Michael Krüger

1943 – , Alemania

Trad. Sandra Santana

HISTORIA DE LA PINTURA

Leí una historia de la pintura,
desde sus comienzos hasta la actualidad.
Una historia de corderos blancos
antes de ser alcanzados por el rayo.
Una historia de pequeños ángeles alados
y de céspedes virginales
cubiertos de margaritas.
Una historia de la materia
y de la obtención del oro.
Una historia de lágrimas finísimas
sobre pálidos rostros.
Una historia de frentes arqueadas
y mejillas caídas.
Una historia del agua
y de cómo pintarla.
Una historia de las escuelas,
del silencio, de la lucha por la verdad.
Una historia de la violencia,
de la insidia y de la infamia,
de la infidelidad y de la traición,
de juramentos rotos, de revueltas,
y de carnicerías interminables.
En las notas al pie, también leí
una historia de la vergüenza,
una confusa historia de consuelo.
En conjunto, una bella historia,
la historia de la pintura,
Y no sólo para los ojos.
En el epílogo explica el autor
detenidamente que lo que vemos son
únicamente colores en distintos encargos.
Se olvidó del veneno
con el que estaban mezclados,
veneno para los ojos.

Fotogramas de Histoire(s) du cinéma de J.-L. Godard. «El arte» –escribía en Las voces del silencio en 1951 André Malraux, amigo de Godard y una de sus fuentes de inspiración– «no libera al hombre de ser tan solo un accidente en el universo; pero es el alma del pasado. Asegura a sus fieles que, aun cuando el hombre haya nacido para la soledad, existe en él un lazo profundo que lo une a los dioses que se alejan. Tras cada obra maestra, rueda o ruge un destino domado. Y la voz del artista extrae su fuerza de haber nacido en una soledad que apela a imponer al universo acento humano». Esa fuerza, que la obra de arte materializa, es la que nos permite «soñar con la primera noche glacial en la que una especie de gorila se sintió misteriosamente hermano del cielo estrellado»

Tłum. Ada Trzeciakowska

Historia Malarstwa

Przeczytałem historię malarstwa
od początków aż po dziś.
Historia białych jagniąt,
nim porazi je promień.
Historia małych skrzydlatych aniołów
i dziewiczych trawników,
obsypanych stokrotkami.
Historia materii
i pozyskiwania złota.
Historia najsubtelniejszych łez
na pobladłych twarzach.
Opowieść o łukowatych czołach
i zapadniętych policzkach.
Historia wody
i tego, jak ją malować.
Historia szkół,
stylów, walki o prawdę.
Historia gwałtu,
intryg i nikczemności,
wiarołomstwa i zdrady,
złamanych przysiąg, buntów
i niekończącej się rzezi.
W przypisach przeczytałem też
historię wstydu,
zawiłą historię pociechy.
W sumie piękna historia,
historia malarstwa,
i to nie tylko dla oczu.
W posłowiu autor wyjaśnia
pokrętnie, że to, co widzimy, to
to tylko farby nałożone na zlecenie.
Zapomniał o truciźnie
z nimi zmieszanej,
truciźnie dla oczu.

GESCHICHTE DER MALEREI

Ich las eine Geschichte der Malerei
von den Anfängen bis heute.
Eine Geschichte der weißen Lämmer,
bevor sie der Strahl trifft.
Eine Geschichte der kleinen, geflügelten Engel
und des jungfräulichen Rasens,
von Gänseblümchen übersät.
Eine Geschichte der Stoffe
und der Durchsetzung des Goldes.
Eine Geschichte der feinsten Tränen
auf blassen Gesichtern.
Eine Geschichte der gewölbten Stirnen
und der eingefallenen Wangen.
Eine Geschichte des Wassers
und wie man es malt.
Eine Geschichte der Schulen,
der Stile, des Kampfes um Wahrheit.
Eine Geschichte der Gewalt,
der Tücke und Gemeinheit,
der Treulosigkeit und des Verrats,
der gebrochenen Eide, der Revolten
und der nie aufhörenden Schlächtereien.
In den Fußnoten las ich auch
eine Geschichte der Scham,
eine verwickelte Geschichte des Trostes.
Insgesamt eine schöne Geschichte,
die Geschichte der Malerei,
und nicht nur für die Augen.
In seinem Nachwort erklärt der Autor
umständlich, was wir sähen, sei
nur Farbe in verschiedenem Auftrag.
Er hatte das Gift vergessen,
das ihr beigemengt war,
das Gift für die Augen.

Alda Merini

1931-2009, Italia

Trad. Emilio Coco

***

Padre, si escribir es una culpa
¿por qué Dios me ha dado la palabra
para hablar con trémulos lenguajes
de amor a quien me escucha?
 
Ya vieja de años y senescente
¿dónde hallar una brizna de hierba buena?
¿Qué sabes de mis conventos, de la gracia
madura de las santas, de las grandes
almas locas? ¿Qué puedo yo encontrar
entre los vivas del hombre de cultura?
en otra parte está el canto, en otra parte la palabra
y Dios no la pronuncia.

Fotografía de Yann Gross y Arguiñe Escandón

Tłum. Ada Trzeciakowska

***

Ojcze, jeśli pisanie jest winą
dlaczego Bóg dał mi słowo
by mówić drżącymi językami
miłości do tego, kto mnie słucha?
 
Teraz wiekowa i postarzała
gdzie mogę znaleźć źdźbło dobrej trawy?
Co wiesz o mych konwentach, o dojrzałej
łasce świętych, o wielkich
obłąkanych duszach? Co mogę znaleźć
wśród hosann człowieka kultury?
Gdzie indziej jest śpiew, gdzie indziej słowo
a Bóg go nie wymawia.

***

Padre, se scrivere è una colpa
perché Dio mi ha dato la parola
per parlare con trepidi linguaggi
d’amore a chi mi ascolta?
 
Ormai vecchia di anni e senescente
dove trovare un filo di erba buona?
Che sai dei miei conventi, della grazia
matura delle sante, delle grandi
anime folli? Che posso io trovare
tra gli osanna dell’uomo di cultura?
Altrove è il canto, altrove è la parola
e Dio non la pronuncia.

Annie Ernaux

1940 – , Francia

Trad. Lydia Vázquez Jiménez

Los años

Más que nunca las mujeres constituían un grupo vigilado, cuyos comportamientos, gustos y deseos eran objeto de un discurso asiduo, de una atención inquieta y triunfante. Tenían fama de haber «obtenido todo», de «estar en todas partes» y de «alcanzar en la escuela mejores resultados que los chicos». Como de costumbre, los indicios de su emancipación se buscaban en sus cuerpos, en su audacia vestimentaria y sexual. Que digan «ligarme a un tío», que desvelen sus fantasmas y se pregunten en Elle si «tenían buen rollo en la cama» era la prueba de su libertad y de su igualdad con los hombres. La ofrenda perpetua de sus pechos y sus muslos en la publicidad tenía que ser apreciada como un homenaje a su belleza. El feminismo era una vieja ideología vengadora y carente de humor, que las jóvenes no necesitaban ya, que ellas mismas contemplaban con condescendencia, pues ya no dudaban ni de su fuerza ni de su igualdad. (Pero seguían leyendo más novelas que los hombres como si tuvieran que dar una forma imaginaria a sus vidas.) «Gracias a los hombres por amar a las mujeres», titulaba un periódico femenino. El olvido de sus luchas era total, única memoria que no fue recuperada oficialmente.
Con la píldora, se habían convertido en las dueñas de la vida, pero eso no se aireaba.
Nosotras que habíamos abortado en las cocinas, que nos habíamos divorciado, que habíamos creído que nuestros esfuerzos servirían para liberar a las demás, nos sentíamos cansadas. Ya no sabíamos si se había producido la revolución de las mujeres. Cincuenta años después seguíamos pendientes de la sangre pero ya no tenía el mismo color ni el mismo olor, era como una sangre ilusoria. No obstante, esa segmentación regular del tiempo que podíamos mantener hasta la muerte nos daba confianza. Llevábamos vaqueros y mallas, camisetas como las chicas de quince años, decíamos como ellas «mi chico» para hablar de nuestro amante de tumo. A medida que envejecíamos dejábamos de tener una edad. Escuchábamos Only you o Capri c’est finí en Radio Nostalgie, una juvenil dulzura nos invadía, el presente se estiraba hasta nuestros twenties. En comparación con nuestras madres, encerradas en sí mismas y sudorosas en su menopausia, teníamos la impresión de ganarte la batalla al tiempo.
 (Las mujeres jóvenes soñaban con encontrar al hombre de su vida, las de más de cincuenta que ya habían tenido uno no querían más.)
 A los hijos, los varones sobre todo, les costaba mucho abandonar el domicilio familiar, el frigorífico lleno, la ropa lavada, el ruido de fondo de las cosas de la infancia. Hacían el amor con toda inocencia en el dormitorio contiguo al nuestro. Se instalaban en una prolongada juventud, el mundo no los esperaba. Y nosotros, al alimentarlos, al seguir ocupándonos de ellos, teníamos la impresión de seguir en la misma época, sin ruptura.
Es la foto de una mujer tomada de frente hasta las caderas en un jardín lleno de maleza. La melena larga rubia-pelirroja cae suelta sobre el cuello de un abrigo negro, amplio, ostentoso. Una parte de la bufanda rosa pastel extrañamente estrecha para ese abrigo, cae por encima de su hombro izquierdo. Tiene en brazos un gato blanco y negro de la especie más común y sonríe al objetivo, con la cabeza ligeramente inclinada, en una actitud de ternura seductora. Los labios están muy sonrosados, sin duda realzados por un brillo a juego con la bufanda. La raya más clara que separa los cabellos indica un crecimiento de la raíz. El rostro oval y lleno, los pómulos elevados contrastan por su juventud con las ojeras y el fino entramado de arrugas en la frente. La amplitud del abrigo no permite determinar la complexión pero las manos y las muñecas que asoman por las mangas para sostener el gato son finas, con las articulaciones marcadas. Es una foto de invierno, con la luz de un sol pálido sobre la piel de la cara y las manos, los matorrales de hierbas secas, las ramas deshojadas delante de un fondo borroso de vegetación y una línea lejana de edificios. En el dorso, Cerg y. 3 de febrero 1992.
Se desprende de ella una impresión de dejadez controlada, de «plenitud» como dice la prensa femenina para las mujeres entre cuarenta y cincuenta y cinco años. La foto ha sido tomada en el jardín de la casa donde vive sola con el gato, en realidad una gata de un año y medio. Hace diez años vivían aquí su marido, dos adolescentes, su madre de vez en cuando. Era el centro de un círculo que no habría podido funcionar sin ella, desde la decisión de cuándo lavar las sábanas a las reservas de hoteles para las vacaciones. Su marido está lejos, se ha vuelto a casar y ha tenido un hijo, su madre se ha muerto, sus hijos se han independizado. Constata esa desposesión serenamente, como una trayectoria ineluctable. Cuando hace las compras en Alcampo, no necesita coger un carro, le basta con una cesta. Solo recupera su función de madre nutricia los fines de semana cuando sus hijos vuelven a casa. Aparte de sus obligaciones laborales, clases y corrección de exámenes, dedica su tiempo a la gestión de sus gustos personales y de sus deseos, lectura, cine, teléfono, correspondencia y aventuras amorosas. La constante inquietud material y moral por los demás que caracterizaba su vida conyugal y familiar se ha alejado de ella. Un interés por las causas humanitarias la ha sustituido, más liviano. Sumida en esa disolución de las obligaciones y esa apertura de posibles, se siente coincidente con el movimiento de la época tal como lo presentan Elle o Mane Claire para las mujeres treintañeras de clase media alta.
A veces se observa desnuda, en el espejo del cuarto de baño, el torso y el pecho menudos, la cintura muy marcada, el vientre ligeramente abombado, los muslos pesados con una hinchazón justo encima de las rodillas, el sexo bien visible ahora que el vello le clarea, una raja pequeña en comparación con las exhibidas en las películas X. Pequeños surcos azules cerca de la ingle, huella de las estrías de sus embarazos. Se asombra: es el mismo cuerpo desde que dejó de crecer, alrededor de los dieciséis años.
En ese momento en el que está mirando con ternura el objetivo (sin duda es un hombre el que hace la foto), se piensa como una mujer que ha vivido hace tres años una pasión violenta por un ruso. Su estado de deseo y de dolor ha desaparecido, sigue sintiendo la forma, pero la figura de ese hombre le resulta cada vez más lejana y penosa. Querría acordarse de cómo pensaba en él cuando se fue de Francia para siempre, qué ola de imágenes suyas la sumergía y encerraba su presencia dentro de ella como en un tabernáculo.

