Jean-Luc Nancy

1940 – 2021, Francia

Trad. Daniel Álvaro

EL ARTE, FRAGMENTO

Lo que ha sido fragmentado -una cierta configuración del arte y de la obra, una cierta cosmética de lo ‘bello’ y de lo sublime­ tampoco ha desaparecido simplemente entre sus destellos. Antes que nada deberíamos saber qué es lo que queda en los destellos: ¿dónde está lo bello en los destellos de lo bello?, ¿cómo prorrumpe en destellos? (…)
Cuando Fréderic Schlegel comparaba el fragmento con un ‘erizo’ le confería toda la autonomía, todo el acabado y toda el aura de la ‘obra de arte menor’. Sólo lo menor, para finalizar, hace aquí la diferencia entre un arte del fragmento y un arte de la ‘gran obra’.
¿Por qué lo menor? Desde el romanticismo hay detrás de toda la historia del arte una inquietud por lo grande, por lo monumental, por el arte con dimensión cosmológica y cosmogónica, teogónica, de ‘gran estilo’, y por el’ arte supremo’. Esta inquietud es un deseo que desemboca de un modo u otro en el desastre: o bien un resulta infinitamente decepcionado, como en el caso de Nietzsche considerando a Wagner -y acaso para Wagner mismo-, o bien se prueba él mismo como desastroso y se desgarra, de Rimbaud a Bataille y más allá. A este desastre hubiese querido responderle lo ‘menor’, el destello meteórico arrancado al derrumbamiento sideral.
(El sentido obsceno de lo ‘menor’ en Bataille también pertenece a esta configuración, tal como lo muestran, por ejemplo, estas líneas: ‘Lo ‘menor’: resplandor de agonía, de la muerte, resplandor de una estrella muerta, destello del cielo que anuncia la muerte -belleza del día en el crepúsculo…’. Aún más que de la pérdida de lo ‘grande’ se trata del afianzamiento angustioso frente al vacío del cielo, y frente al mundo precipitado en lo inmundo.)
Sin embargo lo menor hace pareja con lo grande. No cesa de reenviar a él. La extremidad de lo fragmentario se logra aquí como un agotamiento, como una agonía, es decir, también como una lucha agotadora de lo menor contra lo grande, y por lo tanto contra su propia angustia, o bien para afirmar esta angustia en cuanto consumación, revelación. A la vez el fragmento deviene un fin (límite, fractura) y un retoque final (anulación de la fractura), los bordes desgarrados replegados en la benignidad de microcosmos. La exposición misma finaliza en introyección, en retorno en sí.
Más que del fin ambiguo del fragmento se trata de su apertura. Se trata del acceso abierto a una presentación, a una venida en presencia (…).
El acontecimiento no es el ‘tener-lugar’: es lo inconmensu­rable de la venida en relación con todo tener-lugar, lo inconmen­surable del espaciamiento, de la apertura, en relación con todo espacio dispuesto en el presente de una presentación. (…)
Entonces habría dos extremidades del fragmento: una en el agotamiento y el toque final, la otra en el acontecimiento y la presentación. Esto no quiere decir que los fragmentos efectiva­mente producidos, las obras o los documentos fragmentarios, simplemente se dejen clasificar de uno u otro lado. Todo fragmento, pero a decir verdad, sin dudas, toda obra, y desde que hay obras (desde Lascaux), se deja abordar de una y otra forma. Pero la cuestión es ésta: una vez pasadas las cosméticas y las estéticas de la totalidad y del fragmento, una vez agotado lo menor tanto como lo grande, ¿queda algo del arte o para el arte con esta venida a la que ninguna presencia le daría su toque final?

