Una absoluta paciencia. Los árboles hasta las rodillas en niebla. La niebla fluye lentamente cuesta arriba. Blancas telarañas, la hierba inclinada donde los ciervos han buscado manzanas. Los bosques desde el arroyo hasta donde la cima de la colina se asoma sobre la niebla, no mandan ni un solo pájaro. Tan absoluta, no es otra cosa que la felicidad misma, una respiración demasiado silenciosa para oírla.
Fotografías propias. Kyushu, Prefectura de Kumamoto.
Tłum. Czesław Miłosz
Oddychanie
Absolutna cierpliwość, drzewa stoją po kolana we mgle. Mgła powoli wpełza na pagórek. Białe pajęczyny, trawa pochylona tam, gdzie jelenie szukały jabłek. Lasy, od strumyka aż po szczyt pagórka wyglądające zza mgły, nie posyłają nam żadnego ptaka. Tak absolutna, że jest samym szczęściem, oddychaniem zbyt spokojnym, żeby było słyszalne.
The Breathing
An absolute patience. Trees stand up to their knees in fog. The fog slowly flows uphill. White cobwebs, the grass leaning where deer have looked for apples. The woods from brook to where the top of the hill looks over the fog, send up not one bird. So absolute, it is no other than happiness itself, a breathing too quiet to hear.
Uno corría con la nariz junto al suelo, una sombra oxidada ni cazando ni jugando.
Uno se paró, se sentó, se tumbó y volvió a pararse.
Uno no se movió nada, Solamente ladeó un poco la cabeza cuando caminamos.
Finalmente nos acercamos demasiado y desaparecieron. El bosque los acogió como si nunca hubieran existido.
Ojalá se me hubiera ocurrido apoyar la cara en la hierba.
Pero seguimos caminando, hablando como extraños cuando se hacen amigos.
Hay cada vez más cosas que no cuento a nadie, ni a extraños ni a amores. Es algo que se desliza en el corazón sin prisa, como si nunca hubiera existido.
Y sin embargo, algo ha cambiado entre los árboles,
Algo me mira de entre las ramas y me conoce por quien soy.
No haber engendrado también es dar. Nadie pasa sin haber legado, nadie carece de sonido. No hay yermo estéril si alguien lo mira. Si se oye cantar al mirlo cuando el alba es porque un primer mirlo cantó, y fue recordado. Si el castaño está entre nosotros es porque hubo un primer polen, y fue recordado. Si el tejado existe como conciencia es porque un día hubo desnudez, y fue recordado. Si el bajar del río es su enseñanza es porque alguien aprendió del cauce, y fue recordado. Las cosas significan por su memoria, y lo que unos llaman brisa y otros alma, otros aliento, arima, —atman, psyché, es el soplo, el aire que empuja al mirlo a posarse en una teja y a escuchar como si tú llevaras la canción que le falta.
de Poesía reunida y aforismos
Fotograma de Madame Bovary de Claude Chabrol
Tłum. Ada Trzeciakowska
Zawsze Genesis
Nie spłodzić nic też znaczy dawać. Nikt nie przemija nie pozostawiwszy po sobie dziedzictwa, nikt nie jest pozbawiony głosu. Nie istnieje jałowa ziemia, jeśli przyciąga czyjś wzrok. Jeśli o świcie słychać śpiew kosa to dlatego, że pierwszy kos zaśpiewał i został zapamiętany. Jeśli kasztan rośnie obok nas to dlatego, że pojawił się pierwszy pyłek i został zapamiętany. Jeśli mamy świadomość dachu to dlatego, że kiedyś była nagość i został zapamiętany. Jeśli bieg rzeki jest jej lekcją to dlatego, że ktoś nauczył się z jej koryta i został zapamiętany. Rzeczy znaczą tyle, co pamięć o nich, i to co jedni nazywają bryzą, drudzy duszą, a inni oddechem, arimą*, -atman**, psyché, to tchnienie, powietrze, które popycha kosa by przysiąść na dachu i słuchać jak gdybyś to ty niósł pieśń, której mu brakuje.
Él está solo, es Navidad. Por la colina suben tres árboles, los tres reyes magos. También hay una estrella Sobre el pesebre oscuro. ¿Pero dónde está el Niño?
Compadécete del hombre. Ha recorrido un largo camino Como los árboles ha sido Paciente. Pero lo ha adelantado La razón. El pesebre está vacío.
LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA ABIERTA EN LA PÁGINA 46
Si decimos que el pájaro resume las ramas al volar en su sonido, si decimos que alguien junta el tiempo para aprender que es vano conjugarlo, es porque el pájaro no sabe que el cielo es suyo y suyo es lo abierto; podría sentir que sin aire batiría más libre la distancia. Y así pensamos lo anterior, el recordarlo invierte la raíz y hace que el fruto sea nostalgia del adentro, pues al nacer los árboles mueren en la lluvia interior de su corteza, lo mismo que las casas son declive en la niebla que suman estos valles.