Fotograms de El tercer hombre de Carol Reed

Tłum. Krzysztof Jarosz i Magdalena Budzińska

Lata

Kobiety bardziej niż kiedykolwiek podlegały nadzorowi, ich zachowania, upodobania i pragnienia stanowiły przedmiot zażartych dyskusji, niespokojnej i triumfującej uwagi. Twierdzono, że „dostały wszystko”, „są wszędzie”, a w szkole „osiągają lepsze wyniki niż chłopcy”. Jak zawsze oznak ich emancypacji dopatrywano się w ich ciele, w zuchwałych ubiorach i zachowaniu seksualnym. To, że mówią „podrywać chłopców”, opowiadają o swoich fantazjach i na łamach „Elle” zastanawiają się, czy są „dobre w łóżku”, było dowodem ich wolności i równouprawnienia. Bezustanne wykorzystywanie w reklamach ich piersi i ud miało być doceniane jako hołd składany ich pięknu. Feminizm był starą, mściwą i pozbawioną poczucia humoru ideologią, której młode kobiety już nie potrzebowały, patrzyły na nią pobłażliwie, nie wątpiąc o swojej sile i równości. (Ale ciągle czytały więcej powieści niż mężczyźni, jakby potrzebowały nadać swojemu życiu wyimaginowaną formę). Dzięki wam, mężczyźni, że kochacie kobiety – taki tytuł zamieści pewna kobieca gazeta. Ich walkę pokrywał cień zapomnienia, jedyna pamięć, której oficjalnie nie podsycano.
Wraz z pigułką stały się paniami życia, lecz tego się nie rozgłaszało.
Nas, które przeszłyśmy aborcje w kuchniach, rozwiodłyśmy się i łudziłyśmy, że nasze wysiłki zmierzające do wyzwolenia samych siebie posłużą też innym, ogarniało wielkie znużenie. Nie wiedziałyśmy już, czy rewolucja kobiet naprawdę się odbyła. Po pięćdziesiątce wciąż jeszcze krwawiłyśmy. Ta krew nie miała już tej samej barwy ani zapachu co przedtem, była jakby iluzoryczna, uspokajała nas jednak regularność odmierzania czasu, którą można było utrzymać aż do śmierci. Nosiłyśmy dżinsy, legginsy i T-shirty jak piętnastoletnie dziewczyny, jak one mówiłyśmy „mój chłopak” na naszego stałego kochanka. Gdy w Radiu Nostalgia słyszałyśmy Only You czy Capri, c’est fini, ogarniało nas młodociane rozmarzenie, teraźniejszość rozszerzała się wstecz aż na lata, gdy byłyśmy po dwudziestce. W porównaniu z naszymi matkami, zamkniętymi w sobie i pocącymi się w swojej menopauzie, my miałyśmy wrażenie, że wygrywamy z czasem.
(Młode kobiety marzyły o tym, żeby się związać z mężczyzną, czego nie chciały już te po pięćdziesiątce, które kiedyś były w stałym związku).
Dzieci, zwłaszcza chłopcy, niechętnie opuszczały gniazdo rodzinne, pełną lodówkę, czyste ubrania, znane od dzieciństwa domowe odgłosy. Niewinnie kochały się w pokoju sąsiadującym z naszym. Mościły w przedłużonej młodości, świat na nie nie czekał. A my karmiłyśmy je, w dalszym ciągu troszczyłyśmy się o nie, miałyśmy wrażenie, że żyjemy ciągle w tym samym nieprzerwanym czasie.
Oto kobieta sfotografowana od głowy po biodra w ogrodzie pełnym krzewów. Jej długie rudoblond włosy leżą na kołnierzu grubego, czarnego, obszernego płaszcza, który wygląda na drogi. Na lewe ramię zarzuciła koniec landrynkowo różowego szalika, dziwnie wąskiego w zestawieniu z płaszczem. Na rękach trzyma czarno-białego kota pospolitej rasy, uśmiecha się, spoglądając w obiektyw, i przechyla głowę w pozie pełnej uwodzicielskiej słodyczy. Wargi ma bardzo różowe, bez wątpienia uwydatnione błyszczkiem dobranym pod kolor szalika. Jaśniejszy pas włosów wzdłuż przedziałka sygnalizuje odrosty. Kształtny, młody owal jej twarzy i wysokie kości policzkowe kontrastują z workami pod oczami i delikatną siatką zmarszczek na czole. Obszerny płaszcz nie pozwala określić figury, lecz dłonie wystające z rękawów i trzymające kota są chude, z widocznymi ścięgnami. To zdjęcie zrobiono zimą: blade światło słoneczne na skórze twarzy i dłoni, kępy suchej trawy, bezlistne gałęzie na tle niewyraźnej roślinności, w oddali linia bloków. Na odwrocie: „Cergy, 3 lutego ’92”.
Emanuje z niej wrażenie powściąganego rozluźnienia, aura kobiety „spełnionej”, jak kolorowe magazyny określają panie między czterdziestym a pięćdziesiątym piątym rokiem życia. Zdjęcie zrobiono w ogrodzie koło domu, w którym mieszka sama z półtoraroczną kotką. Dziesięć lat temu mieszkali tu jej mąż, dwóch dorastających synów i od czasu do czasu także jej matka. Kobieta była osią koła, które bez niej nie mogło się obracać – od podjęcia decyzji o zrobieniu prania po rezerwację hotelu na wakacje. Jej mąż jest teraz daleko, ożenił się powtórnie i ma dziecko, matka zmarła, synowie mieszkają gdzie indziej. Spokojnie akceptuje swoją samotność jako nieunikniony etap życia. Gdy robi zakupy w Auchan, nie musi już brać wózka, wystarcza jej koszyk. Funkcję żywicielki odzyskuje tylko w weekendy, gdy synowie wracają do domu. Poza obowiązkami zawodowymi, prowadzeniem lekcji i poprawą prac pisemnych, swój czas poświęca na zaspokajanie osobistych upodobań i pragnień, lekturę, filmy, telefonowanie, korespondencję i przygody miłosne. Nie musi już przejawiać bezustannej materialnej i moralnej troski o innych, co charakteryzowało jej życie małżeńskie i rodzinne. Zastąpiło ją mniej absorbujące zainteresowanie działalnością humanitarną. Ten zanik poczucia obowiązku i otwarcie na nowe możliwości sprawiają, że czuje się w zgodzie z trendami epoki, wyrażanymi w „Elle” czy „Marie Claire”, magazynach czytanych przez ponadtrzydziestoletnie kobiety z klasy średniej i wyższej.
Zdarza się jej obserwować siebie nagą w łazienkowym lustrze, szczupły tors i drobne piersi, wcięta talia, brzuch lekko zaokrąglony, ciężkie uda z wypukłością nad kolanami, płeć dobrze widoczna teraz, gdy włosy łonowe są rzadsze, szpara mała w porównaniu z tymi, które pokazują w filmach pornograficznych. Dwa podłużne niebieskie rowki blisko pachwin, ślady rozstępów po ciążach. Dziwi się: to jest to samo ciało, odkąd mniej więcej w wieku szesnastu lat przestała rosnąć.
W tej chwili, gdy zalotnie spogląda w obiektyw – bez wątpienia zdjęcie robi mężczyzna – myśli o sobie jako o kobiecie, która trzy lata wcześniej przeżyła namiętny związek z pewnym Rosjaninem. Stan pożądania i bólu, w jakim się wtedy pogrążyła, zniknął. Kobieta czuje ciągle jego zarys, lecz twarz tego mężczyzny staje się coraz bardziej odległa i zniekształcona. Chciałaby sobie przypomnieć, jak o nim myślała, gdy opuścił Francję, przywołać ciąg obrazów, który wypełniał ją całkowicie i sprawiał, że jego obecność była w niej zamknięta niczym w tabernakulum.

Annie Ernaux, collage propio

George Eliot

1819-1880, Inglaterra

George Eliot, seudónimo de Mary Anne Evans, una de las primeras autoras modernas, mujer culta, tan valiente como fascinante. Middlemarch fue descrita por la novelista Virginia Woolf como «una de las pocas novelas inglesas escritas para adultos» y por Martin Amis​ y Julian Barnes como la mejor novela en lengua inglesa.

Trad. José Luis López Muñoz

Middlemarch:

UN ESTUDIO DE LA VIDA DE PROVINCIAS

Estaba hecho de una pasta humana excelente y poseía el insólito mérito de saber que sus talentos, incluso dándoles rienda suelta, no harían que se desbordara ni siquiera el más minúsculo de los riachuelos del condado; gustaba, por tanto, de la expectativa de una esposa que pudiera ayudar a su marido con argumentos y tuviera el aval de la propiedad para así hacerlo. En cuanto a la excesiva religiosidad que se le imputaba a la señorita Brooke, tenía una idea muy vaga de lo que ésta era y suponía que se apagaría con el matrimonio. En resumidas cuentas, sentía que se había enamorado adecuadamente y estaba dispuesto a soportar una buena dosis de predominio, algo que, después de todo, un hombre podía cortar en cuanto quisiera. A Sir James no se le ocurría que jamás quisiera cortar el predominio de esta hermosa joven, cuya sagacidad le deleitaba. ¿Por qué no? La mente de un hombre -en la medida en la que posee tal- siempre tiene la ventaja de ser masculina (el más diminuto abedul es de mejor calidad que la palmera más alta), e incluso su ignorancia es de índole más cabal. Tal vez Sir James nunca hubiera originado esta apreciación, pero una amable Providencia proporciona a la personalidad más desvalida un poco de cola o de almidón bajo el aspecto de tradición.

*

Muchas son las almas que en su joven desnudez se ven arrojadas al meollo de las incongruencias donde han de aprender a desenvolverse mientras los mayores van a lo suyo. Tampoco creo que se pueda considerar trágica la situación de la señora Casaubon por encontrarla presa del llanto seis semanas después de su boda. No es infrecuente cierto desánimo y desfallecimiento ante el nuevo futuro real que sustituye al imaginado y no esperamos que la gente se conmueva profundamente ante lo que no es infrecuente. El elemento de tragedia que subyace en el propio hecho de la frecuencia todavía no se ha infiltrado dentro de la tosca emotividad de la humanidad y tal vez nuestra estructura no pudiera pechar con una dosis muy alta. Si tuviéramos agudizada la visión y el sentimiento de todo lo corriente en la vida humana, sería como oír crecer la hierba y latir el corazón de la ardilla y nos moriríamos del rugido que existe al otro lado del silencio. No siendo este el caso, los más ágiles de entre nosotros caminamos bien pertrechados de estupidez.  

*

No obstante, respecto a otros temas, el señor Casaubon mostraba una tenacidad de ocupación y un interés considerados normalmente como resultado del entusiasmo, y Dorothea ansiaba seguir esta espontánea dirección de sus pensamientos en lugar de que se la hiciera sentir que la apartaba de ella. Pero paulatinamente iba dejando de esperar con su antigua confianza el que se abriera ante ella cualquier amplia senda por la que acompañarle. El propio señor Casaubon se encontraba perdido entre pequeños gabinetes y sinuosas escaleras y, sumido en una inquietante oscuridad repecto de los Cabiros (1) o ante la exposición de los paralelos desprestigiados de otros mitologistas, perdía fácilmente de vista cualquier objetivo que le hubiera empujado a emprender estas tareas. Con la vela plantada ante él, olvidó la ausencia de ventanas y entre los amargos comentarios manuscritos acerca de las ideas que otros hombres tenían de las deidades solares, se había vuelto indiferente a la luz del sol. Estas características, fijas e inmutables en el señor Casaubón como el hueso, hubieran podido permanecer más tiempo sin que Dorothea las acusara de haberse visto animada a dar rienda suelta a sus sentimientos femeninos y juveniles, si hubiera cogido sus manos entre las suyas y escuchado con el gozo de la ternura y la comprensión todas aquellas pequeñas historias que componían su experiencia, dándole a cambio el mismo tipo de intimidad, de forma que el pasado de ambos se pudiera incluir en su mutuo conocimiento y cariño -o de haber podido ella alimentar su afecto con esas infantiles caricias a las que se siente inclinada toda mujer dulce que empezó cubriendo de besos la dura coronilla de su muñeca calva dotando de una alegre alma a la figura de madera como producto de la riqueza de su propio amor. Ese era el sesgo de Dorothea. Pese a todo su anhelo por conocer cuanto le quedaba lejos y por ser inmesurablemente magnánima, aún le restaba el suficiente ardor para lo que tenía cerca, para haber besado la manga del señor Casaubon o acariciar su calzador, si él hubiera manifestado algún otro signo más de aceptación que el declararla, con esa eterna corrección, poseedora de una naturaleza afectiva y auténticamente femenina, indicando simultáneamente, al acercarle con cortesía una silla, que consideraba estas manifestaciones como un tanto crudas y desconcertantes. Habiendo llevado a cabo con esmero su aseo clerical matutino, sólo se encontraba preparado para aquellas amenidades de la vida acordes al rígido y ajustado cuello de la época y a una mente doblegada por el peso de material inédito.

Y por una triste contradicción, las ideas y los propósitos de Dorothea eran como hielo derretido que flotaba y se perdía en la cálida corriente de la que no habían sido más que otra forma. Se sentía humillada al encontrarse la víctima del sentimiento, como si nada pudiera conocer salvo a través de ese medio: toda su fuerza se desparramaba en espasmos de agitación, lucha, desánimo, para tornarse luego en visiones de una mayor renuncia, transformando las áridas condiciones en obligaciones.

*

Me preguntó cuál acabará por ser su vocación: ¿tal vez será poeta?

-Eso depende. Ser poeta significa tener un alma tan ágil para discernir que no se escape ningún matiz de cualidad, y tan ágil para sentir que el discernimiento se convierta meramente en una mano que toca las fibras de la sensibilidad con una variación muy finamente ajustada; un alma en la que el conocimiento se onvierte instantáneamente en sentimiento y el sentimiento rebrota como un nuevo órgano del conocimiento. Puede que esa capacidad sólo la tenga uno a ratos.

Fotogramas de Mujer invisible de Ralph Fiennes (2013) sobre Charles Dickens, gran admirador de George Eliot


George Eliot, pseudonim Mary Anne Evans, jedna z pierwszych nowoczesnych autorek, kobieta kulturalna, równie odważna, co fascynująca. Miasteczko Middlemarch zostało określone przez powieściopisarkę Virginię Woolf jako «jedna z niewielu angielskich powieści napisanych dla dorosłych», a przez Martina Amisa i Juliana Barnesa jako najlepsza powieść w języku angielskim.

Tłum. Anna Przedpełska-Trzeciakowska

Miasteczko Middlemarch

Ulepiony był z doskonałej ludzkiej gliny i posiadał rzadką umiejętność rozumienia, że nawet w najbardziej sprzyjających okolicznościach jego talenty nie pozwolą mu odkryć choćby ziarnka prochu, miło mu więc było myśleć o takiej przyszłej żonie, którą mógłby spytać: „Co zrobimy?”, mając taki czy inny problem, i która potrafiłaby wesprzeć męża argumentami, w tym również argumentem natury majątkowej. W kwestii przesadnej pobożności, jaką przypisywano pannie Dorotei, nie bardzo rozumiał, w czym rzecz, i przypuszczał, że jej to minie po ślubie. Krótko mówiąc, sądził, że właściwie ulokował swe uczucia, i gotów był ścierpieć również i to, że będzie nad nim zdecydowanie dominowała, czemu, rzecz jasna, mężczyzna może w każdej chwili położyć kres, jeśli mu przyjdzie ochota. Nie wydawało mu się jednak, by mógł kiedykolwiek mieć ochotę na położenie kresu dominacji tej ładnej panny, której mądrość go zachwycała. Umysł męski – jakikolwiek by był – posiada zawsze tę wyższość, że jest męski, podobnie jak najmniejsza brzoza jest drzewem wyższego gatunku niż strzelista palma, a więc nawet jego niewiedza odznacza się lepszą jakością. Sir James nie wymyślił zapewne tej klasyfikacji, ale dobrotliwa Opatrzność nasyca najsłabszą nawet osobowość odrobiną jakiegoś kleju czy krochmalu w postaci tradycji.

