ADA LÍRICA Jean-Luc Godard Jean-Luc Godard

Jean-Luc Godard

1930 – 13 de septiembre de 2022, Suiza/Francia

Jean-Luc Godard fotografiado por William Klein (fallecido el 10 de septiembre de 2022 con 94 años)

He publicado esta entrada con anterioridad. Hoy la traigo de nuevo, por un motivo triste, del cual ayer, cuando elegía la excelente reflexión sobre la muerte, que desarrolló Javier Marías en su novela Tu rostro mañana, para la entrada -con la que pretendía mostrar mi respeto e insistir en la gran coherencia entre las ideas planteadas por el escritor recién fallecido y su manera de despedirse-, ni se me habría ocurrido pensar. No sabía que hoy tendría que elaborar otro post de adiós. Tener que despedir a una persona que durante tantísimos años fue para mí la encarnación de la conciencia en el cine. Un director que profesaba una estética en cuyas raíces siempre yacía una dimensión ética, quien, con su cine y sus escritos, supo hacernos ver y sentir culpables de nuestra propia decadencia como humanos, quien con valentía hurgaba en la memoria histórica como en una herida supurada, que no puede y no debería cicatrizar nunca. Sus películas-ensayo, como el conmovedor ciclo Histoire(s) du cinéma, Je Vous Salue, Sarajevo; Nuestra música, Scénario du film Passion, Adiós al lenguaje, son obras de un filósofo que hace cine, que piensa en imágenes, quien ha creado en la cinta cinematográfica, mediante un montaje lúcido y empleado como una herramienta más del pensamiento crítico, una forma que piensa. Seguir su ejemplo se vuelve vital en nuestra época, donde las imágenes hace mucho que han perdido su aura, han dejado de ser dialécticas, subyugadas al único criterio válido en la era Instagram que es el estético ( y/o económico y egótico). Nos ha dejado Godard, pero tenemos sus Historia(s) del cine y el ahora es el mejor momento para que escuchemos sus avisos y hagamos caso a sus consejos para salvarnos como humanos y defender la belleza trágica de nuestras circunstancias -carcomidos por la depresión, guerra, miedo al futuro y desigualdades-. Quizás pensando la realidad, sin apartar la vista de lo que duele y provoca la angustia, consigamos -a través de un uso inteligente y creativo a las imágenes que son testimonios y depositarios de nuestros males-, hacer nuestro propio diagnóstico y así, enfrentarnos a ellos de forma constructiva, en vez de buscar evasión en un mundo imaginario de lo ideal retocado.

Fragmento de mi artículo sobre el film-ensayo, dedicado a Jean-Luc Godard (enlace al texto completo abajo en la entrada original):

Adiós al lenguaje de Jean-Luc Godard

 Observemos un ejemplo de la colisión y del despliegue del pensamiento en una imagen procedente del ensayo de Jean-Luc Godard, de hace cinco años Adiós al lenguaje. Mientras en la pantalla aparecen elementos del paisaje: el cielo, las nubes y los girasoles, una voz femenina pregunta: “¿Se puede expresar África con un concepto?” [00:01:42-00:01:48]. El siguiente fotograma muestra a una mujer bebiendo agua de una fuente. Es una imagen editada, ha sido modificada mediante ralentí, se ha borrado el color -se ha aplicado una serie de procedimientos que sugieren el cambio en el nivel de la narración y de desarrollo del pensamiento. Además, es una imagen solitaria, que aparece como respuesta a la pregunta, la cual, por su parte, también ha irrumpido sin justificación en la narración. A nivel connotativo el agua sugiere purificación. No obstante, analicemos cómo se desarrolla el pensamiento a partir de aquella imagen y cómo el texto lo reconduce: en orden invertido, partiendo de la respuesta visual, no de la pregunta. Contrastemos esa escena con versos de “Boceto para un erótico contemporáneo” de Tadeusz Różewicz:

