ADA LÍRICA Harry Martinson Harry Martinson

Harry Martinson

1904 – 1978, Suecia

Trad. Francisco J. Uriz

Partido en dos

Tu avidez de calma y tu ansia de movimiento, de inquietud
cantan un dúo hostil a lo largo de una vida de olas y valles.
¿Cuál es la razón de vivir? Ninguna y sin embargo todas.
¿Cuál es la razón de morir? Lo mismo.
Esos ojos desgraciados vieron más de lo que podían arreglar,
esos ojos felices vieron con una confianza heredada
las cosas rectas y redondas, los árboles con raíces y copas.
El fluir y volar y arrastrarse, una ruina felizmente combinada.

Fotografía de Marit Beer

Tłum. Janusz B. Roszkowski

Rozdwojenie

Twoje pożądanie spokoju i pragnienie ruchu, niepokój
pobrzmiewają wrogim duetem przez życie opisane falą i doliną.
Czym jest to, co stanowi o sensie życia? Niczym, a jednak wszystkim.
A to, co stanowi o bezsensie życia? Tym samym.
Te nieszczęśliwe oczy widziały więcej, niż mogły uporządkować,
te szczęśliwe oczy widziały z odziedziczoną ufnością
rzeczy proste i okrągłe, drzewa z korzeniami i koronami.
Nurt i lot i pełzanie, błoga mieszanina zatraty.

Fotografía de Marit Beer

3 comentarios sobre «Harry Martinson»

    1. Es maravilloso. Trágico, sarcástico y, al mismo tiempo, tierno. Un sabio desgraciado. Un abrazo!
      “Lo incansable”
      Pronto se cansa el hombre, la vida no se cansa.
      Pronto se cansa el ojo, la luz no se cansa.
      Con infinita desesperanza para ti personalmente
      se arrastrará libre por la espesura la cabrilleante serpiente
      en la eternidad de las eternidades, y el lagarto de la luz
      trepará por el tronco y verá los caminos de la luna,
      que yacen palpitantes en todos los mares.

      Un día cuando todas las cortinas se conviertan en noche ciega
      y la muerte corte abruptamente todos nuestros conflictos sobre la forma
      el sol besará miles de millones de hojas
      pero jamás nos buscará a nosotros en la espesura

      Quizás encuentre caballos de río,
      los pesados hipopótamos, los inmensos devoradores de nenúfares,
      y murciélagos durmiendo cabeza abajo
      en las guaridas embriagadas del eco de los cambios.
      Pero jamás ha obtenido nadie una respuesta,
      una corriente sin respuesta fluye, resplandece, arde.
      Una corriente sin respuesta fluye, resplandece, arde.

      Ejercítate por tanto en el arte de soñar lo bueno
      tan totalmente que tú puedas ser lo bueno plenamente,
      y practica el gran arte del consuelo
      que reúne de nuevo el coraje de tu corazón.

      Tiéndete a través de la duda la mano a ti mismo
      y proporciona con ella a la tierra de tu nostalgia interior
      una simiente de significado para los años de tu futuro.

      Y modélate en días soportables
      un arte propio del pensamiento que lleve tu grito
      hacia días todavía más soportables
      y tierras todavía más soportables.

      trad. Francisco J. Uriz

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