*

Ile to młodych, nieopierzonych istot zostaje postawionych nagle, znienacka, wobec rozmaitych sprzeczności i musi dać sobie z nimi radę, podczas gdy starsi zajmują się swoimi sprawami. Nie sądzę również, by po stwierdzeniu, że pani Casaubon szlocha rozpaczliwie w sześć tygodni po ślubie, należało uznać jej sytuację za tragiczną. Trochę zniechęcenia, odrobina niepokoju, gdy prawdziwa wizja przyszłości zaczyna zastępować poprzednie wyobrażenia, nie jest niczym niezwykłym, a nie spodziewamy się, by ludzie mieli się głęboko przejmować czymś, co nie jest niezwykłe. Element tragiczności, który kryje się właśnie w tym, że coś się często powtarza, nie znalazł jeszcze odbicia w prymitywnych ludzkich emocjach, być może zresztą nasza konstytucja nie mogłaby tego wytrzymać. Gdybyśmy ostro widzieli i odczuwali wszystko, co się składa na zwyczajne, ludzkie życie, musielibyśmy niemal słyszeć, jak trawa rośnie i jak bije serce wiewiórki, i zabiłby nas ten ryk, który jest po tamtej stronie ciszy. Tymczasem nawet najbystrzejsi z nas poruszają się po świecie w ochronnej otoczce głupoty.

*

Na innych polach pan Casaubon okazywał wytrwałą pracowitość i pilność, które uważa się na ogół za dowód zapału, i Dorotea starała się kroczyć tą naturalną drogą jego myśli, unikać natomiast poczucia, że go z tej drogi odciąga. Ale powoli przestała oczekiwać z dawną cudowną ufnością, że podążając za nim, ujrzy otwierające się przed nią szerokie przestrzenie. Nieszczęsny pan Casaubon całkiem się już pogubił w różnych zakamarkach i na kręconych schodach, i czy to pośród intrygujących ciemności otaczających Kabirów, czy też udowadniając niesłuszność paralel dokonanych przez innych znawców mitologii, stracił z oczu cel, dla którego podejmował był wysiłki. Pracując przy świetle ogarka, zapomniał o braku okien i opatrując cierpkimi uwagami cudze poglądy na temat bóstw słońca, stał się obojętny na jego promienie.

Tych cech, równie trwałych i niezmiennych jak kości w panu Casaubonie, mogłaby Dorotea długo nie dostrzec, gdyby ją zachęcał do uzewnętrzniania dziewczęcych i kobiecych uczuć, gdyby brał jej ręce w swoje dłonie i słuchał z czułym i wyrozumiałym zachwytem tych krótkich opowieści, składających się na całe jej doświadczenie życiowe i gdyby odwzajemnił się jej najgłębszym zaufaniem, sprawiając, iż przeszłość każdego z nich stałaby się serdeczną wspólną własnością – albo też gdyby mogła karmić swoją miłość tymi dziecięcymi pieszczotami, do jakich skłonna jest każda ciepła, urocza kobieta, która już w najwcześniejszych latach gotowa była obsypywać gradem pocałunków twardą łepetynę łysej lalki, by mocą swego uczucia napełnić kawałek drzewa poczuciem szczęścia. Dorotea miała taką właśnie naturę. Mimo iż bardzo pragnęła wiedzieć, co jest przed nią, hen, daleko, i zachowywać spokojną godność, miała w sobie dość żaru w stosunku do tego, co bliskie, by całować rękaw pana Casaubona lub pieścić rzemyk u jego trzewika, gdyby tylko zdobył się wobec niej na jakikolwiek inny dowód uznania niż stwierdzenie z niewzruszoną, sztywną poprawnością, że widzi w niej istotę czułą i prawdziwie kobiecą, dając jednocześnie do zrozumienia, gdy uprzejmie podsuwał jej krzesło, iż tego rodzaju objawy uważa za niewłaściwe i zaskakujące. Ukończywszy z należytym staraniem pastorską toaletę poranną, przygotowany był na tylko takie rozkosze życiowe, jakie pasują do sztywno zawiązanego halsztuka oraz umysłu, któremu ciąży nieopublikowana wiedza.

Żałosnym tego przeciwieństwem były myśli i postanowienia Dorotei, niby kruszyny lodu, co płynąc, roztapiają się w ciepłym strumieniu, którego są tylko inną formą. Czuła się upokorzona, stwierdziwszy, że jest ofiarą uczucia, jakby to był jedyny dostępny jej środek poznania rzeczywistości: trwoniła wszystkie siły na opanowywanie zdenerwowania, na wewnętrzną szamotaninę, na przygnębienie, a potem, na jeszcze większe wyrzeczenia, które sprawiały, że ze spotykających ją przykrych konieczności czyniła obowiązek.

*

Ciekawam, jakie też się okaże pańskie powołanie: może zostanie pan poetą?

– To zależy. Być poetą to mieć duszę postrzegającą tak szybko, że nie umknie jej żaden znaczący cień, i odczuwającą tak szybko, że owo postrzeganie to tylko ręka potrącająca struny uczuć w sposób pięknie zróżnicowany, duszę, w której wiedza przekształca się zaraz w czucie, ono zaś z kolei staje się natychmiast nowym instrumentem poznania. Taki stan ogarnia człowieka chwilami tylko.

Myroslav Layuk/ Мирослав Лаюк

1990 – , Ucrania

Publicado en Encuentros. Cien poemas de Ucrania y Polonia (Instituto de Literatura, 2022) en el que pude poner mi granito de arena.

Trad. Alina Petryk

EL PÁJARO-CUCHILLO

Me gusta afilar los cuchillos, esto es, los odio romos;
de no haber afilador, los afilo con cerámica,
concreto, pájaro de arcilla. Oh, precioso pájaro, eres un cuchillo.

A pesar de las explosiones, ellos cantan a la hora prevista
en los parques y los jardines, en los bosques que no debemos pisar
en tiempos de guerra. Entonces adivinamos:
«Aquel es un arrendajo en un chopo; aquel, un oriol; aquel, un mirlo en un abeto;
aquel, no se sabe qué en no se sabe qué».
¡Oh, precioso pájaro, eres un cuchillo!

De noche todos los pájaros se callaron y escuché alboroto afuera:
un loco gritaba a los raíles del tranvía, los insultaba, salvaje.
Y recordé cómo en los tiempos de los árboles en flor
a las cuatro de la madrugada me despertaban los pájaros en la degollada Vorzel,
cruzaba somnoliento el campo de camino al lago en la vecina Bucha degollada,
despertando a las feas liebres entre las flores pasadas
que arrojaban su pelusa sobre la hojarasca… Recordaba.

En todo lo precioso que recordaremos de estos lugares:
los matorrales de acacias de Mariúpol y las fábricas de Kramatorsk
al amanecer; los bailes de jubilados en el parque de Járkov y los cantos
en las iglesias subterráneas de Chernihiv, en todas partes
surgirá el cuchillo, el cuchillaco o al menos el cuchillito; por todas partes
habrá acacias degolladas y fábricas, bailes degollados y canto degollado.

Collage a partir de la obra de Christoffer Relander

Tłum. Ada Trzeciakowska

Ptak-nóż

Lubię ostrzyć noże, a raczej nienawidzę tępych.
Jeśli nie mam ostrzałki, ostrzę klingę na ceramice,
na betonie, na glinianym ptaku. Piękny ptaku, nożem jesteś.

Mimo wybuchów, ćwierkają zgodnie z rozkładem –
w parkach i sadach, w lasach, do których zabroniono wchodzić
w czasie wojny. A my zgadujemy:
Na topoli sójka, to wilga, to drozd na jodle,
to nie wiadomo co na nie wiadomo czym.
Piękny ptaku, nożem jesteś!

Nocą wszystkie ptaki zamilkły, a ja usłyszałem na dworze hałas:
szaleniec krzyczał na tory tramwajowe, przeklinając je dziko.
I przypomniałem sobie, jak wtedy, gdy kwitły drzewa,
o czwartej rano zbudziły mnie ptaki w zarzynanym Worzelu –
Zaspany szedłem przez pole do jeziora blisko zarżniętej Buczy,
budząc pośród zeszłorocznych kwiatów brzydkie zające,
które pozostawiały spłowiały puch na łodygach… Przypomniałem sobie.

I pośród całego piękna tych miejsc, o którym będziemy pamiętać:
o akacjowych gąszczach Mariupola i fabrykach Kramatorska
o świcie, o tańcach emerytów w parku w Charkowie i o śpiewie
w podziemnych cerkwiach Czernihowa – wszędzie pojawi się
nóż, nożysko lub przynajmniej mały nożyk, wszędzie będą
zarżnięte akacje i fabryki, zarżnięte tańce i zarżnięte śpiewy,

piękny ptaku.

Птаха-ніж

Люблю гострити ножі, точніше, ненавиджу тупі.
Якщо немає точилки, гострю лезо об кераміку,
об бетон, об глиняну пташку. Прекрасна птахо, ти ніж.

Попри вибухи, вони щебечуть за розкладом —
у парках і садах, у лісах, до яких заборонено ходити
протягом дії воєнного часу. І ми вгадуємо:
то на тополі сойка, то іволга, то дрізд на ялиці,
ото не зрозуміло що на незрозуміло чому.
Прекрасна птахо, ти — ніж!

Уночі всі птахи замовкли, і я почув надворі галас:
шаленець кричав на трамвайну колію, материв її дико.
І я згадав, як у цей час, коли розпускаються дерева,
о четвертій мене будили птахи у зарізаному Ворзелі —
я сонний ішов полем до озера в зарізаній Бучі поряд,
будячи в торішніх квітах некрасивих зайців,
що залишали полинялий пух на бадиллі … Згадував.

У всьому прекрасному, що згадуватимемо про ці місця —
про зарості акацій Маріуполя і заводи Краматорська
на світанку, про танці пенсіонерів у парку Харкова і спів
у підземних церквах Чернігова — всюди виникатиме
ніж, ножище чи хоча б маленький ножичок, всюди будуть
зарізані акації і заводи, зарізані танці і зарізаний спів,

прекрасна птахо.

Jean-Luc Nancy

1940 – 2021, Francia

Trad. Daniel Álvaro

EL ARTE, FRAGMENTO

Lo que ha sido fragmentado -una cierta configuración del arte y de la obra, una cierta cosmética de lo ‘bello’ y de lo sublime­ tampoco ha desaparecido simplemente entre sus destellos. Antes que nada deberíamos saber qué es lo que queda en los destellos: ¿dónde está lo bello en los destellos de lo bello?, ¿cómo prorrumpe en destellos? (…)
Cuando Fréderic Schlegel comparaba el fragmento con un ‘erizo’ le confería toda la autonomía, todo el acabado y toda el aura de la ‘obra de arte menor’. Sólo lo menor, para finalizar, hace aquí la diferencia entre un arte del fragmento y un arte de la ‘gran obra’.
¿Por qué lo menor? Desde el romanticismo hay detrás de toda la historia del arte una inquietud por lo grande, por lo monumental, por el arte con dimensión cosmológica y cosmogónica, teogónica, de ‘gran estilo’, y por el’ arte supremo’. Esta inquietud es un deseo que desemboca de un modo u otro en el desastre: o bien un resulta infinitamente decepcionado, como en el caso de Nietzsche considerando a Wagner -y acaso para Wagner mismo-, o bien se prueba él mismo como desastroso y se desgarra, de Rimbaud a Bataille y más allá. A este desastre hubiese querido responderle lo ‘menor’, el destello meteórico arrancado al derrumbamiento sideral.
(El sentido obsceno de lo ‘menor’ en Bataille también pertenece a esta configuración, tal como lo muestran, por ejemplo, estas líneas: ‘Lo ‘menor’: resplandor de agonía, de la muerte, resplandor de una estrella muerta, destello del cielo que anuncia la muerte -belleza del día en el crepúsculo…’. Aún más que de la pérdida de lo ‘grande’ se trata del afianzamiento angustioso frente al vacío del cielo, y frente al mundo precipitado en lo inmundo.)
Sin embargo lo menor hace pareja con lo grande. No cesa de reenviar a él. La extremidad de lo fragmentario se logra aquí como un agotamiento, como una agonía, es decir, también como una lucha agotadora de lo menor contra lo grande, y por lo tanto contra su propia angustia, o bien para afirmar esta angustia en cuanto consumación, revelación. A la vez el fragmento deviene un fin (límite, fractura) y un retoque final (anulación de la fractura), los bordes desgarrados replegados en la benignidad de microcosmos. La exposición misma finaliza en introyección, en retorno en sí.
Más que del fin ambiguo del fragmento se trata de su apertura. Se trata del acceso abierto a una presentación, a una venida en presencia (…).
El acontecimiento no es el ‘tener-lugar’: es lo inconmensu­rable de la venida en relación con todo tener-lugar, lo inconmen­surable del espaciamiento, de la apertura, en relación con todo espacio dispuesto en el presente de una presentación. (…)
Entonces habría dos extremidades del fragmento: una en el agotamiento y el toque final, la otra en el acontecimiento y la presentación. Esto no quiere decir que los fragmentos efectiva­mente producidos, las obras o los documentos fragmentarios, simplemente se dejen clasificar de uno u otro lado. Todo fragmento, pero a decir verdad, sin dudas, toda obra, y desde que hay obras (desde Lascaux), se deja abordar de una y otra forma. Pero la cuestión es ésta: una vez pasadas las cosméticas y las estéticas de la totalidad y del fragmento, una vez agotado lo menor tanto como lo grande, ¿queda algo del arte o para el arte con esta venida a la que ninguna presencia le daría su toque final?