Podemos encontrarnos en medio de algún nombre, decir qué pueblos caben bajo las nubes de este frente que entra por Legate, qué parte es del quitar, y cuál del ofrecer. Esto lleva a hablar y a existir lo menos en los días, a mostrar que somos vacío, como es vacío el cauce, y no por ello dejan de crecer las cosechas, como el viento es también vacío y no por ello olvida despertar y esparcirnos por el mundo.
de Poesía reunida y aforismos
Tłum. Ada Trzeciakowska
KRYTYKA CZYSTEGO ROZUMU OTWARTA NA STRONIE 46
Jeśli mówimy, że ptak zawiera w sobie gałęzie, gdy wznosi się w ich szumie, jeśli mówimy że ktoś gromadzi czas by nauczyć się, że próżno go wiązać, to dlatego, że ptak nie wie że niebo jest jego i jego jest to, co otwarte; mógłby poczuć, że bez powietrza swobodniej pokonałby odległość. I w ten sposób myślimy o tym co powyżej, Rozpamiętywanie odwraca korzeń i sprawia, że owoc staje się nostalgią od wewnątrz, bo rodząc się drzewa umierają w wewnętrznym deszczu kory, tak jak domy są zboczem we mgle, którą dodają te doliny.
Możemy spotkać się w połowie imienia, powiedzieć, które wioski zmieszczą się pod chmurami tego frontu nadchodzącego od strony Legate, jaką część trzeba ująć, jaką oddać. Co prowadzi do tego, że przemawia i istnieje to czego w dniach ubywa, pokazując, że jesteśmy pustką, jak puste jest koryto rzeki, a jednak zbiory nie przestają rosnąć, tak jak i wiatr jest pustką a jednak nie zapomina budzić i rozpraszać nas po świecie.
Cuando la palabra no llega a la palabra no hagamos gestos, sombras, ademanes.
Cuando el hombre no alcanza a su cabeza se asoma al mundo por el triste ombligo.
Cuando el verso a mitad de trayectoria se quiebra y cae, callémonos.
2
Triste es sobrevivir a nuestra muerte. Alguien puede llegar, darnos ahora la palabra de pase a la esperanza, y sorprendernos hórridos, helados, momificados, insepultos.
3
Sobre este árbol, seco símbolo inerte, cantó un ave real la esperanza que tuvo.
4
Cayó de su vacío a su vacío. Creyose libre porque andaba a saltos.
Incapaz fue de alzar una palabra de poderosa luz contra la muerte.
5
Canto lo que me pasa, dice el mudo.
y 6
Difícil era andar entre el sarcasmo del cobarde o del necio. Más difícil vivir hasta los bordes con fe que acrecentada devolviera al hombre su verdad, virtud al canto.
de Elogio del calígrafo. Ensayos sobre arte.
Collage propio
Tłum. Ada Trzeciakowska
suita dla zmarłego
1
Gdy słowo nie dociera do słowa nie czyńmy gestów, cieni, grymasów.
Gdy człowiek nie dostaje do głowy na świat wygląda smutnym oknem pępka.
Gdy wers w połowie drogi łamie się i upada, uciszmy się.
2
Smutno przeżyć naszą śmierć. Ktoś może nadejść, podrzucić nam słowo przepustkę do nadziei, i przyłapać nas budzących grozę, zamarzniętych, zasuszonych, niepogrzebanych.
3
Na tym drzewie, zmurszałym, uschłym symbolu, królewski ptak śpiewał pieśń żywionej nadziei.
4
Spadał z pustki w pustkę. Uznał, że jest wolny, bo przecież podfruwa.
Nie zdołał wznieść ani słowa potężnego światła przeciwko śmierci.
5
Zamieniam w śpiew to, co mi dolega- mówi niemowa.
i 6
Trudno było poruszać się między sarkazmem tchórza lub głupca. Jeszcze trudniej żyć, z wiarą po brzegi, która powiększona przywróciła człowiekowi jego prawdę, a moc pieśni.
Conversación entre Antoni Tàpies y José Ángel Valente
J. Á. V.: Hay un testimonio que se da en el proceso de beatificación de san Juan de la Cruz, que, como sabes, me interesa mucho…Uno de los testigos que hablan en el proceso de beatificación dice que varios frailes caminaban con san Juan de la Cruz y vieron por el camino unos palacios preciosos. Se los señalaron, pero él siguió andando, aunque a la tercera indicación se volvió y dijo: nosotros no hemos venido para ver, hemos venido para no ver. A. T.: Es algo que me ha interesado desde muy joven: no describir la nada, que es imposible, pero sí encontrar un mecanismo que por lo menos la sugiera al espectador. Es lo que intento hacer cada día, mi máxima aspiración artística. J. Á. V.: Tú has escrito: «Un día traté de llegar directamente al silencio». Justamente ese silencio sería la nada, el lugar de la materia interiorizada. Creo que eso es lo que tú querías significar con esa idea… A. T.: No es un capricho, es que debería comprenderse la importancia que tiene ese silencio. J. Á, V.: Por desgracia, eso no siempre se comprende. Entre nosotros, y en España, es un tema que ha sido mal enfocado. Tan pronto tomas determinado tipo de posiciones dicen: «Bueno, ése es un místico». El místico quiere llenar el vacío de Dios, tú lo quieres llenar de realidad, de una realidad superior a la inmediatamente perceptible. A. T.: Se cree que ese estado, que también se puede calificar con una palabra que está muy denostada, el éxtasis, es quedarse colgado como de una nube para siempre. Cuando la verdad es que se trata de un estado transito rio. Pero entonces vuelves a la realidad y la comprendes mejor. Y te hace ver más claramente la unidad universal de todas las cosas. Que la sociedad sepa que esto es útil, que debajo de todo esto hay un vacío que no es absolutamente nada. Sabiendo esto se estimula un espíritu más comprensivo y solidario entre los hombres y con la naturaleza. J. Á. V.: La relación con la naturaleza está muy condicionada por eso: mirar un árbol, confundirse con el árbol, hacer que ese árbol que miras sea distinto de todos los árboles del universo. Se tiene así acceso a la identidad del mundo natural. Es una experiencia que lleva al hombre más allá de las ocupaciones diarias. El hombre necesita esa dimensión, que es algo de lo que tú también hablas cuando dices que necesitas el arte como un apoyo de la meditación. Pero creo que tú vas más lejos, porque pasas de la meditación a la contemplación. Gran parte de tu arte, y voy a utilizar otra palabra desacreditada… es contemplativo. Lo que creo que hay en definitiva en tu obra es una contemplación única de la materia, como acaso no se haya producido antes en el arte contemporáneo. No tratas de manipular la materia, sino de dejar que ésa se manifieste.
