Jean-Luc Godard

1930 – 13 de septiembre de 2022, Suiza/Francia

Jean-Luc Godard fotografiado por William Klein (fallecido el 10 de septiembre de 2022 con 94 años)

He publicado esta entrada con anterioridad. Hoy la traigo de nuevo, por un motivo triste, del cual ayer, cuando elegía la excelente reflexión sobre la muerte, que desarrolló Javier Marías en su novela Tu rostro mañana, para la entrada -con la que pretendía mostrar mi respeto e insistir en la gran coherencia entre las ideas planteadas por el escritor recién fallecido y su manera de despedirse-, ni se me habría ocurrido pensar. No sabía que hoy tendría que elaborar otro post de adiós. Tener que despedir a una persona que durante tantísimos años fue para mí la encarnación de la conciencia en el cine. Un director que profesaba una estética en cuyas raíces siempre yacía una dimensión ética, quien, con su cine y sus escritos, supo hacernos ver y sentir culpables de nuestra propia decadencia como humanos, quien con valentía hurgaba en la memoria histórica como en una herida supurada, que no puede y no debería cicatrizar nunca. Sus películas-ensayo, como el conmovedor ciclo Histoire(s) du cinéma, Je Vous Salue, Sarajevo; Nuestra música, Scénario du film Passion, Adiós al lenguaje, son obras de un filósofo que hace cine, que piensa en imágenes, quien ha creado en la cinta cinematográfica, mediante un montaje lúcido y empleado como una herramienta más del pensamiento crítico, una forma que piensa. Seguir su ejemplo se vuelve vital en nuestra época, donde las imágenes hace mucho que han perdido su aura, han dejado de ser dialécticas, subyugadas al único criterio válido en la era Instagram que es el estético ( y/o económico y egótico). Nos ha dejado Godard, pero tenemos sus Historia(s) del cine y el ahora es el mejor momento para que escuchemos sus avisos y hagamos caso a sus consejos para salvarnos como humanos y defender la belleza trágica de nuestras circunstancias -carcomidos por la depresión, guerra, miedo al futuro y desigualdades-. Quizás pensando la realidad, sin apartar la vista de lo que duele y provoca la angustia, consigamos -a través de un uso inteligente y creativo a las imágenes que son testimonios y depositarios de nuestros males-, hacer nuestro propio diagnóstico y así, enfrentarnos a ellos de forma constructiva, en vez de buscar evasión en un mundo imaginario de lo ideal retocado.

Fragmento de mi artículo sobre el film-ensayo, dedicado a Jean-Luc Godard (enlace al texto completo abajo en la entrada original):

Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard

 Observemos un ejemplo de la colisión y del despliegue del pensamiento en una imagen procedente del ensayo de Jean-Luc Godard, de hace cinco años Adiós al lenguaje. Mientras en la pantalla aparecen elementos del paisaje: el cielo, las nubes y los girasoles, una voz femenina pregunta: “¿Se puede expresar África con un concepto?” [00:01:42-00:01:48]. El siguiente fotograma muestra a una mujer bebiendo agua de una fuente. Es una imagen editada, ha sido modificada mediante ralentí, se ha borrado el color -se ha aplicado una serie de procedimientos que sugieren el cambio en el nivel de la narración y de desarrollo del pensamiento. Además, es una imagen solitaria, que aparece como respuesta a la pregunta, la cual, por su parte, también ha irrumpido sin justificación en la narración. A nivel connotativo el agua sugiere purificación. No obstante, analicemos cómo se desarrolla el pensamiento a partir de aquella imagen y cómo el texto lo reconduce: en orden invertido, partiendo de la respuesta visual, no de la pregunta. Contrastemos esa escena con versos de “Boceto para un erótico contemporáneo” de Tadeusz Różewicz:

