Tobler
Água Viva (The Stream of Life)
The strangeness takes me: so I open the black umbrella and throw myself into a feast of dancing where stars sparkle. The furious nerve inside me and that contorts. Until the early hours come and find me bloodless. The early hours are great and eat me. The gale calls me. I follow it and tear myself to pieces. If I don’t enter the game that unfolds in life I shall lose my own life in a suicide of my species. I protect with fire the game of my life. When the existence of me and of the world can no longer be borne by reason— then I loose myself and follow a latent truth. Would I recognise the truth if it were proven? I am making myself. I make myself until I reach the pit.
(…) The crystals clink and sparkle. The wheat is ripe: the bread is shared out. But with sweetness? It’s important to know. I don’t think just as the diamond doesn’t think. I shine wholly limpid. I have neither hunger nor thirst: I am. I have two eyes that are open. Toward the nothing. Toward the ceiling. I’m going to make an adagio. Read slowly and with peace. It’s a wide fresco. Being born is like this: The sunflowers slowly turn their corollas toward the sun. The wheat is ripe. The bread is eaten with sweetness. My impulse connects to that of the roots of the trees.
***
(…) I’m tired. My tiredness comes often because I’m an extremely busy person: I look after the world. Every day I look from my terrace at a section of beach and sea and see the thick foam is whiter and that during the night the waters crept forward uneasy. I see this by the mark which the waves leave upon the sand. I look at the almond trees on the street where I live. Before going to sleep I look after the world and see if the night sky is starry and navy blue because on certain nights instead of being black the sky seems to be an intense navy blue, a color I’ve painted in stained glass. I like intensities. I look after the boy who is nine years old and dressed in rags and all skin and bones. He will get tuberculosis, if he doesn’t already have it. In the Botanical Gardens, then, I get worn out. With my glance I must look after thousands of plants and trees and especially the giant water lily. It’s there. And I look at her. Note that I don’t mention my emotional impressions: I lucidly speak about some of the thousands of things and people I look after. Nor is it a job because I don’t earn any money from it. I just get to know what the world is like. Is it a lot of work to look after the world? Yes. For example: it forces me to remember the inexpressive and therefore frightening face of the woman I saw on the street. With my eyes I look after the misery of the people who live on the hillsides. You will no doubt ask me why I look after the world. It’s because I was born charged with the task. As a child I looked after a line of ants: they walk single file carrying a tiny piece of leaf. That doesn’t keep each one from communicating something to the ones coming the other way. Ant and bee are not it. They are they. I read the book about the bees and ever since have looked after the queen bee most of all.
(…) I’ve spoken a lot about death. But I’m going to speak to you about the breath of life. When a person is already no longer breathing you give mouth-to-mouth resuscitation: you place your mouth upon the other person’s and breathe. And the other starts to breathe again. This exchange of breaths is one of the most beautiful things that I’ve ever heard about life. In fact the beauty of this mouth-to-mouth is dazzling me.