de Elogio del calígrafo. Ensayos sobre arte.
Antoni Tàpies (Suite, 1993) y foto propia (árboles)
J. Á. V.: Istnieje pewne świadectwo złożone w procesie beatyfikacyjnym św. Jana od Krzyża, które, jak wiesz, bardzo do mnie zaciekawiło… Jeden ze świadków, który przemawiał w procesie beatyfikacyjnym, opowiadał, że kilku braci szło ze św. Janem, kiedy po drodze ujrzeli kilka przepięknych pałaców. Pokazali mu je, ale on poszedł dalej, choć przy trzecim zawołaniu zawrócił i powiedział: nie przyszliśmy by widzieć, przyszliśmy by nie widzieć. A. T.: Jest to to jedna z rzeczy, która mnie interesują od najmłodszych lat: nie opisywać nicości, co jest niemożliwe, ale znaleźć mechanizm, który by ją widzowi przynajmniej zasugerował. To właśnie staram się robić każdego dnia, jest to moja najgłębsza artystyczna aspiracja. J. Á. V.: Piszesz: «Pewnego dnia próbowałem dojść bezpośrednio do ciszy». Właśnie ta cisza byłaby nicością, miejscem uwewnętrznionej materii. Myślę, że właśnie to chciałeś tym konceptem przekazać? A. T.: To nie kaprys, chodzi o to, żeby zrozumieć wagę tej ciszy. J. Á. V.: Niestety, nie zawsze jest to rozumiane poprawnie. Między nami, i w Hiszpanii, jest to temat, do którego mamy złe nastawienie. Jak tylko przyjmujesz określony rodzaj postawy mówi się: „No cóż, on jest mistykiem”. Mistyk chce wypełnić pustkę po Bogu, ty chcesz wypełnić ją rzeczywistością, rzeczywistością przewyższającą to, co bezpośrednio dostrzegalne. A. T.: Uważa się, że ten stan, który można też określić bardzo pogardzanym słowem ekstaza, polega na unoszeniu się niczym na chmurze ponad wszystkim i pozostaniu w tym stanie na zawsze. A prawda jest taka, że jest to stan przejściowy. Potem powracamy na ziemię i dzięki temu doświadczeniu wyraźniej dostrzegamy uniwersalną jedność wszystkich rzeczy. Niech społeczeństwo ma świadomość, że jest to stan pomocny, że pod tym wszystkim jest pustka, która jest absolutnie niczym. Mając tego świadomość możliwe jest poczucie większego zrozumienia i solidarności między ludźmi i z przyrodą. J. Á. V.: Nasza stosunek do natury jest w dużym stopniu od tego zależny: patrząc na drzewo, stajemy się jego częścią, sprawiamy, że owo drzewo, staje się inne niż pozostałe drzewa we wszechświecie. W ten sposób możemy utożsamiać się ze światem przyrody. Jest to doświadczenie, które wynosi człowieka ponad jego codzienne zajęcia. Człowiek potrzebuje tego wymiaru, o czym również wspominasz, mówiąc, że potrzebujesz sztuki jako wsparcia dla medytacji. Ale myślę, że posuwasz się dalej, ponieważ przechodzisz od medytacji do kontemplacji. Wiele twoich dzieł – i użyję tu kolejnego skompromitowanego słowa – jest kontemplacyjnych. Myślę, że ostatecznie w twojej sztuce rodzi się się pewna unikalna kontemplacja materii, która być może do tej pory nie miała miejsca w sztuce współczesnej. Nie próbujesz manipulować materią, lecz pozwalasz jej się przejawić.
La verdad parece ser aquello que vivimos en conceptos de imaginación antes de que la razón los haya fijado.
Wallace Stevens en El valor de la imaginación
Trad. Andrés Sánchez Robayna
Seis paisajes significativos
III
Me mido a mí mismo En un árbol alto. Descubro que yo soy mucho más alto, Porque alcanzo directamente al sol, Con mi ojo; y alcanzo a la orilla del mar Con mi oído. Aún así, no me gusta La forma en que las hormigas Entran y salen de mi sombra.