 Pero lo mejor es describir/ lo blanco por medio de lo gris / un pájaro por medio de una piedra / los girasoles en diciembre// los antiguos eróticos/ solían ser descripciones del cuerpo/ describían esto y aquello/ por ejemplo las pestañas// pero el rojo/ se debe describir por medio del gris/ el sol por la lluvia / las amapolas en noviembre / la boca por la noche// la descripción más plástica / del pan/ es la descripción del hambre / hay en él/ un húmedo y poroso centro/ un cálido interior/ girasoles en la noche/ el pecho el vientre los muslos de Cibeles// la descripción del agua/ manantial/ transparente/ es la descripción de la sed/ de la ceniza/ del desierto / provoca / un espejismo/ las nubes / y los árboles entran / en el espejo// la carencia el hambre/ la ausencia/ del cuerpo/ es la descripción del amor/ es el erótico contemporáneo/

 Volvamos a la pregunta: “¿Se puede expresar África en un concepto?”. El pensamiento originado por la imagen se despliega, el comentario verbal lo redirige, invierte la dirección de pensar. El agua expresa purificación, pero Godard no se sirve de un mero símbolo. Construye una antítesis compleja que discurre entre lo visual y lingüístico, levanta una imagen poética (y política) del continente africano y edifica su símbolo imprimiéndolo en la cinta cinematográfica. El agua expresa la sed de África. No obstante, Godard sigue permitiendo a las imágenes que piensen. Como si se tratara de una anáfora, la misma pregunta vuelve dentro de unos minutos [00:08:13- 00:08:19] y la imagen del agua se repite: esta vez vemos una imagen sobresaturada de un jardín repleto de flores en la lluvia; el motivo visual regresa por tercera vez con el plano de las manos lavándose. El director explora todas las nociones metafóricas de agua, la convierte en un leitmotiv mientras va modificando el contexto y experimenta con nuevos planteamientos y formas (lluvia, lago, mar, nube, ducha etc). La sobresaturación de las imágenes que muestran las flores funciona como hipérbole y, simultáneamente, como una antítesis. Describe las carencias de África mediante la sobreabundancia europea, habla del desierto y sequía a través de la lluvia y la fuente. Las manos que se lavan pertenecen a la sociedad occidental que, simbólicamente, se limpia la conciencia en un acto de no ver premeditado, sumiendo al espectador en sentimiento de culpa (cada vez que reaparece el motivo del agua).

Acabamos de ver apenas un ejemplo de la estrategia común en Godard. Si sobre los surrealistas podríamos decir que se dejaban pensar por el inconsciente, el director suizo presume de pensar el inconsciente mediante el inconsciente colectivo, contenido en las imágenes que proceden de una realidad socio-histórica concreta. Pero para conseguirlo busca una manera de aumentar su potencia, su expresividad, su poder persuasivo.

Film-ensayo

El artículo pretende trazar un panorama de procedimientos con los que opera la forma ensayo como forma pensante. En el contexto del ensayo audiovisual el término “retórica” no se restringe meramente al campo de la argumentación sino, además, hace referencia a la riqueza, complejidad y expresividad del discurso ensayístico en imágenes. El desplazamiento de los recursos retóricos al territorio de la imagen y el sonido implica que éstos se transformen y den lugar a nuevas formas de expresión. De ahí que uno de los objetivos sea arrojar luz sobre los mecanismos de lenguaje audiovisual que convierten el film ensayo en una forma ideal en el ejercicio de la reflexión y crítica de la sociorealidad.

Vídeo con fragmentos de ensayos analizados en el artículo:

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

Dado que estas fechas son un poco especiales para mí -es mi cumpleaños-, hoy me gustaría compartir un contenido algo distinto de lo habitual: unas etiudas audiovisuales que tuve la suerte de realizar para una editorial pequeña en Albacete. Se llama InLimbo y se especializa en la literatura de lo extraño: literatura del margen, lo grotesco, morboso, subversivo y terrorífico.