en El sentido del mundo

Fragmento de El jardín de las Delicias del Bosco

Tłum. Ada Trzeciakowska

Sztuka, Fragment

To, co zostało pofragmentowane -pewna konfiguracja sztuki i dzieła, pewna kosmetyka «piękna» i wzniosłości, nie zniknęło ot tak po prostu pośród rozbłysków. Przede wszystkim powinniśmy określić, co pozostało w rozbłyskach: gdzie kryje się piękno w rozbłyskach piękna, jak rozjarza się ono w rozbłyskach?
Kiedy Fréderic Schlegel porównał fragment do «jeża», przypisał mu całą niezależność, całe zwieńczenie i całą aurę «małego dzieła sztuki». Tylko to, co mniejsze, podsumowując, odróżnia tu sztukę fragmentu od sztuki «wielkiego dzieła».
Dlaczego to co mniejsze? Od czasów romantyzmu za historią sztuki kryje się troska o to, co wielkie, o to, co monumentalne, o sztukę o wymiarze kosmicznym, kosmogonicznym, teogonicznym, o «wielki styl», o «sztukę najwyższą». Ten niepokój to pragnienie, które w taki czy inny sposób prowadzi do katastrofy: albo jest się nieskończenie rozczarowanym, jak w przypadku Nietzschego rozważającego Wagnera – a może i samego Wagnera – albo okazuje się katastrofalne i rozdzierające, od Rimbauda do Bataille’a i dalej. Na tę katastrofę chciałby się odpowiedzieć «czymś mniejszym», meteorycznym błyskiem wyrwanym z gwiezdnej zapaści.
(Obsceniczny sens «czegoś mniejszego» u Bataille’a również należy do tej konfiguracji, jak pokazują na przykład te linijki: «Coś mniejszego»: blask agonii, śmierci, blask martwej gwiazdy, rozbłysk nieba zapowiadający śmierć – piękno dnia w porze zmierzchu…»). Jeszcze bardziej niż o utratę «wielkości» chodzi o pełne udręki utrwalenie w obliczu pustki nieba i w obliczu świata strąconego w plugawość).
Jednak małość jest połączona z wielkością. Nigdy nie przestaje się do niej odwoływać. Kraniec tego, co pofragmentowane, osiągany jest tu jako wyczerpanie, jako agonia, czyli także jako wyczerpująca walka małości z wielkością, a więc z własną udręką, czy też afirmacja tej udręki jako dopełnienia, objawienia. Jednocześnie fragment staje się końcem (granicą, zerwaniem) i ostatecznym uzyskaniem formy (unieważnieniem zerwania), rozdarte krawędzie zwijają się w łagodność mikrokosmosu. Sama ekspozycja kończy się introjekcją, powrotem do siebie.
Bardziej niż o niejednoznaczne zakończenie fragmentu, chodzi o jego otwartość. Chodzi o otwarty dostęp do uobecnienia, do zaistnienia, bycia obecnym (…)
Jako wydarzenie nie przyjmujemy, że coś «ma miejsce»: jest nim niezmierność zaistnienia relacji ze wszelkim «odbywaniem się», niezmierność rozprzestrzeniania się, otwarcia, w relacji z wszelką przestrzenią potencjalnie dostępną w czasie teraźniejszym uobecnienia.
(…)
Zatem istnieją dwa końce fragmentu: jeden w wyczerpaniu i ostatecznym kształcie, drugi w wydarzeniu i uobecnieniu. Nie oznacza to, że faktycznie powstałe fragmenty, pofragmentowane dzieła czy dokumenty, po prostu pozwalają się zaklasyfikować po jednej lub drugiej stronie. Każdy fragment, prawdę mówiąc bez wątpienia każde dzieło, od czasów, kiedy istnieje sztuka (od Lascaux), może być w taki czy inny sposób interpretowane. Ale pojawia się pytanie: czy po zastosowaniu kosmetyki i estetyki całości i fragmentu, po wyczerpaniu klucza małości i wielkości, pozostaje coś ze sztuki lub dla sztuki z tym zaistnieniem (byciem obecnym), któremu żadna obecność nie mogłaby nadać ostatecznego kształtu?

w Zmysł świata (Le Sens du monde, 1993)

Gilles Deleuze

1925-1995, Francia

Trad . Luis Ferrero Carracedo

La memoria como coexistencia virtual

La duración es esencialmente memoria, conciencia, libertad. Es conciencia y libertad porque en primer lugar es memoria. Ahora bien, esta identidad de la memoria con la duración nos la presenta Bergson siempre de dos maneras: «conservación y acumulación del pasado en el presente»; o bien: «ya sea que el presente encierra distintamente la imagen siempre creciente del pasado, ya sea, más bien, que testifica, mediante su continuo cambio de cualidad, la carga que uno lleva a sus espaldas, tanto más pesada cuanto más viejo uno se va haciendo»; o también: «la memoria bajo estas dos formas: en cuanto recubre con una capa de recuerdos un fondo de percepción inmediata y en cuanto contrae una multiplicidad de momentos». En efecto, debemos expresar de dos maneras el modo en que la duración se distingue de una serie discontinua de instantes que se repiten idénticos a sí mismos: por una parte, «el momento siguiente contiene siempre, además del precedente, el recuerdo que éste le ha dejado»; por otra parte, ambos momentos se contraen o se condensan uno en otro, pues no ha desaparecido uno todavía cuando ya el otro aparece. Hay, por tanto, dos memorias, o dos aspectos de la memoria indisolublemente ligados: la memoria-recuerdo y la memoria-contracción. (Si finalmente nos preguntamos cuál es la razón de esta dualidad en la duración, sin duda la encontraremos en un movimiento que estudiaremos más adelante, por el cual el «presente» que dura se divide a cada «instante» en dos direcciones, una orientada y dilatada hacia el pasado, otra contraída, contrayéndose hacia el futuro.)

Pero la duración pura es el resultado de una división de «derecho». Es cierto que la memoria es idéntica a la duración, que es coextensiva a la duración; pero esta proposición es válida de derecho más que de hecho. El problema particular de la memoria es el siguiente: ¿cómo, por medio de qué mecanismo, la duración llega a ser memoria de hecho? ¿Cómo se actualiza lo que es de derecho? Bergson mostrará igualmente que la conciencia es de derecho coextensiva a la vida; pero, ¿cómo, en qué condiciones llega la vida a ser de hecho conciencia de sí?

de El bergsonismo

Fotografías de Christoffer Relander

Tłum. Piotr Mrówczyński

Pamięć Jako Wirtualne WspółistnienieBergsonizm (frg.)

Trwanie jest zasadniczo pamięcią, świadomością, wolnością. Jest ono świadomością i wolnością, ponieważ jest najpierw pamięcią. Ową tożsamość pamięci z samym trwaniem Bergson przedstawia zawsze na dwa sposoby: „zachowanie i gromadzenie przeszłości w teraźniejszości”. Albo: „czy to w tej formie, że teraźniejszość wyraźnie zawiera nieustannie wzrastający obraz przeszłości, czy też, że świadczy ona raczej przez ciągłe swoje zmiany jakościowe o coraz cięższym brzemieniu, jakie człowiek dźwiga na sobie, w miarę jak się starzeje”. Albo też „pamięć pod swymi dwiema postaciami: o ile pokrywa siatką wspomnień tło postrzeżenia bezpośredniego, o ile również skupia wielość momentów”. W istocie należy wyrazić na dwa sposoby różnicę między trwaniem a nieciągłą serią chwil, które powtarzałyby się jako identyczne z samymi sobą: z jednej strony „chwila następna oprócz poprzedniej zawiera zawsze wspomnienie, które tamta jej pozostawiła”; z drugiej strony dwie chwile kurczą się lub też kondensują jedna w drugiej, ponieważ jedna jeszcze nie zniknęła, kiedy pojawia się druga. Mamy zatem dwie pamięci albo dwa aspekty pamięci nierozerwalnie związane, pamięć-wspomnienie i pamięć-skurczenie. (Jeśli zapytamy wreszcie o powód tej dualności w trwaniu, to bez wątpienia odnajdziemy go w ruchu, który przebadamy później, a za sprawą którego trwająca „teraźniejszość” dzieli się w każdej „chwili” na dwa kierunki, jeden zmierzający i rozszerzający się ku przeszłości, drugi skurczony, kurczący się ku przyszłości.)

Jednak samo trwanie jest rezultatem podziału de iure. Pewne jest, że pamięć jest identyczna z trwaniem, że jest w stosunku do niego koekstensywna, ale jest to twierdzenie, które ma raczej wartość de iure niż de facto. Specyficzny problem związany z pamięcią jest następujący: w jaki sposób, za sprawą jakiego mechanizmu trwanie staje się faktycznie pamięcią? W jaki sposób to, co jest tylko de iure, zostaje zaktualizowane? Podobnie zresztą Bergson pokaże, że świadomość jest, de iure, koekstensywna w stosunku do życia; jak jednak, w jakich warunkach życie staje się faktycznie świadomością siebie?

w Bergsonizm

Jean-Luc Nancy

1940 – 2021, Francia

Trad. Daniel Álvaro

58 INDICIOS SOBRE EL CUERPO: EXTENSION DEL ALMA

1
El cuerpo es material. Es denso. Es impenetrable. Si se lo penetra, se lo disloca, se lo agujerea, se lo desgarra.

2
El cuerpo es material. Es aparte. Distinto de los otros cuerpos. Un cuerpo empieza y termina contra otro cuerpo. Incluso el vacío es una especie muy sutil de cuerpo.

3
Un cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos, pedazos, órganos, piezas, tejidos, rotulas, anillos, tubos, palancas y fuelles. También está lleno de sí mismo: es todo lo que es.

5
Un cuerpo es inmaterial. Es un dibujo, es un contorno, es una idea.

6
El alma es la forma de un cuerpo organizado, dice Aristóteles. Pero el cuerpo es precisamente lo que dibuja esta forma. Es la forma de la forma, la forma del alma.

9
El cuerpo es visible, el alma no lo es. Se ve que un paralítico no puede mover su pierna correctamente. No se ve que un mal hombre no puede mover su alma correctamente: pero se debe pensar que es el efecto de una parálisis del alma. Y que es preciso luchar contra ella y hacerla obedecer. Este es el fundamento de la ética, mi querido Nicómaco.

10
El cuerpo es también una prisión para el alma. Allí purga una pena cuya naturaleza no es fácil de discernir, pero que fue muy grave. Por eso el cuerpo es tan pesado y tan penoso para el alma. Necesita digerir, dormir, excretar, sudar, ensuciarse, lastimarse, caer enfermo.

11
Los dientes son los barrotes del tragaluz de la prisión. El alma se escapa por la boca en palabras. Pero las palabras son todavía efluvios del cuerpo, emanaciones, pliegues ligeros del aire salido de los pulmones y calentado por el cuerpo.

12
El cuerpo puede volverse hablante, pensante, sonante, imaginante. Todo el tiempo siente algo. Siente todo lo que es corporal. Siente las pieles y las piedras, los metales, las hierbas, las aguas y las llamas. No para de sentir.

13
Sin embargo, la que siente es el alma. Y el alma siente, en primer lugar, el cuerpo. De todas partes ella siente que él la contiene y la retiene. Si el cuerpo no la retuviera, se escaparía completamente en forma de palabras vaporosas que se perderían en el cielo.

18
El cuerpo es simplemente un alma. Un alma arrugada, grasa o seca, peluda o callosa, áspera, flexible, crujiente, graciosa, flatulenta, irisada, nacarada, pintarrajeada, cubierta de organdí o camuflada de caqui, multicolor, cubierta de mugre, de llagas, de verrugas. Es un alma en forma de acordeón, de trompeta, de vientre de viola.

19
La nuca es regida y es necesario sondear los corazones. Los lóbulos del hígado recortan el cosmos. Los sexos se mojan.

20
Los cuerpos son diferencias. Por consiguiente, son fuerzas. Los espíritus no son fuerzas: son identidades. Un cuerpo es una fuerza diferente de muchas otras. Un hombre contra un árbol, un perro delante de un lagarto. Una ballena y un pulpo. Una montaña y un glaciar. Tú y yo.

21
Un cuerpo es una diferencia. Como es diferencia de todos los otros cuerpos -mientras que los espíritus son idénticos- nunca termina de diferir. También difieren de sí. ¿Cómo pensar cerca el uno del otro al bebe y al anciano?

22
Diferentes, los cuerpos son todos algo deformes. Un cuerpo perfectamente formado es un cuerpo molesto, indiscrete en el mundo de los cuerpos, inaceptable. Es un diseño, no es un cuerpo.

28
Un cuerpo: un alma lisa o arrugada, grasa o magra, lampiña o peluda, un alma con chichones o heridas, un alma que danza o se hunde, un alma callosa, húmeda, caída al suelo…

Fuego de Claire Denis (sobre las correspondencias entre el cine de Claire Denis y los ensayos de Jean-Luc Nancy)

Tłum. Ada Trzeciakowska

58 przesłanek za Ciałem: rozszerzeniem duszy

1
Ciało jest materialne. Jest gęste. Jest nieprzeniknione. Jeśli się je penetruje, to dochodzi do zwichnięcia, przedziurawienia, rozerwania.

2
Ciało jest materialne. Jest osobne. Odróżnia się od innych ciał. Ciało zaczyna się i kończy innym ciałem. Nawet próżnia jest bardzo subtelnym rodzajem ciała.

3
Ciało nie jest puste. Jest pełne innych ciał, kawałków, organów, części, tkanek, stawów, pierścieni, rur, dźwigni i miechów. Jest też przepełnione sobą: jest wszystkim, czym jest.

5
Ciało jest niematerialne. Jest rysunkiem, jest konturem, jest ideą.

6
Dusza jest formą zorganizowanego ciała, mówi Arystoteles. Ale ciało jest właśnie tym, co rysuje tę formę. Jest formą formy, formą duszy.

9
Ciało jest widoczne, dusza nie. Widzimy, że paralityk nie może prawidłowo poruszać nogą. Nie widzimy, że zły człowiek nie może prawidłowo poruszać swoją duszą: ale należy sądzić, że jest to efekt paraliżu duszy. I że trzeba z nią walczyć i zmusić do posłuszeństwa. Oto podstawa etyki, mój drogi Nikomaszu.

10
Ciało jest również więzieniem dla duszy. Tam oczyszcza się z kary, której charakter nie jest łatwy do ustalenia, ale która była bardzo surowa. Dlatego ciało jest tak ciężkie i tak bolesne dla duszy. Potrzebuje trawić, spać, wydalać, pocić się, brudzić, ranić, chorować.

11
Zęby to kraty więziennego świetlika. Dusza ucieka przez usta za sprawą słów. Ale słowa to wciąż wycieki z ciała, emanacje, lekkie fałdy powietrza z płuc ogrzewane przez ciało.

12
Ciało może stać się mówiące, myślące, brzmiące, wyobrażające. Cały czas coś czuje. Czuje wszystko, co cielesne. Czuje skóry i kamienie, metale, zioła, wody i płomienie. Nigdy nie przestaje czuć.

13
Jednak to właśnie dusza czuje. A dusza czuje przede wszystkim ciało. Wszędzie czuje, że ono ją zawiera i przytrzymuje. Gdyby ciało jej nie utrzymało, wyparowałaby zupełnie poprzez słowa, które przepadłyby w przestworzach.

18
Ciało jest po prostu duszą. Duszą pomarszczoną, tłustą lub suchą, owłosioną lub zrogowaciałą, szorstką, giętką, chrupiącą, zgrabną, płaską, opalizującą, perłową, malowaną, pokrytą organdyną lub kamuflażem khaki, wielobarwną, pokrytą brudem, wrzodami, brodawkami. Jest to dusza w kształcie akordeonu, trąbki, brzucha violi.

19
Kark jest posuszny i niezbędne jest badanie sondą serc. Płaty wątroby zarysowują krawędzie kosmosu. Narządy płciowe wilgotnieją.

20
Ciała są różnicami. Zatem są też siłami. Dusze nie są siłami: są tożsamościami. Ciało to siła odmienna od wielu innych. Człowiek wobec drzewa, pies względem jaszczurki. Wieloryb i ośmiornica. Góra i lodowiec. Ty i ja.

21
Ciało jest różnicą. Ponieważ jest różnicą wszystkich innych ciał – podczas gdy dusze są identyczne – nigdy nie przestaje się zachodzić w nim różnica. Różne jest też od siebie. W jaki sposób można postawić dziecko i staruszka obok siebie?