Harmonium, 1923
Fotografías propias (Povedillla)
Tłum. Jacek Gutorow
Sześć znaczących pejzaży
III
Porównuję siebie Z wysokim drzewem Odkrywam, że jestem znacznie wyższy Bo sięgam słońca Wzrokiem I sięgam morskiego brzegu Słuchem Jednak nie podoba mi się Sposób w jaki mrówki pełzną Do i od mojego cienia
z tomu Harmonium, 1923
DomSix Significant Landscapes
III
I measure myself Against a tall tree. I find that I am much taller, For I reach right up to the sun, With my eye; And I reach to the shore of the sea With my ear. Nevertheless, I dislike The way ants crawl In and out of my shadow.
Con los años los árboles vuelven a mí como las personas, como aquel, visto no sé cuándo, en qué país dios sabe: sobre la exuberante hierba verde, inflada de otoño, medio deshojado: una bola de oro calada, y bajo ella un anillo amarillo, como el reflejo de la luna de agosto en el estanque, una noche sin viento.
Hemos minado casi toda la belleza, quien pise este campo puede perder la cara.
Pero el árbol es inocente en su belleza, inocente es el color de la hierba, la forma en que las hojas se posan sobre ella: como hilos de tapiz o un enjambre de abejas de veinte quilates sobre las que alguien echó el hechizo del sueño.
Entonces escribo sobre aquel árbol, sin poder escribir sobre el que amé de indebido modo y a quien perdí irremediablemente, y alto era, dorado y hermoso, tumbado en la hierba como un reflejo de algo más grande, algo que las heladas quemarían pronto.
Drzewa wracają do mnie po latach jak ludzie, jak tamto, widziane nie wiem kiedy, nie wiem w jakim kraju – na trawie soczyście zielonej, napompowanej jesienią, na wpół opadłe z liści: ażurowa złota kula, a pod nią krąg żółci, jak odbicie sierpniowego księżyca na stawie, w bezwietrzną noc . Zaminowaliśmy prawie całe piękno, kto wchodzi na to pole, może stracić twarz.
Ale drzewo jest w swoim pięknie niewinne, niewinny jest kolor trawy, sposób, w jaki kładą się na niej liście: jak nici tapiserii albo rój dwudziestokaratowych pszczół, na które rzucono zaklęcie snu.
Piszę więc o tamtym drzewie, nie mogąc i nie chcąc pisać o tym, kogo kochałem nie tak, jak należy, i kogo straciłem niepowrotnie, a był złoty i wysoki, i piękny, i leżał na trawie jak odbicie czegoś większego, co zaraz zetnie mróz.
He soñado con un árbol. Mi asombro iba creciendo ¿dónde están los demás árboles? ¿Por qué el destino me ha abandonado en el desierto y me hace contemplar este solitario árbol? El sueño prometía tratar sobre el bosque. No ha cumplido tal promesa, pero no fue culpa del destino. Él hizo lo suyo. Me arrojó, soñando, en un lugar familiar. Allí donde siempre había un bosque. ¿Cómo pudo saber que ya no estaba allí? Bajo el último árbol se acurrucaban las sombras de animales asustados. Junto con ellos se agazapó mi alma. Clavados todos en el árbol como un anuncio de compra de ganado, esperábamos que el viento arrancase la hoja y liberase el árbol de los clavos. Y así fue. Las hojas de papel, las placas y los anuncios volaron con un crujido. Como si el árbol se estuviera purificando. Salían disparados clavos, ganchos y alfileres. Finalmente, el árbol podía ser él mismo. Y eso nos incluía a todos los que estábamos reunidos debajo y encima de él. Un sinfín de criaturas grandes y pequeñas respiraron con alivio junto con el árbol. Entonces empezó a llover. Podíamos sentir cómo nos iban creciendo las ramitas, cómo las hojas se esforzaban por volar. El viento esparcía las semillas y éstas caían al vacío con un alegre silbido. ¿Y qué? ¿Cómo sigue? – Pregunté como un niño arrancado del sueño. Nadie contestó. La persona que me solía contar estas historias murió hace tiempo. El árbol del patio también lo talaron. No tenía ningún motivo para mirar por la ventana.
Fotogramas de Erizo en la niebla de Yuriy Norshteyn (1975) Jeżyk we mgle (Jurij Norsztejn)
Sen
Śniło się drzewo. Rosło zdziwienie, gdzie są inne drzewa. Dlaczego los mnie porzucił na pustkowiu i każe patrzeć na to jedno drzewo? Sen miał być o lesie, takie były szumne zapowiedzi. Nic z tego nie wyszło, ale nie z winy losu. On zrobił swoje. Wrzucił mnie, śniącego, w znajome miejsce. Tam, gdzie zawsze był las. Skąd mógł wiedzieć, że tam go już nie ma. Pod ostatnim drzewem kuliły się cienie wystraszonych zwierząt. Razem z nimi kuliła się moja dusza. Przybici do drzewa jak ogłoszenie o skupie żywca. Czekaliśmy na wiatr, który zerwie kartkę i uwolni drzewo od gwoździ. I tak się stało. Kartki, tabliczki, ogłoszenia odlatywały z szelestem. Tak jakby drzewo oczyszczało się ze wszystkiego. Strzelały wypluwane gwoździe, haczyki i pinezki. Wreszcie drzewo mogło być sobą. I to dotyczyło nas wszystkich zgromadzonych pod nim i na nim. Mnóstwo dużych i małych stworzeń odetchnęło razem z drzewem. I wtedy zaczął padać deszcz. Czuliśmy, jak wyrastają nam gałązki, jak się prężą do lotu listki. Wiatr rozrzucał nasiona, a te padały w pustkę z radosnym sykiem. I co? Co dalej? – pytałem jak dziecko wyrwane ze snu. Ale nikt się nie odezwał. Osoba opowiadająca mi takie bajki dawno nie żyje. Drzewo na podwórku też ścięli. Nie miałem po co wyglądać przez okno.