Visiones de lo fascinante

Visiones de lo inquietante

Ada Trzeciakowska

1977- Polonia/España

Lectura y análisis del reciente poemario Llegar a casa del valenciano José Iniesta (1962- , Oliva), nominado a Premios de la Crítica Literaria Valenciana 2020. La reseña has sido publicada por la revista Estación Poesía (Universidad de Sevilla) en las páginas 57-62.


Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia/España

Film-ensayo

El artículo pretende trazar un panorama de procedimientos con los que opera la forma ensayo como forma pensante. En el contexto del ensayo audiovisual el término “retórica” no se restringe meramente al campo de la argumentación sino, además, hace referencia a la riqueza, complejidad y expresividad del discurso ensayístico en imágenes. El desplazamiento de los recursos retóricos al territorio de la imagen y el sonido implica que éstos se transformen y den lugar a nuevas formas de expresión. De ahí que uno de los objetivos sea arrojar luz sobre los mecanismos de lenguaje audiovisual que convierten el film ensayo en una forma ideal en el ejercicio de la reflexión y crítica de la sociorealidad.

Vídeo con fragmentos de ensayos analizados en el artículo:

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

Biosistemas

No te asomes
a la ventana,
que no hay nada en esta casa.
Asómate a mi alma.

Miguel Hernández

Poeta,
asómate a mi alma pedías.
Mira. Allí, en el vértigo
espumoso
gira un rascacielos,
Manhattan mengua,
cual un tallo inofensivo.
Nacárea
desciendo
en el azul
pensante
-tu Solaris.

Que ardan de malva y violeta
mis púas de erizo oriental,
que rasquen tu tristeza coralina.
Ciega he de tocar y negar
tus fosas abismales.

La lengua siempre se hunde en la sal ajena.

Y yo revisto, revisto
a tientas,
tus nidos submarinos
con el musgo de mis bosques y humedales,

incapaz de penetrar pura
en tu biosistema.

Foto propia

Biosystemy

Nie zaglądaj
przez okno,
bo nie ma nic w tym domu.
Zajrzyj do duszy mojej.

Miguel Hernández 

Poeto,
chciałeś żebym zajrzała do twojej duszy.
Spójrz tylko!
Tam, w spienionym
zawrocie głowy
wiruje drapacz chmur,
Manthatan kurczy się,
jest jak bezbronne źdźbło trawy.
Perłowa
opadam
w myślący
twój błękit-
Solaris.

Niech spłoną malwami i fioletem
moje kolce wschodniego jeża,
niech podrapią twój smutek koralowy.
Ślepa muszę dotykać i wypierać
twoje dna i przepaście.

Język zawsze tonie w obcej soli.

A ja wyścielam, wyścielam
po omacku,
twoje podwodne gniazdo
mchem z moich lasów i bagien,

niezdolna by zagłębić się nieskażona
w twoją biosferę.

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia/España

Como hoy cumplo años comparto mi texto escrito hace unas semanas…

Sueño para Juanjo

(catálogo de la exposición del pintor Juanjo Jiménez)

Como si de una proyección de los viejos sueños se tratara, de los sueños grabados en el interior de los blancos y pulidos cráneos de las bestias, de los cuadros de Juanjo Jiménez asoman fragmentos imprecisos de un mundo casi perdido. Los cráneos emiten una luz fría, envueltos en ella flotan unos paisajes jamás vistos, se oyen murmullos escuchados hace siglos, los bosques se perfilan de pronto y se sumen de inmediato en lo más profundo de las nieblas. Con recogimiento piadoso las trenzas de las raíces beben las nubes que gotean por la corteza de un árbol gris. El verdor se apaga y se cubre de canas. La tierra quiere descansar de la luz, se pone del otro costado y se tapa con un manto de nieve. Por entre las hojas del pino -tan llenas de vida, tan llenas de muerte (si se pudiera aplicar u término intermedio ¿eternidad, reposo, inmutabilidad?)- afluye una extraña e inexplicable tristeza. Una línea roja de sangre corta el paisaje, la textura cambia, los sueños orgánicos son devorados por el óxido, por unos elementos ajenos y abstractos. La violenta injerencia del pintor a través de las formas geométricas pertenecientes a otra categoría ontológica rompe el sueño eterno. Lo artificial agresivo invade el hábitat de las bestias. Estas son las imágenes del mundo que estamos a punto de perder, empápate de ellas, deja que tu cráneo las sueñe a los que vendrán después. Date prisa, vete al Norte.