22
Odmienne, wszystkie ciała są nieco zdeformowane. Doskonale uformowane ciało to ciało denerwujące, niedyskretne w świecie ciał, nie do przyjęcia. Jest to wzór, a nie ciało.

28
Ciało: dusza gładka lub pomarszczona, gruba lub chuda, bez zarostu lub owłosiona, dusza z wypustkami lub ranami, dusza tańcząca lub tonąca, dusza zrogowaciała, wilgotna, upadła na ziemię…

Henrik Nordbrandt

1945 – 31 de enero de 2023, Dinamarca

Trad. Francisco Uriz (1931- 10 de enero de 2023)

NUESTRO AMOR ES COMO BIZANCIO

Nuestro amor es como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche. Tuvo que haber habido
me imagino
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo hacia atrás
y me miras.

Me imagino que no hablarían
mucho y solo de cosas
bastante indiferentes,
que tratarían de hablar
y se detuvieron
sin haber llegado a decirse
lo que querían
y lo intentaron de nuevo
y lo volvieron a dejar
y se miraron mutuamente
y bajaron la mirada.

Los iconos muy antiguos, por ejemplo,
tienen el mismo resplandor
que el flamígero fulgor de una ciudad en llamas
o el brillo que la muerte inminente
deja en las fotografías de muertos prematuros
en el recuerdo de los supervivientes.

Cuando me vuelvo hacia ti
en la cama, tengo la sensación
de entrar en una iglesia
que fue quemada
hace mucho tiempo
y donde solo ha quedado
la oscuridad en los ojos de los iconos
plenos de las llamas que los aniquilaron.

Collage propio

Tłum. Ada Trzeciakowska

NASZA MIŁOŚĆ JEST JAK BIZANCJUM

Nasza miłość jest jak Bizancjum
było zapewne
ostatniej nocy. Był
zapewne
blask na twarzach ludzi
tłoczących się na ulicach
lub stojących w grupkach
na rogach ulic i placach
wspólne, ciche rozmowy
zapewne przypominał on
blask twojej twarzy
gdy odgarniasz włosy do tyłu
i patrzysz na mnie.

Domyślam się, że nie rozmawiali
za dużo, a jeśli już to o sprawach
całkiem nieistotnych,
że próbowali rozmawiać
lecz utknęli w martwym punkcie
nie mówiąc tego co chcieli
i próbowali ponownie
i znów się poddali
i spojrzeli na siebie
i odwrócili wzrok.

Bardzo stare ikony na przykład
mają ten blask w sobie
jak łuna płonącego miasta
lub blask nadchodzącej śmierci
trwający na fotografiach przedwcześnie zmarłych
we wspomnieniach tych, którzy pozostali.

Kiedy obracam się do ciebie
w łóżku, mam wrażenie, że
wchodzę do kościoła
który dawno temu
strawił ogień
a gdzie pozostała
tylko ciemność w oczach ikon
pełnych płomieni, które je pożarły.

VORES KÆRLIGHED ER SOM BYZANTIUM

Vores kærlighed er som Byzantium
må have været
den sidste aften. Der må have været
forestiller jeg mig
et skær over ansigterne
på dem der flokkedes i gaderne
eller stod i små grupper
på gadehjørner og torve
og talte lavmælt sammen
der må have mindet
om det skær dit ansigt har
når du stryger håret tilbage fra det
og ser på mig.

Jeg forestiller mig de ikke har talt
ret meget, og om ret
ligegyldige ting,
at de har forsøgt at tale
og er gået i stå
uden at have fået sagt hvad de ville
og har forsøgt igen
og opgivet det igen
og set på hinanden
og slået øjnene ned.

Meget gamle ikoner f.eks.
har det skær over sig
som ildskæret fra en brændende by
eller det skær kommende død
efterlader på fotografier af tidligt døde
i de efterladtes erindring.
Når jeg vender mig mod dig
i sengen, har jeg en følelse
af at træde ind i en kirke

Henrik Nordbrandt

Sobre su último libro de poemas Llueve en la taza

1945 – 31 de enero de 2023, Dinamarca

Trad. Francisco Uriz (1931- 10 de enero de 2023)

Adonde quiera que vayamos

Adondequiera que vayamos siempre llegamos demasiado tarde
a aquello que una vez salimos a buscar.
Y en cualquier ciudad en que nos quedamos
están las casas a las que es demasiado tarde para volver
los jardines en los que es demasiado tarde para pasar una noche de luna
y las mujeres a las que es demasiado tarde para amar
lo que nos tortura con su intangible presencia.

Y sean cualesquiera las calles que creemos conocer
nos llevan más allá de los jardines floridos que andamos buscando
y que difunden por toda la vecindad sus pesadas fragancias.
Y cualesquiera que sean las casas a las que volvemos
llegamos demasiado tarde por la noche para ser reconocidos.
Y cualesquiera que sean los ríos en que nos reflejamos
no nos vemos hasta que les hemos dado la espalda.

Fotografías de Nicolas Dhervillers

Tłum. Bogusława Sochańska

Dokąd byś nie jechał

Dokąd byś nie jechał, przyjeżdżasz za późno
by znaleźć to, po coś ruszył w drogę.
W jakich byś nie mieszkał miastach
Męczą cię swą nieuchwytną bliskością
domy, do których za późno jest wrócić
ogrody, w których za późno jest spędzić księżycową noc
kobiety, które za późno jest pokochać.

I jakich byś nie znał ulic
nie prowadzą cię do kwitnących ogrodów, których szukasz,
rozsiewających w twej dzielnicy ciężkie wonie.
I do jakich byś nie wracał domów,
zbyt późnią przybywasz nocą, by cię rozpoznano.
I w jakich byś się nie przeglądał rzekach,
ujrzysz swą twarz dopiero, gdy odwrócisz się do nich tyłem.

Hvor vi end rejser hen

Hvor vi end rejser hen, kommer vi altid for sent
til det vi engang tog af sted for at finde.
Og i hvilke byer vi end opholder os
er det de huse, det er for sent at vende tilbage til
de haver, det er for sent at tilbringe en måneskinsnat i
og de kvinder, det er for sent at elske
som plager os med deres uhåndgribelige nærvær.

Og hvilke gader vi end synes at kende
fører de os udenom de blomsterhaver, vi leder efter
og som spreder deres tunge duft i kvarteret.
Og hvilke huse vi end vender tilbage til
ankommer vi for sent om natten til at blive genkendt.
Og hvilke floder vi end spejler os i
ser vi først os selv når vi har vendt ryggen til.

Reiner Kunze

1933 – , Alemania

Trad. Ada Trzeciakowska

renovación de la mañana

En un azulejo
una grieta:
               un pelo
de tu cabeza

Se caen tanto, ¡perdona!

Cada uno me consuela:
estás todavía

Fotografía de Katia Chausheva

Tłum. Jakub Ekier

remont poranka

W płytce posadzki
rysa:
         włos
z twojej głowy

Wciąż wypadają, przepraszam!

Z każdym pociecha:
j e s t e ś

INSTANDSETZUNG DES MORGENS

In der fliese
ein sprung:
                   ein haar
von deinem haar

So viele fallen aus, verzeih!

Jedes ein trost :
du bist



Vladimír Holan

1905-1980, República Checa

Trad. Clara Janés

Pasaste por allí

Es una mísera pista de patinaje de suburbio,
regada con cucharones de Nochebuena
y helada el día de Reyes…
En su rincón un viejecito hace sonar el gramófono.
Como tiene un solo disco, lo repite una y otra vez.
Con gran ternura, soplando, le quita la nieve de encima
y, cuidadosamente, pone en marcha la música,
que tiembla como una yegua al ser montada
o como láminas de oro de la infinita falsedad
que hubiera hecho oír sucesivamente
algo oxidado hacía tiempo…

Toda la apariencia del viejo es asotanada,
pero a la vez protuberante,
como si tuviera el traje en la buhardilla,
sin cesar hace dar vueltas al mismo disco,
pero años ha dejó de cambiar la aguja
poniendo cara casi de conspirador,
ya que captó con nitidez
que también la vida lo repinchaba
siempre con aquella misma y única púa
desde que, antaño, había decidido ahorrar en ella
y no quemarse por algo que ya no daba de sí…

Fotografías de André Kertész, fotograma del Pianista de R. Polański

Tłum. Ada Trzeciakowska

Szedłem koło

To nędzne, podmiejskie lodowisko,
polewane wigilijną łyżką
które mróz ściął w dniu Trzech Króli…
W kącie siedzi staruszek z gramofonem.
Ma tylko jedną płytę, obraca ją stale
czule zdmuchując z niej śnieg
i ostrożnie puszcza muzykę,
która trzęsie się jak klacz nim pozwoli się dosiąść
lub złote płatki niezliczonych fałszów,
które byłyby przesłuchiwane jeden po drugim
przez coś, co dawno już zardzewiało.

Wszystko na staruszku jest jakby zapadnięte,
ale jednocześnie sterczące,
jakby jego ubrania leżały na strychu,
ciągle puszcza tę samą płytę,
choć już dawno przestał zmieniać igłę,
z miną nieco spiskową,
bo czuje wyraźnie,
że nawet życie kłuje go
ciągle tym samym kolcem,
choć już dawno postanowił na nim zaoszczędzić
i nie kłopotać się tym, z czego już nic nie będzie.

ŠEL JSI KOLEM 

Je to bědné , předměstské kluziště ,
polévané štědrovečerní lžicí
a zmrzlé na Tři krále …
V jeho koutku vyhrává stařík na gramofon .
 Že má jen jednu desku , obrací ji stále ,
přeněžně sfoukává s jejího povrchu sníh
a opatrně spouští její hudbu ,
která se třese jako kobyla před připouštěním
nebo jako lístkové zlato nesčíslné falše ,
která by byla vyslýchána každá zvlášť
něčím už dávno zrezivělým .

Celý zjev staříka je podsklepní ,
ale současně vystouplý ,
jako by měl šaty na půdě ,
stále obrací touž desku ,
ale už dávno přestal vyměňovat jehlu ,
tváře se při tom trochu spiklenecky ,
neboť on dobře cítí ,
že i život ho zprobodává
stále týmž a jedním ostnem ,
když se už dávno rozhod na něm šetřit
a nepeklit se s něčím , co už nevykřeje .




Ronald Stuart Thomas

1913-2000, Reino Unido (Gales)

Trad. Ada Trzeciakowska

Navidad perdida

Él está solo, es Navidad.
Por la colina suben tres árboles, los tres reyes magos.
También hay una estrella
Sobre el pesebre oscuro. ¿Pero dónde está el Niño?

Compadécete del hombre. Ha recorrido un largo camino
Como los árboles ha sido
Paciente. Pero lo ha adelantado
La razón. El pesebre está vacío.

Fotogramas del maravilloso film-ensayo La metamorfosis de los pájaros de Catarina Vasconcelos

Tłum. Andrzej Szuba

Zmarnowane święta

Jest sam, jest Boże Narodzenie.
Wzgórzem idą trzy drzewa, trzej królowie.
A nad ciemnym żłobem
Jedna gwiazda. Ale gdzie jest Dziecię?

Współczuj człowiekowi. Odbył
Długą podróż, jak drzewa, jak one był
Cierpliwy. Lecz ubiegł go
Rozum. Żłób jest pusty.

Lost Christmas

He is alone, it is Christmas.
Up the hill go three trees, the three kings.
There is a star also
Over the dark manger. But where is the Child?

Pity him. He has come far
Like the trees, matching their patience
With his. But the mind was before
Him on the long road. The manger is empty.

Antoine de Saint-Exupery

1900 – 1944, Francia

Vuelo nocturno*

Trad. J. Benavent

«Y, no obstante —le había respondido más tarde Rivière—, si la vida humana no tiene precio, nosotros obramos siem­pre como si alguna cosa sobrepasase, en valor, la vida humana… Pero ¿qué?»
Y a Rivière, pensando en la tripulación, se le encogió el corazón. La acción, incluso la de cons­truir un puente, destruye felicidades; Rivière no podía dejar de preguntarse: «¿En nombre de qué?»
«Esos hombres —pensaba— que van tal vez a desaparecer, habrían podido vivir dichosos.» Veía rostros inclinados en el santuario de oro de esas lámparas nocturnas. «¿En nombre de qué los ha sacado de ahí? ¿En nombre de qué los ha arran­cado de la felicidad individual? La primera ley, ¿no es precisamente la de defender esas dichas? Pero él las destroza. Y no obstante, un día, fatal­mente, los santuarios de oro se desvanecen como espejismos. La vejez y la muerte, más implaca­bles que él mismo, los destruyen. ¿Tal vez existe alguna otra cosa, más duradera, para salvar? ¿Tal vez hay que salvar esa parte del hombre que Rivière trabaja? Si no es así, la acción no se justifica.»
«Amar, amar únicamente, ¡qué callejón sin sa­lida!» Rivière tuvo la oscura conciencia de un de­ber más grande que el de amar. O se trataba tam­bién de una ternura, ¡pero tan diferente de las otras! Evocó una frase: «Se trata de hacerlos eter­nos…» ¿Dónde lo había leído? «Lo que vos per­seguís en vos mismo muere.» Imaginó un templo al dios Sol de los antiguos incas del Perú. Aque­llas piedras erguidas sobre la montaña. ¿Qué que­daría, sin ellas, de una civilización poderosa que gravitaba con el peso de sus piedras, sobre el hom­bre actual, como un remordimiento? «¿En nom­bre de qué rigor o de qué extraño amor, el con­ductor de pueblos de antaño, constriñendo a sus muchedumbres a construir ese templo sobre la montaña, les impuso la obligación de erguir su eternidad?» Rivière se imaginó aún a los habi­tantes de las pequeñas ciudades que, en el cre­púsculo, dan vueltas alrededor de sus quioscos de música: «Esa especie de felicidad, ese arnés…», pensó. El conductor de pueblos de antaño, tal vez no tuvo piedad por el dolor del hombre; pero tuvo una inmensa piedad por su muerte. No por su muerte individual, sino piedad por la especie que el mar de arena borraría. Y él conducía a su pue­blo a levantar, por lo menos, algunas piedras que el desierto no había de sepultar.
(…)
Habría podido luchar aún, probar suerte: no hay fatalidad externa. Pero sí hay una fatalidad interior: llega un momento en el que nos descu­brimos vulnerables; entonces las faltas nos atraen como un vértigo.
Y fue en este instante cuando lucieron en su cabeza, en un desgarrón de la tormenta, como cebo mortal en el fondo de una masa, algunas estrellas…
Juzgó que era una trampa: se ven tres estrellas por un agujero, se sube hacia ellas, y ya no se puede descender, se permanece allí, mordiendo las estrellas…
Sin embargo, era tal su hambre de luz, que re­montó.
(…)
Fabien creyó haber arribado a limbos extraños, pues todo hacíase luminoso: sus manos, sus ves­tidos, sus alas. La luz no bajaba de los astros, sino que se desprendía, debajo de él, alrededor de él, de esas masas blancas.
Las nubes, bajo él, devolvían toda la nieve que recibían de la Luna. Las de derecha e izquierda, altas como torres, hacían lo mismo. La luz era cual leche en la que se bañaba la tripulación. Fa­bien, volviéndose, vio que el «radio» sonreía.
—¡Esto va mejor! —gritó.
Pero la voz se perdía en el ruido del vuelo: las sonrisas solas hablaban. «Estoy completamente loco —pensaba Fabien— por sonreír; estamos perdidos.»
Sin embargo, mil oscuros brazos le habían de­satado de sus cadenas, como se desata a un pri­sionero al que se permite andar solo, por un tiem­po, entre flores.
«Demasiado hermoso», pensaba Fabien. Erra­ba entre las estrellas acumuladas con la densidad de un tesoro, en un mundo donde nada vivía fue­ra de él, absolutamente nada excepto él, Fabien y su camarada. Semejante a esos ladrones de ciu­dades fabulosas, emparedados en la cámara de los tesoros, de donde no sabría salir. Entre pedrerías heladas, erraban infinitamente ricos, pero con­denados.