La higuera que habita junto a la iglesia de Pedrinyá ya tiene sus primeros brotes: minúsculos paraísos que coronan las ramas secas del invierno. Me gusta, cada año, confirmar este estallido tras la simulación de muerte, y no me importa unir mi destino a sus ritos de agonía. Juego con ventaja: ningún árbol es tan sabio como las higueras, acostumbradas a sorber los jugos antiguos de las ruinas, y ninguna higuera es tan leal conmigo como ésta. Siempre me dice lo que quiero saber, y en el momento justo.
Tłum. Ada Trzeciakowska
4 IV 2012
Na figowcu zamieszkałym tuż przy kościele Pedrinyá pojawiły się pierwsze pąki: maleńkie raje koronujące suche gałęzie zimy. Lubię, jak co roku, pobłogosławić tej eksplozji po symulacji śmierci, i nie wbrew sobie łączę mój los z jego rytuałami agonii. Mam jednak przewagę: żadne drzewo nie jest tak mądre jak figowiec, nawykły wysysać starożytne soki ruin, przy tym, żadne z drzew figowych nie jest tak lojalne wobec mnie jak ten. Zawsze mówi mi to co chcę widzieć, we właściwym momencie
A mi queridísimo padre que se me ha ido hace 11 años ya. Quiero creer que un día será un bello manzano, generoso y protector.
Árboles finales
Los árboles que nos quedan son aquéllos, los todavía no alcanzados. En sus claros se decide qué sombra infundir en cada uno de nosotros. Tienen, a su modo, una voz de llamada hacia arriba, como el que arquea las manos en torno a la boca para ser oído en lo más alto y pedir que alguien se haga cargo de los que estamos aquí. Ultimados. Todo árbol cobija a un muerto y lo mantiene en la savia, lo hace suyo y lo ampara, le da un suelo de corteza y de hojas caídas para él. Los bosques pueden salvarse en los que han sido, quiero decir, en el recuerdo que guardamos de ellos. Tendrá un hogar en el color del haya quien los defienda. Hay árboles que parecen anteriores a la tierra, los robles y los tejos, por ejemplo, arraigados en una mano perdida y mortal que quiso hacer el mundo y no pudo. Escuchadlos en sus ramas; nos avisan, aconsejan. Son las obras completas del reposo.
de Los árboles que no quedan (2020)
Tłum. Ada Trzeciakowska
Drzewa ostateczne
Drzewa, które nam pozostały to te jeszcze niedopełnione. W światłach ich koron rozstrzyga się jaki cień rzucić na każdego z nas. W pewnym sensie mają nawet głos by wołać w górę, jak ten, kto splata dłonie wokół ust, by usłyszano i wysłuchano go na wysokościach i wzięto pod opiekę nas, będących tu. Dobiegających końca. Każde drzewo przyjmuje zmarłego, zachowuje go w swoich sokach, czyni go swoim, osłania go i służy mu ściółką z kory i opadłych dla niego liści. Lasy mogą ocaleć w tych, którzy już przeminęli, we wspomnieniu raczej o nich zachowanym. Temu kto ich obroni, kolor buków stanie się domem. Są drzewa, które wydają się starsze od ziemi, dęby i cisy wśród nich, zakorzenione w czyjeś dłoni -zagubionej i śmiertelnej- która chciała kiedyś czynić świat. Nie mogła. Przysłuchajcie się gałęziom; ostrzegają nas, nie żałują rad. Oto dzieła kompletne spoczynku.
Un poema sencillo, como el corazón de un perro, no me será dado. Nada es fácil, no lo es acercarte a un árbol viejo, entre la densa bruma, ver que es el padre que ya no te recuerda. Se ha ido igual que las ondas apaciguadas tras el salto de la trucha. Rezas, no rezas. No crees, no rezas. Rezar es no pedir, no pedir, no juntar las manos, desmigajar el pan para su boca enferma. Es silla, cordón mal atado, hueso de flauta, rebaño polvoriento que baja hacia su mente.
En estos lugares se aprende lo extraño: ves la sombra del águila en el río y algo te dice que es la nave de los muertos que va a su desembocadura.
Algo te dice que tú también estás ávido de no pesar, ávido de no tener lengua, y, en cambio, de pronto, la espina en el pie te devuelve escindido a tu comienzo. El dolor. El camino siempre avisa, y no lo que se acerca por él.
Prosty wiersz, jak serce psa, nie jest mi dany. Nic nie jest łatwe, niełatwo zbliżyć się do starego drzewa, w gęstej mgle, przekonać się, że ojciec już cię nie pamięta. Odszedł tak jak rozeszły się kręgi na wodzie po skoku pstrąga. Modlisz się, nie modlisz się. Nie wierzysz, nie modlisz się. Modlitwa to nie proszenie, nie proszenie o nic, to nie składanie rąk, kruszenie chleba do jego chorych ust. To krzesło, źle zawiązana sznurówka, flet z kości, pokryte kurzem stado zstępujące ku jego myślom.