en El sentido del mundo

Fragmento de El jardín de las Delicias del Bosco

Tłum. Ada Trzeciakowska

Sztuka, Fragment

To, co zostało pofragmentowane -pewna konfiguracja sztuki i dzieła, pewna kosmetyka «piękna» i wzniosłości, nie zniknęło ot tak po prostu pośród rozbłysków. Przede wszystkim powinniśmy określić, co pozostało w rozbłyskach: gdzie kryje się piękno w rozbłyskach piękna, jak rozjarza się ono w rozbłyskach?
Kiedy Fréderic Schlegel porównał fragment do «jeża», przypisał mu całą niezależność, całe zwieńczenie i całą aurę «małego dzieła sztuki». Tylko to, co mniejsze, podsumowując, odróżnia tu sztukę fragmentu od sztuki «wielkiego dzieła».
Dlaczego to co mniejsze? Od czasów romantyzmu za historią sztuki kryje się troska o to, co wielkie, o to, co monumentalne, o sztukę o wymiarze kosmicznym, kosmogonicznym, teogonicznym, o «wielki styl», o «sztukę najwyższą». Ten niepokój to pragnienie, które w taki czy inny sposób prowadzi do katastrofy: albo jest się nieskończenie rozczarowanym, jak w przypadku Nietzschego rozważającego Wagnera – a może i samego Wagnera – albo okazuje się katastrofalne i rozdzierające, od Rimbauda do Bataille’a i dalej. Na tę katastrofę chciałby się odpowiedzieć «czymś mniejszym», meteorycznym błyskiem wyrwanym z gwiezdnej zapaści.
(Obsceniczny sens «czegoś mniejszego» u Bataille’a również należy do tej konfiguracji, jak pokazują na przykład te linijki: «Coś mniejszego»: blask agonii, śmierci, blask martwej gwiazdy, rozbłysk nieba zapowiadający śmierć – piękno dnia w porze zmierzchu…»). Jeszcze bardziej niż o utratę «wielkości» chodzi o pełne udręki utrwalenie w obliczu pustki nieba i w obliczu świata strąconego w plugawość).
Jednak małość jest połączona z wielkością. Nigdy nie przestaje się do niej odwoływać. Kraniec tego, co pofragmentowane, osiągany jest tu jako wyczerpanie, jako agonia, czyli także jako wyczerpująca walka małości z wielkością, a więc z własną udręką, czy też afirmacja tej udręki jako dopełnienia, objawienia. Jednocześnie fragment staje się końcem (granicą, zerwaniem) i ostatecznym uzyskaniem formy (unieważnieniem zerwania), rozdarte krawędzie zwijają się w łagodność mikrokosmosu. Sama ekspozycja kończy się introjekcją, powrotem do siebie.
Bardziej niż o niejednoznaczne zakończenie fragmentu, chodzi o jego otwartość. Chodzi o otwarty dostęp do uobecnienia, do zaistnienia, bycia obecnym (…)
Jako wydarzenie nie przyjmujemy, że coś «ma miejsce»: jest nim niezmierność zaistnienia relacji ze wszelkim «odbywaniem się», niezmierność rozprzestrzeniania się, otwarcia, w relacji z wszelką przestrzenią potencjalnie dostępną w czasie teraźniejszym uobecnienia.
(…)
Zatem istnieją dwa końce fragmentu: jeden w wyczerpaniu i ostatecznym kształcie, drugi w wydarzeniu i uobecnieniu. Nie oznacza to, że faktycznie powstałe fragmenty, pofragmentowane dzieła czy dokumenty, po prostu pozwalają się zaklasyfikować po jednej lub drugiej stronie. Każdy fragment, prawdę mówiąc bez wątpienia każde dzieło, od czasów, kiedy istnieje sztuka (od Lascaux), może być w taki czy inny sposób interpretowane. Ale pojawia się pytanie: czy po zastosowaniu kosmetyki i estetyki całości i fragmentu, po wyczerpaniu klucza małości i wielkości, pozostaje coś ze sztuki lub dla sztuki z tym zaistnieniem (byciem obecnym), któremu żadna obecność nie mogłaby nadać ostatecznego kształtu?

w Zmysł świata (Le Sens du monde, 1993)

Jean-Luc Nancy

1940 – 2021, Francia

Trad. Daniel Álvaro

58 INDICIOS SOBRE EL CUERPO: EXTENSION DEL ALMA

1
El cuerpo es material. Es denso. Es impenetrable. Si se lo penetra, se lo disloca, se lo agujerea, se lo desgarra.

2
El cuerpo es material. Es aparte. Distinto de los otros cuerpos. Un cuerpo empieza y termina contra otro cuerpo. Incluso el vacío es una especie muy sutil de cuerpo.