 Pero lo mejor es describir/ lo blanco por medio de lo gris / un pájaro por medio de una piedra / los girasoles en diciembre// los antiguos eróticos/ solían ser descripciones del cuerpo/ describían esto y aquello/ por ejemplo las pestañas// pero el rojo/ se debe describir por medio del gris/ el sol por la lluvia / las amapolas en noviembre / la boca por la noche// la descripción más plástica / del pan/ es la descripción del hambre / hay en él/ un húmedo y poroso centro/ un cálido interior/ girasoles en la noche/ el pecho el vientre los muslos de Cibeles// la descripción del agua/ manantial/ transparente/ es la descripción de la sed/ de la ceniza/ del desierto / provoca / un espejismo/ las nubes / y los árboles entran / en el espejo// la carencia el hambre/ la ausencia/ del cuerpo/ es la descripción del amor/ es el erótico contemporáneo/

 Volvamos a la pregunta: “¿Se puede expresar África en un concepto?”. El pensamiento originado por la imagen se despliega, el comentario verbal lo redirige, invierte la dirección de pensar. El agua expresa purificación, pero Godard no se sirve de un mero símbolo. Construye una antítesis compleja que discurre entre lo visual y lingüístico, levanta una imagen poética (y política) del continente africano y edifica su símbolo imprimiéndolo en la cinta cinematográfica. El agua expresa la sed de África. No obstante, Godard sigue permitiendo a las imágenes que piensen. Como si se tratara de una anáfora, la misma pregunta vuelve dentro de unos minutos [00:08:13- 00:08:19] y la imagen del agua se repite: esta vez vemos una imagen sobresaturada de un jardín repleto de flores en la lluvia; el motivo visual regresa por tercera vez con el plano de las manos lavándose. El director explora todas las nociones metafóricas de agua, la convierte en un leitmotiv mientras va modificando el contexto y experimenta con nuevos planteamientos y formas (lluvia, lago, mar, nube, ducha etc). La sobresaturación de las imágenes que muestran las flores funciona como hipérbole y, simultáneamente, como una antítesis. Describe las carencias de África mediante la sobreabundancia europea, habla del desierto y sequía a través de la lluvia y la fuente. Las manos que se lavan pertenecen a la sociedad occidental que, simbólicamente, se limpia la conciencia en un acto de no ver premeditado, sumiendo al espectador en sentimiento de culpa (cada vez que reaparece el motivo del agua).

Acabamos de ver apenas un ejemplo de la estrategia común en Godard. Si sobre los surrealistas podríamos decir que se dejaban pensar por el inconsciente, el director suizo presume de pensar el inconsciente mediante el inconsciente colectivo, contenido en las imágenes que proceden de una realidad socio-histórica concreta. Pero para conseguirlo busca una manera de aumentar su potencia, su expresividad, su poder persuasivo.

Film-ensayo

El artículo pretende trazar un panorama de procedimientos con los que opera la forma ensayo como forma pensante. En el contexto del ensayo audiovisual el término “retórica” no se restringe meramente al campo de la argumentación sino, además, hace referencia a la riqueza, complejidad y expresividad del discurso ensayístico en imágenes. El desplazamiento de los recursos retóricos al territorio de la imagen y el sonido implica que éstos se transformen y den lugar a nuevas formas de expresión. De ahí que uno de los objetivos sea arrojar luz sobre los mecanismos de lenguaje audiovisual que convierten el film ensayo en una forma ideal en el ejercicio de la reflexión y crítica de la sociorealidad.

https://adalirica.files.wordpress.com/2020/04/46_adrianna-trzeciakowska.pdf

Vídeo con fragmentos de ensayos analizados en el artículo:

Un comentario sobre «Jean-Luc Godard»

  1. Godard se saltó el eje de la narración, caminó por caminos distintos por los que nunca había andado el cine. A veces desorientaba al espectador que siempre le amó. Viva la rebeldía de Belmondo y Jean Seberg, bon voyage Jean Luc, bienvenue á l`histoire du cinema!

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