Joseph Brodsky

1940-1996, Rusia/EE. UU

24 de mayo de 1980

Trad. Darío Flórez Arcila

Ingresé a la celda en lugar del salvaje animal,
consumí mi tiempo y atravesé la histeria en una barraca,
viví junto al mar, aposté al azar,
vestido de frac cené con quien resultaría un traidor.
Desde la altura de un glaciar avizoré medio mundo,
tres veces naufragué, dos veces fui cortado.
Abandoné al país donde me alimentaron.
Con los que me olvidaron se poblaría una ciudad.
Me fui errante por las estepas llenas de los ecos de Atila,
estaba vestido con lo que siempre pasaba de moda,
sembré centeno y me protegía con encerado para embalajes.
Y lo único que no bebí fue agua seca.
Admití en mis sueños la negra pupila del centinela,
sin perder una migaja devoré el pan del destierro.
Mis cuerdas vocales emitieron todos los sonidos, más allá del aullido,
modulé después el susurro.
He cumplido cuarenta años.
¿Qué debo decir sobre la vida? que resultó dilatada.
Sólo siento solidaridad con el dolor.
Pero mientras no tapen mi boca con barro,
lo único que tendré serán palabras agradecidas.

Trad. Ricardo San Vicente

Yo he entrado en la jaula en lugar de la fiera,
he grabado el apodo y la pena a hierro en prisión,
junto al mar he vivido, he jugado a la ruleta,
he comido en traje de frack con quién sabe Dios.
Asomado a un glaciar, medio mundo habré visto,
zozobrado tres veces, dos de ellas lograron rajarme.
Del país que me ha dado sustento he huido.
Quienes me han olvidado llegan a ser ciudad.
Me he perdido en estepas que el grito del huno recuerdan
he llevado lo que ahora de moda vuelve a estar,
he cubierto almiares de negro sudario, he sembrado centeno,
agua seca tan sólo no he llegado a probar.
He abierto a mis sueños la pupila del guardia, siniestra,
he comido el pan del exilio sin dejar la corteza.
He prestado mis cuerdas a todas las voces, además del aullido;
he pasado al susurro. Y cuarenta en el día de hoy he cumplido.
¿Qué decir de la vida? Que resulta que es larga.
Que no soy solidario más que con el dolor.
Pero mientras no llenen de barro mi boca,
de ella sólo habrá de brotar gratitud.

24 maja 1980

Tłum. Stanisław Barańczak

Zastępowałem w klatce dzikie zwierzę,
wypalałem swój wyrok i ksywę gwoździem na ścianie baraku,
grałem w ruletkę, plażowałem na Riwierze,
jadłem obiad z diabli wiedzą kim we fraku.
Z wysokości lodowca świat oglądałem polarny,
trzykroć tonąłem, dwakroć mnie skalpel chlastał.
Rzuciłem kraj, który mnie wykarmił.
Z tych, co mnie zapomnieli, złożyłoby się miasto.
Włóczyłem się po stepach, gdzie wrzask Hunów brzmi jeszcze
w wichrze,
przywdziewałem ubrania pod dyktando kolejnej mody,
siałem żyto, kryłem papą smołową spichrze,
piłem każdy płyn z wyjątkiem suchej wody.
W sny moje wbiła się straży oksydowana źrenica,
chleb wygnania żarłem ze skórką, oczyszczając z okruchów
blat,
w końcu przeszedłem na szept. Dziś mam czterdzieści lat.
Co mogę powiedzieć o życiu? Rzecz to w sumie dość długa.
Tylko nieszczęście budzi we mnie zrozumienie.
Ale póki ust nie zatka mi gliniasta gruda,
będzie się z nich rozlegać tylko dziękczynienie.

May 24, 1980

I have braved, for want of wild beasts, steel cages,
carved my term and nickname on bunks and rafters,
lived by the sea, flashed aces in an oasis,
dined with the-devil-knows-whom, in tails, on truffles.
From the height of a glacier I beheld half a world, the earthly
width. Twice have drowned, thrice let knives rake my nitty-gritty.
Quit the country the bore and nursed me.
Those who forgot me would make a city.
I have waded the steppes that saw yelling Huns in saddles,
worn the clothes nowadays back in fashion in every quarter,
planted rye, tarred the roofs of pigsties and stables,
guzzled everything save dry water.
I’ve admitted the sentries’ third eye into my wet and foul
dreams. Munched the bread of exile; it’s stale and warty.
Granted my lungs all sounds except the howl;
switched to a whisper. Now I am forty.
What should I say about my life? That it’s long and abhors transparence.
Broken eggs make me grieve; the omelet, though, makes me vomit.
Yet until brown clay has been rammed down my larynx,
only gratitude will be gushing from it.

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