Sen dla Juanjo

(katalog wystawowy dla malarza Juanjo Jimeneza)

Niczym z projekcji prastarych snów, snów wyrytych we wnętrzu wypolerowanych i bialusieńskich czaszek bestii, z obrazów Juanjo Jimeneza wyłaniają się niesprecyzowane fragmenty prawie utraconego świata. Czaszki emitują zimne światło, a nad nimi, w lodowej poświacie, unoszą się nieznajome pejzaże, dochodzą nas szepty słyszalne wieki temu, nagle zarysowują się lasy by pogrążyć się nieomal natychmiast w najgłębszej z mgieł. W nabożnym skupieniu warkocze korzeni piją chmury skraplające się na korze szarego drzewa. Zieleń przygasa i pokrywa się siwizną. Ziemia pragnie odpocząć od światła, obraca się na drugi bok, nakrywa kołdrą ze śniegu. Spośród sosnowych igieł tak pełnych życia, tak pełnych śmierci (gdyby tylko istniało jakieś pośrednie określenie jak wieczność, spoczynek, niezmienność) napływa niezwykły i bliżej nieokreślony smutek. Czerwona linia krwi przecina pejzaż, zmienia się faktura, organiczne sny pożera rdza, obce i abstrakcyjne kształty. Brutalna ingerencja malarza za pośrednictwem form geometrycznych przynależących do innej kategorii ontologicznej przerywa wieczny sen. Agresywna nienaturalność wdziera w środowisko bestii. To właśnie są obrazy ze świata o krok od utracenia, przesiąknij nimi, pozwól by twoja czaszka śniła je dla tych co nadejdą po nas. Pośpiesz się, kieruj się na Północ.

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

2º Carta. Correspondencia audiovisual con «El cine que llevamos dentro» (transcripción)

No! ¡Deja eso! ¡Te he dicho que no lo toques!
Este no es un lugar para dar paseos de placer.
La Zona quiere ser respetada. Si no, te castigará.
Stalker
Andriej Tarkovski

Queridos Carlos:

hace pocas semanas, casi sin pensarlo, le dije sí a Vicente para presentar con él la película Stalker en la Filmoteca de Murcia. Naturalmente volví a ver Stalker, de nuevo dejé que me penetraran sus nieblas, sepias, corrientes, su turbia belleza.
Es eso, Carlos y Carlos. Aquel grito de dolor con el que arranca mi carta lo contiene todo. Y de alguna forma podría ser respuesta a la vuestra. El árbol de Sacrificio, la lluvia de Nostalghia (Tarkovski) llegan a ser todos los árboles y todas las lluvias del mundo, su esencia, más árbol y más lluvia de la lluvia cotidiana. Aislados, condensados, sublimados no tanto simbolizan como realmente son árbol y lluvia, cordón umbilical desplegado entre el cielo y la tierra, el espacio celeste y el terrestre, entre lo humano y lo eterno, lo limitado y lo infinito.
Alexánder Dovzhenko, el gran paisajista cinematográfico soviético, creía que los postes eléctricos eran ‘’árboles editados”, árboles transformados por el hombre. Para él estos nuevos árboles no se diferenciaban demasiado de la tradición que otorgaba a tal presencia vertical el valor intermediador con una realidad trascendente: en ese caso, el anhelo de la utopía comunista.
Sin embargo, qué brecha de nivel ontológico se abre entre la imagen de una arboleda y la de una carretera. Una fila de árboles parece guiarnos, sus susurrantes manos-copas señalan el camino hacia la serenidad, hacia esa felicidad amarga que trae recorrer aquel camino con los poros bien abiertos. Y, por otro lado, la carretera, el camino asfaltado, con los postes perplejos, rígidos, mudos que no señalan sino enseñan sus muñones y mediante kilómetros de cables fluye la angustia. El abrazo vegetal lo hemos sustituido por una herida, víctimas de nuestra propia violencia.
Stalker Tarkovski, stalker Tolstói, stalker Sebastião Salgado lo comprenden. Tolstói al regresar a Iasnaia Poliana, la finca familiar en la que había pasado su infancia, se involucró en la definición y transformación del paisaje a través de masivas plantaciones de árboles. Salgado, después de haber inmortalizado en sus fotografías los infiernos, enfermo de tristeza se curó con el paisaje al hacer brotar árboles, manantiales y animales en el secarral en Minas Gerais, convirtiendo la finca que heredó de sus padres en su cielo en la tierra. De allí que el espacio que abre el árbol haya llegado a ser la Zona, un terreno ambivalente de confrontación y recogimiento que agita un profundo deseo de fusión o de disolución en ella. Ofrece consuelo y redención, alivia la culpa.