W takich miejscach uczysz się tego, co niezwykłe: dostrzegasz cień orła na rzece i coś mówi ci, że to barka umarłych, która dąży do swojego ujścia.
Coś mówi ci, że ty też boleśnie pragniesz pozbyć się ciężaru, pragniesz pozbyć się języka, lecz zamiast tego, nagle, cierń w twojej stopie przywraca cię, rozdartego, do punku wyjścia. Ból. To droga zawsze ostrzega, a nie to, co się nią zbliża.
En la esfera de copas reina una agitación permanente
El árbol señalado para la tala con un marco blanco del exterminio aún respiraba ramas y ramitas se agarraban a las nubes que se alejaban flotando
Las hojas temblaban se marchitaban presentían la muerte
Los árboles no llevan una vida errante en busca de comida no pueden huir de la sierra ni del hacha
En la esfera de copas reina una agitación permanente
Talar un árbol es ejecutar sin protocolo una sierra mecánica resoplando con el serrín como un relámpago entra en la corteza la carne la médula
cayó el árbol alcanzado en el costado aplastando con su peso muerto las hierbas el césped los tallos esbeltos claros telarañas vibrantes
junto con el árbol ejecutaron su sombra transparente ambigua imagen seña que aparece a la luz de la luna del sol
Las raíces laboriosas no presentían aún la pérdida del tronco ni la copa
lentamente llega la aérea muerte del árbol a su reino subterráneo
las raíces de los árboles vecinos se tocan se relacionan se fusionan
los únicos seres vivientes y sintientes junto con los hombres y animales creados a la imagen y semejanza de los dioses Los árboles no pueden ponerse al amparo de nosotros
Los niños paridos sin dolor en las clínicas madurando en las discotecas desgarrados por la luz artificial y ruido con la mirada fijada en las pantallas no hablan con los árboles
Talados quemados yacen uno junto a otro envenenados muertos los árboles de la infancia verdean encima de nosotros en mayo arrojan las hojas sobre las tumbas en noviembre crecen dentro de nosotros hasta la muerte
drzewo naznaczone na ścięcie białym znakiem zagłady jeszcze oddychało konary i gałęzie wczepiały się w odpływające chmury
liście drżały więdły przeczuwały śmierć
Drzewa nie przenoszą się z miejsca na miejsce w poszukiwaniu pokarmu nie mogą uciec przed piłą i toporem
w strefie koron panuje nieustanny niepokój
ścięcie drzewa to egzekucja pozbawione ceremoniału
mechaniczna piła
mechaniczna piła parskając trocinami błyskawicznie wchodzi w korę miąższ rdzeń
ugodzone w bok runęło drzewo gniotąc martwym ciężarem trawy zioła wiotkie jasne odziomki drżące pajęczyny
razem z drzewem stracono jego cień przezroczysty wieloznaczny obraz znak
pojawiający się w świetle słońca księżyca
Pracowite korzenie nie przeczuwały jeszcze utraty pnia i korony
powoli dociera nadziemna śmierć drzewa do podziemnej krainy korzenie sąsiednich drzew dotykają się wchodzą w związki ze sobą zrastają się
jedynie obok ludzi i zwierząt istoty żywe czujące stworzone na obraz i podobieństwo bogów Drzewa Nie mogą się ukryć przed nami
Dzieci rodzone bezboleśnie w klinikach dojrzewające w dyskotekach rozdzierane sztucznym światłem i dźwiękiem wpatrzone w ekran telewizora nie rozmawiają z drzewami
Ścięte spalone leżące pokotem zatrute martwe drzewa dzieciństwa zielenią się nad naszymi głowami w maju zrzucają liście na groby w listopadzie rosną w nas do śmierci
Los árboles del interior se mueven hacia el bosque, el bosque que estuvo vacío todos estos días donde ningún pájaro podía sentarse ningún insecto esconderse, ningún sol enterrar sus pies en la sombra el bosque que estuvo vacío todas estas noches estará lleno de árboles por la mañana.
Toda la noche las raíces trabajan por retirarse de las grietas en el suelo de la terraza. Las hojas se tuercen hacia los vidrios pequeños vástagos rígidos por el esfuerzo largas y estrechas ramas se arrastran bajo el tejado como pacientes recién dados de alta medio aturdidos, dirigiéndose a las puertas de la clínica.
Me siento adentro, las puertas se abren a la terraza, escribo largas cartas en las que apenas menciono la partida del bosque desde la casa. La noche está fresca, la luna entera brilla en un cielo aún abierto el olor de las hojas y el liquen aún alcanza como una voz las habitaciones. Mi cabeza está llena de susurros que mañana estarán en silencio.
Escucha. Los vidrios se quiebran. Los árboles se van tropezando hacia la noche. Los vientos se apresuran a reunirse con ellos. La luna se ha roto como un espejo, sus fragmentos fulguran ahora en la copa del más alto de los robles.
Fotografías de Denise Grunstein y Marit Beer
Tłum. Julia Hartwig
Drzewa
Drzewa z wnętrza domu wyruszają do lasu las był pusty przez wszystkie te dni i nie mógł w nim spocząć żaden ptak ni skryć się żaden owad ani słońce nie mogło zagłębić nóg w jego cieniu Las, który był pusty przez wszystkie te noce rankiem zapełni się drzewami.