*Fragmentos de los cap. XIV-XVI

Tłum. Maria Czapska, Stanisław Stempkowski

Nocny lot*

„Ale jeżeli nawet życie ludzkie jest bezcenne, postępujemy zawsze tak, jak gdyby istniało coś, co jest więcej warte niż życie ludzkie… Ale co?» I Rivière, myśląc o załodze samolotu pocztowego, uczuł ciężar w sercu. Wszelki czyn, nawet budowa mostu, niszczy szczęście ludzkie. I nie mógł już uchylić się teraz od pytania: w imię czego?
„Ci ludzie myślał którzy za chwilę może zginą, mogliby sobie żyć szczęśliwi.» Widział twarze pochylone w złotym sanktuarium wieczornej lampy. „W imię czego wyrwałem ich stamtąd?» W imię czego oderwał ich od szczęścia osobistego? Czyż nie jest pierwszym nakazem strzec i ochraniać to szczęście? A on je właśnie niszczy. Bo i tak nieodwołalnie nadejdzie dzień, gdy te złote sanktuaria rozwieją się jak fatamorgana. Zniszczą je starość i śmierć, bardziej nielitościwa niż on, Rivière. Ale jest może coś innego, bardziej trwałego, co należałoby ocalić; może jest do ocalenia ta właśnie cząstka człowieka, nad której urobieniem trudzi się właśnie on, Rivière? Jeżeli nie cała jego działalność nie ma usprawiedliwienia.
„Kochać, tylko kochać — i cóż dalej!» Rivière miał niejasne poczucie obowiązku większego od kochania Być może, że i tu wchodziła w grę pewna tkliwość. ale zupełnie inna. Przypomniało mu się zdanie: „Rzecz w tym. ażeby ich uczynić wiecznymi…» Gdzież to był wyczytał? „To, o co zabiegacie wewnątrz siebie umrze.» Przypomniał sobie oglądaną niegdyś w Peru starożytną świątynię Inków, poświęconą bogu słońca Strome ściany głazów na szczycie góry. Gdyby nie one, cóż pozostałoby z potężnej ongi cywilizacji, która ciąży ciężarem tych głazów na dzisiejszym człowieku jak wyrzut?” W imię jakiej surowej konieczności czy w imię jakiej szczególnej miłości wódz tego zaginionego ludu, zmuszając tłumy do wzniesienia tej świątyni na górze, nakazał im tym samym utrwalić ich byt na wieki?» Potem przypomniały się jeszcze Riviere’owi owe tłumy z miasteczka tłoczące się dokoła kiosków z muzyką. Też swego rodzaju szczęście ten deptak…» pomyślał. Wódz dawnych ludów, jeżeli nie znał litości dla cierpienia człowieka, litował się jednak jego śmierci. Nie jego śmierci jako jednostki, lecz znikomości rodzaju skazanego na zagładę. I kazał swemu ludowi wznosić z głazów budowle, które ostoją się piaskom pustyni.
(…)
Mógłby jeszcze walczyć, próbować szczęścia — bo żadne fatum nie istnieje z zewnątrz. Fatum jest tylko w nas — przychodzi chwila, kiedy się poznaje własną niemoc. Wtedy błędy pociągają nas ku sobie jak otchłani.
I w tej to chwili nad jego głową, w rozdarciu chmur, błysnęło kilka gwiazd — niby śmiertelna przynęta na dnie pułapki.

Zdał sobie sprawę z tego, że była to istotnie pułapka: leci się wzwyż ku gwiazdom, które migną w szczelinie chmur, a potem nie można już się zniżyć i pozostaje się tam na zawsze…
Ale głód światła był tak nieodparty, że zaczął się wznosić.
(…)
Wydało się Fabienowi, że znajduje się w zaczarowanym kręgu świetlnym, gdyż jego ręce, ubranie, skrzydła — wszystko stało się świecące. Jasność nie spływała od ciał niebieskich, lecz jak gdyby wypromieniowywała zewsząd, spod niego, dokoła niego, z tego nagromadzenia wyiskrzonej bieli.
Chmury pod nim jarzyły się śniegiem przejętym od księżyca. Tak samo jarzyły się na prawo i na lewo, wysokie niby olbrzymie wieże. Samolot płynął jak po świetlistej toni mlecznej. Obejrzawszy się za siebie, Fabien zobaczył uśmiechniętą twarz towarzysza.
— Już lepiej! — krzyknął mu.
Ale głos ginął w szumie lotu, porozumiewali się tylko uśmiechem…. Ależ to szaleństwo uśmiechać się pomyślał Fabien jesteśmy zgubieni.»
A jednak czuł się wyzwolonym z ucisku ciemnych ramion. Opadły zeń krępujące więzy, jak z więźnia, któremu pozwolono na krótką chwilę pochodzić samemu wśród kwiatów.
„Jest zbyt cudownie» — myślał Fabien. Błądził wśród nieprzebranego mnóstwa gwiazd, po świecie. w którym prócz niego i jego towarzysza nie było ani jednej żywej istoty. Byli obaj jak owi dwaj złodzieje z bajki, zamurowani w skarbcu, z którego już nie zdołają się wydostać. Wśród zimnego rozsypiska drogocennych kamieni błąkają się nieskończenie bogaci, ale skazani na zagładę.

**Fragmenty rozdz.. XIV-XVI

Antoine de Saint-Exupery

Vol de nuit

« Et pourtant, lui avait répondu plus tard Rivière, si la vie humaine n’a pas de prix, nous agissons toujours comme si quelque chose dépassait, en valeur, la vie humaine… Mais quoi ? »
Et Rivière, songeant à l’équipage, eut le coeur serré. L’action, même celle de construire un pont, brise des bonheurs ; Rivière ne pouvait plus ne pas se demander « Au nom de quoi ? »
« Ces hommes, pensait-il, qui vont peut-être disparaître, auraient pu vivre heureux. » Il voyait des visages penchés dans le sanctuaire d’or des lampes du soir. « Au nom de quoi les en ai-je tirés ? » Au nom de quoi les a-t-il arrachés au bonheur individuel ? La première loi n’est-elle pas de protéger ces bonheurs-là ? Mais lui-même les brise. Et pourtant un jour, fatalement, s’évanouissent, comme des mirages, les sanctuaires d’or. La vieillesse et la mort les détruisent, plus impitoyables que lui-même. Il existe peut-être quelque chose d’autre à sauver et de plus durable ; peut-être est-ce à sauver cette part-là de l’homme que Rivière travaille ? Sinon l’action ne se justifie pas.
« Aimer, aimer seulement, quelle impasse ! » Rivière eut l’obscur sentiment d’un devoir plus grand que celui d’aimer. Ou bien il s’agissait aussi d’une tendresse, mais si différente des autres. Une phrase lui revint : « Il s’agit de les rendre éternels… » Où avait-il lu cela ? « Ce que vous poursuivez en vous-même meurt. » II revit un temple au dieu du soleil des anciens Incas du Pérou. Ces pierres droites sur la montagne. Que resterait-il, sans elles, d’une civilisation puissante, qui pesait, du poids de ses pierres, sur l’homme d’aujourd’hui, comme un remords ? « Au nom de quelle dureté, ou de quel étrange amour, le conducteur de peuples d’autrefois, contraignant ses foules à tirer ce temple sur la montagne, leur imposa-t-il donc de dresser leur éternité ? » Rivière revit encore en songe les foules des petites villes, qui tournent le soir autour de leur kiosque à musique. « Cette sorte de bonheur, ce harnais… » pensa-t-il. Le conducteur de peuples d’autrefois, s’il n’eut peut-être pas pitié de la souffrance de l’homme, eut pitié, immensément, de sa mort. Non de sa mort individuelle, mais pitié de l’espèce qu’effacera la mer de sable. Et il menait son peuple dresser au moins des pierres, que n’ensevelirait pas le désert.
(…)
Il aurait pu lutter encore, tenter sa chance : il n’y a pas de fatalité extérieure. Mais il y a une fatalité intérieure : vient une minute où l’on se découvre vulnérable ; alors les fautes vous attirent comme un vertige.
Et c’est à cette minute que luirent sur sa tête, dans une déchirure de la tempête, comme un appât mortel au fond d’une nasse, quelques étoiles.
Il jugea bien que c’était un piège : on voit trois étoiles dans un trou, on monte vers elles, ensuite on ne peut plus descendre, on reste là à mordre les étoiles…
Mais sa faim de lumière était telle qu’il monta.
(…)
Fabien pensait avoir gagné des limbes étranges, car tout devenait lumineux, ses mains, ses vêtements, ses ailes. Car la lumière ne descendait pas des astres, mais elle se dégageait, au-dessous de lui, autour de lui, de ces provisions blanches.
Ces nuages, au-dessous de lui, renvoyaient toute la neige qu’ils recevaient de la lune. Ceux de droite et de gauche aussi, hauts comme des tours. Il circulait un lait de lumière, dans lequel baignait l’équipage. Fabien, se retournant, vit que le radio souriait.
— Ça va mieux ! criait-il.
Mais la voix se perdait dans le bruit du vol, seuls communiquaient les sourires. « Je suis tout à fait fou, pensait Fabien, de sourire : nous sommes perdus. »
Pourtant, mille bras obscurs l’avaient lâché. On avait dénoué ses liens, comme ceux d’un prisonnier qu’on laisse marcher seul, un temps, parmi les fleurs.

« Trop beau », pensait Fabien. Il errait parmi des étoiles accumulées avec la densité d’un trésor, dans un monde où rien d’autre, absolument rien d’autre que lui, Fabien, et son camarade, n’était vivant. Pareils à ces voleurs des villes fabuleuses, murés dans la chambre aux trésors dont ils ne sauront plus sortir. Parmi des pierreries glacées, ils errent, infiniment riches, mais condamnés.





Paul Celan/ H-G. Gadamer 

1920-1970, Rumanía/Alemania; 1900 – 2002, Alemania

para Adam Górski con gratitud

Trad. Adan Kovacsics / José Luis Reina Palazón

Cristal de aliento

1

PUEDES tranquilamente
agasajarme con nieve:
las veces que atravesé el verano
hombro con hombro con la morera blanca,
gritó su última
hoja.

1

PUEDES confiadamente
agasajarme con nieve:
siempre que hombro con hombro
anduve con el moral a través del verano
gritó su más joven
hoja.

Trad. Adan Kovacsics

¿Quién soy yo y quién eres tú?*

En consecuencia, volvemos a preguntar: ¿qué significa nieve en este caso? ¿Hay aquí una referencia a la experiencia de la poesía? ¿Será quizá incluso la propia palabra del poema que se afirma aquí en tanto que otorga, mediante su discreción, una quietud invernal, ofrecida como dádiva? ¿O se refiere a todos nosotros y es entonces ese mutismo que se produce tras demasiadas palabras, que todos conocemos y que a todos puede parecernos un verdadero alivio? No podemos contestar a la pregunta. La distinción entre yo y tú, entre el yo del poeta y todos nosotros, a quienes llega su poema, no se consigue. El poema dice tanto al poeta como a todos nosotros que la quietud es bienvenida. Es el mismo silencio que se oye en el cambio de aliento, en ese suavísimo reinicio en el momento de tomar aliento. Pues esto es sobre todo el “cambio de aliento”: la experiencia sensible del instante silencioso e inmóvil que transcurre entre la aspiración y la espiración. No quiero negar que Celan no sólo relaciona este momento en que cambia la respiración, el instante en que el aliento se invierte, con una autocontención inmóvil, sino que hace sonar también el matiz de la leve esperanza ligada a toda transformación. En El meridiano dice, por ejemplo: “La poesía: puede significar un cambio de aliento.” Sin embargo, difícilmente podemos atenuar por eso el significado del aliento “suave”, dominante en todo este ciclo. El presente poema es un verdadero proemio que, como en una composición musical, marca con la primera nota el tono del conjunto. En efecto, los poemas de esta serie son suaves y casi imperceptibles como el cambio de aliento. Dan testimonio de una última angustia vital y al mismo tiempo representan también una y otra vez su solución o mejor dicho: no su solución, sino su elevación a una forma sólida en el lenguaje. Se los oye como se oye la profunda quietud invernal que todo lo envuelve. Algo suavísimo cristaliza, algo pequeñísimo, ligerísimo y al mismo tiempo absolutamente preciso: la palabra verdadera.

*Comentario a Cristal de aliento de Paul Celan de Hans-Georg Gadamer

Fotografías de Wiktor Wołkow de Podlaquia

Tłum. Ryszard Mierzejewski

Kryształ oddechu

1

MOŻESZ mnie bez obaw
ugościć śniegiem:
ilekroć ramię w ramię
z drzewem morwy szedłem przez lato,
krzyczał jego najmłodszy
liść. 