¿Qué tienes ahí? ¡Aquí no quiero pistolas!
Te vas a matar, ¡y a nosotros también!
¿No recuerdas los tanques? Tírala, te lo suplico.
¿No lo comprendes? Si pasara algo, yo podría salvarte, pero no de esta manera…
¡Te lo suplico!

¿A quién vas a disparar?

Un abrazo, Carlos y Carlos

Proszę to zostawić! Nie wolno! Nie ruszać! Nie ruszać, powiedziałem!
To nie miejsce na przechadzki.
W Strefie trzeba z szacunkiem. Inaczej pokarze.
Stalker

Andriej Tarkovski

Drodzy Carlos i Carlos,

ledwie kilka tygodni temu, bez namysłu prawie, zgodziłam się na propozycję Vicenta odnośnie wspólnej prezentacji filmu Stalker A. Tarkowskiego w Filmotece w Murcji. Naturalnie wróciłam do Stalkera, raz jeszcze nasiąkłam jego mgłami, sepiami, strumieniami, tym mętnym pięknem.
I myślę, że właśnie tu odnajdziemy klucz. W okrzyku bólu, który rozpoczął się list zawiera się wszystko. I zapewne stanowi odpowiedź na wasz ostatni list. Drzewo z Ofiarowania, deszcz z Nostalgii, stają się wszystkimi drzewami i wszystkimi deszczami świata, ich esencją, bardziej drzewem i bardziej deszczem niż codzienny deszcz. Wyizolowane, skondensowane, wysublimowane nie tyle symbolizują, ile naprawdę są drzewem i deszczem, pępowiną rozciągającą się między niebem i ziemią, przestrzenią niebieską i ziemską, między tym co ludzkie i wiecznością, tym co ograniczone i nieskończonością.
Aleksander Dowżenko, wybitny kinowy pejzażysta radziecki, uważał, że słupy elektryczne są swego rodzaju „wyedytowanymi drzewami”, drzewami przeobrażonymi przez człowieka. Jego zdaniem te nowe drzewa nie odbiegały zbytnio od tradycji, która tejże pionowej obecności drzew przypisywała wymiar pośredniczący w kontakcie z rzeczywistością transcendentalną: w tym przypadku, dążeniu do komunistycznej utopii.
Mimo to, jak ogromna przepaść w statusie ontologicznym dzieli obraz alei porośniętej drzewami i szosy pofragmentowanej słupami. Rząd drzew wydaje się nas prowadzić, jego szumiące dłonie-korony wskazują drogę ku łagodności, ku gorzkawemu szczęściu, które przynosi przemierzanie tej drogi z rozchylonymi łuskami skóry. Z drugiej strony, szosa, asfaltowa jezdnia, poczłonkowana bezradnymi słupami, surowymi, niemymi, które zamiast wskazywać pokazują nam swoje kikuty podczas gdy kilometrami kabli sączy się niepokój. Roślinne objęcia zastąpiła rana, a my staliśmy się ofiarami naszej własnej gwałtowności.
Stalker Tarkowski, stalker Tołstoj, stalker Sebastião Salgado już dawno to zrozumieli. Tołstoj powróciwszy do Jasnej Polany, rodzinnej posiadłości, w której spędził dzieciństwo, zaangażował się nadanie kształtu i transformację pejzażu poprzez masowe sadzenie drzew. Salgado, po tym jak uwiecznił na kliszy wszystkie rodzaje ludzkiego piekła, chory ze smutku, znalazł lekarstwo pośród przyrody, zalesiając wyschnięte wzgórza Minas Gerais, napełniając je szumem drzew, strumieni i szeptem zwierząt, przekształcając suche tereny odziedziczone po rodzicach w niebo na ziemi. Stąd przestrzeń, którą otwiera drzewo może stać się Strefą, pełnym ambiwalencji terenem konfrontacji i schronienia, wzbudzającym głębokie pragnienie zjednoczenia czy też stopienia się z nim. Oferuje nam pociechę i możliwość odkupienia, przynosi ulgę.