3
Un cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos, pedazos, órganos, piezas, tejidos, rotulas, anillos, tubos, palancas y fuelles. También está lleno de sí mismo: es todo lo que es.

5
Un cuerpo es inmaterial. Es un dibujo, es un contorno, es una idea.

6
El alma es la forma de un cuerpo organizado, dice Aristóteles. Pero el cuerpo es precisamente lo que dibuja esta forma. Es la forma de la forma, la forma del alma.

9
El cuerpo es visible, el alma no lo es. Se ve que un paralítico no puede mover su pierna correctamente. No se ve que un mal hombre no puede mover su alma correctamente: pero se debe pensar que es el efecto de una parálisis del alma. Y que es preciso luchar contra ella y hacerla obedecer. Este es el fundamento de la ética, mi querido Nicómaco.

10
El cuerpo es también una prisión para el alma. Allí purga una pena cuya naturaleza no es fácil de discernir, pero que fue muy grave. Por eso el cuerpo es tan pesado y tan penoso para el alma. Necesita digerir, dormir, excretar, sudar, ensuciarse, lastimarse, caer enfermo.

11
Los dientes son los barrotes del tragaluz de la prisión. El alma se escapa por la boca en palabras. Pero las palabras son todavía efluvios del cuerpo, emanaciones, pliegues ligeros del aire salido de los pulmones y calentado por el cuerpo.

12
El cuerpo puede volverse hablante, pensante, sonante, imaginante. Todo el tiempo siente algo. Siente todo lo que es corporal. Siente las pieles y las piedras, los metales, las hierbas, las aguas y las llamas. No para de sentir.

13
Sin embargo, la que siente es el alma. Y el alma siente, en primer lugar, el cuerpo. De todas partes ella siente que él la contiene y la retiene. Si el cuerpo no la retuviera, se escaparía completamente en forma de palabras vaporosas que se perderían en el cielo.

18
El cuerpo es simplemente un alma. Un alma arrugada, grasa o seca, peluda o callosa, áspera, flexible, crujiente, graciosa, flatulenta, irisada, nacarada, pintarrajeada, cubierta de organdí o camuflada de caqui, multicolor, cubierta de mugre, de llagas, de verrugas. Es un alma en forma de acordeón, de trompeta, de vientre de viola.

19
La nuca es regida y es necesario sondear los corazones. Los lóbulos del hígado recortan el cosmos. Los sexos se mojan.

20
Los cuerpos son diferencias. Por consiguiente, son fuerzas. Los espíritus no son fuerzas: son identidades. Un cuerpo es una fuerza diferente de muchas otras. Un hombre contra un árbol, un perro delante de un lagarto. Una ballena y un pulpo. Una montaña y un glaciar. Tú y yo.

21
Un cuerpo es una diferencia. Como es diferencia de todos los otros cuerpos -mientras que los espíritus son idénticos- nunca termina de diferir. También difieren de sí. ¿Cómo pensar cerca el uno del otro al bebe y al anciano?

22
Diferentes, los cuerpos son todos algo deformes. Un cuerpo perfectamente formado es un cuerpo molesto, indiscrete en el mundo de los cuerpos, inaceptable. Es un diseño, no es un cuerpo.

28
Un cuerpo: un alma lisa o arrugada, grasa o magra, lampiña o peluda, un alma con chichones o heridas, un alma que danza o se hunde, un alma callosa, húmeda, caída al suelo…

Fuego de Claire Denis (sobre las correspondencias entre el cine de Claire Denis y los ensayos de Jean-Luc Nancy)

Tłum. Ada Trzeciakowska

58 przesłanek za Ciałem: rozszerzeniem duszy

1
Ciało jest materialne. Jest gęste. Jest nieprzeniknione. Jeśli się je penetruje, to dochodzi do zwichnięcia, przedziurawienia, rozerwania.