Przez całą noc korzenie pracują by wyjść przez szpary w podłodze werandy Liście prężą się w stronę lustra gałązki sztywnieją z wysiłku skurczone przez długi czas konary szorują pod dachem jak dopiero co zwolnieni pacjenci którzy na wpół oszołomieni spieszą do drzwi kliniki
Siedzę wewnątrz przy otwartych na werandę drzwiach i piszę długie listy w których lekko tylko napomykam o odwrocie lasu z mojego domu
Noc jest świeża świeci pełny księżyc na otwartym wciąż niebie, zapach liści i mchu wchodzi do pokoju jak czyjś głos. Głowa moja jest pełna szeptów które jutro umilkną
Posłuchaj To pęka szkło Drzewa potykając się suną w głąb nocy Wiatry spieszą im na spotkanie Księżyc roztrzaskał się jak lustro jego odłamki tkwią teraz w koronie najwyższego dębu
The trees
The trees inside are moving out into the forest, the forest that was empty all these days where no bird could sit no insect hide no sun bury its feet in shadow the forest that was empty all these nights will be full of trees by morning.
All night the roots work to disengage themselves from the cracks in the veranda floor. The leaves strain toward the glass small twigs stiff with exertion long-cramped boughs shuffling under the roof like newly discharged patients half-dazed, moving to the clinic doors.
I sit inside, doors open to the veranda writing long letters in which I scarcely mention the departure of the forest from the house. The night is fresh, the whole moon shines in a sky still open the smell of leaves and lichen still reaches like a voice into the rooms. My head is full of whispers which tomorrow will be silent.
Listen. The glass is breaking. The trees are stumbling forward into the night. Winds rush to meet them. The moon is broken like a mirror, its pieces flash now in the crown of the tallest oak.
2º Carta. Correspondencia audiovisual con «El cine que llevamos dentro» (transcripción)
No! ¡Deja eso! ¡Te he dicho que no lo toques! Este no es un lugar para dar paseos de placer. La Zona quiere ser respetada. Si no, te castigará. Stalker Andriej Tarkovski
Queridos Carlos:
hace pocas semanas, casi sin pensarlo, le dije sí a Vicente para presentar con él la película Stalker en la Filmoteca de Murcia. Naturalmente volví a ver Stalker, de nuevo dejé que me penetraran sus nieblas, sepias, corrientes, su turbia belleza. Es eso, Carlos y Carlos. Aquel grito de dolor con el que arranca mi carta lo contiene todo. Y de alguna forma podría ser respuesta a la vuestra. El árbol de Sacrificio, la lluvia de Nostalghia (Tarkovski) llegan a ser todos los árboles y todas las lluvias del mundo, su esencia, más árbol y más lluvia de la lluvia cotidiana. Aislados, condensados, sublimados no tanto simbolizan como realmente son árbol y lluvia, cordón umbilical desplegado entre el cielo y la tierra, el espacio celeste y el terrestre, entre lo humano y lo eterno, lo limitado y lo infinito. Alexánder Dovzhenko, el gran paisajista cinematográfico soviético, creía que los postes eléctricos eran ‘’árboles editados”, árboles transformados por el hombre. Para él estos nuevos árboles no se diferenciaban demasiado de la tradición que otorgaba a tal presencia vertical el valor intermediador con una realidad trascendente: en ese caso, el anhelo de la utopía comunista. Sin embargo, qué brecha de nivel ontológico se abre entre la imagen de una arboleda y la de una carretera. Una fila de árboles parece guiarnos, sus susurrantes manos-copas señalan el camino hacia la serenidad, hacia esa felicidad amarga que trae recorrer aquel camino con los poros bien abiertos. Y, por otro lado, la carretera, el camino asfaltado, con los postes perplejos, rígidos, mudos que no señalan sino enseñan sus muñones y mediante kilómetros de cables fluye la angustia. El abrazo vegetal lo hemos sustituido por una herida, víctimas de nuestra propia violencia. Stalker Tarkovski, stalker Tolstói, stalker Sebastião Salgado lo comprenden. Tolstói al regresar a Iasnaia Poliana, la finca familiar en la que había pasado su infancia, se involucró en la definición y transformación del paisaje a través de masivas plantaciones de árboles. Salgado, después de haber inmortalizado en sus fotografías los infiernos, enfermo de tristeza se curó con el paisaje al hacer brotar árboles, manantiales y animales en el secarral en Minas Gerais, convirtiendo la finca que heredó de sus padres en su cielo en la tierra. De allí que el espacio que abre el árbol haya llegado a ser la Zona, un terreno ambivalente de confrontación y recogimiento que agita un profundo deseo de fusión o de disolución en ella. Ofrece consuelo y redención, alivia la culpa.
¿Qué tienes ahí? ¡Aquí no quiero pistolas! Te vas a matar, ¡y a nosotros también! ¿No recuerdas los tanques? Tírala, te lo suplico. ¿No lo comprendes? Si pasara algo, yo podría salvarte, pero no de esta manera… ¡Te lo suplico!
¿A quién vas a disparar?