Co pan tam ma? Tu nie wolno z bronią!
Zgubi pan siebie, i nas też! Pamięta pan czołgi?
Proszę, niech pan to wyrzuci.
Nie rozumie pan? Jeśli coś się stanie, mogę panu pomóc, ale nie tak… Błagam!

Do kogo pan będzie strzelał?

Ściskam Was mocno

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

Para Pepe Enguídanos (exposición)

Las dos puertas del mundo
están abiertas:
abiertas por ti
en la doble noche.
Las oímos golpear y golpear
y llevamos lo incierto,
llevamos el verdor a tu siempre.
Epitafio para François en “Con varia llave”
Paul Celan

Todo acto de lectura comporta un peligro al entregarnos unas llaves maleables a las noches, limbos, abismos y soles lejanos. En el hastiado refugio de lo real, en apariencia indestructible, de golpe, rompen a florecer las fisuras como patas de arañas, mientras que, asombrados, nos damos cuenta de que los relojes no se derriten, ni el creador, siquiera, pretende eternizar el instante. Al contrario, en las ruinas de lo que fue lo real nuestro, incluso la muerte deja de estar segura de ser inmortal, imperecedera. Leer el lienzo, separar los párpados es dar nuestro consentimiento a la imagen para que nos aguijonee, arrastre, fascine. El pintor-araña acecha detrás de los hilos relucientes, deja entreabierta la puerta por la que rezuman mares rojos y luces sobrenaturales; se filtra el silencio del holandés errante varado y el canto de la ballena voladora; sopla el viento gris y calla la nieve. La experiencia sensorial deviene una llave más, esta vez, nos abre para reconstruir un diálogo olvidado, devolver los pasos perdidos a las selvas y paisajes intuidos, añorados y temidos. Fascinados, de rodillas, solos y diminutos nos encogemos en aquel mundo tan antiguo como distópico, donde la pulsión oblicua que nos atraviesa sin anestesia alguna certifica su veracidad. La araña es un animal sabio y honesto, tiende puentes pastosos al verdor que llevamos dentro. Y este verdor, como aprendimos con la araña, para ser verdadero, jamás puede ser solamente de color verde.