2
Ciało jest materialne. Jest osobne. Odróżnia się od innych ciał. Ciało zaczyna się i kończy innym ciałem. Nawet próżnia jest bardzo subtelnym rodzajem ciała.

3
Ciało nie jest puste. Jest pełne innych ciał, kawałków, organów, części, tkanek, stawów, pierścieni, rur, dźwigni i miechów. Jest też przepełnione sobą: jest wszystkim, czym jest.

5
Ciało jest niematerialne. Jest rysunkiem, jest konturem, jest ideą.

6
Dusza jest formą zorganizowanego ciała, mówi Arystoteles. Ale ciało jest właśnie tym, co rysuje tę formę. Jest formą formy, formą duszy.

9
Ciało jest widoczne, dusza nie. Widzimy, że paralityk nie może prawidłowo poruszać nogą. Nie widzimy, że zły człowiek nie może prawidłowo poruszać swoją duszą: ale należy sądzić, że jest to efekt paraliżu duszy. I że trzeba z nią walczyć i zmusić do posłuszeństwa. Oto podstawa etyki, mój drogi Nikomaszu.

10
Ciało jest również więzieniem dla duszy. Tam oczyszcza się z kary, której charakter nie jest łatwy do ustalenia, ale która była bardzo surowa. Dlatego ciało jest tak ciężkie i tak bolesne dla duszy. Potrzebuje trawić, spać, wydalać, pocić się, brudzić, ranić, chorować.

11
Zęby to kraty więziennego świetlika. Dusza ucieka przez usta za sprawą słów. Ale słowa to wciąż wycieki z ciała, emanacje, lekkie fałdy powietrza z płuc ogrzewane przez ciało.

12
Ciało może stać się mówiące, myślące, brzmiące, wyobrażające. Cały czas coś czuje. Czuje wszystko, co cielesne. Czuje skóry i kamienie, metale, zioła, wody i płomienie. Nigdy nie przestaje czuć.

13
Jednak to właśnie dusza czuje. A dusza czuje przede wszystkim ciało. Wszędzie czuje, że ono ją zawiera i przytrzymuje. Gdyby ciało jej nie utrzymało, wyparowałaby zupełnie poprzez słowa, które przepadłyby w przestworzach.

18
Ciało jest po prostu duszą. Duszą pomarszczoną, tłustą lub suchą, owłosioną lub zrogowaciałą, szorstką, giętką, chrupiącą, zgrabną, płaską, opalizującą, perłową, malowaną, pokrytą organdyną lub kamuflażem khaki, wielobarwną, pokrytą brudem, wrzodami, brodawkami. Jest to dusza w kształcie akordeonu, trąbki, brzucha violi.

19
Kark jest posuszny i niezbędne jest badanie sondą serc. Płaty wątroby zarysowują krawędzie kosmosu. Narządy płciowe wilgotnieją.

20
Ciała są różnicami. Zatem są też siłami. Dusze nie są siłami: są tożsamościami. Ciało to siła odmienna od wielu innych. Człowiek wobec drzewa, pies względem jaszczurki. Wieloryb i ośmiornica. Góra i lodowiec. Ty i ja.

21
Ciało jest różnicą. Ponieważ jest różnicą wszystkich innych ciał – podczas gdy dusze są identyczne – nigdy nie przestaje się zachodzić w nim różnica. Różne jest też od siebie. W jaki sposób można postawić dziecko i staruszka obok siebie?

22
Odmienne, wszystkie ciała są nieco zdeformowane. Doskonale uformowane ciało to ciało denerwujące, niedyskretne w świecie ciał, nie do przyjęcia. Jest to wzór, a nie ciało.

28
Ciało: dusza gładka lub pomarszczona, gruba lub chuda, bez zarostu lub owłosiona, dusza z wypustkami lub ranami, dusza tańcząca lub tonąca, dusza zrogowaciała, wilgotna, upadła na ziemię…