Un abrazo, Carlos y Carlos
Proszę to zostawić! Nie wolno! Nie ruszać! Nie ruszać, powiedziałem! To nie miejsce na przechadzki. W Strefie trzeba z szacunkiem. Inaczej pokarze. Stalker Andriej Tarkovski
Drodzy Carlos i Carlos,
ledwie kilka tygodni temu, bez namysłu prawie, zgodziłam się na propozycję Vicenta odnośnie wspólnej prezentacji filmu Stalker A. Tarkowskiego w Filmotece w Murcji. Naturalnie wróciłam do Stalkera, raz jeszcze nasiąkłam jego mgłami, sepiami, strumieniami, tym mętnym pięknem. I myślę, że właśnie tu odnajdziemy klucz. W okrzyku bólu, który rozpoczął się list zawiera się wszystko. I zapewne stanowi odpowiedź na wasz ostatni list. Drzewo z Ofiarowania, deszcz z Nostalgii, stają się wszystkimi drzewami i wszystkimi deszczami świata, ich esencją, bardziej drzewem i bardziej deszczem niż codzienny deszcz. Wyizolowane, skondensowane, wysublimowane nie tyle symbolizują, ile naprawdę są drzewem i deszczem, pępowiną rozciągającą się między niebem i ziemią, przestrzenią niebieską i ziemską, między tym co ludzkie i wiecznością, tym co ograniczone i nieskończonością. Aleksander Dowżenko, wybitny kinowy pejzażysta radziecki, uważał, że słupy elektryczne są swego rodzaju „wyedytowanymi drzewami”, drzewami przeobrażonymi przez człowieka. Jego zdaniem te nowe drzewa nie odbiegały zbytnio od tradycji, która tejże pionowej obecności drzew przypisywała wymiar pośredniczący w kontakcie z rzeczywistością transcendentalną: w tym przypadku, dążeniu do komunistycznej utopii. Mimo to, jak ogromna przepaść w statusie ontologicznym dzieli obraz alei porośniętej drzewami i szosy pofragmentowanej słupami. Rząd drzew wydaje się nas prowadzić, jego szumiące dłonie-korony wskazują drogę ku łagodności, ku gorzkawemu szczęściu, które przynosi przemierzanie tej drogi z rozchylonymi łuskami skóry. Z drugiej strony, szosa, asfaltowa jezdnia, poczłonkowana bezradnymi słupami, surowymi, niemymi, które zamiast wskazywać pokazują nam swoje kikuty podczas gdy kilometrami kabli sączy się niepokój. Roślinne objęcia zastąpiła rana, a my staliśmy się ofiarami naszej własnej gwałtowności. Stalker Tarkowski, stalker Tołstoj, stalker Sebastião Salgado już dawno to zrozumieli. Tołstoj powróciwszy do Jasnej Polany, rodzinnej posiadłości, w której spędził dzieciństwo, zaangażował się nadanie kształtu i transformację pejzażu poprzez masowe sadzenie drzew. Salgado, po tym jak uwiecznił na kliszy wszystkie rodzaje ludzkiego piekła, chory ze smutku, znalazł lekarstwo pośród przyrody, zalesiając wyschnięte wzgórza Minas Gerais, napełniając je szumem drzew, strumieni i szeptem zwierząt, przekształcając suche tereny odziedziczone po rodzicach w niebo na ziemi. Stąd przestrzeń, którą otwiera drzewo może stać się Strefą, pełnym ambiwalencji terenem konfrontacji i schronienia, wzbudzającym głębokie pragnienie zjednoczenia czy też stopienia się z nim. Oferuje nam pociechę i możliwość odkupienia, przynosi ulgę.
Co pan tam ma? Tu nie wolno z bronią! Zgubi pan siebie, i nas też! Pamięta pan czołgi? Proszę, niech pan to wyrzuci. Nie rozumie pan? Jeśli coś się stanie, mogę panu pomóc, ale nie tak… Błagam!
Pasan la vida entera meditando y moviendo sus ramas. Basta mirarlos en otoño cuando se juntan en los parques: sólo conversan los más viejos, los que reparten las nubes y los pájaros, pero su voz se pierde entre las hojas y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un breve libro con pensamientos de árboles. Todo en ellos es vago, fragmentario. Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito de un tordo negro, ya en camino a casa, grito final de quien no aguarda otro verano, comprendí que en su voz hablaba un árbol, uno de tantos, pero no sé qué hacer con ese grito, no sé cómo anotarlo.
Escena de La infancia de Iván de Andréi Tarkovsky
Tłum. Ada Trzeciakowska
Drzewa
Pół życia mija im na medytowaniu i poruszaniu gałęziami. Wystarczy popatrzeć nie jesienią kiedy zbierają się w parkach: rozmawiają tylko te najsędziwsze, te co rozdają chmury i ptaki, lecz głos ich gubi się wśród liści i niewiele do nas dociera, prawie nic.
Trudno jest wypełnić krótką książkę myślami drzew. Wszystko w nich jest ulotne, niepełne. Dziś, na przykład, słysząc krzyk czarnego drozda, w drodze do domu już, ostatni krzyk kogoś kto nie przetrwa kolejnego lata, zrozumiałem, że jego głosem przemawiało drzewo, jedno z wielu, lecz nie wiem co mam uczynić z tym krzykiem, nie wiem jak go zapisać.