Cuadros de Pepe Enguídanos

Dwoje drzwi świata
zostało otwartych:
otwartych przez ciebie
w mroku.
Słyszymy je jak uderzają i uderzają
i niesiemy to co niepewne,
niesiemy zieleń w twoje zawsze.
Epitafium dla François
w «Od progu do progu» (1955)
Paul Celan

Każdy akt odczytywania tekstu niesie ze sobą niebezpieczeństwo wręczając nam rozciągliwe klucze do nocy, czyśćców, przepaści i dalekich słońc. W dusznym schronie rzeczywistości, pozornie niezniszczalnym, zakwita nagle siatka pęknięć cienkich niczym pajęcze nóżki, podczas gdy my, zadziwieni, pojmujemy, że zegary nie ciekną, a twórca nawet nie zamierza utrwalać chwili. Przeciwnie, w ruinach tego czym była nasza rzeczywistość, nawet śmierć przestaje być pewna swojej nieśmiertelności i niezniszczalności. Odczytywanie płótna, rozdzielenie powiek to udzielenie pozwolenia obrazowi, na to by nas ukąsił, porwał, zafascynował. Malarz- pająk czyha za połyskującą nicią i zostawia niedomknięte drzwi przez które sączą się czerwone morza i nadnaturalne światła; przenika szparą cisza okrętu widma osadzonego na mieliźnie i śpiew latającego wieloryba; dmie szary wiatr i milczy śnieg. Bodźce zmysłowe stają się następnym kluczem, tym razem, otwierającym nas na odzyskanie utraconego dialogu, podróż do źródeł czasu w przeczuwane, wytęsknione i napawające grozą puszcze i pejzaże. Porażeni, na kolanach, samotni i malutcy, kurczymy się w tym świecie tak starym jak dystopijnym, gdzie ukośny impuls, który przeszywa nas bez żadnego znieczulenia poświadcza o jego prawdziwości. Pająk, stworzenie mądre i uczciwe, rozwiesza miękkie i soczyste mosty nad zielenią, którą w nas nosimy. A zieleń ta, tak jak nauczyliśmy się od pająka, by być prawdziwa nie może składać się jedynie z tonów zielonych.

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia

Crisantemos azules

Me mira desde el lago
con sus ojos de pájaro.

Día tras día
        me sustrae
                  a mordiscos
como el lobo su luna de cumpleaños.

Su aterciopelado aliento
me confiere vista en profundidad:
los lirios huelen a tu madre,
el abrigo solar tiene forro de musgo,
el musgo está forrado con cuerpos de hormigas,
mientras a ti te siguen cayendo
crisantemos azules de la boca.

Me desasgo de la vida
entre escamas de la piel
-en tu boca llena de flores duerme
la centésima parte de mi pómulo
(me alegré de verte
como si hubieras regresado del frente,
y mientras estabas callando
con el humo y los gatos)-.

Me preocupa, amor mío, que
te impregnes de tierra como yo,
desde que entendí que el sol
vomitaba nubes rosas al amanecer.

Esculturas de Christina Bothwell

Niebieskie chryzantemy

Patrzy na mnie z jeziora
szklanymi oczyma ptaków.

Nie zabiera nagle,
po trochu
         się skrada,
                 wykrada mnie
jak wilk urodzinowy księżyc.

Aksamitny oddech
nadaje mi głębię widzenia:
irysy pachną twoją matką,
płaszcz słońca podszyty jest mchem,
a mech ciałami mrówek,
a tobie wciąż lecą z ust
niebieskie chryzantemy.

Gubię życie codziennie
płatkami skóry odchodzi,
-w twoich ustach pełnych kwiatów
śpi setna część policzka
(ucieszyłam się
jakbyś wracał z wojny
a ty tylko milczałeś
z kotami i dymem)-.

Martwię się, miły mój,
że przesiąkasz ziemią jak ja,
od kiedy zrozumiałam, że słońce
wymiotuje różowymi chmurami o świcie.