Tłum. Małgorzata Łukasiewicz

Kim jestem ja i kim jesteś Ty?*

Spytajmy więc ponownie, co oznacza tu „śnieg”. Czy to aluzja do doświadczenia twórczości poetyckiej? Czy słowo samego wiersza, wypowiedź, która swą dyskrecją stwarza zimową ciszę, ofiarowywaną jak dar? Czy też odnosi się do nas wszystkich i wówczas jest umilknięciem po zbyt wielu słowach, takim umilknięciem, które wszyscy znamy i które może się wy dawać prawdziwymi dobrodziejstwem. Niepodobna na to pytanie odpowiedzieć. Nie udaje się tu przeprowadzić rozróżnienia między ja i Ty, między Ja poety i nami wszystkimi, do których wiersz dociera. Poecie, tak jak nam wszystkim, wiersz mówi. ze cisza jestczymś upragnionym. To ta sama cisza, którą słychać w chwili zaczerpnięcia tchu, kiedy tchnienie zaledwie w nas wzbiera Tym bowiem przede wszystkim jest Atemwende — zmysłowym doświadczeniem bezgłośnej, znieruchomiałej chwili między wdechem a wydechem. Otóż bezsprzecznie Celan ten moment przełamywania się oddechu, chwilę, gdy oddech nawraca, nie tylko łączy z nieruchomym trwaniem w sobie, ale pozwala, by zabrzmiała w niej cicha nadzieja związana z każdym zwrotem. Wszak w Południku Celan mówi: „Poezja: to może oznaczać zwrot w oddychaniu”. Ale wzgląd na to nie powinien osłaniać dominującego w całym cyklu znaczenia „lekkiego’ oddechu”. Ten wiersz jest prawdziwym prooemium, które niby w kompozycji muzycznej pierwszym tonem nadaje tonację całości. Wiersze z tego cyklu istotnie są tak lekkie i niemal niepostrzegalne jak zwrot w oddychaniu. Dają świadectwo skrajnej trwogi życia i zarazem wciąż na nowo ją rozpraszają — albo raczej me rozpraszają, lecz nadają jej trwały kształt językowy. Słyszy się je tak jak słychać otulającą wszystko głęboka ciszę zimowa To. co najcichsze, obraca się w kryształ to. co najmniejsze, najlżejsze i zarazem najbardziej precyzyjne: prawdziwe słowo.

* Z Czy poeci umilkną? Hansa-Georga Gadamera

Atemwende

1

DU DARFST mich getrost
mit Schnee bewirten:
sooft ich Schulter an Schulter
mit dem Maulbeerbaum schritt durch den Sommer,
schrie sein jüngstes
Blatt.

Andréi Tarkovski

1932-1986, Rusia

Trad. Ada Trzeciakowska

El complejo de tolstói*

¿Qué es la poesía?

¿Qué es la poesía? Es una forma muy original de pensar y expresar el mundo. Un simple mortal no es capaz de expresar una concepción general del mundo. Le resulta imposible. Sus visiones siempre serán fragmentarias. El poeta es alguien quien, a través de una sola imagen, puede lanzar un mensaje universal. Un hombre pasa junto a otro, lo mira, pero no lo ve. Otra persona mirando al mismo hombre sonreirá inesperadamente. Un desconocido desencadenará en él una explosión de asociaciones. Lo mismo ocurre con el arte. El poeta toma un pequeño fragmento como punto de partida y lo convierte en un todo coherente. A algunos hombres este proceso les parece aburrido. Son personas a las que les gustaría conocerlo todo al detalle, como los contables o los abogados. Para un poeta, basta con mostrar un dedo del pie sobresaliendo de un calcetín para evocar una imagen del mundo entero. La poesía no es un género artístico, sino una visión del mundo, una forma de vida, un medio de explorar la realidad. ¿No son poetas Pushkin, Dostoievski o Gogol? Bach, Leonardo da Vinci, van Gogh… La poesía no es sólo un género literario -aunque también es eso, como sabemos-, un pensamiento revestido de palabras rítmicas. También se dice de la poesía que lo impregna todo: la vida y el arte.

Sobre la esencia del arte

La causa del conflicto es nuestra suspensión entre el ideal espiritual y la necesidad de vivir en el mundo material. En mi opinión, se trata de un conflicto fundamental: la causa de todos los problemas de la sociedad contemporánea. Llamémoslo «complejo de Tolstoi».
(…)
Este mundo no es el lugar de nuestra felicidad. No fue creado para que el hombre fuera feliz, aunque muchos piensen que precisamente el sentido del mundo en que viven se reduce a ello. Sin embargo, me parece que el mundo existe para que se libre una batalla, una lucha entre el bien y el mal en nuestro interior, para que triunfe el bien y así las personas se desarrollen espiritualmente. (…)
El arte contiene en sí mismo el anhelo de un ideal. Debe despertar la esperanza y la fe en el hombre. Incluso si el mundo del que habla el artista no deja lugar a la esperanza. Yo diría más: cuanto más sombrío es el mundo que aparece en la pantalla, más claramente debe revelarse el ideal subyacente en el concepto creativo del director, más nítidamente debe abrirse ante el espectador la posibilidad de elevarse espiritualmente.

*Selección de extractos de entrevistas, declaraciones y publicaciones de Andréi Tarkovski del periodo comprendido entre 1960 y 1986. Seleccionado, editado y prologado por S. Kuśmierczyk. Publicado en Polonia en 1989.

Fotograma de Stalker (1979)

Tłum. Seweryn Kuśrnierczyk

Kompleks Tołstoja*

Co to jest poezja?

Co to jest poezja? To niezwykle oryginalny sposób myślenia i wyrażania świata. Zwykły śmiertelnik nie jest zdolny do wyrażenia ogólnego poglądu na świat. Jest to dla niego niemożliwe. Jego wizje będą zawsze fragmentaryczne. Poeta jest kimś, kto dzięki pośrednictwu pojedynczego obrazu może wysłać przekaz uniwersalny. Człowiek przechodzi obok drugiego człowieka, patrzy na niego, lecz go nie widzi. Inny człowiek patrząc na tą samą osobę niespodziewanie się uśmiechnie. Nieznajomy wywoła w nim eksplozje skojarzeń. Ze sztuką jest podobnie. Poeta biorąc za punkt wyjścia niewielki fragment obraca go w spójną całość. Niektórym ludziom proces ten wydaje się nudny. Są to osoby, które chciałyby poznać wszystko w najdrobniejszych szczegółach, jak księgowi lub prawnicy. Poecie wystarczy pokazać wystający ze skarpetki palec u nogi, by wywołać w nim obraz całego świata. Poezja nie jest gatunkiem sztuki, tylko światopoglądem, sposobem życia, środkiem badania rzeczywistości. Czyż Puszkin, Dostojewski lub Gogol nie są poetami? Bach, Leonardo da Vinci, van Gogh… Poezja nie jest jedynie gatunkiem literackim — choć tym też jest, jak wiadomo — myślą ubraną w rytmiczne słowa. Mówi się także o poezji, że przenika wszystko — życie i sztukę.

O istocie sztuki

Przyczyną konfliktu jest nasze zawieszenie pomiędzy ideałem duchowym a koniecznością życia w świecie materialnym. Jest to moim zdaniem konflikt fundamentalny – przyczyną wszystkich problemów współczesnego społeczeństwa. Nazwijmy go „kompleksem Tołstoja”
(…)
Świat ten nie jest miejscem naszego szczęścia. Nie został stworzony po to, by człowiek był szczęśliwy, chociaż wiele ludzi uważa, że właśnie sens istnienia świata, w którym żyją, do tego się sprowadza. Wydaje mi się jednak, że świat istnieje po to, by toczyła się walka, walka dobra ze złem wewnątrz nas, by dobro zwyciężyło i tym samym ludzie rozwijali się duchowo. (…)
Sztuka zawiera w sobie tęsknotę za ideałem. Powinna budzić w człowieku nadzieję i wiarę. Nawet jeśli świat, o którym mówi artysta, nie zostawia miejsca na nadzieję. Powiem więcej: im bardziej posępny jest świat pojawiający się na ekranie, tym jaśniej powinien ujawniać się uwidaczniać leżący u podstaw twórczej koncepcji reżysera ideał, tym wyraźniej powinien się otwierać przed widzem możliwość wzniesienia się na wyżynę duchową.

*Wybór fragmentów wywiadów, wypowiedzi i publikacji Andrieja Tarkowskiego z lat 1960-1986. Wybrał, opracował i przedmową opatrzył S. Kuśmierczyk. Wydano w 1989 roku.





Reiner Kunze

1933 – , Alemania

Trad. Ada Trzeciakowska

la cruz del sur

Noches que te apedrean

Estrellas
caen tras su propia luz

Y tú permaneces bajo su granizo

Ninguna te golpea

Y el dolor es tal
como si te golpeasen todas

Ilustración de Gabriel Pacheco

Tłum. Jakub Ekier

krzyż południa

Noce, które cię kamienują

Gwiazdy
spadają po swoim świetle

I stoisz pod ich gradem

Żadna nie uderza w ciebie

A ból,
jak gdyby uderzały wszystkie

Kreuz des Süden 

Nächte, die dich steinigen
 
Die sterne stürzen herab
auf ihrem licht
 
Du stehst in ihrem hagel
 
Keiner trifft dich
 
Doch es schmerzt,
als träfen alle

Georg Trakl

1887 – 1914, Austria

Sensación en los momentos en los que la existencia se parece a la muerte: todos los hombres son dignos de amor. Al despertar, sientes la amargura del mundo; ahí está tu culpa no compensada; tu poema es una penitencia imperfecta. (G. Trakl, trad. propia)

Uczucie w chwilach bytu podobnego śmierci: Wszyscy ludzie są godni miłości. Budząc się, czujesz gorycz świata; jest w tym twoja niewyrównana wina; twój wiersz niedoskonałą pokutą (G. Trakl cytowany przez A. Lama)

 

José Luis Reina Palazón (1941-, España)

José Luis Reina Palazón en el Prólogo a Georg Trakl. Obras completas

(…) La conciencia de este dilema es lo que expresó Trakl en la conversación con Karl Rock sobre Goethe, Mörike y la poesía —“Tampoco con poesías puede uno comunicarse. No es posible comunicarse en manera alguna. Todo ello es un lenguaje exterior”— y en la carta 26.
Para Kraus, que supo ver en Trakl el desafío de quienes exigen del mundo la vuelta al caos o plenitud del que nacieron cuando ya era demasiado pronto o demasiado tarde, la obra del poeta se legitima por su propia existencia. No por su contenido o por su forma, sino por la identidad de pensamiento y expresión. Esto es lo que garantiza la revelación de la singularidad: la obra como confesión personal del poeta, como autenticidad. La discordancia entre los dos polos es lo que lleva a la falsa poesía a la ilusión de sustituto de la naturaleza o de la realidad. No puede ser natural, decía Kraus, lo que se expresa en el lenguaje de lo manipulable, sino lo que está arrancado al exterior por un interior como última posibilidad de mimetismo. No en la belleza se alcanza la plenitud, sino en la autenticidad del pensamiento en la forma. Kraus, enemigo tanto de la torre de marfil como del naturalismo sustitutivo de lo cotidiano, supo ver en Trakl no solo al poeta autentico, sino consecuentemente al alma extraña en el extraño cuerpo de la sociedad: “Nunca comprendí como podía vivir”. Que el auténtico poeta no sea reconocido era para Kraus el verdadero derecho de su autenticidad. La literatura olvidada, como utopía contra la sociedad, ha de ser protegida contra la falsa actualidad en cuya oscuridad busca a tientas la imagen primigenia perdida. Frente a la antinaturaleza que es la sociedad, la poesía es la naturaleza que en su imagen otra refleja la imposibilidad de la vida en la primera. La crítica de la falsa recepción es crítica a la ideología imperante. La otra crítica la hace la poesía misma. La recepción y la obra de Trakl son garantía de la visión del “gran sacerdote blanco” a quien Trakl agradecía “un momento de la más dolorosa claridad”. (…)

Habría que precisar que el llamado hermetismo de Trakl no es ocultación de sus complejos psíquicos, sino la búsqueda de una visión que libere su expresión de la debilidad que le impone el lenguaje social. La conciencia de la culpa no sería la aceptación de los tabúes sociales, sino de la propia singularidad como condición necesaria a la liberación del lenguaje que los sostiene. El supuesto hermetismo sería a la vez huida de ese lenguaje social y practica de su destrucción liberadora. Trakl no sería un visionario de una melancolía burguesa de la catástrofe, sino el mirlo prisionero en el infierno de esa melancolía. Su soledad, como la de Rimbaud y Hölderlin, sería el vuelo constante, consecuente, hacia la noche del alma o el oro del silencio. Adén, la locura o la muerte son distintas respuestas de una misma fascinación.
La imposibilidad de comunicación seria para Trakl la consecuencia de que la única posibilidad de “comunicar” es sencillamente común, en ese silencio del lenguaje social que se construye precisamente a partir y gracias al olvido de lo primigenio y singular, gracias a la ruptura con “nuestra” naturaleza. Toda entrega a ella supone, dado que se entra ya desde fuera, desde el yo, una muerte social, la encarnación de una culpa, liberadora de la alienación.
La poesía, “corsario en un mar de desolación”, recoge los reflejos de ese múltiple intento de apoderarse del oro imposible. La ruina de la realidad, de su lenguaje, es a la vez crimen y castigo, prueba de su alienación y necesaria vía de resurrección. Con razón decía Rilke que en la obra de Trakl “es la caída excusa para la ascensión indetenible”. La realidad, la muerte para el poeta, aparece en su derrumbe como reflejo del delirio que para el supone ese vivir, y que es al mismo tiempo liberación necesaria para el canto en el que “la realidad” es ya olvido de si misma gracias a la resurrección del poema, es decir, la reflexión que le devuelve la conciencia de su limitación y la necesidad de su negación. Esta coincide con la superación del mito en sentido tradicional como participe de esa opresión de la realidad alienadora, dotada entonces de la posibilidad de distinta manifestación. Así, sus datos transformados adquieren en el lenguaje de la poesía aquello de lo que carece en el cotidiano: singular trascendencia. La culpa seria así la pasión consciente del poema, la transgresión necesaria a su liberadora expresión. Su imposible o su banal recuperación para este mundo es lo que lo convertiría en una penitencia insuficiente.