Ada Trzeciakowska

1977 – , Polonia/España

Una carta

Nada cambia, la misma obra de siempre, los mismos dramas, palabras, lamentos, alegrías que, de tanto repetirse, se vuelven impersonales. Somos una vida vivida por un ser inmortal, una vida que se respira siempre con el mismo dolor y se marcha (para continuar existiendo) dejando el mismo amargor en la boca. Y a las conchas se las come el viento.
Un ser verde y azul, tú y yo, dos poros, unas células de vida que se vive sola, esa voluntad de vivir que nos respira. Nuestro amor y su mirada devoradora son los del lobo y del corzo. Nos engullimos, mientras tu tristeza condensada en lágrima se vuelve mi saliva. En ellas circula la vida de antaño, la voluntad ciega y cruel de seguir durando. Porque el tiempo es la vida misma. Nos besamos y el tiempo pasa de tu boca a la mía, hincha las sienes, llena pulmones de un temblor translúcido. Mientras nuestras palabras se pierden en el infinito, las que escribiste a tu madre, vida, forman el antaño de Quignard. El mismo espasmo sin fecha. Te beso, busco tu lengua, el dorado pez ahumado, tus ojos febriles, salpicados de verde tristeza y me caigo atrás, al mismo fondo, me deslizo por tu garganta hacia el mismo principio. Eres el lobo cálido, el padre, el árbol, la piedra, el polvo, el océano que hierve de tanta vida, dios lejano, hermano, yo.
Ese beso: a la vez promesa y decepción -preciosa promesa de la decepción-. Dulce última promesa del amor que le daría sentido a la espera, mientras pausadamente llega la comprensión. Yo nostalgio, tú nostalgias, nosotros nostalgiamosNostalgio igual decepciono. En cuanto más nostalgio más decepciono. Lo ideal no existe, solo lo nostalgias mientras la decepción te lame el hígado y tiñe la sangre de amarillo. La sepia de siempre, nostalgia de un sueño casi perdido. Y así -hecho de sueño, sepia y telaraña- es como te amo, mi vida, vida misma, vida siempre.

Zdzisław Beksiński Los amantes 1963

List

Wszystko trwa niezmienne, ten sam dramat od zawsze, te same słowa, rozpacz, krzyk radości i tak aż do odosobowienia. Jesteśmy życiem, które żyje byt nieśmiertelny, życiem, które się oddycha zawsze przeszyte tym samym bólem i odchodzi (by żyć się dalej) z tą samą goryczą w ustach. Muszle zjada wiatr.
Zielonkawy i błękitny byt, ty i ja, dwa pory, dwie komórki życia, które się żyje samo, ta wola życia, która nami oddycha. Nasza miłość i jej łapczywe spojrzenie dzielone są przez wilka i sarnę. Pochłaniamy się podczas gdy twój smutek skrapla się w łzie, którą zmieniam w ślinę. W nich krąży dawne życie, ślepa i okrutna wola trwania. Czym innym jest czas jak nie życiem? Całujemy się i czas przepływa z twoich ust do moich, wzbierają skronie, płuca wypełniają się przezroczystym drżeniem. Podczas gdy nasze słowa gubią się w nieskończoności, te które napisałeś dla matki, życie moje, kształtują owe niegdyś, które prześladuje Quignarda. Ten sam spazm bez daty ważności. Całuję cię, szukam twojego języka, tej zadymionej złotej rybki, twoich rozpalonych oczu nakrapianych zielonych smutkiem i spadam wstecz, na samo dno, opadam gardłem twoim na sam początek. Jesteś ciepłym wilkiem, ojcem, drzewem, kamieniem, pyłem, oceanem wrzącym od życia, dalekim bogiem, bratem, mną.
Ten pocałunek to zarazem obietnica i zawód -przepiękna obietnica zawodu-. Ostatnia, słodka obietnica miłości, która nadać by mogła sens oczekiwaniu, podczas gdy powoli nadchodzi zrozumienie. Ja tęsknię, ty tęsknisz, my tęsknimy… Tęsknię znaczy rozczarowuję. Im bardziej tęsknię tym bardziej rozczarowuję. Ideał nie istnieje, tylko za nim tęsknisz podczas gdy rozczarowanie liże ci wątrobę i podbarwia krew żółcieniem. Ta sama sepia co zawsze, nostalgia za coraz prawie utraconym marzeniem. I takiego – ulepionego z sepii, snu i pajęczyn- kocham cię, życie moje, życie samo w sobie, życie zawsze.