Fuente de la imagen: Pijamasurf

Tłum. Ada Trzeciakowska

José Luis Reina Palazón we wstępie do dzieł Zebranych Georga Trakla

(…) Świadomość tego dylematu wyraził Trakl w rozmowie z Karlem Rockiem o Goethem, Mörike i poezji – „Za pomocą poezji też nie sposób się porozumieć. Nie można się porozumieć w żaden sposób. To wszystko jest językiem zewnętrznym” – i w liście 26.
Dla Krausa, który potrafił dostrzec w Traklu wyzwanie tych, którzy domagają się od świata powrotu do chaosu lub pełni, z której sami się zrodzili, gdy było za wcześnie lub za późno, dzieło poety jest prawomocne dzięki samemu swemu istnieniu. Nie dzięki treści czy formie, ale dzięki tożsamości myśli i jej wyrazu. To właśnie gwarantuje ukazanie wyjątkowości: utwór jako osobista spowiedź poety, jako autentyczność. Dysonans między tymi dwoma biegunami jest tym, co doprowadza fałszywą poezję do iluzji bycia namiastką natury czy rzeczywistości. Nie może być naturalne, mówił Kraus, to, co jest wyrażane w języku podatnym na manipulację, lecz to, co jest wydobywane na zewnętrz przez wnętrze jako ostateczna możliwość mimetyzmu. Nie w pięknie osiąga się pełnię, lecz w autentyczności myśli przejawiającej się w formie. Kraus, wróg zarówno wieży z kości słoniowej, jak i naturalizmu jako substytutu codzienności, potrafił dostrzec w Traklu nie tylko autentycznego poetę, lecz konsekwentnie obcą duszę w obcym ciele społeczeństwa: „Nigdy nie rozumiałem, jak on może żyć”. To, że autentyczny poeta nie jest uznawany, było dla Krausa prawdziwym prawem jego autentyczności. Zapomniana literatura, jako utopia przeciwko społeczeństwu, musi być chroniona przed fałszywą rzeczywistością, w mroku której poszukuje po omacku utraconego pierwotnego obrazu. Na tle antynatury, jaką jest społeczeństwo, poezja jest naturą, która w swoim drugim obrazie odzwierciedla niemożność życia w pierwszym. Krytyka dokonywana przez fałszywy odbiór jest krytyką panującej ideologii. Drugiej krytyki dokonuje sama poezja. Recepcja i dzieło Trakla są gwarancją wizji “wielkiego białego kapłana”, któremu Trakl dziękował “chwilą najboleśniejszej jasności”. (…)

Należy sprecyzować, że tzw. hermetyzm Trakla nie polega na ukrywaniu jego psychicznych kompleksów, lecz na poszukiwaniu wizji, która uwolni jego wypowiedź od słabości narzuconej jej przez język społeczny. Świadomość winy nie oznaczałaby zatem zaakceptowania społecznych tabu, lecz własnej wyjątkowości jako niezbędnego warunku wyzwolenia się z utrwalającego je języka. Domniemana hermetyczność byłaby zarówno ucieczką od tego społecznego języka, jak i praktyką jego wyzwalającej destrukcji. Trakl nie byłby wizjonerem mieszczańskiej melancholii katastrofy, lecz kosem uwięzionym w piekle tej melancholii. Jego samotność, podobnie jak samotność Rimbauda i Hölderlina, byłaby stałą, konsekwentną ucieczką w noc duszy lub w złoto milczenia. Aden, szaleństwo czy śmierć to różne reakcje na tę samą fascynację.
Niemożliwość komunikacji byłaby dla Trakla konsekwencją tego, że jedyna możliwość “komunikowania” jest po prostu kolektywna, w owej ciszy języka społecznego, który powstaje właśnie z i dzięki zapomnieniu tego, co pierwotne i osobliwe, dzięki zerwaniu z „naszą” naturą. Każde poddanie się jej implikuje, biorąc pod uwagę, że wchodzi się w nią już z zewnątrz, z jaźni, śmierć społeczną, ucieleśnienie winy, co wyzwala alienację.
Poezja, “korsarz na morzu spustoszenia”, skupia odzwierciedlenia tej wielokrotnej próby zagarnięcia niemożliwego złota. Ruina rzeczywistości, jej języka, jest zarazem zbrodnią i karą, dowodem jego wyobcowania i konieczną drogą do zmartwychwstania. Rilke słusznie powiedział, że u Trakla „upadek jest pretekstem do niepowstrzymanego wstępowania”. Rzeczywistość, śmierć dla poety, jawi się w swoim rozpadzie jako odzwierciedlenie delirium, jakim jest dla niego życie, a które jest jednocześnie koniecznym wyzwoleniem dla pieśni, w której “rzeczywistość” jest już zapomnieniem samej siebie dzięki zmartwychwstaniu wiersza, to znaczy refleksji, która uświadamia jej ograniczoności i konieczności jej negacji. Zbiega się to z przezwyciężeniem mitu w tradycyjnym sensie jako uczestnika owej opresyjności wyobcowującej rzeczywistości, obdarzonej wówczas możliwością odmiennego przejawiania się. W ten sposób jej przeobrażone fakty osiągają w języku poezji to, czego niedostaje mu w życiu codziennym: wyjątkową transcendencję. Wina byłaby więc świadomą pasją wiersza, konieczną transgresją jego wyzwalającej ekspresji. Niemożliwe lub banalne odtworzenie wiersza dla tego świata jest tym, co czyniłoby go niedoskonałą pokutą.

Georg Trakl

1887 – 1914, Austria

 

Trad. José Luis Reina Palazón

EN VENECIA

Calma en el cuarto nocturno.
Argénteo flamea el candelabro
ante el cantarino aliento
del solitario; mágico nublado de rosas.

Negruzco enjambre de moscas
oscurece el pétreo espacio
y tensa está del tormento
del áureo día la cabeza del apátrida.

Inmóvil anochece el mar.
Estrella y negruzca ruta
diluyó el canal.
Niño, tu enfermiza sonrisa
me siguió suave en el sueño.

Fotogramas de La muerte en Venecia de  Luchino Visconti 

Tłum. Zbigniew Herbert

W Wenecji

Cisza w mrocznych pokojach.
Przed śpiewnym oddechem
Samotnika
Srebrnie migocze świecznik;
Spiętrzenie chmury róż.

Rój czarnych much
Ociemnia kamienną przestrzeń,
Z bólu złotego dnia
Drętwieje
Głowa
Bezdomnego.

Nieregularny sen morza.
Gwiazda i czarna podróż
Giną w mrocznym kanale.
O dziecko, twój chory uśmiech
Cicho podąża w mój sen.

Transl. Bertram Kottmann

In Venice

Silence in a room at night.
Silverly the candlestick flickers
in front of the singing breath
of the lonely one;
enchanting rose-coloured clouds.

Blackish swarm of flies
darkens the stony chamber,
and the head of the homeless one
stares from the pain
of the golden day.

The sea falls into night without a motion.
Star and blackish ride
disappeared by the canal.
Child, your sickly smile
quietly followed me in my sleep


In Venedig

Stille in nächtigem Zimmer.
Silbern flackert der Leuchter
Vor dem singenden Odem
Des Einsamen;
Zaubrisches Rosengewölk.

Schwärzlicher Fliegenschwarm
Verdunkelt den steinernen Raum,
Und es starrt von der Qual
Des goldenen Tags das Haupt
Des Heimatlosen.

Reglos nachtet das Meer.
Stern und schwärzliche Fahrt
Entschwand am Kanal.
Kind, dein kränkliches Lächeln
Folgte mir leise im Schlaf.

Reiner Kunze

1933 – , Alemania

Trad. Ada Trzeciakowska

Noviembre

Cielo negriníveo,
y en el estanque empieza a caer
la nieve de las profundidades

Silenciosa

Como en nosotros cuando encanecemos

Fotografías de Matsuo Yamamoto

Tłum. Jakub Ekier

Listopad

Niebo śnieżnoczarne,
A w stawie zaczyna sypać
Śnieg z głębi

Bezgłośny

Jak w nas kiedy siwiejemy

Vladimír Holan

1905-1980, República Checa

Trad. Clara Janés

A Frantisek Tichy

polvo

Degas modelaba incluso el polvo en el cuerpo de las bailarinas,
pero ¡cuántos libros llenos de polvo!
¡Menos mal que alguien llora aquí y allá,
menos mal que aquí y allá llueve agua ahogada
sobre los ríos y sobre los lagos!
Sí, pero al fondo, donde no llegarás,
se puede oír al siluro acabando de devorar los restos de Ofelia…

Fotografías de Beatriz Glez Sa Ofelia insurgente; fragmento de Ofelia de John Everett Millais; Bailarina verde de Edgar Degas.

Tłum. Ada Trzeciakowska

Františkowi Tichému

PROCH

Degas modelował nawet pył na ciałach tancerek,
ileż tych książek pokrytych kurzem!
Dobrze, że gdzieniegdzie ktoś płacze
dobrze, że gdzieniegdzie pada utopiona woda
na rzeki i na jeziora!
Owaszem, ale z dna, którego nie dosięgniesz,
słychać potem, jak sumy dojadają resztki Ofelii.

Prach 

Františku Tichému

Degas modeloval i prach na těle tanečnic ,
ale těch knih zapadlých prachem !
Ještě že tu a tam někdo pláče ,
ještě že tu a tam prší utopená voda
po řekách a po jezerech !
Ano , ale ze dna , jehož nedostihneš ,
je potom slyšet , jak sumec dojídá zbytky Ofélie .




Jean-Luc Godard

1930 – 13 de septiembre de 2022, Suiza/Francia

Texto del guion completo se puede leer aquí .

Fragmentos del «Guion del film Pasión«

Todo es blanco, no hay ninguna huella… y es curioso, se dice «quedarse en blanco» cuando hay un fallo de la memoria… Vas hasta el fondo, completamente al fondo de tu memoria y entonces, es verdad, hay un trabajo de escritor por hacer. Podrías escribir: «Mucho tiempo he estado acostándome temprano»; o como Rimbaud, «A negro, E blanco, I rojo…»; o «Muchos besos desde Marsella»; o «Te quiero, te quiero»; o «Devuélveme mis diez francos». Pero tú no quieres escribir, tú no quieres hacer esto, tú quieres ver, tú quieres recibir. Estás frente a una página, una página en blanco, una playa blanca… como si estuvieras frente al… pero no hay mar. No hay mar, pero bien, quizá puedas… tú inventas las olas, yo invento las olas, tú inventas una ola. Es sólo un murmullo… es una ola, no tienes más que una idea que es vaga, pero ya es un movimiento, supone movimiento. Tengo una idea vaga, una mujer joven con flores que corre. Una mujer joven en la flor de la edad. Pero no tienes más que la ola. Con la película, tendrás la tempestad, ahí no tienes más que una ola… que viene y va. No tienes más que el eco… (…)
Yo también busco… Pero, finalmente, debo hacer como Picasso, no puedo buscar, debo encontrar. Malraux decía que el arte es como el incendio, nace de aquello que arde, debo quemarme los ojos con las imágenes, para ver. (…)
Pienso que estas grandes escenas de pintura que vienen de Delacroix, que para describir la realidad, también hay que describir la metáfora. El caballero arrogante como la patronal arrogante y segura de sí. La patronal que a menudo también hace la ronda. Delacroix dijo todo esto. Empezó por pintar guerreros, después santos, de ahí pasó a los amantes y después a los tigres y al final de su vida acabó por pintar flores. A mí también me gustaría pintar flores algún día, y no hacer siempre fuegos artificiales. Pintar simplemente un ramo de flores. (…)

Y ahora, estás en la región central.
Tú puedes inventar la mar, la página en blanco,
la playa, tú puedes inventar la mar.
Ella te espera, tú eres su hijo,
tú puedes volver a ella, ella te tiende los brazos,
tú puedes contarle todo.
Y he aquí la luz y he aquí los soldados,
He aquí los patrones, he aquí los hijos,
he aquí la luz, he aquí la alegría,
he aquí la guerra, he aquí el ángel,
he aquí el miedo, y he aquí la luz,
he aquí la herida universal, he aquí la noche,
he aquí la Virgen, he aquí la gracia,
y he aquí la luz, y he aquí la luz,
y he aquí la luz, y he aquí la niebla,
y he aquí la aventura, y he aquí la ficción,
y he aquí lo real, y he aquí el documental,
y he aquí el movimiento, y he aquí el cine,
y he aquí la imagen, y he aquí el sonido,
y he aquí el cine, he aquí el cine.
He aquí el cine.
Éste es el trabajo.

Fotogramas del Guion del film Pasión (1982)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Fragmenty «Scenariusza filmu Pasja«

Wszystko jest białe, nie ma żadnych śladów… i ciekawe, bo mówi się «mieć pustkę w głowie», kiedy zawodzi pamięć… Schodzisz na dno, całkowicie na dno swojej pamięci i wtedy, rzeczywiście, jest do wykonania praca dla pisarza. Mógłbyś napisać: «Od dawna chodzę wcześnie spać»; albo jak Rimbaud: «A czarne, E białe, I czerwone…»; albo «Buziaki z Marsylii»; albo «Kocham cię, kocham cię»; albo «Oddaj mi moje dziesięć franków». Ale ty przecież nie chcesz pisać, nie chcesz tego robić, chcesz widzieć, chcesz przyjmować. Jesteś przed kartką, pustą kartką, białą plażą… tak jakbyś był przed… ale nie ma morza. Nie ma morza, ale cóż, mógłbyś… Ty wymyślasz fale, ja wymyślam fale, ty wymyślasz falę. To tylko szum… to fala, masz tylko niewyraźne wyobrażenie, ale to już jest ruch, to ma być ruch. Mam mgliste wyobrażenie – biegnie młoda kobieta z kwiatami. Młoda kobieta w kwiecie wieku. Ale ty masz zaledwie falę. Wraz z filmem będziesz miał nawałnicę, lecz teraz nie masz nic poza falą… która przychodzi i odchodzi. Masz ledwie echo… (…)
Ja też poszukuję… Ale w końcu muszę działać jak Picasso, nie mogę szukać, muszę odnajdywać. Malraux powiedział, że sztuka jest jak ogień, rodzi się z tego, co płonie, muszę, obrazami, poparzyć sobie oczy, żeby zobaczyć.(…)
Myślę o tych wielkich scenach malarskich, które wyszły od Delacroix, myślę, że, aby opisać rzeczywistość, trzeba też opisać metaforę. Arogancki rycerz jako arogancki i pewny siebie pracodawca. Pracodawca, który często robi też obchód. To wszystko powiedział Delacroix. Zaczął od malowania żołnierzy, potem świętych, potem kochanków, potem tygrysów, a pod koniec życia skończył malując kwiaty. Ja też chciałabym kiedyś malować kwiaty, a nie zawsze zajmować się fajerwerkami. Po prostu namalować wiązankę kwiatów. (…)

A teraz jesteś w centralnym miejscu.
Można wymyślić morze, pustą białą stronę,
plażę, można wymyślić morze.
Ona czeka na ciebie, jesteś jej dzieckiem,
możesz do niej wrócić, ona wyciąga do ciebie ręce,
możesz jej wszystko powiedzieć.
I tak oto mamy światło, mamy też żołnierzy,
Mamy pracodawcę, mamy synów,
mamy światło, mamy radość,
mamy wojnę, mamy anioła,
mamy strach,  mamy światło,
mamy uniwersalną ranę, mamy noc,
Mamy Dziewicę, mamy łaskę,
i mamy światło, i mamy światło,
i mamy światło, i mamy mgłę,
i mamy przygodę, i mamy fikcję,
i mamy to, co rzeczywiste, i mamy dokument,
i mamy ruch, i oto mamy kino,
i mamy obraz, i mamy dźwięk,
i oto mamy kino, mamy kino.
Oto kino.
To jest właśnie ta praca.